El Duque cree que puede seducir a la hermosa pequeña hipócrita, para lograr que cese en su alarmante discurso... o al menos ponerla en una posición complicada, para poder chantajearla. Por lo que pretende estar de su lado durante el día, con el fin de exponerla al sensual estilo de vida que ha estado llevando, y por la noche le escribe cartas eróticas y visita su cama como un amante enmascarado, para instruirla en todas las actividades pecaminosas a las que tanto teme. Pero a medida que crece su cercanía, Penélope los desea a ambos, a Jeremy y a su amante misterioso. Y Jeremy comienza a darse cuenta de que la frustrante y absolutamente tentadora Penélope, tiene la mano ganadora en cualquier juego en el que participen. Especialmente en los del corazón.