http://www.scribd.com/Insurgencia LEONARDO BOFF Memorias de un teólogo de la liberación Conversaciones con Christian Dutilleux o s índice Director Editorial: Juan González Alvaro Editora: Constanza Aguilera Carmona Diseño de la colección: Paniagua & Calleja Fotos de cubierta: Agencia Efe Título original: Je m 'explique Traducción del francés: Pilar González Rodríguez Reservados todos los derechos. No se permite reproducir, almacenar en sis temas de recuperación de la información ni transmitir alguna parte de esta publi cación, cualquiera que sea el medio empleado —electrónico, mecánico, fotoco pia, grabación, etc.—, sin el permiso previo de los titulares de los derechos de la propiedad intelectual. Prólogo 9 1. Un pionero en el alma 13 2. ¡Liberad la teología! 23 3. La insurrección de Jesús 45 4. De Marx a Lula 61 5. Brazo de hierro con el Vaticano 73 6. Por un cristianismo pluricultural 97 Impreso en España 7. La ecología según san Francisco 111 Printed in Spain ES PROPIEDAD © Deselée de Brouwer, 1996 © De esta edición: Espasa Calpe, S. A., 1997 Impresión: BROSMAC, S. L. Depósito legal: M. 32.601-1997 ISBN: 84-239-9916-5 Editorial Espasa Calpe, S. A. Carretera de Irún, km 12,200. 28049 Madrid Prólogo Desde lo alto de la montaña de Tijuca hasta orillas de la inmen sa playa de Barra, en Brasil, se despliega una cascada de colinas ver des que llaman el Valle Encantado. En la parte más alta, una cons trucción abovedada se agazapa en un espeso bosque. Su fachada de cemento, deteriorada por la humedad, mira al mar que se extiende al pie del valle. Desde aquí la vista es fascinante. A esta altura —unos cuatrocientos metros— el clima cambia incesantemente. Las borrascas suceden a los chaparrones, los claros son barridos a menu do por descargas de lluvias torrenciales. La naturaleza muestra en este lugar toda su generosidad y su fuerza primitiva. Es la reina absoluta. Sin embargo, hablamos del corazón de Río de Janeiro, ciu dad de ocho millones de habitantes. Dentro de la casa, el espacio del salón resiste a duras penas el asalto de los libros. Están por todas partes. Una maraña de peque ñas estanterías ha tratado de canalizar la marea de papel, pero dece nas de fascículos, revistas y periódicos han conseguido ya deslizar se por las mesas y los amplificadores empujando así hacia lo alto de las paredes algunos cuadros ndifáo, san Francisco y un tocado indio. 10 LEONARDO BOFF LEONARDO BOFF 11 Por una puerta entreabierta se descubre una cocina recientemente raímente en los libros, habla saboreando las palabras. Con deleite sacrificada para acoger cajas de cartón y estanterías que también y glotonería. aparecen ya abarrotadas. La invasión parece proceder de una peque Según él, la teología es ante todo preguntarse «lo que Dios tiene ña habitación trasera donde una obesa biblioteca incuba un ordena que ver con...». ¿Con qué? ¡Con todo, naturalmente! En veinticin dor instalado frente a la ventana. Este campo atrincherado entre co años, Leonardo Boff ha publicado alrededor de cincuenta obras murallas de libros, con vista al Valle Encantado y al mar infinito, es —muchas de ellas han sido traducidas—, ha pronunciado miles de el nuevo refugio de uno de los teólogos más polémicos y fecundos conferencias, concedido entrevistas e impartido cursos. de estos últimos años: Leonardo Boff. Frente al Vaticano, demasiado romano y autoritario para su «¡Cállese hasta nueva orden!», esa fue, en esencia, la orden ter gusto, defiende la diferencia de una Iglesia latinoamericana, fruto minante que el Vaticano dirigió a Leonardo Boff en mayo de 1985. del cruce del mensaje de Cristo y las culturas locales, una Iglesia Semejante condena al silencio es muy rara en la Iglesia. Roma espe igualitaria y fraternal, en la que los pobres sean sujetos de su propia raba con ella amordazar a un rebelde y debilitar la teología de la liberación, una Iglesia ecuménica impregnada por los cultos africa liberación elaborada por un puñado de teólogos —entre ellos Leo nos, la tradición india y el catolicismo medieval. Después de su rup nardo Boff— y practicada por millones de cristianos de América tura con la jerarquía —«nunca he abandonado la Iglesia, sólo un Latina. Fray Leonardo se calló. Pero su silencio provocó una enor puesto», insiste— Leonardo Boff explora también nuevos horizon me agitación entre las filas de la Iglesia. «Recibía a diario más de tes teológicos, como la elaboración de una ecología cristiana inspi cien cartas de apoyo», me cuenta ahora. De este modo, contra su rada en san Francisco de Asís. voluntad, la represión vaticana dio una enorme publicidad a las tesis Contemplativo declarado, lamenta cada día de su vida trepidan del brasileño. En vísperas de la Pascua de 1986, el Papa le devolvió te la invención de la agenda y el ritmo al que se rellena la suya: con el derecho a la palabra. Separado progresivamente de todos los pues meses de adelanto. Comunidades de base, periódicos, partidos polí tos de responsabilidad que ocupaba en la Iglesia y con sus escritos ticos y universidades de Brasil, del resto de América Latina y de sometidos a una censura cada vez más rígida, en junio de 1992, des Europa le invitan, le consultan, le piden escritos, esperan su pala pués de treinta y cinco años, Leonardo Boff decide dejar la orden bra. En la actualidad, el teólogo se ha convertido en profesor en Río, franciscana y el ministerio de la Iglesia. además de predicador cosmopolita. El tiempo de silencio está muy lejos. «Cambio de trinchera pero no de guerra», escribe por entonces a sus amigos. Boff sigue siendo un teólogo católico pero desde este momento quiere actuar fuera de los círculos eclesiásticos. Su larga batalla dentro de la institución se termina, «porque todo tiene un límite», reconoce él. Dos años más tarde, Genesio Darcy —su verdadero nombre— aparece como un cincuentón feliz que, a través de sus grandes gafas, contempla el mundo con divertido entusiasmo. Su entona ción jovial de narrador de cuentos y su barba blanca evocan más la imagen de un Papá Noel que la de un austero teólogo. Inmerso lite- 1 Un pionero en el alma —Desde hace más de veinte años, Leonardo Bojf, es usted uno de los teólogos latinoamericanos más influyentes, símbolo en el mundo entero de la teología de la liberación. Pero, después de su conflicto con Roma, después de dejar el ministerio de la Iglesia y la orden franciscana en 1992, ¿qué ha cambiado para usted? —¡No han cambiado en la práctica ni mi compromiso, ni mi tra bajo! Las iglesias me invitan constantemente a dar cursos y conferen cias, a participar en debates. ¡Más que antes incluso! Sigo escribien do. En 1994 publiqué en Brasil tres obras, dos de reflexión y una de conversaciones con mi amigo fray Beto. En 1993 viajé a Europa y, durante dos meses, fui recibido en todos los países, desde España a Noruega, donde encontré auditorios muy animados de mil o dos mil personas. Además, ocupo la cátedra de Ética de la Universidad del esta do de Río de Janeiro y continúo a la vez con mi trabajo de teólogo. —¿Es un trabajo solitario? —No, en absoluto. ¡Millones de cristianos de mi continente me han ayudado a formular mi pensamiento! En primer lugar, deseo ren- 14 LEONARDO BOFF LEONARDO BOFF 15 dirles homenaje, elogiar su lucha. No puedo olvidar, en especial, a con humor mi amigo fray Beto, ¡no he dejado la Iglesia para con todos esos seres anónimos gracias a los cuales he podido caminar, vertirme en directivo de Coca-Cola sino para continuar mi trabajo progresar; a todos aquellos que me han sostenido con su humanidad más libremente! y con su fe auténtica. Por ello, recuerdo a los habitantes de la comu Desde entonces, mis amigos siguen siendo mis amigos y los que nidad San Juan Bautista de Petrópolis, en la que viví y trabajé duran no me apreciaban tienen aún más razones para no apreciarme. En te mucho tiempo. Era un enorme poblado chabolista donde todo el octubre de 1993, se reunieron 3.000 representantes de las comuni mundo vivía rodeado por montones de basuras que constituían su dades eclesiales de base de todo Brasil. Por aquella época, yo esta única fuente de ingresos. Allí participé de la vida de la comunidad, ba dando unas conferencias en Suiza. Un amigo me telefoneó: en sus luchas y esperanzas. ¡Cuántos hombres y mujeres oprimidos «Aquí, los militantes gritan tu nombre y te reclaman. ¡Si no vienes por un sistema inhumano, pero que, sin embargo, encuentran un sen pronto esto va a desembocar en una revuelta!» Así que tuve que tido a la vida y recrean la esperanza día a día, participando en las irme de Suiza para reunirme con esta asamblea en la que participa comunidades de base y los movimientos populares, en la lucha por ban más de cien obispos. En aquel momento, yo sentí, muy profun la tierra, en la defensa de los indios y la protección de la selva ama damente, que recibía una especie de nueva ordenación en el mi zónica he conocido en este inmenso Brasil! Entre ellos hay confe nisterio de la Iglesia popular. Hace poco he pronunciado una sores, sabios maestros y mártires. conferencia en Sao Paulo con ocasión de una reunión de obispos de ¡Cuántos misioneros, llegados de Italia, España, Francia o de América Latina. Estos dos acontecimientos constituyen signos de otros lugares, he conocido también en las favelas de Río, de Sao que la Iglesia progresista ha comprendido perfectamente que yo no Paulo y de Recife, en el corazón de la selva amazónica, totalmente he dejado la Iglesia, solamente he dejado un puesto, una función... entregados a los pobres, arriesgando su vida en el proceso de huma nización y de liberación de estos últimos ocupantes de la tierra! Han —No parece lamentarlo y, sin embargo, ha pasado usted casi dejado atrás sus países, han renunciado a sus culturas para exponerse toda su vida en la Iglesia... a mil peligros sin endurecerse y sin perder su ternura. Ellos son mis —¡Sí, sí! ¡Entré siendo un crío y salgo con barba blanca! compañeros de viaje y, en muchos casos, mis maestros. Pasé mi infancia en el sur de Brasil. Mis abuelos eran inmi grantes. Habían venido de Feltre y de Seren del Grappa, en el norte —¿Ycómo han reaccionado ellos ante su salida de la Iglesia? de Italia, y se instalaron en Guaporé, en el extremo sur de Brasil. —He recibido cientos de testimonios de simpatía. El presiden Las razones que les llevaron a emigrar de Italia, entonces en plena te de la Conferencia Episcopal brasileña, monseñor Luciano Men- expansión industrial, todavía existen hoy aquí, entre nosotros, donde des de Almeida, ha defendido públicamente mi contribución teo nuestro sistema social rechaza continuamente a aquellos que se con lógica y ha pedido a las comunidades de base y a las personas sidera molestos, demasiado numerosos. Se convierten en víctimas. ligadas a la teología de la liberación que no se desanimen. Todos Aunque yo me considero un privilegiado, he experimentado direc mis allegados han comprendido mi actitud. Algunos se pregunta tamente esta injusticia en mi familia. En los años treinta, mis padres ban, incluso, cómo había podido resistir tanto tiempo a las presio llegaron a Concordia, en el estado de Santa Catarina. Esta región, nes del Vaticano. Otros temían que perdiera la fe pero, como dice situada un poco más al norte, se encontraba todavía casi virgen en 16 LEONARDO BOFF LEONARDO BOFF 17 esa época. Allí vivía una tribu de indios guaranís, los kaigangs, en comenzaron los problemas con las autoridades doctrinarias de la medio de selvas y valles fértiles. Iglesia... Durante el transcurso de todo esto, soporté luchas y sufrimien —Por tanto, sus padres eran colonos... tos. Pero no puedo olvidar tampoco la alegría serena de contribuir al nacimiento de una nueva manera de ser de la Iglesia y de com —Sí, y junto a otros, fundaron su pueblo, roturaron y plantaron. partir un poco la pasión de mi pueblo. Después de construir sus casas, levantaron una capilla y una escue la en madera rústica. En esta pequeña comunidad, mi padre desem —¿Cómo surgió su vocación? peñaba a la vez el papel de maestro, de sacristán, de farmacéutico, de partero y de juez de paz. Es la persona que más me ha influido —Yo jamás pensé en ser sacerdote. De hecho, en mi familia en la vida. De él, he heredado ese fuego interior, esa exigencia sin existía una sana tradición anticlerical. Una preciosa herencia que la que un intelectual se convierte pronto en un mediocre. todos han conservado hasta el día de hoy... Como el mayor de una familia de once hijos, yo le acompañaba a todas partes. También iba a llevar el trigo al molino. Esta tarea era —«¿Una sana tradición anticlerical?» ¡Es una extraña afir muy dura en el invierno, muy riguroso en la zona. En el helado ama mación viniendo de un teólogo! necer, a veces incluso bajo la nieve, salía a caballo y necesitaba entre —No, simplemente hay que situarse en el contexto de la época. tres y cuatro horas para llegar al molino más cercano. Mi padre era un pionero. Estuvo a punto de convertirse en jesuita Mi madre era una mujer analfabeta, llena de sentido común. pero, terminados sus estudios clásicos y de filosofía, prefirió tomar Mientras mi padre enseñaba, ella trabajaba en el campo, se ocupa : parte en la colonización italiana del estado de Santa Catarina. Allí ba de los pollos, los cerdos, las vacas y organizaba la casa con su se encontró con algunos religiosos, frailes alemanes, todos ellos muy retahila de niños. autoritarios. Descendiente de italianos, mi padre ejercía cierta opo ¡El niño de pies desnudos que yo era entonces, el pequeño des sición hacia ellos y no vacilaba en criticarlos. Frente al poder de cendiente de inmigrantes italianos, ardía en deseos de trabajar y de aquellos religiosos, defendía a los campesinos de la región, a los desarrollarse, de evolucionar! Después he recorrido un largo cami pobres y a los indios empujados por la colonización. Los últimos no, atravesando poco a poco las diferentes etapas del crecimiento supervivientes de los kaigangs se veían constantemente amenaza humano. Como en mi casa sólo se hablaba el italiano dialectal del dos de muerte o de expulsión por los colonos que invadían sus tie Véneto, no aprendí el portugués hasta los diez años. Llegaron a rras y por la Iglesia, que poseía allí un territorio enorme. Lo que continuación los estudios primarios y secundarios, el latín, el grie sucedió entonces en aquella región constituye una tragedia que habrá go, la filosofía, la teología, hasta el doctorado en la Universidad de que contar detenidamente algún día. En cierta época, el vicario de Munich. la zona quiso incluso expulsar a toda la población. Como mi padre A partir de los años setenta, me sumergí en la pastoral popular, se opuso, ¡le amenazó con la excomunión! en los ambientes pobres y en ellos descubrí la lógica perversa del En casa reinaba por entonces un estado de espíritu liberal. Como sistema capitalista, dependiente y productor de la miseria de las maestro de la escuela, mi padre disponía de una biblioteca que reu masas. Participé en la elaboración de la teología de la liberación. Y nía unas dos mil obras. Los colonos de aquellos tiempos sólo habla- 18 LEONARDO BOFF LEONARDO BOFF 19 ban italiano o alemán, mejor dicho, véneto y bávaro. Sin embargo, época. Pero se había pronunciado una palabra y mi vida estaba mi padre les animaba a leer en portugués. Después del rosario del trazada... domingo, obligaba a todas las familias a llevarse un libro en présta mo. A continuación, organizaba una reunión donde los adultos acu —¿Por qué eligió la teología? dían a contar las historias que estaban leyendo y a practicar así el —Siempre me he sentido atraído por la actividad intelectual. portugués. Más tarde, instaló una radio en una casa, para que la Cuando comencé a estudiar teología, descubrí un verdadero desafío gente aprendiera la lengua escuchándola. Cuando alguien rechaza para el pensamiento. ¿Cómo abordar los problemas concretos del ba el ofrecimiento, mi padre instalaba la radio en un poste vecino, pueblo, el hambre, el subdesarrollo? ¿Cómo entender la Iglesia en colocaba una batería y mantenía el aparato encendido permanente un mundo tan negativo, tan atroz, tan «antimundo»? De hecho, todo mente. ser humano es un teólogo. Toda persona se enfrenta a las preguntas También se dedicó a alfabetizar adultos durante muchos años. últimas: ¿de dónde vengo?, ¿adonde voy?, ¿qué sentido tiene el su Los niños iban a la escuela por la mañana, los adultos por la tarde y frimiento, especialmente el sufrimiento de tantos inocentes?, ¿qué me por la noche. En esta ocasión, se enfrentó una vez más a los reli espera tras la vida? Al reflexionar y llevar estas preguntas hasta sus giosos que querían que los colonos continuasen hablando solamen últimas consecuencias, creo que verdaderamente hacemos teología. te alemán o italiano y viviendo un cristianismo más conservador. Él, Y, en el transcurso de esta evolución, descubrimos que la realidad en cambio, se mostraba más crítico. Por lo tanto, nos educó en una tiene sentido, pese a todos los contrasentidos. Después, ligamos esta perspectiva más evangélica que eclesiástica, dentro de este espíritu realidad a lo que las religiones llaman Dios. El teólogo profesional de pioneros. En este sentido hablo yo de tradición anticlerical. como yo es, simplemente, un especialista en todas estas preguntas. —Sin embargo, usted decidió hacerse sacerdote... —¿ Y los franciscanos? ¿Cómo dio con ellos? —Sí. Con relación a esto, recuerdo perfectamente una fecha: —¡No tuve elección! Cuando quise entrar en el seminario menor, el 9 de mayo de 1949. Ese día llegó un sacerdote al pueblo, un hom sólo los franciscanos tenían una escuela en una ciudad cercana, en bre de Río. Nos habló de vocaciones para el sacerdocio, de san Fran Lúceme. Su enseñanza parecía más abierta que la de los misioneros cisco, de san Antonio, de la grandeza de ser otro Cristo en la tierra de la región. ¡Mi hermano Clodovis se hizo servita porque los padres y concluyó: «El que quiera convertirse en sacerdote que levante la servitas recorrían la región reclutando jóvenes! El año en que Clo mano.» Yo había escuchado atentamente. ¡Sentí dentro de mí un dovis les siguió, ¡yo me libré porque estaba de vacaciones! increíble calor! Me ardía la cara con un fuego que había transfor mado en una eternidad el corto espacio de tiempo transcurrido entre —¿No sabía usted nada de los franciscanos antes de entrar en la pregunta y la respuesta. ¡Alguien en mí levantó la mano! Toma el seminario? ron nota y avisaron a mi padre. Después, en casa, lloré por haber actuado así. ¿Por qué ser sacerdote, yo, que quería ser camionero? —Poca cosa, a decir verdad. Los sacerdotes de la región eran A mi juicio, era la vocación más sublime: conducir y dominar aque todos franciscanos así que, por lo general, aquel que quería ser cura llos monstruos que parecían a nuestros ojos los camiones de la se hacía franciscano. 20 LEONARDO BOFF LEONARDO BOFF 21 —Algunos de ellos influirán en su trayectoria... gía brasileña. Ellos me enseñaron a concebir la teología como un acto creativo y no como una simple repetición de la tradición. En —Yo seguí la formación clásica de un aspirante al sacerdocio. resumen, me ha influido más su entusiasmo que el contenido de su Entré en el seminario menor a los once años para seguir mis estu teología. dios humanísticos de griego y latín, después filosofía y teología. Tres hombres me marcaron decisivamente durante estos años. Primero, —¿Encontró el mismo entusiasmo en Alemania? Paulo Evaristo Arns, que se convirtió desde entonces en cardenal arzobispo de Sao Paulo. En 1954, regresó de Francia, donde se había -—Cuando llegué a Munich en 1965, me quedé muy sorprendi do de encontrar una teología alemana casi al mismo nivel que la teo formado en historia antigua del cristianismo y en pedagogía. Nos logía que hacíamos en Petrópolis. Evidentemente, la teología en Ale inició en los métodos más avanzados de la época sobre la participa mania se mostraba más abierta. En el tercer ciclo, viendo que no ción y el trabajo en grupos. Lo tuve como profesor a la edad de trece tenía ya gran cosa que aprender, pasé a la filosofía y preparé mi tesis y catorce años en Sao Paulo y, después, nuevamente, en la comuni en teología participando sólo en algunos seminarios. Consideraba dad franciscana de Petrópolis, donde ejercía como profesor de estu todo esto muy repetitivo. Viví cuatro años y medio en Alemania, dios teológicos. En aquella época, enseñaba a todo el mundo canto donde estuve a menudo con Karl Rahner que, en mi opinión, es el gregoriano y nos obligaba a cantar a diario. Me influyó mucho, era teólogo católico más importante del siglo. También conocí a algu mi maestro más cercano, el que me animó a ir a estudiar a Europa. nos grandes intelectuales protestantes, sobre todo Pannenberg y Von Mi segundo maestro, Constantino Koser, era entonces el conse Rad. jero principal de la Conferencia Episcopal y el teólogo brasileño más conocido en el extranjero. Tenía una formación más alemana, más —Y la teología de la liberación... crítica. Enviado a Roma, donde se convirtió en el Superior General de la Orden, fue él quien impulsó la gran reforma de los francisca —Fue allí, en Alemania, donde comencé a elaborar lo que pron nos. Bajo su influencia, leí prácticamente a todos los grandes maes to llamamos «teología de la liberación». En los dos últimos años de tros de la Edad Media, todas las obras de san Buenaventura, de Duns mi estancia en Alemania, 1968 y 1969, organicé algunas reuniones Escoto y de Tomás de Aquino. En nuestros seminarios, leíamos con una quincena de brasileños que estudiaban en Europa ciencias todos los textos en latín y discutíamos en esta lengua, que hablába políticas, sociología e historia. Nuestros encuentros tuvieron lugar mos como el portugués. en el convento de Garnstock, en la frontera entre Bélgica y Alema La tercera persona que me ha marcado es monseñor Bonaven- nia, cerca de Aix-la-Chapelle. En esta comunidad vivían, junto a los tura Kloppenburg. Ahora se ha vuelto muy conservador, de extrema hermanos alemanes, algunos brasileños. En aquellas reuniones tra derecha, pero en aquella época era el único teólogo brasileño que tábamos de dar forma a un pensamiento latinoamericano partiendo había participado en el Concilio Vaticano II. Fue él quien me dio a de las contradicciones de la realidad local. Trabajábamos con una conocer las innovaciones teológicas del Concilio. Yo fui su secreta perspectiva de revolución. Uno de los principales polos de reflexión se encontraba entonces en Perú con Gustavo Gutiérrez. Al volver a rio particular y, más tarde, su sucesor a la cabeza de la editorial Brasil en 1970, comencé a escribir Jesucristo Liberador, ya con la Vozes y en la cátedra de Teología de Petrópolis. perspectiva de la liberación... Estos hombres eran entonces los grandes nombres de la teolo- 22 LEONARDO BOFF —¿Cómo vivió este regreso a su tierra? —¡Muy mal! Atravesé una profunda crisis de identidad. Des ¡Liberad la teología! pués de vivir durante cinco años en Europa sin volver a Brasil, me sentí profundamente escandalizado, conmocionado por la pobreza y la miseria. Cuando se viene de un país rico que no sabe de seme jantes diferencias sociales, se es especialmente sensible a los niños de la calle y a los mendigos. Inmediatamente pensé que había que cambiar esa realidad. Yo venía con el bagaje de una lectura crítica de la sociedad, de una tradición marxista, pero necesitaba esa inmer sión en la realidad que produce un conflicto existencial. No obstan te, la crisis interior se desencadenó en julio de ese año. Fui a predicar en un retiro espiritual de los agentes pastorales de la Amazonia, en Manaos, y allí me di cuenta de que mi discurso no les afectaba, que no llegaba hasta ellos. Algunos habían viajado una semana en barco, cinco días a caballo y diez días a pie para reunirse con los demás. Contaban la miseria de la población ribereña, de los indios, de los —Era a comienzos de los años setenta. En plena transforma recolectores de caucho. Cuando comencé a hablar, mis ideas me ción postsesenta y ocho, reunió usted a varios amigos para hacer parecieron muy europeas. De pronto, comprendí que me había quedado sin discurso. Mi palabra había enmudecido. Mi saber teo teología. ¿No se sentía un poco perdido en medio de toda esa agi lógico se había evaporado, mi tesis de seiscientas páginas sobre la tación ? Iglesia como sacramento tenía que reescribirse, reeditarse, repen —En absoluto. Nuestra búsqueda teológica se acercaba, llega sarse... ba al corazón de la revuelta estudiantil y a los jóvenes en general. Viví todo esto como una crisis personal pero, en realidad, era la En aquel momento, el movimiento de la contracultura era defendi crisis de toda una generación, esa generación que en los siguientes do esencialmente por la juventud hippy. Estos jóvenes vivían como dos o tres años provocó tantos cambios. una verdadera pasión colectiva la búsqueda de la paz y del amor, del ¿Cómo podía anunciar la muerte y resurrección de Cristo a un sentimiento por encima del ánimo de lucro, de la espontaneidad, de pueblo que languidecía de hambre, de soledad, de explotación en la amistad y de la fraternidad universal. Los jóvenes probaron pri aquella inmensa selva? La teología de entonces no respondía a esta mero, no lo olvidemos, la liberación sexual, el alcohol y las drogas. pregunta. Así pues, había que inventar una nueva teología que par Después vino la meditación trascendental de Maharishi Mahesch tiera de esa realidad concreta. Yogui, el profeta de los Beatles. Finalmente, descubrieron a Jesu cristo. Se veía, se admiraba, se amaba a Cristo como a un auténtico superstar, como aquel que había vivido y predicado lo que ellos bus caban: la paz, el amor, la solidaridad, la comunión con Dios. ¡Para