El comienzo del siglo XX fue fructífero en cuanto al desarrollo de la tecnología ya que algunos de los inventos surgidos en el siglo anterior, no comenzaron a utilizarse con eficacia hasta principios del XX.
Gracias a todos estos inventos, la vida de la gente mejoró y los hombres creyeron que eran capaces de realizar cualquier cosa que se propusieran.
Los transportes se beneficiaron en gran medida de esta nueva tecnología haciendo posible la construcción de grandes barcos.
En este contexto es fácil deducir lo que supuso la construcción y el posterior viaje del Titanic.
Su grandeza era la grandeza de los tiempos.
Nuestro protagonista Tomeu, marinero alicantino, intrépido y aventurero, al tener noticia de la construcción del gran trasatlántico se propone formar parte de la tripulación y junto a sus dos amigos y compañeros Glyn y Vicente vivirá una serie de situaciones navegando por diferentes mares y conociendo distintas realidades que le llevarán a conseguir su objetivo.
No obstante, todo se desmorona como una torre de naipes y el conseguir su objetivo le lleva a vivir la peor experiencia de su vida.
Sin embargo, la raza humana tiene un encomiable poder de superación y nuestro protagonista, a pesar de la gran tragedia que tiene que vivir, puede rehacer su vida y seguir adelante aunque nunca le abandone el gran dolor que desde entonces anidará en el fondo de su alma.