«Poemas a la noche», de Rainer Maria Rilke, es una obra poco conocida y, sin embargo, de capital importancia entrelasdelpoeta,puesenellaseesbozanalgunostem- as que acabarán de configurarse en las Elegías de Duino. Durante años fue un libro casi secreto. Rilke no llegó a publicarlo, acaso precisamente por no desvelar ese fondo originario común con su obra cumbre. En los Poemas a la noche apuntan por tanto los temas fundamentales de Rilke, sin haber logrado su exacta de- limitación o simbolismo que, por otra parte, general- mente es plural. Así sucede con la figura del ángel, que pasa de ser «terrible» a no estar tan por encima del hombre, pues, como observa Jean-Yves Masson, en el prólogo a las Elegías, «el hombre es creador, y he aquí porque puede asombrar al ángel, que se conforma con ser en su autonomía absoluta, pero no crea nada». En la obra que nos ocupa, el ángel, la amada y la noche figur- anenellugarmásdestacadoysepresentanvagarosos y fluctuantes, muy de acuerdo con el mismo estilo poético que los sustenta. El libro como tal no vio su primera edi- ción en alemán hasta que se incluyó en las obras com- pletas de Rilke editadas en 1956, treinta años después de su muerte. Rainer Maria Rilke Poemas a la noche y otra poesía póstuma y dispersa ePub r1.0 AlNoah17.11.13 Título original:Poemas a la noche Rainer Maria Rilke, 1956 Traducción: Juan Andrés García Román Diseño de portada: AlNoah Editor digital: AlNoah Escaneo y ePub original: Blok ePub base r1.0 PRESENTACIÓN Lacantidad(ycalidad)delaobrapoéticacompletadeRilkeesin- mensa:sólocomparableacasoenelámbitohispánicoaladeJuan Ramón Jiménez. Esto es, hablamos de un caudal poético de di- mensionesverdaderamentedesusadasparaunpoetadelsigloXX. Sin embargo, entre 1909 y 1926 Rainer Maria Rilke entregará a imprenta solamente cuatro títulos: Réquiem (1909), La vida de María(1913)ynadamáshastalapublicaciónen1923delmilagro delasElegíasdeDuinoyLosSonetosaOrfeo.Deellopodemos deducir que estas cuatro obras no representan más que una pequeña parte del corpus producido entre esos años. Hablar de todo«elresto»delaproducciónrilkeanaenunascuantaspáginas resulta difícil por la diversidad enorme detonos ytextos que se traducen en una apasionante discordancia de voces y hasta de poéticas,que,comoveremos,seagudizaráenlosúltimosañosde vidadelpoeta,hastaelpunto—pienso—dequenoseríaabsoluta- mente descabellado hablar de un cierto «teatro de gentes» rilkeano. Canónicamente suele distribuirse la producción rilkeana en dos etapas, a saber: una primera, de juventud, tardorromántica, simbolistaydeintenciónobjetivadora(«Ding-Gedicht»,«Poema- cosa»), y una segunda, de madurez, en que se incrementa 6/282 notablementelapreocupaciónmetafísicasinque,noobstante,de ningunaformaselleguearompertotalmenteconningunodelos caminos propuestos previamente: la demostración de ese fenó- menodecontinuidad,decrecimientosobreloanterioreincluso desupervivenciadelosprimerostonos,revisitadosconlamaes- tría de los años hasta concurrir en una polifonía de voces, que pudollegaracastigarpsíquicamentealautor,esunodelosrasgos que pone de relieve esta edición. Despuésdemásdeunadécadadeproductividadininterrump- ida,Rilkefuesumergiéndose enfermizamente ensusCuadernos de Malte Laurids Brigge (1910), obra cuya conclusión marca el tránsito de una etapa a la otra en medio de un período de cre- ciente enajenación. Mientras que la redacción de versos le res- ultaba algo natural, pues, como suele decirse de él, pensaba de formamétrica,laescrituradelMalteloobligabaalacreaciónde una prosa depurada e inteligente, algo que lo torturó especial- mente en la última fase de su creación. En un terreno de cre- cientes dudas y conflictos personales, Rilke sufrió el nacimiento deunaconcienciadecrisiscreativaquenolehabríadeabandonar durante casi quince años, hasta que puso fin a las Elegías. Sabemosporsucorrespondenciayportestimonioscercanosque, traslapublicaciónen1910desutrabajoenprosa,seencontróasí mismoperdidoyexistencialmenteexhausto.Lasensacióndede- sarraigo existencial, la autoexigida soledad y el sentimiento de disolucióndelpropioyo—conosinlaaspiracióndellegadaaun énfasis creativo que lo igualara a su ángel— de los Poemas a la noche,habíandeversesubrayadosporunaconstanteensuvida: laincapacidaddemantenerunarelaciónamorosaduraderaoen «cercanía» de la persona amada. A partir de 1910 la distancia hacia su esposa Clara Westhoff, capaz de atemperar un tanto la tendencia autodestructiva del carácter de Rilke, fue creciendo 7/282 hastaconsumarseenseparaciónen1913.Unayotravezlasnu- merosasamantesyenamoradasdelpoetasonrechazadascuando éste,trasunosbrevesdíasdeidilio,lascolocaenelpapeldepro- tectoras de su propia soledad. En realidad, sólo mujeres lejanas poredadalpoeta,comolaprincesaMarievonThurnundTaxis,o que explícitamente habían optado por la amistad con él tras un episodioamoroso,comoLouAndreas-Salomé,podránasumirese rol. Pero lo más importante es que la infelicidad había de acom- pañarle aún largo tiempo, asociada a la antes citada crisis cre- ativa,quesólofuetalocasionalmenteyqueaúnasídebeserad- mitida con reservas. Por ejemplo, el viaje de meses a Egipto no fue nada prolífico, si bien la evocación de experiencias vividas entoncesapareceenuntextodesuúltimoaño,comola«Elegíaa MarinaTsvetaeva»,yesmuyprobablequeeseciertovértigoque provocanenellectorlasElegíasnoseríaposibletalvezsinexperi- enciastanliminarescomoladeldesierto.Apartedeeso,excluy- endo algunos períodos muy acotados y verdaderamente pobres, comoelviajeaÁfricaoalgunosañosinmediatamenteanterioresa la explosión final de las Elegías en 1922, especialmente los que vande19x5a1920,Rilkecontinuóescribiendopoemasque,agru- pados, suman la nada despreciable cantidad de unos quinientos textos. Entre estos textos encontramos poemas completos de gran equilibrioysolidez,queensucategoríadetextosindependientes son a veces reconocidos por la crítica como obras maestras del autor: así «La trilogía española», «Al ángel», «Resurrección de Lázaro»o«ALouAndreas-Salomé».Peronomenosinteréstien- en otros poemas fragmentarios, esbozos, anotaciones geniales, brevesrevelaciones,ingeniososaforismos,incursionesenelsub- consciente y extractos visionarios, que han sido injustamente 8/282 relegadosporlacríticatradicionalauncajóndesastremultiusos, cuandonodirectamentealolvido:«Ahoraysiempre»,«Llegada», «Oh curvas de mi anhelo», «Oh dolor, mi madre me derriba», «Mientras prendes aquello»… Enrealidad,tantounoscomootros,aunqueconmatices,pues lossegundosinclusohanllegadoaserexcluidosenocasionesde laobracompleta,hansidomásomenosregateadosinexplicable- menteporlarecepcióndelaobradeRilkeycreoquehoysepuede decir que, si esto es así, se debe fundamentalmente a razones bastanteperegrinasymuyrelacionadasconlaineficaciadecier- tas maneras o vicios de la crítica rilkeana, bien que, en España, dos grandes traductores de Rilke como Federico Bermúdez- Cañete o José María Valverde han reclamado en repetidas oca- siones la necesidad de un acercamiento serio a estos textos, ha- biendotraducidoinclusoalgunosdeellos.SiRilkesehubierade- cididoareuniralgunosdeestostextosmenosdubitativamenteen unsolovolumen,esposiblequehoyestuviésemoshablandodeun monumento más de la lírica europea del sigloXX. ¿Peroaquésedebeeselargoolvidoyquéjustificalaactitud deRilke,que,aunqueenefectoreunióendosocasionesdosvolú- menesconestostextos,nuncasesintióverdaderamenteapegado a ellos? Unadelascausasestribadesdeluegoenquenosólolacan- tidadycalidaddelapoesíadispersa[1]esasombrosa:tambiénlo essuvariedad,suheterogeneidad.Noobstante,laclavedelprob- lema ya la he apuntado anteriormente. Si nos acercamos a cu- alquier manual y leemos lo referido a las circunstancias que rodeanlosañosderedaccióndelospoemasdellibroqueellector tieneentresusmanos—1906a1926—,engeneralseráimposible zafarse de la palabra crisis. 9/282 Ahorabien,haydosconceptosquefluctúanmásomenosen tornoaesapalabracrisis.Porunaparte,nosencontramosconel obrardefectuosodelacríticarilkeanaalahoradeabordarunma- terialmuyheterogéneo,asazinasible,verdaderamentedifícilpara quienesdeunmodouotroestamosacostumbradosalRilkedelos librospublicados.Consideroqueesaactitudacudealmarchamo depoemasdecrisisyseescondedetrásdeestadefiniciónparafa- cilitarselalabordeabordarelverdaderouniversoaveceslaber- ínticodelaobracompletadeRilke.Dehecho,laediciónmásdi- fundidadelapoesíaenteradelpoeta,alcuidadodeErnstZinn, acude a una compartimentación un tanto injustificada de todo estecorpuspoéticodisperso,dividiéndoloentrepoemascomple- tos(Vollendetes)ydedicatorias(Widmungen),yeludiendosigni- ficativamentebuenapartedelostextosfragmentarios,loscuales, ocasionalmenteyaundentrodesufragmentariedad,puedenlleg- aratenerenmiopiniónmuchomásvalorquealgunosdelostex- tosconcluidos.Asínoesextraño,pues,quelapalabracrisishaya resultado un bálsamo a los exhaustos estudiosos de Rilke que simplementehaneludidomuchosdeestospoemasconlamisma actitud del colegial que no se estudia la lección explicada el día antes del examen, pues al fin y al cabo «no va a caer». De un modo u otro, la crítica se ha creído demasiado las palabras del genio, sin saber establecer la justa distancia que debe existir siempre entre lo que el poeta dice de su obra y lo que el poeta haceensuobra:merefieroaladifícil«familiaridad»delpoetare- spectodesuescritura,alaquehacíaalusiónnuestrodonClaudio, tan rilkeano a veces, en una intervención en la Residencia de Estudiantes (Claudio Rodríguez, La voz de Claudio Rodríguez: poesía en la Residencia, Madrid, Publicaciones de la Residencia de Estudiantes, 2003). 10/282 Porque, ¿qué ocurre cuando el propio Rilke habla de crisis? Duranteestosañosnosencontramosconelestadodeconciencia perpetuayasfixiantedelpoetarespectoasucreatividad.Cierta- mente,enRilke,comoenotrosmuchosautoresdelsigloXX,hal- lamos a veces lo que podríamos contemplar como incoherente distanciaentreunadelastrayectoriasmáslúcidasdelpensami- entooccidentalyunpuñadoconsiderabledecreenciasyactitudes supersticiosas ycasipueriles,referidasonoalactocreador.Sin embargo, Rilke no miente respecto a su incapacidad de escribir poesía,sinoquelasmásdelasvecesponedemanifiestoconén- fasisydramatismosuincapacidaddeescribirelpoemaquequiere escribiryparaelquesesientellamado.Esdecir,másqueunade- claración equívoca de la existencia de una crisis creativa, que a veces sí existe, ante lo que nos encontramos es ante el rigor desmedidodeunautorquesehapropuestounametatitánicay que,porotraparte—considero—,seencuentraenelresbaladizo terrenodeunartequeselevadelasmanosenunprocesodecre- ciente abstracción e irracionalismo (los cuales, pese a la abom- inaciónqueelautorsientehaciaellos,estánempezandoasalirde su pluma). Seguramente, poemas como «He asustado las grises serpientes», «Ahora despertamos junto con los recuerdos» o «Mausoleo», todos ellos de un tono se diría expresionista, no debieronserdemasiadocarosaRilke,puesenningúnmomento intentósuedición, comosíeselcasodeotrospoemasqueaquí publicamos. Sin embargo, estos mismos poemas pueden ser tal vezmásdelgustodealgunoslectoresactualesquehastafragmen- tos de las propias Elegías. En fin, a lo que asistimos, aparte de a la colisión con un proyecto tan colosal como las Elegías, es a la propia poética de Rilkeysupropiaymuyrigurosaconcepcióndelarte.SiRilkeno dio importancia a estos poemas, es por la misma razón que
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