La vida no ha sido un camino de rosas para Miguel. Siendo muy joven acabó en una casa de acogida, lugar donde conoció a su inseparable amigo Martín, y, gracias a la ayuda de los padres de Tony, los tres forjaron su incondicional amistad. Pese a su experiencia, Miguel es una persona optimista, todo lo contrario que Sarah a quien la vida le ha enseñado su peor cara, impidiéndola disfrutar de lo bueno que hay en ella. Miguel conocerá a Sarah y su instinto le llevará a protegerla a la vez que espera que pueda superar sus profundas heridas.