Cuando Lee Waxman llegó a Hot Spring, sobre un caballo tan derrengado como él, su intención era buscar un sitio donde poder dormir y quedarse roque hasta el mediodía del día siguiente. Pero, cambiando el refrán, el hombre propone y la mujer dispone… Lo cual quiere decir que, mientras mantenía al paso su montura, a lo largo de la calle Mayor, vio a una mujer que le llamó poderosamente la atención. A Lee Waxman todas las mujeres le llamaban poderosamente la atención. ¡Pero es que aquella era un monumento! Ni alta ni baja, ni gorda ni flaca. Desde luego la madre naturaleza le había concedido las medidas precisas, desde los pies a la cabeza.