Donde vive Nirrim, los crímenes abundan, gobierna un tribunal severo, y los placeres de la sociedad están reservados para el Alto Kith.
La vida en el Distrito es sombría y penosa. A las personas de baja posición se les prohíbe probar dulces o usar colores. O sigues las reglas o pagas el diezmo y sufres las consecuencias.
Nirrim mantiene la cabeza baja y un peligroso secreto cerca de su pecho.
Pero luego se encuentra con Sid, una viajera despiadada de muy lejos que susurra rumores de que la Alta Casta posee magia. Sid tienta a Nirrim a buscar esa magia por sí misma. Pero para hacer eso debe entregar su antigua vida. Debe depositar su confianza en esta astuta extraña que sobre todo pide que no confíen en ella.