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RAE Manual De La Nueva Gramática De La Lengua Española PDF

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263281 -9 9 1 1 8 8 -32 32 0 0 7 6 7 84- 46 - 8 8 8 97 7 9 Cuestiones generales 1 Partes de la gramática. Unidades fundamentales del análisis gramatical 1.1 La gramática y sus partes. Características generales de esta obra 1.2 Unidades fónicas 1.3 Unidades morfológicas 1.4 Unidades sintácticas: las clases de palabras 1.5 Unidades sintácticas: los grupos sintácticos 1.6 Unidades sintácticas: las funciones 1.7 Unidades sintácticas: la oración 1.1 La gramática y sus partes. Características generales de esta obra 1.1.1 Definición de gramática. Partes en que se divide 1.1.1a En su sentido más estricto, la gramática estudia la estructura de las pa­ labras, las formas en que estas se enlazan y los significados a los que tales combina­ ciones dan lugar. En este sentido, la gramática comprende la morfología, que se ocupa de la estructura de las palabras, su constitución interna y sus variaciones, y la sintaxis, a la que corresponde el análisis de la manera en que se combinan y se dis­ ponen linealmente, así como el de los grupos que forman. La gramática es, pues, una disciplina combinatoria, centrada, fundamentalmente, en la constitución interna de los mensajes y en el sistema que permite crearlos e interpretarlos. No son partes de la gramática la semántica, que se ocupa de todo tipo de significados lingüísticos (no solo de los que corresponden a las expresiones sintácticas), y la pragmática, que analiza el uso que hacen los hablantes de los recursos idiomáticos. Aun así, las consideraciones pragmáticas se hacen necesarias en la descripción de numerosos aspectos de la gramática. En un sentido más amplio, la gramática comprende, ade­ más, el análisis de los sonidos del habla, que corresponde a la fonética, y el de su organización lingüística, que compete a la fonología. 1.1.1b A cada parte de la gramática pertenecen varias unidades sustantivas (en el sentido de ‘fundamentales’ o ‘esenciales’) y diversas relaciones. La mayor parte de dichas unidades se componen de otras más pequeñas. Así, en la fonología 1.1.2a Partes de la gramática. Unidades de análisis 4 los rasgos distintivos se agrupan en fonemas, que a su vez constituyen sílabas. Los segmentos de la morfología son los morfemas (como los de des-orienta-ción), que se agrupan en palabras (desorientación, orientación, desorientado). A su vez, la palabra constituye la unidad máxima de la morfología y la unidad mínima de la sintaxis. Las palabras, pertenecientes a una determinada categoría o clase en función de sus propiedades morfológicas y sintácticas, forman grupos sintác­ ticos: mi casa, por ejemplo, es un grupo nominal y beber leche, uno verbal. La com­ binación de determinados grupos sintácticos da lugar a las oraciones, que relacionan un sujeto con un predicado. Las funciones sintácticas, como sujeto, complemento directo, etc. (§ 1.6), son unidades relacionales: un sujeto lo es en rela­ ción con un cierto predicado. Así, el grupo nominal mi casa es el sujeto de la oración Mi casa queda bastante lejos, mientras que es el complemento directo de El fuego destruyó mi casa. Las relaciones sintácticas se expresan formalmente de diversas maneras: mediante la concordancia (por ejemplo, la de número y persona entre sujeto y predicado), la selección (como la de determinadas preposiciones: depen- der de alguien) y la posición (por ejemplo, la del complemento directo detrás del verbo). 1.1.2 Tipos de gramática. Características generales de esta obra 1.1.2a Se llama gramática sincrónica la que estudia los fenómenos lingüísti­ cos tal como se presentan en un momento determinado; la gramática histórica o diacrónica se interesa por el modo en que evolucionan a lo largo de cierto período o de la historia de la lengua en su conjunto. Por otra parte, desde el punto de vista de los objetivos y fundamentos del análisis gramatical, se distinguen la gramática descriptiva y la gramática normativa. La primera presenta las propiedades de las unidades gramaticales en cada uno de los niveles de análisis: fonética, fonología, morfología y sintaxis; la segunda establece los usos que se consideran ejemplares en la lengua culta de una comunidad, a menudo con el respaldo de alguna institución a la que se reconoce autoridad para fijarlos. Finalmente, suele denominarse gramática teórica la que se fundamenta en una determinada teoría gramatical, generalmente contemporánea. 1.1.2b La presente gramática del español es sincrónica, aunque contiene nume­ rosas referencias a la historia de la lengua, y está concebida como obra a la vez des­ criptiva y normativa. Presenta las variantes gramaticales que se consideran propias de la lengua estándar en el mundo hispanohablante, atendiendo preferentemente a los registros formales, pero reflejando también fenómenos característicos de la len­ gua coloquial. Procura ser sensible a la variación geográfica, a los niveles de lengua (o sociolectos) de los hablantes —es decir, a las variantes propias de cier­ tas capas sociales o de determinados grupos profesionales—, así como a los regis­ tros o estilos lingüísticos que un mismo hablante puede manejar, esto es, a las variedades formal, coloquial, u otras que están determinadas por situaciones comu­ nicativas específicas. Desde el punto de vista doctrinal o teórico, pretende combinar las mejores aportaciones de la tradición gramatical hispánica con algunos logros de la gramática contemporánea. En consonancia con este propósito, la terminolo­ gía utilizada toma la tradicional como punto de partida, aunque incorpora varios 5 Unidades fónicas 1.2.2 conceptos analíticos no habituales en ella, pero extendidos en la investigación lin­ güística actual. 1.1.2c Los datos que se manejan en esta obra proceden tanto de usos atesti­ guados, sobre todo escritos pero también orales, como de la introspección del gramático o de los hablantes consultados por él. Los datos son valorados a partir de dos criterios distintos: su gramaticalidad y su corrección idiomática. La pri­ mera noción designa la medida en que cierta construcción se ajusta o no al sistema gramatical de la lengua en un momento determinado. Las construcciones agra­ maticales, que se marcan con un asterisco (*), son secuencias irregulares que in­ fringen algún principio de dicho sistema. No están atestiguadas, y son rechazadas por los hablantes nativos a los que se les proponen. El gramático las construye como recurso heurístico (es decir, de búsqueda o investigación) para delimitar las pro­ piedades de las palabras y de las pautas sintácticas en las que aparecen. Por el con­ trario, la corrección idiomática representa un factor de valoración social. Permite distinguir las secuencias atestiguadas que se usan en la expresión cuidada de aquellas que carecen de prestigio y, en consecuencia, se recomienda evitar. En la presente obra se tiene en cuenta que las variantes morfológicas y sintácticas que se conside­ ran correctas en una determinada comunidad pueden no coincidir por completo con las opciones favorecidas en otras. Se explicará a lo largo de esta gramática la natu­ raleza de la anomalía que caracterice las construcciones que se consideren incorrec­ tas, pero no se marcarán esas secuencias con ningún signo tipográfico. 1.2 Unidades fónicas 1.2.1 La fonética y la fonología. Unidades segmentales La fonética es la disciplina que analiza los mecanismos de la producción y de la percepción de los sonidos del habla. La fonología estudia la organización lingüís­ tica de los sonidos. No abarca todos los sonidos que el ser humano es capaz de ar­ ticular, sino solo los que poseen valor distintivo o contrastivo en las lenguas. Así, la oposición entre dato y dado es fonológica en español porque la sustitución de un sonido por otro permite diferenciar significados: /t/ y /d/ son fonemas, unidades abstractas compuestas de elementos coexistentes denominados rasgos distinti­ vos (referidos a nociones como sonoridad, lugar de articulación y modo de articulación). La oposición básica entre los sonidos de la cadena hablada se esta­ blece entre vocales y consonantes. Las vocales son los sonidos más abiertos que permite la lengua, puesto que no presentan obstáculos a la salida del aire; las conso­ nantes son los que se producen mediante una constricción o estrechamiento en el tracto vocal. La sílaba es el grupo mínimo de sonidos dotado normalmente de estructura interna en la cadena hablada. 1.2.2 La prosodia. Unidades suprasegmentales Se llama prosodia la disciplina que estudia el conjunto de los elementos fónicos suprasegmentales, es decir, aquellos que afectan a varios segmentos. El acento es 1.3 Partes de la gramática. Unidades de análisis 6 el grado de fuerza con el que se pronuncia una sílaba y el que la dota de prominencia con respecto a otras limítrofes. Se denomina entonación la línea o curva meló­ dica con que se pronuncia un enunciado. En esta se reconoce una serie de formas recurrentes, llamadas patrones melódicos. 1.3 Unidades morfológicas La morfología es la parte de la gramática que se ocupa de la estructura de las pala­ bras, las variantes que estas presentan y el papel gramatical que desempeña cada segmento en relación con los demás elementos que las componen. Se suele dividir en dos grandes ramas: la morfología flexiva y la morfología léxica, y según la perspectiva adoptada se distingue entre morfología sincrónica y morfología diacrónica. 1.3.1 Morfología flexiva Estudia la morfología flexiva las variaciones de las palabras que implican cam­ bios de contenido de naturaleza gramatical con consecuencias en las relaciones sin­ tácticas, como en la concordancia (Ellos trabajan) o en la rección (para ti). El conjunto de estas variantes constituye la flexión de la palabra o su paradigma flexivo. 1.3.1a El número en los sustantivos y los pronombres proporciona información cuantitativa sobre las entidades que se designan (casas, ideas), pero el de los deter­ minantes (los, esos), el de los adjetivos (altos, libres) y el de los verbos (Los pensa- mientos vuelan) solo está presente por exigencias de la concordancia. El género de los sustantivos y pronombres proporciona información significativa en algunos ca­ sos (escritor / escritora), pero no es propiamente informativo en otros muchos sus­ tantivos (cama, árbol), y tampoco en los determinantes y adjetivos. La persona es una propiedad de los pronombres personales (yo, tú, vos…) y de los posesivos (mi, tu, nuestro…), que también muestra el verbo en la concordancia (Tú sueñas). 1.3.1b Diversas relaciones sintácticas se ponen de manifiesto en gran número de lenguas por la flexión de caso, pero en español esta ha quedado reducida al paradig­ ma de los pronombres personales. Así, el pronombre yo aparece en el caso recto o nominativo, que corresponde típicamente al sujeto; el pronombre mí (caso obli­ cuo) está restringido a los contextos preposicionales: detrás de mí, acordarse de mí, para mí. Cuando es complemento directo, adopta la forma de acusativo me, y si es complemento indirecto aparece en la variante de dativo, que coincide con la de acusativo en el pronombre de primera persona del singular, pero no en otros: Lo leí; Le entregué las llaves. 1.3.1c Es exclusiva de los verbos la flexión de tiempo, aspecto y modo. La flexión de tiempo constituye una información deíctica, en el sentido de que ubica una determinada situación con respecto al momento en que se emite el enunciado. El tiempo se relaciona de manera a veces intrincada con el aspecto, que es la categoría 7 Unidades morfológicas 1.3.2c —no deíctica— que expresa la estructura interna de las situaciones y diferencia, por ejemplo, la situación que se inicia (empezar a estudiar) de la que se repite (seguir estudiando). El modo pone de manifiesto en la flexión verbal la actitud del hablante hacia la información que se enuncia, pero expresa también la dependencia formal de algunas oraciones subordinadas respecto de las clases de palabras que las seleccio­ nan o de los entornos sintácticos en los que aparecen. Así, contrastes como Estoy {seguro ~ *cansado} de que se comportan así, frente a Estoy {*seguro ~ cansado} de que se comporten así, son consecuencia directa del significado de los adjetivos respecti­ vos. Se distinguen en español los modos indicativo, subjuntivo e imperativo. El con­ dicional se interpreta en la actualidad como una forma del indicativo. 1.3.2 Morfología léxica 1.3.2a Llamada también formación de palabras, la morfología léxica estu­ dia la estructura de las palabras y las pautas que permiten construirlas o derivarlas de otras. Se divide tradicionalmente en dos subdisciplinas: la derivación y la composición. En ambas se estudian procesos morfológicos que se aplican a ciertas voces denominadas bases léxicas. Las palabras derivadas se forman a partir de una base léxica por un proceso de afijación. Así, dormitorio se crea a partir de dor- mir, sensatez a partir de sensato, o robustecer a partir de robusto. En la composición se unen dos bases léxicas: ceji-junto, saca-corchos. Mientras que las voces flexiona­ das (leo, leyendo, leeré) constituyen variantes de una misma unidad léxica (leer), las palabras derivadas (lector, lectura) constituyen voces diferentes. Así como el paradigma flexivo es la serie de las variantes flexivas de una palabra (alto, alta, altos, altas), el paradigma derivativo o familia de palabras se obtiene con las voces derivadas de ella, como altura, alteza, altivo, altivez, altamente, altitud, o el verbo enaltecer, así como con las palabras compuestas que la contienen, como altiplano, altibajo, altímetro. 1.3.2b Las voces derivadas constan de una raíz y un afijo. La raíz aporta el significado léxico, y los afijos agregan informaciones de diverso tipo. Se reconocen tres procesos en la derivación: la sufijación, la prefijación y la parasíntesis. Así, la palabra mar-ino contiene un afijo pospuesto o sufijo. Este término se usa más en la morfología derivativa; en la flexiva se prefiere el nombre de desinencia, sobre todo para los afijos flexivos del verbo. Estos segmentos aportan informaciones sobre el tiempo, el aspecto, el número, la persona o el modo. La vocal temática es un seg­ mento flexivo sin repercusión semántica, pero que distingue las tres conjugaciones (amar, temer, partir). Los morfemas antepuestos a la base léxica se denominan prefijos (im-posible, re-educar). El lugar de la prefijación dentro de la formación de palabras ha oscilado tradicionalmente. Mientras que en los estudios clásicos era más común ubicarla en la composición, en la actualidad se la sitúa de forma mayoritaria en la derivación. 1.3.2c Tradicionalmente se ha denominado parasíntesis al procedimiento de formación de palabras que participa de la derivación y la composición. Son, pues, formas parasintéticas centrocampista, cuentacorrentista o quinceañero. Como la prefijación se asimilaba tradicionalmente a la composición, también se consideran 1.3.2d Partes de la gramática. Unidades de análisis 8 parasintéticos los verbos que contienen un afijo discontinuo, formado por prefijo y sufijo, como a-…-ar y en-…-ecer, entre los que se puede situar un adjetivo (aclarar, atontar, engrandecer, entristecer) o un sustantivo (abotonar, amontonar, apoltronar). 1.3.2d Junto a los sufijos y los prefijos, los infijos e interfijos son los afijos mediales, que se agregan a la raíz o bien la separan del sufijo. El término interfijo se suele aplicar a los morfemas derivativos o flexivos sin significado que se intercalan entre la raíz y otro sufijo (polv-ar-eda, no *polveda; pon-g-o, no *pono), mientras que el término infijo se ha empleado, entre otros usos, para designar los morfemas que se insertan en la palabra y aportan algún significado, generalmente apreciativo (Carl-it-os, arrib-ot-a). Con el fin de simplificar la descripción, en esta obra se usará únicamente el término interfijo para designar los segmentos mediales a los que se ha hecho referencia, sean estos flexivos o derivativos. 1.3.2e Las informaciones flexivas y las derivativas presentan propiedades morfológicas muy distintas. Las flexivas no alteran la clase de palabras a la que per­ tenece la base, mientras que las derivativas lo hacen con frecuencia: escritor, famoso, lavable. No ocurre así, sin embargo, con la mayoría de los prefijos (escribir > reescribir), los sufijos apreciativos (casa > casita) y algunos otros afijos (maíz > maizal). Los afi­ jos derivativos (-idad) preceden a los flexivos (-es), como en [ [ [oportun]idad]es] y, a diferencia de ellos, se asocian con numerosos significados, no siempre aislables o deslindables con facilidad, como el de ‘agente’ (oxid-ante), ‘instrumento’ (destornilla-dor), ‘cualidad, calidad o condición’ (tranquil-idad), ‘lugar’ (lava-dero), ‘acción’ (negocia-ción), ‘tiempo’ (lact-ancia), ‘conjunto’ (chiquill-ería), ‘golpe’ (maz-azo). No obstante, algunos afijos no aportan un significado reconocible, como sucede con re- en recoger o -mento en campamento. 1.3.2f Las variantes flexivas de las palabras están ausentes de los diccionarios. Por el contrario, aparece en ellos la mayor parte de las voces obtenidas por derivación y compo­ sición. Se exceptúan las formadas por los afijos derivativos que poseen mayor rendimien­ to, concepto que en morfología recibe el nombre de productividad. Así, el DRAE opta en sus últimas ediciones por no incluir un gran número de adverbios terminados en -mente (como decisivamente o abruptamente), ni de adjetivos terminados en -ble (insta- lable o solucionable). Tampoco da cabida a la mayor parte de las voces formadas con sufi­ jos apreciativos (como arbolito o fiebrón), salvo cuando están lexicalizadas. 1.3.3 Morfología sincrónica y diacrónica La formación de palabras está sujeta en español a múltiples irregularidades que, en su mayor parte, son resultado de factores históricos. Por esta razón en la m orfología sincrónica se suelen proponer estructuras morfológicas que se apartan de la etimología de la palabra y buscan apoyo en las relaciones que establecen intuiti­ vamente los hablantes. Así, en el análisis sincrónico se considera que conductor es un derivado de conducir, pese a que en latín ya existía conductor. Se evitan, por otra parte, en el análisis sincrónico las bases opacas, perdidas o no accesibles, de las que los hablantes no tienen conciencia. Por ejemplo, a partir de la base ya perdida calura procede históricamente el adjetivo caluroso; por analogía con este adjetivo, 9 Unidades morfológicas 1.3.4d se suele explicar la u de riguroso. En la morfología sincrónica, sin embargo, se pre­ fiere vincular ambos adjetivos con los sustantivos hoy existentes calor y rigor. La morfología diacrónica, en cambio, se atiene estrictamente a la etimología. Una forma de evitar las bases opacas en la morfología sincrónica es postular variantes alternantes (o alomorfos), como calur- ~ calor- para explicar caluroso. A pesar de ello, ha de tenerse en cuenta que la transparencia de las palabras es variable. Casi todos los hispanohablantes relacionan agruparse con grupo o apolillarse con polilla; pero solo algunos vinculan amilanarse con milano o agazaparse con gazapo (‘cría de conejo’). Si bien la orientación de esta obra es, fundamentalmente, sincrónica, en los capítulos de morfología léxica se introducen referencias frecuentes a los factores históricos que condicionan la formación de un gran número de voces. 1.3.4 Relaciones entre las unidades morfológicas y las fonológicas No son escasos los fenómenos morfológicos que se solapan o traslapan parcialmente con los fonológicos en español. Se tratarán algunos en los apartados que siguen. 1.3.4a Se llama silabificación o silabeo la segmentación de las palabras en sílabas. Este proceso suele ser sensible a la estructura morfológica del español. Así, el adjetivo sublunar, que contiene el prefijo sub-, se segmenta en la forma sub.lu.nar, y no en la forma *su.blu.nar (los puntos separan sílabas), mientras que el adjetivo sublime —en el que no se reconoce ningún prefijo— se silabea en la forma su.bli.me, en lugar de *sub.li.me. La segmentación ortográfica sigue pautas similares. 1.3.4b Como se señaló en el § 1.3.3, los segmentos morfológicos pueden poseer variantes alternantes: por ejemplo, las de la raíz de tener son ten- / tien- / tuv-, y las de la desinencia del imperfecto del indicativo, -aba / -ía. También las presentan algunos sufijos (-ez / -eza; -ción / -ión; -al / -ar) y prefijos (in- / i-; con- / co-). Dos variantes de una misma base se diferencian con frecuencia en las alternancias vocálicas que muestran. Las más sistemáticas en español son las que afectan a la diptongación, en particular /e/ ~ /ié/ (cerrar ~ cierro; niebla > neblina; diente > dentista) y /o/ ~ /ué/ (dormir ~ duermo; fuego > fogoso; pueblo > popular). Entre las alternancias conso­ nánticas figuran las siguientes: /k/ ~ /s/ (/θ/ en gran parte de España): sueco ~ Sue- cia, médico ~ medicina; /g/ ~ /s/ (o /θ/): narigudo ~ nariz, mendigo ~ mendicidad; /t/ ~ /s/ (o /θ/): inocente ~ inocencia, profeta ~ profecía; /d/ ~ /s/ (o /θ/): privado ~ pri- vacidad, delgado ~ adelgazar; /g/ ~ /x/: filólogo ~ filología, conyugal ~ cónyuge. 1.3.4c Se denomina suplencia o supleción la sustitución de una base por otra de igual significado, y a menudo de su mismo origen. El fenómeno es muy habitual en las alternancias entre las bases cultas, heredadas generalmente del latín, y las bases patrimoniales, propias del español. Son bases supletivas acu- (acuoso) para agua; digit- (digital) para dedo; lact- (lactosa) para leche; fil- (filial) para hijo, etc. En la flexión poseen raíces supletivas verbos como ir (iré / fui / voy) o ser (seré / fuimos / eras). 1.3.4d Las alternancias en las bases o en los afijos se crean también con otros procesos. Entre ellos están la haplología o supresión de consonantes (a veces, también de sílabas) en las raíces de algunas palabras derivadas o compuestas, como

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