ESCÁNDALO EN LAS LETRAS OBRAS DEL AUTOR NOVELAS Y CUENTOS El padre Ramón (Madrid, 1923). Sombras (Madrid, 1924). Caminos de servidumbre (Madrid, 1926). "El Chupao" y otros cuentos (Madrid, 1963). CRÍTICA LITERARIA Azorín (Madrid, 1933). Don Juan Valera (Madrid, 1940). Premio Valera. Meditaciones de un lector con motivo de la Fiesta del Libro (Cá ceres, 1955). Siete ensayos sobre el Romanticismo español (Cáceres, 1963). Pre mio "Cartagena" de la Real Academia Española. Escándalo en las letras (Protesta razonada contra la poesía y el arte actuales). Ensayo. PRÓXIMAS A PUBLICARSE Angustia. Novela. Poesías. Viaje al cielo. Poema épico-burlesco, en prosa. Pensamientos y divagaciones. Un hombre a la deriva. Diario. EN PREPARACIÓN Crítica sin hiél: Voces y expresiones viciosas. Estudios lingüísticos. La literatura del diablo. Ensayo. Literatura y filosofía. Ensayos. El siete. Estudio sobre la aplicación de este número en la Biblia, la Teología, la Ciencia, la Historia, la Literatura y el Arte. PEDRO ROMERO MENDOZA Premio «Cartagena» de la Real Academia Española E C N A 0 S A D L Í,N LAS LETRAS (PROTESTA RAZONADA CONTRA LA POESÍA Y EL ARTE ACTUALES) MADRID i 9 6 4 EDICIÓN DEL AUTOR Nútn de Registro 341-65 Depósito Legal: M. 2.028-1965 ARTES GRAHCAS CLAVILEÑO, S. A. PANTOIA» 20 (PROSPERIDAD). MADRID (21 "La obscuridad y el mysterio na cen de la ignorancia, y no producen más que altivez y desidia, mortales enemigos de la verdadera sabiduría." Juan Andrés: Origen, progresos y estado actual de toda la literatura (Madrid, MDCCLXXXIV), tomo I. página 71. 1 "¡NO ES ESTO! ¡NO ES ESTO!" H E leído los poemas en prosa de Pasión de la tierra. ¿Ha brá encontrado al fin Vicente Aleixandre "el tierno caramelo perdido"? Porque encontrar un caramelo en pleno caos, no debe ser cosa muy sencilla. El arte actual es como un poema épico-cómico. Épico, por la grandeza del intento, y cómico, porque se han quedado muy lejos de la meta propuesta. Lo cómico, como es sabido, surge de la distancia que hay entre el objeto de nuestro pensamiento y su realización. Freud, Lange, etc., han hecho al arte un daño irreparable al teorizar sobre el subconsciente. Y si esta zona oscura de nuestro espíritu —considerado como una esfera, con un he misferio iluminado por la razón y el otro en tinieblas— no sabe hasta ahora manifestarse más que por medio de desatinos, in coherencias y extravagancias, mejor hubiera sido no descubrir lo. Porque así entendido el subconsciente, se convierte en una. 10 PEDRO ROMERO MENDOZA especie de bula o carta blanca para cometer toda clase de des varios, ya que no existe límite alguno que reprima los excesos de la mente, de la fantasía o del corazón. Cualquier exabrupto, descarrío o extravagancia pueden convertirse en elemento es tético. Y surge el problema de la legitimidad de tales factores como materia de arte. La moneda legítima es un imperativo para el que paga y para el que cobra; pero la moneda falsa a nada obliga en este mundo del toma y daca, como no sea a denunciar su ilegiti midad. La mente sólo disfruta con la posesión de la verdad, y el arte tiene la dispensa de ir más allá de lo verdadero, con tal de no exceder el límite de lo verosímil. Si nos movemos dentro de estas fronteras habrán aumenta do nuestras posibilidades de acertar. El arte tiene horror al va cío y propende a apoyarse en la tierra firme de la ejemplaridad creadora. Los latinos volvieron sus ojos a los griegos, y el Re nacimiento a la Hélade y a Roma. ¿Quiere esto decir que pro pugno el estacionamiento del arte? Nada de eso. Todo espíritu creador es un viajero que camina siempre hacia adelante, pero que lleva las alforjas repletas de cosas buenas. Los "surrealistas", como los "irracionalistas", son muy in consecuentes. Los irracionalistas abominan de la razón y se sirven de ella a cada paso. Los surrealistas repugnan el sentido universal de las cosas y, sin embargo, no pueden renunciar a él. Consideran el lenguaje, al igual que los demás, como una con vención estipulada por los hombres para entenderse. Cuando dicen estío, o crepúsculo, o viento, o simplemente silla, nariz o sombrero, designan cada una de estas cosas. Su audacia carece de empaque. No se rebelan contra la significación de las pala bras. Se limitan a colocarlas arbitrariamente; a desvincularlas de todo patrón lógico, hermanando las voces más dispares, cam biando la naturaleza de los verbos y su régimen y contravi niendo la ley de los sentidos, esto es, atribuyendo al olfato lo que es propio del paladar, o al nervio óptico lo que corresponde al oído. En el fondo, todo esto es pueril: una niñería incom patible con la seriedad del arte, del acto creador.
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