1 2 3 4 Una publicación de Oxfam y Colectivo Rebeldía Investigadores/as El Alto Fortaleza: • Carla Pamela Casa G. • Rubén Enrique Alejo Rea Proyecto Punto 0: • Alejandra Jimena Mamani • Felix Daniel Ochoa Huanca Colectivo Wiñay Wara: • Tatiana Mamani Callisaya • Pamela Flores Caballero Visión Juvenil (AVE): • Silvia Luisa Quispe • Mónica Huasco U – Kiss: • Jhonny Siles Mancilla • Marianela Mamani Nacho Rompiendo Esquemas (Primera parte del proceso): • Ernesto Luna Ulloa • Mónica Condori Investigadores/as La Paz Rajem: • Claudia Montserrat Orellana • Abraham Troche Winter Institute: • Maribel Cruz Terrazas • Oscar Alberto Navia Red Virus: • Raúl Rodrigo Paredes Chipana • Zulma Yujra Siempre Latente: • Juan Carlos Mita Nina • Paola Ruth Rodríguez Mamani 5 Sonrisas Escondidas: • Diego Armando Yana Villegas • Evelin Carvajal Cruz Investigadores/as Santa Cruz Pendiente: • Teresa Alarcón Rodríguez • Carlos V. Escóbar Lambertín Centro Cultural San Isidro: • Ivanna Peralta Chávez • Wilmar Montero Noza (Primera parte) • Christian Egüez (Segunda parte) Red Tú Decides: • Patricia Mónica Adrián Gutiérrez • Juan Pablo Siles Orellana Red Amanecer: • Tabita Méndez Flores • Luis Limberg Zegarra (primera parte) • Gabriel Cano (segunda parte) LiterARTE: • María Alejandra Rodríguez Camacho • Gustavo A. Guzmán Rodríguez Coordinación: E. Viviana Rodríguez Barrancos Diseño: Teresa Alarcón y Carlos V. Escobar Edición y estilo: Carmen Elena Sanabria Salmón Impresión: VEKTRON Año: 2017 6 Agradecimientos A los colectivos y organizaciones de jóvenes que se involucraron con el proceso del presente estudio, ofreciendo sus tiempos, energías y compromisos, así como sus testimonios y reflexiones. Sin todo ello, aproximarnos a entender cómo influyen las ideas que se tiene sobre el amor en el ejercicio de la violencia hacia las mujeres, habría sido una misión imposible de alcanzar. A Oxfam, por confiar en las posibilidades que brinda la Investigación Acción Participativa, IAP, como herramienta de empoderamiento y transformación para los y las jóvenes. Al Centro de Estudios y Apoyo al Desarrollo Local, CEADL, por el invaluable apoyo brindado con las organizaciones juveniles de La Paz y El Alto, y por su involucramiento en el proceso. 7 8 Introducción El apego y las formas de amar imperantes en una determinada sociedad están vinculados a las culturas y a cada periodo histórico en el que vivimos. Nuestras culturas patriarcales requieren eficaces mecanismos de disciplinamiento para mantener y reproducir el poder y el orden establecido. En este marco, los modelos de amor constituyen un mecanismo fundamental para garantizar un sistema de privilegios y valores consolidando relaciones desiguales y esquemas de poder y jerarquías entre hombres y mujeres, bases que se van sentando desde que somos jóvenes y vamos aprendiendo a relacionarnos. Siendo la población joven la protagonista en este diagnóstico habrá que reconocer e identificar que en Bolivia, las y los jóvenes, son el 31,4% de la población, llegando a alcanzar la cifra de 3,163,054, según el Censo Nacional de Población y Vivienda de 2012 y que en la región nuestro país registra el lugar más alto en cifras de violencia contra las mujeres, 7 de cada 10 mujeres ha sufrido algún tipo de violencia en su vida. 9 En materia de violencia sexual es el segundo país, luego de Haití. Pese a los esfuerzos desplegados desde el Estado y diferentes instituciones que atienden este tema, entre ellas las ONG´s, poco o nada se ha podido hacer para disminuir estas cifras. Por el contrario, la violencia contra las mujeres se vuelve más drástica y brutal, casi una epidemia; una clara muestra al respecto son los 104 feminicidios ocurridos durante el año 2016. Conscientes de estos datos, el año 2016 Colectivo Rebeldía y Oxfam realizaron una investigación cualitativa titulada “Violencia contra las mujeres, entre avances y resistencias: Estudio en tres ciudades de Bolivia”. El estudio develó que luego de 20 años de luchas feministas, avances normativos y promoción de derechos, las bases estructurales de la violencia contra las mujeres siguen intactas. La investigación muestra que la legitimación de violencia contra las mujeres “no sólo la hace posible y tolerable, sino que contribuye a su reproducción”. Esta legitimación se logra a través de la justificación y la naturalización de la violencia, como por ejemplo cuando se afirma que los celos son normales en una relación o que si no hay celos, no hay amor. Otra forma de justificar y naturalizar la violencia opera atribuyendo responsabilidad a las víctimas, generalmente por comportamientos que transgreden los mandatos de género tradicionales. También se responsabiliza su condición de víctimas de violencia “porque les gusta”, “por flojas”, etc. De esa manera, se quita el peso al sistema patriarcal y machista que sustenta y reproduce el poder masculino sobre 10
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