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The concept of sociability as a referent of historical analysis Willian Alfredo Chapman Quevedo PDF

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Preview The concept of sociability as a referent of historical analysis Willian Alfredo Chapman Quevedo

ns El concEpto dE sociabilidad óe l cic como rEfErEntE dEl análisis histórico* ati gr tia sh e nvrcThe concept of sociability as a referent of historical analysis iea es de r Willian Alfredo Chapman Quevedo s o l u Universidad del Tolima c í t r A DOI: http://dx.doi.org/10.14482/indes.23.1.6040 Willian alfredo chapman Quevedo Doctor en movimientos sociales, Universidad Internacional de Anda- lucía (España). Magíster en sociedades históricas, Universidad Rovira i Virgili(España). Historiador, Universidad del Atlántico (Colombia). Profesor de planta tiempo completo de la Universidad del Tolima. [email protected] * Este artículo es el resultado de la investigación titulada “Formas de sociabilidad política en Popayán, 1832-1853”. investigación & desarrollo vol. 23, n° 1 (2015) - issn 2011-7574 (on line) 1 resumen Este artículo analiza la utilidad del concepto de sociabilidad como categoría histórica. Para ello, hemos empleado bibliografía especializada, partiendo de lo sociológico para aterrizar en lo his- tórico. En el texto se demuestra que el concepto de sociabilidad es primordial al momento de analizar las sociedades del pasado y su proceso de politización, ya que permite observar la trama política desde la óptica de las relaciones sociales de los actores, superando la forzada limitación de derecha e izquierda o, para el caso colombiano, liberal y conservador. Igualmente, llegamos a la conclusión de que el concepto de sociabilidad hay que situarlo en un tiempo y espacio, debido a que si no se realiza dicho ejercicio se puede convertir en un término ambiguo que puede remitir a todos los procesos históricos o a ninguno de ellos. palabras clave: Sociabilidad, politización, relaciones sociales, política abstract This article analyzes the utility of the sociability concept as an historic category. We have used especialyzed bibliography, going from the sociological aspect to the historic one. On the text, we have that the sociability concept is essential at the moment of the analysis of the societies in the past and their political process, this is because it allows to observe the political machination form the point of view of the actor’s relationships going over the forced limitation of “The right (conservative)” and “The left”, the liberal and conservative in the Colombian case. In the same case, we find as a conclusion that the sociability concept needs to be added into the time and space, otherwise, it could turn into an ambiguous term that also can remit all the historical process or none of them. keywords: Sociability, politicization, social relations, policy. fecha de recepción: enero 28 de 2014 fecha de aceptación: agosto 25 de 2014 2 El concepto de sociabilidad como referente del análisis histórico introducción El Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española (2009) defi- ne el término sociabilidad como: “Cualidad de sociable.” En 1739, el Diccionario de Autoridades definía la palabra sociabilidad como: “el tratamiento y correspondencia de unas personas con otras”. Mien- tras que en 1791, el Diccionario de la Real Academia Española estable- cía que la sociabilidad era: “[…] El tratamiento y correspondencia de unas personas con otras” (Canal i Morell, 1999, pp. 116-117). Por su parte, en el Diccionario Castellano con las voces de Ciencias y Artes y sus correspondientes en las tres lenguas, francesa, latina e italiana, de Esteban de Terrenos y Pando (1776-1793), el término de sociabilidad hacía referencia a “la sociedad, trato de unas personas con otras” (Payau, 1992, p. 10). En el siglo XIX, los términos de sociabilidad y sociable se habían convertido en los más empleados para referirse a las relaciones humanas (Guereña, 2001a). En la mayoría de los diccionarios contemporáneos (finales del siglo XX e inicios del XXI), el concepto de sociabilidad es definido, al igual, que en la Real Academia de la Lengua Española, como “cualidad de sociable”, y en otros diccionarios como “calidad de sociable”, “es decir, la inclinación de las personas a relacionarse con otras, en buena armonía y costumbres.” (GEAS, 1998, pp. 56-57). Desde la antigua Grecia, con Aristóteles, una posible noción de so- ciabilidad era considerada indivisible y esencial al hombre; se trata- ba de la clásica concepción de que el hombre era un animal político, que realizaba sus acciones para un beneficio común. La sociología moderna ha retomado el citado planteamiento, haciendo énfasis en la capacidad innata e inexorable del hombre de establecer vida so- cial; lo que Ortega y Gasset ha llamado “el ser en sociedad” (Ortega y Gasset, 1957), quien posee una cualidad propia o natural de ser sociable, de asociarse con otros hombres cuyos fines coinciden. Así, entre 1726 y 1994, el concepto de sociabilidad en los diccionarios hará referencia a lo ya señalado. Es decir, la aplicación del término sociabilidad a ciertos gru- pos humanos relativamente definidos se remonta al siglo XVIII, en investigación & desarrollo vol 23, n° 1 (2015) págs. 187-37 3 issn 2011-7574 (on line) Willian Alfredo Chapman Quevedo lo que respecta a los diccionarios. El uso de esta palabra antes del siglo XVIII no parece conocerse (Agulhon, 1977). El primero en recurrir a la utilización del concepto de socia- bilidad fue Delamare en 1705 enfocándose en el discurso sobre la naturaleza del hombre. La sociabilidad estaba ligada a la noción de pacto social en pro de la soberanía real, es decir, un “pacto consti- tutivo de la sociedad” que mostraba “la necesidad y utilidad” del rey (González, 2007, p. 109). Posteriormente, Jaucourt, en 1765, definía la sociabilidad como “benevolencia hacia los demás hom- bres, disposición a hacer el bien, a conciliar nuestra felicidad con la de los otros y a subordinar siempre nuestro provecho particular al provecho común y general” (González, 2007, pp. 109-110). En 1770, el metafísico y naturista ginebrino Charles Bonet fue el primer autor que utilizó la sociabilidad como categoría filosó- fica. Para Bonet, el principio de sociabilidad recaía sobre la nobleza de Dios, el amor a Cristo y al prójimo. Las reflexiones de Bonet partieron de sus esfuerzos por iniciar una relación entre la filosofía racional y los dictámenes cristianos. Más tarde, en 1832, Eugéne Lerminier en su obra La influen- cia de la filosofía en el siglo XVIII sobre la legislación de la sociabilidad del siglo XIX, abordaba la sociabilidad como categoría. Para Lerminier, la sociabilidad se mostraba como la civilización, aplicada en singu- lar, a la forma liberal y humanitaria, lo cual suponía la ejecución del destino colectivo del hombre por medio de una política progre- sista. En las versiones de Bonet (cristiana) y Lerminier (laicista), se concebía a la sociabilidad como la humanidad misma, en la cual la virtud social como componente esencial para la vida humana debía desarrollarse y realizarse con el tiempo. Este artículo aborda cómo se fue tejiendo el concepto de so- ciabilidad en la historiografía política de Europa. En primer lugar, se adentra en observar los primeros acercamientos que tuvo la socio- logía con el término. Después aborda el uso del concepto de sociabi- lidad en el campo historiográfico. Seguidamente, describe y analiza el uso del término en las historiografías de Francia, Italia y España. 4 investigación & desarrollo vol 23, n° 1 (2015) págs. 187-37 issn 2011-7574 (on line) El concepto de sociabilidad como referente del análisis histórico sociología y sociabilidad En el mundo académico, la sociabilidad es un concepto que tiene sus orígenes en los estudios sociológicos, entre los que se destacan los realizados por autores como Georg Simmel, Max Weber y Geor- ges Gurvitch (1941), este último fue uno de los sociólogos del siglo XX más recurrentes en emplear el citado término. Simmel introdu- ce el concepto de sociabilidad en 1910. Más adelante, Gurvitch en 1950 lo abordaría desde una perspectiva opuesta a Simmel. Simmel introdujo el término en 1910 durante la ceremonia de apertura en el coloquio organizado por la Sociedad Alemana de Sociología en Frankfurt, en el cual desarrolló la conferencia inau- gural titulada “Sociología de la sociabilidad”, que posteriormente, en 1917, se publicó bajo el nombre de “La sociabilidad, ejemplo de Sociología pura o formal” en la revista Sociología e Epistemología. En dicha obra, Simmel empleó el término sociabilidad que expresa- ba: “sentirse agradablemente con otras personas” (Rivière, 2004, p. 211). El concepto de Simmel se puede entender como una dinámica esencial de la realidad social, es decir, algo puro que no se delimita o relaciona a intereses materiales, constituyéndose en un aspecto espontaneo del individuo, una forma corporeizada, instintiva, sin pasar por la racionalidad del cerebro. Sociabilidad se convierte para Simmel en la esencia de ser sociable y coincide así con lo que apunta el historiador francés Maurice Agulhon (1992) cuando establece que la sociabilidad es la “aptitud especial para vivir en grupos y para consolidar los grupos mediante la constitución de asociaciones vo- luntarias”, es decir, “una fuerte tendencia de la vida” (p. 44). Por ello, la sociabilidad estará atada a una relación innata, algo muy espontáneo, mientras que socialización se presenta como la forma en que los individuos se relacionan en busca de sus inte- reses. Así, la sociabilidad es “la forma lúdica de la socialización” (Rivière, 2004, p. 212). La sociabilidad en Simmel se muestra como un accionar espontáneo de la sociedad sin mediación de la racionalidad y los investigación & desarrollo vol 23, n° 1 (2015) págs. 187-37 5 issn 2011-7574 (on line) Willian Alfredo Chapman Quevedo intereses utilitarios: “Pero, la forma social más espontánea, es tam- bién la más dinámica en este sentido; irreductible a la lógica de las motivaciones y de los intereses contenidos en cualquier forma, ella escapa a cualquier categorización por los hechos” (Rivière, 2004, p. 214). Así, la sociabilidad es parte de una acción recíproca, el encuentro de individuos que se relacionan sin propósitos materiales pero mediados por un bien común. La sociología francesa ignoró los preceptos aportados por Simmel –debido a la tradición sociológica impuesta por Émile Durkheim–, explicando que la realidad social se hacía con base en la estructura social y no en los individuos como planteaba Simmel. Sin embargo, Gurvitch toma los planteamientos de Durkheim y Simmel y los coloca en un paralelo intermedio insertando como categoría de análisis “el grupo particular” (Rivière, 2004, p. 215), el cual representa “un microcosmos de formas de sociabilidad” inmer- sos en “sociedades globales que son macrocosmos de agrupamientos particulares” (Gurvitch, 1946, pp. 413-414). En este sentido, las formas de sociabilidad son “componentes más simples e irreducti- bles” (Gurvitch, 1941, pp. 13-14) de las sociedades globales. Según Rivière (2004), para Gurvitch las relaciones sociales no son posibles sin las estructuras sociales, sin marcos de referen- cias como las asociaciones, la familia, el café, etc., lo que establece la existencia de varios tipos de sociabilidad de acuerdo con sus di- námicas organizacionales y culturales, convirtiéndose en un fenó- meno social o hecho social que estará mediado por reglas fuera del individuo pero que son interiorizadas por este con el objetivo de establecer un accionar social (Durkheim, 1982), lo que indica que las formas de sociabilidad se muestran como una “unidad colectiva real” (Gurvitch, 1941, p. 13). El punto común entre Gurvitch y Simmel es que hacen de la sociabilidad el elemento más espontáneo de la realidad social. Por un lado, ella es la forma más pura de la vida social que resulta de la interacción entre los individuos; por el otro, ella es un fenómeno social total exterior a los individuos. (Rivière, 2004, p. 218) 6 investigación & desarrollo vol 23, n° 1 (2015) págs. 187-37 issn 2011-7574 (on line) El concepto de sociabilidad como referente del análisis histórico Los primeros estudios sociológicos franceses que se alejaron de la concepción positivista de sociabilidad aparecen en la déca- da de 1960. La primera en incursionar en dicha problemática fue Catherine Paradeise (1980), con una investigación titulada Ocio y sociabilidad: estudio de algunas variables estadísticas. En dicho estudio, Paradeise (1980) definía la sociabilidad como: “el conjunto de las actividades cuyo ejercicio supone la libre elección de los partici- pantes”. Establece así una definición más cultural que económica, donde el ocio prima sobre los intereses materiales. No obstante, cabe preguntarse con respecto a la sociabilidad alrededor de lo lúdico: “en qué medida no constituye una esfera autónoma en la cual los comportamientos sociales escapan a una determinación económica” (Rivière, 2004, p. 221). En este sentido, la esfera cultural es considerada por el sociólogo francés Pierre Bou- rdieu (2000) como una esfera autónoma del ámbito social, que no está determinada por las directrices económicas sino dominadas por el ámbito simbólico cultural. Ahora bien, lo innegable es que la desigualdad reconocida por Bourdieu (2000) entre capital económico y cultural estará presente en las formas de sociabilidad. Por lo que es necesario preguntarnos si el capital social entra a mediar dichas desigualdades, es decir, si las relaciones sociales equilibran la balanza entre los capitales. El empleo del concepto de sociabilidad sobrepasó las fronte- ras de la sociología y fue adoptado por diversas disciplinas de las ciencias sociales, una de ellas la historia. A continuación se analiza el empleo del término sociabilidad en el campo historiográfico. historia y sociabilidad En 1966, el mundo académico francés fue testigo acerca de cómo Maurice Agulhon, profesor de historia contemporánea del Colegio de Francia, introduce en el ámbito historiográfico el concepto de sociabilidad. En su obra La sociabilité méridionale. Confréries et asso- ciations en Provence oriéntale dans la deuxiéme moitié du XVIIIe siécle rea- lizó un análisis de las asociaciones y cofradías del territorio oriental francés a finales del siglo XVIII e inicios del XIX. El término de so- investigación & desarrollo vol 23, n° 1 (2015) págs. 187-37 7 issn 2011-7574 (on line) Willian Alfredo Chapman Quevedo ciabilidad utilizado por Agulhon fue tomado del erudito provenzal Fernand Benoit. Dos años después, Agulhon (1968) reeditaría su obra con el título Pénitents et franc-mafons de l’ancienne Provence: essai sur la sociabilité méridionale, lo que, en palabras del autor, suponía un “título más representativo del contenido de la obra”; no obstante, pese a los esfuerzos de Agulhon (1977), el concepto de sociabilidad y su utilización había “prendido, como se dice que ‘prende’ una moda” (p. 7). Como sucedió con muchos conceptos y enfoques teóricos, el término sociabilidad no tardó en tomar fuerza y penetrar en la his- toriografía europea. Rápidamente, la proliferación de investigacio- nes encaminadas en el campo de las sociabilidades fue notable en Europa, principalmente en países como Francia, Italia y España que lideraron los estudios sobre la sociabilidad y hoy en día poseen una riqueza historiográfica sobre dicha temática (Canal i Morell, 1993). Aunque es necesario señalar que en otros países de Europa el tér- mino de sociabilidad también penetró velozmente, tales fueron los casos de Suiza, Alemania, Bélgica y Holanda, donde se realizaron una serie de encuentros académicos en la década de 1980: Bad- Homburg (1983) y Lausana (1986). Durante las décadas de 1960, 1970 y 1980, Agulhon centró sus investigaciones en el análisis de las formas y espacios de socia- bilidad. El resultado de dicho proceso fue un número considerable de publicaciones que hoy se citan en los diferentes balances o re- flexiones que se realizan alrededor del concepto de sociabilidad. En gran medida, la obra de Agulhon encarnaba lo que Marcel Gauchet llamó la “nueva historia política” que introducía una renovación, diversificación y legitimación en la historiografía, específicamen- te de su objeto de estudio, dando paso a la interdisciplinaridad y “pluridisciplinariedad” (Canal i Morrel, 2001, p. 56); empleando palabras del historiador inglés Peter Burke (2000), se trataba de una historia con concordancia, en la que dos o más disciplinas de las ciencias sociales se encontraban alrededor de una problemática. La sociabilidad ha pasado a ser un referente histórico de los diferentes estudios en diversos espacios y períodos. Se ha centrado 8 investigación & desarrollo vol 23, n° 1 (2015) págs. 187-37 issn 2011-7574 (on line) El concepto de sociabilidad como referente del análisis histórico en áreas geográficas, como Europa, Norteamérica, el norte de Áfri- ca y algunos países de América Latina, sobresaliendo Argentina, México, Chile y Brasil. Igualmente, la temporalidad abordada por los estudios centrados en la sociabilidad va desde la Grecia clásica hasta el siglo XX. En los citados estudios, la sociabilidad formal se complementa con la informal1, a través de investigaciones que dan cuenta de las formas de sociabilidad que se enhebraron tanto en las asociaciones, clubes, círculos, agrupaciones políticas, logias masónicas, al igual que, en las plazas, cafés, tabernas, pulperías y vida familiar. El señalado proceso ha generado un vasto campo investigativo y una recurrente bibliografía cuyo eje central es la sociabilidad. Además de haber pasado por una amplia proliferación en el campo historiográfico de los países de Europa, Norteamérica, Áfri- ca y América Latina, el concepto de sociabilidad, al igual que otros términos, ha sufrido lo que podríamos llamar una “vulgarización” de la categoría de análisis (González, 2007). En muchos autores comenzó a tornarse en una palabra oportuna para almacenar en una guardilla las formas fundamentales de las vidas colectivas disí- miles pero presentes. En síntesis, una nueva palabra para enmarcar las situaciones tradicionales a las que anteriormente se les coloca- ba la inscripción de vida cotidiana, civilización o historia de las costumbres. Pese a lo anterior, el concepto de sociabilidad sigue siendo una noción acertada, oportuna y fértil para los estudios históricos, con la salvedad de que hay que definirla en un tiempo y espacio. Tiene que limitarse el concepto, ya que si no se realiza dicho ejerci- cio el término tiende a “volverse un cajón de sastre” y una categoría improductiva para los estudios históricos debido a que no cumple con el objetivo de efectuar explicaciones históricas oportunas; por el contrario, cae en ambigüedades como afirma Jean-Luis Guereña (2001a): “si todo es sociabilidad, la sociabilidad no es nada y […] no sirve para la explicación histórica” (p. 16). Además, la sociabili- 1 Gurvitch (1941) propuso una sociabilidad espontánea (informal) y una so- ciabilidad organizada (formal). investigación & desarrollo vol 23, n° 1 (2015) págs. 187-37 9 issn 2011-7574 (on line) Willian Alfredo Chapman Quevedo dad como problema debe relacionarse con otros conceptos que nos permitan la explicación de los fenómenos históricos (Luego, 2003). La historiografía contemporánea, basada especialmente en los estudios de Agulhon, define la sociabilidad como “la aptitud de los hombres para relacionarse en colectivos más o menos estables, más o menos numerosos, y a las formas, ámbitos y manifestaciones de vida colectiva que se estructuran con este objetivo” (Guereña, 2001a, p. 17). El lector advertirá que la definición citada nos remi- te a un universo amplio y, si se quiere emplear el término, ambi- guo. Sin embargo, aparece como una noción válida para esgrimirla en las diferentes investigaciones históricas, con la advertencia, tal como se ha anotado, de limitarla en un espacio y tiempo. Ya que la expansión y aceptación que ha tenido el concepto se ha debido, precisamente, a “su manifiesta inconcreción y poliedrismo” (Canal i Morell, 2001, p. 58), lo que ha extendido sus marcos de referencia, tanto cronológicos como geográficos y temáticos. En síntesis, se trata más bien de observar la problemática en la que las dinámicas sociales estudiadas revelen la sociabilidad y no, como se ha empleado muchas veces, se utilice como un concepto forzado que encajone los fenómenos históricos. Así: “No basta en efecto con usar el término de “sociabilidad” y seguir utilizando otra problemática para, automáticamente, como por arte de magia, per- filar adecuadamente espacios y formas de sociabilidad.” (Guereña, 2001a, p. 17) Se trata de plantearse interrogantes alrededor de la existen- cia de una geografía y cronología de la sociabilidad, dificultades latentes a la hora de abordar problemáticas alrededor de la noción de sociabilidad, por lo que es primordial separar conceptualmente lo contemplado o entendido como sociabilidad general y vida aso- ciativa, advirtiendo que la vida asociativa formalizada no se puede establecer como un requisito y característica esencial y perpetua de la sociabilidad, pero sí representa una propiedad observable. 10 investigación & desarrollo vol 23, n° 1 (2015) págs. 187-37 issn 2011-7574 (on line)

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keywords: Sociability, politicization, social relations, policy. fecha de recepción: Diccionario de Autoridades definía la palabra sociabilidad como: “el.
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