NOTICIA HISTORICA DEL DESARROLLO DE LAS IDEAS ACERCA DEL ORIGEN DE LAS ESPECIES ANTES DE LA PUBLICACION DE LA PRIMERA EDICION DE ESTA OBRA Dare aqui una breve noticia del desarrollo de las ideas acerca del origen de las espies. Hasta hace poco tiempo, la gran mayoria de lw natu- ralistas creia que las espies eran creaciones in- mutables y que habian sido creadas separada- mente. Esta opini6n ha sido hijbilmente Sost$$- da por muchos autores. Unos pocos naturalistas, por el contrario, han crefdo que las especies su- fren mcdificaiciones y que las fonnas ordnicas existentes son descendientes, por verdadera gene- racibn, de formas preexistentes. Pasando por alto las ailusiones a este asunto en 10s writores alC sicas (l), el primer autor que en 1es tiampos mo- (1) Aristbtelee, en sus Plq~sica?A wdtationes (libro 11, capitulo 8.0, s. 2). despues de advortir que la lluvia no cae mRs para hacer crecer la mies que para estropear el grano del labrador cuarido est& a la intemperie despub de la trilla, aplica el mismo argument0 a la organizacibn. Y nfiade-segh la traducci6n de mister Clair Grece, quien par vez primera me sefialb este pasaje-: "De igual modo, "Lqu6 impide a las diferentes partes del cuerpo tener esta relacibn puramente accidental en 8u naturaleza?. wmo 10s dientes,i wr ejemplo. crecen poor newsidad los BP de- late afilados. adecuados para cortar, y Irs muelas, planas Y Wles para masticar la comida, pues 110 fueron hechos 12 dernw lo ha tratado con espiiitu cientifico fu6 Buff6n; pero como sus opiniones fluctuaron niu- oh0 en diferentes periodos y no entra en las cau- sas o. modos de transfoimaci6n de las especies, no neemito entrar aqui en detalles. Lamarck fud el primero cuyas conclnsiones so- bre este asunto despertaron mucho la atencibn. Este naturalista, justamente celebrado, public6 primero ws apinion'es en 1801, las amrplib muoh@ en 1809, en su Philosophie Zoologique, y despuCs, en 1815, en la Introduccidn a su Hist. Nut. des animauz sans vertkbres. En estas obras sostuvo la dwtrina de que las esipecies, incluso el hom- bre, han descendido de otras especies. Fu6 el pri- mer0 que prest6 d eminente servicio de desper- tar la atenci6n acerca de la probabilidad de que todos 10s cambios, tanto en el mudo orghnico cam0 en .el inorghnico, man el aesultado de ma 'ley y no de una interposicih milagrosa. Lamarck parece haber sido principalmente lle- vdo a su coxdusih sabre el cambio gradual c e las especies por la dificultad de distinguir espe- "con este fin, sino que esto fu6 VesuItatFo accidental, y corn0 "ocurre a las otras partes en que parece existir una adap- "tambn a un fin. Por consiguiente, dondequlera que todas "lay cosas juntas-esto es, todas las partes de un tod-cu- "rrieron como si estuviesen hechas con el fin de algo, &as "se mnservaron pop haber sido adecuadamente cnnstitufdas "por una espontaneidad interna, y cualesquiera cosas que "no fueron oenstitusdas asi perecieron y perecen siempre" Vemos aQuI el principio de la seleccidn natural vagamente indicado; per0 suu observaciones sobre la formaci6n de 10s dientes nos mue-tran lo incompletamente que entendi6 Aris- t6teles este prin ipio. 13 cies y variedades, por la gradaci6n casi peifecta de formas en ciertos grupos y por la analogia con las producciones domdsticas. Respeeto N 10s medios de modificacih, latribuy6 algo a la aoci6n directa de las condiciones fisicas de vida, Ago a1 cruzamiento de las formas ya existentes, y mu- cho a1 us0 y desuso, esto es: a 10s efectos de la costumbre. A este filtimo agente parece atribuir tclas las hermosas adaptaciones existentes en la b %turaleza,t ales como el largo cuello de la jirafa para ramolnear en las ramas de 10s Bnbdes. Per0 Lamarck crey6 igwalmente en una ley de desarro- 110 progresivo; y como todas las formas orgBni- cas tienden de este modo a progresar, para ex- plicar la existencia en el dia presente de swes sencillos sostuvo que estas fomas se engendran en la actualidad escpont8neamente (1). (1) La fecha de la primera publicaci6n de Lamarck la he tomado de excelente historia de las ideas sobre esta ma- teria, de Isid. Geoffroy Saint-Hilaire (Hist. Nat. GthBrale, tom0 11, pBg. 405, 1859). En esta obra se da amplla noticia de las conclusiones de Buff6n sobre el mismo asunto. Es curioso hasta qu6 punto mi abuelo, el doctor EraSmw Dar- win, previd las ideas y errdneos fundamentos de las oplnfo- nes de Lamarck, en su Zoo~~Olr(~vo~la. I, pks. 500-510), PU- blicada en 1794 Swtin Isid. Geoffroy, no hay duda que Goethe fu8 partidario acerrimo de opiniones parecidas, se- ,-tin aparece en la Introduccidn de una obra escrita en 1794 y 119a, per0 no publicada hasta mucho despubs. Goethe hlw observar claramente-Goethe als Natzwforscher, von Doctor Karl Meding, p&g. 34-que el groblema futuro para 10s na- turalistas sed, wr ejemplo, cdmo el toro adquiri6 sus cuernos y no para qu6 son usados. Es quiz6 un ejemplo tinico de la manera como opiniones parecidas surgen pr6xi- niamsnte a1 mismo tiempo el que Goethe en Alemania, el doctor Damin en Inglaterra p Geoffroy Saint-Hilaire-como veremos inmedlatamente--en Francia llegasen a la misma con- clusidn sobre el origen de las especies, en 10s aiios 1794-95. 14 Gecffroy Saint-Hilaire, sedn se consigns en 6U Vida, escrita pm su hijo, sospech6 ya en 1785 que lo que llmamcrs wpsaies son diferentes de- generaciones del nlismo tipo. Pero hasta 1828 no public6 su convicci6n de que las mismas formas no se han perpetuado desde el origen de todas las cosas. Geoffroy parece haber contado princi- pallxnente con las condiciones de vida o el mode ambiant como causa del cambio. Fuk prudente en sacar condusiones y no crey6 que las especies existenter; estuviwn en e& momento experi- mentando modificaziones, y, como aiiade su hijo, "C'est danc m pr&l&me i rkserver enti6raent i I'avenir, suppos6 mtma que I'avenir doive avoir prise sur hi." En-1813, el doctor W. C. Wells ley6, ante la Royal Society, An Account of a White female, part of whose skin resembles that of a Negvo; pero su Memoria no fuk publicada hasta que lo fueron en 1818 sus famosos Two Essays upon Dew and Single Vision. esta Memoria reconoct clara- hi1 mente el principio de la selecci6n natural, y es la primera vez que haya sido seiialada, que se ha reoonocido este principio; per0 lo aplica s6Io a las razas humanas y a ciertos caraderes fmicamente. T?espuCs de hacer notar que 10s negros y mulatos gozan de inmunidad para ciertas enfermedades tropicales, hace observar, en primer lugar, que todos 10s animales tienden a variar en algh gra- do, y en segundo lugar, que 10s agricultores me- joran sus animales dom6sticos mediante selecci6n, 15 n y, por consiguiente-afiade-, "lo que en este 61ti- "mo cas0 hace el arte parece hacerlo con igual efi- "cacia, iaunque m8s lentamente, la Naturaleza, en "la foilmaci6n de las variedades de la Humanidad '?adecu'adas para el pais que habitan. De las va- "riedades accidentales del hombre que aparece- "rian entre 10s pocos y esparcidos primeros habi- "tantes de las regiones centrales del Africa, algu- "na seria mLs adecuada que las otras para so- "portar las enfermedades del pais. Esta raza, por "consiguiente, se multipBicaria, mientras que las "otras decrecerian, no s610 por su incapacidad "para resistir 10s ataques de las enfermedades, "sino tambi6n por su incapacidad para contender "con sus vecinos inas vigorosos. Por lo que antes "se ha dicho, doy por supuesto que el color de "esta raza vigorosa seria obscuro. Pero existien- "do todavia la misma disposici6n para formar va- "riedades, saldrfa en el transcurso del tiempo una "raza mLs y mCs abscura; y como la m8s obscnra "seria la mejar dispuesta para el clima, &ta, a k "larga, llegaria a ser la raza predominante, si ne "la finica, en la regi6n determinada en la que se "hubiese originado". El doctor W. C. Wells ex- tiende luego la5 mismas ideas a 10s habitantes blancos de climas frios. Debo a mister Rowley, de 10s Estados Unidos, el haberme llamado la aten- ci6n, por medio de mister Brace, sobre el pasaje precedente de la obra del doctor Wells. El Honorable y Revemdo W. Herbert, mLs tar- de dean de Manchester, en el vcrlumen cuarto de 16 las Horticultural Transactions, 1822, y en su obra sobre las Amarryllidacea?, 1837, pQgs. 19 y 339, declara que "experimentos de horticultura han "demostrado, sin que sea posibb la refutaci6n, "que las especies bothicas son s610 una clase "m8s elevada y mks permanente de variedades". Haoe extensiva la misma opini6n a 10s anima- les. El deh Cree que una sola especie de cada gknero fu6 creada de una condici6n primitivamen- te mny pl&stica, y que &bas han producido, prin- eipalmente por cruzamiento, pero tambih por va- I riacibn, todas nuestras especies existentes. En 1526, el profesor Grant, en el ph-afo final de su famosa Memoria (Edinburgh Philosophical Journal, vol. XIV, p6g. 283) sobre la Spongilla, cmanifiesta claramente su creencia de que las es- pecies descienden de otras especies y que se per- feccionan en el transcurso de la modificaci6n. La misma opini6n fu6 expuesta en su lecci6n 55, pu- blicada en la Lancet en 1834. En 1831, mister Patrick Matthew public6 su obra sobre Naval Timber and Arboriculture, en la cual expone precisamente la misma opini6n sobre el origen de las especies que la propueeta por mister Wallace y por mi en el Linnean Jour- nal-de la que se hablarL luego- y que la des- arrollada en el presente libro. Desgraciadamente, esta opini6n fu6 expuesta por mister Matthew muy brevemente en pasajes esparcidos en un apkndice de una obra sobre un asunto diferente, de modo que permanecid desconocida hasta que el 17 , mismo mister Matthew Ham6 la atencidn sobre ella en la Gardener's Clmmicle de 7 de abril de 1860. Las diferencias entre la opini6n de mister Matthew y la mfa son de much importancia: IU) par= que 6l Cree que el niundo fuir easi clesp6- bldo en periodos sucesivos, y hego repoblado, y da cOmo una posilrdidad el cpe nuc'ra:; fonn:~s pueden ser engendradas "sin la presencio de nin gtin molde ni germen de apegacloa precedentes". No estoy seguro de entender alqnos pasajes, pero parece que atribuye ~nuch!i influencia a In acci6n directa de las condiciones de vida. ,$ i' n em- bargo, mister Matthew vi6 claramente toda la fuerza de la selecci6n natural. El renombrado ge6logo naturalista Von Buch, en su excelente Description Physique des Isles Camvies (1836, pSg. 147) expresa claramente su creencia de que las variedades Ilegan lentamente a convertirse en especies permanentes que ya no son capaces de cruzamiento. Rafinesque, en su New Flora of North AmeTica, publicada en 1836, escribii6 (p5g. 6) lo siguiente: "Todas las especies pudieron haber sido en otro "tiempo variedades, y muchas variedades se est5n "wnvirtiendo gradualmate en especies, adquirien- "do caracteres canstantes y peculiares"; per0 m5s adebante (pSg. 18) aiiade: "Except0 10s tipos pi- "mitivos o progenitores de 10s g6nereros." El 1843-44, el profesor Haldenian (Boston JOUY- nul of Nat. Hist. U. States, vol. IV, pSg. 468) ha presentado habilmente las razones en favor y EL ORIGEN.-T.I . 2 18 en contra de la hip6tesis del desarrollo y modifi- caci6n de las especies: parece inclinarse hacia e1 lado del cambio. Los Vestiges of Creation aparecieron en 1844. En la dircima edicihn, muy mejorada (1853), su an6nimo autor dice (phg. 155): "La propmici6n "establecida, despu6s de muchas consideradones, "es que las diferentes series de seres vivos, des- "de 10s m6s sencillos y antiguos hasta 10s m&s ele- "vadas y recientes, son el resultndo, seen la pro- "videncia de Dios: prinzero, de un impulso que ha "sido comunicado a las formas orghnicas, haciirn- dolas ascender, en tiempos determinados, median- " "te generacibn, por grados de organizaci6n que "terminan en las dicotiledheas y vertebrados su- "periores, siendo estos grados en corto nhero y "marcados generahente por intervalos de carb- "ter orghnico, que vemos que sun una dikultad "prhctica para descubrir las afinidades ; segundo, "de otro impulso relacionado con las fuerzas vi- "tales, que tiende, en el tnascumo de las genera- "ciones, a modificar las estructuras orghnnicas en "correspondencia con las circunstancias externas, "como la comida, la naturaleza de la regi6n donde "vive el animal o planta y 10s agentes mete6ri- "cos, siendo kstas las nduptaciones de la teolo- "logia natural." El autor, a1 parecer, cree que la organizaci6n progresa por saltos bruscos, per0 que 10s efectos producidos por las condiciones de vida son graduales. El autor defiende con mucha energia, sobre fundamentos generales, el que las 13 species no son prnducciones inniutables ; per0 yo +10 sB ver c6mo 10s dos supuestas impulsos ex- Aiquen, en un sentido cientifico, las iiumerosas y liennosas ahptaciones mutuas que vemos poi- toda lla Natuiialeza; no puedo comprlender que ad- quiramos asi conocirnisnto alguno de c6mo, poi- ejemplo, un pbjaro carpintero haya llegado a adaptarse a su modo peculiar de vida. La obra, por su en6rgico y brillante estilo, aunque en sus primeras edioiones mostr6 poca exactitud en 10s conocimientos y una gran falta de prudencia cientifica, tuvo inmediatamente gran circulacih En mi apinih, ha prestado excelente serviciai en auestro pais llarnando la atenci6n sobre este asunto, azejando prejuicjos y preparando asi el terreno para recibir ideas antdogas. En 1846, el veterano ge6logo M. J. d'0malius d'Halloy public6 en un excelente aunque corto tra- bajo (Bulletins de L'Acad. Boy. Bruzelles, to- mo XIII, phg. 581) su opini6n de que es.mAs pro- bable el qne nuevas especies hayan sido produci- das por descendencia con modificacih que el q11e hayan sido creadas separadamente: el autor hizo pfiblica esta opini6n por vez primera en 1831. El profewr Owen, en 1849 (Nature of Limbs, pBg. 86), esci-ibi6 lo siguiente: "La idea arqueti- "pica se manifest6 en la tierra, en 10s animales, "con diversas modificaciones, inucho antes de la "existencia de las especies animdes que actual- "mente son ejemplos de ella. Hasta ahora ignora- "ramos a quk leyes naturales o causas secundarias 20 "puede haber sido encomendada la ordenada suce- "sibn y marcha de estos fendmenos orgknicos." En su discurso ante la British Association en 1858, kablb (pkg. LI) de "el axioma de la actuaci6n "continua del poder creador y del ordenado cam- "biar de 10s seres vivientes". Mks adelante (pkgi- na XC), despuks de referirse a la distribucih geogrkfica, ariade: "Estos fen6menos hacen vaci- "lar nuestra confianza en la conclud6n que el Ap- "te9yx, de Nueva Zelandia, y el Lagopus seotims, "de Inglaterra, fueron, respectivamente, creacones "expresas en estas islas y para estas islas. Siem- "pre, pues, convendrg tener presente que median- 'Ye la palabra creaci6n el zo6logo entiende un "proceso, no sabe cu61." El profesor H. Owen amplifica esta idea afiadiendo que cuando casos tales como el del Lagopus scoticus son "citados "por el zo6logo como pruebas de creaci6n expresa "de un ave en tales y para tales islas, manifiesta "principalm,ente que no sabe c6mo el Lagopus SCD- "ticus lleg6 a estar alli y exclusivamente alli; "significacih tamb:6n mediante este modo de ex- "presar tal ignorancia su creencia $e que tanto el "we como la isla clebieron su origen a una grari "causa creadora primera." Si estas afimaciones hechas en el mismo discurso las interpretamos una med;ante otra, parece que este eminente fil6- sofo, en 1$58, sinti6 vacilar su seguridad de que el Aptevyx y el Lagopus apareciesen por vez pri- mera en sus respectivas patrias, "no sabemos cbmo", o mediante a4g-b proceso, "no sabemos
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