Erich Von Daniken nos da su hipótesis central, en la que la religión de varias civilizaciones antiguas les fue "revelada" por supuestos visitantes extraterrestres, quienes además de haber sido recibidos como "dioses" a su vez les habrían transmitido a aquéllas algunos conocimientos tecnológicos. Estas ideas han sido en gran medida rechazadas por la mayoría de los historiadores y científicos.
Desde la perspectiva del Universo, los seres humanos somos únicamente los habitantes del "tercer planeta" de un pequeño Sol que flota en uno de los extremos de la galaxia, por lo cual no tiene importancia que tratemos de establecer distinciones entre nosotros llamándonos rusos o chinos, americanos o europeos, negros o blancos.
Cuando, un día, logremos establecer los primeros contactos con los seres inteligentes de otros planetas, nos entenderemos sólo en un idioma. Pero entonces habrá de abandonarse la imagen universal que hoy tenemos, y la joven generación de la Era del espacio rechazará definitivamente de su conciencia los últimos sentimientos nacionalistas, que ya no tendrán ninguna razón de ser.