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Mario Palanti. La busqueda de una nueva arquitectura PDF

278 Pages·2015·12.68 MB·Spanish
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Universidad Nacional de La Plata Facultad de Arquitectura y Urbanismo Doctorado en Arquitectura y Urbanismo Tesis de Doctorado: Mario Palanti: la búsqueda de una nueva arquitectura Doctoranda: Virginia Bonicatto Director: Dr. Fernando Aliata Codirectora: Dra. María Mercedes Bares Universidad Nacional de La Plata Índice Abreviaturas 1 Agradecimientos 2 Introducción Mario Palanti, arquitecto 5 1. Los primeros aportes historiográficos 10 2. La construcción del mito 13 3. Nuevas miradas 15 4. La divulgación masiva y el interés en el tema 17 5. Referentes teóricos y organización del texto 18 Capítulo I. Milán 1900. Los años formativos 23 1. Una arquitectura para la Italia unida 25 2. El Medioevo moderno. 28 3. La figura del arquitecto civil 33 4. Mario Palanti: pensamientos sobre arquitectura 40 Capítulo II. Buenos Aires 1910. La experiencia metropolitana 51 1. Imágenes de modernidad 53 2. Prins y Ranzanhofer: la experiencia técnica en la metrópoli 62 3. Tensión con la Sociedad Central de Arquitectos 64 4. Mario Palanti, Il cortesano. El vínculo con la committenza 66 5. Avenida de Mayo 695: el estudio particular 81 6. Experimentación y ensayos en la obra porteña 85 Capítulo III. El primer rascacielos: el Pasaje Barolo en Buenos Aires 92 1. Un colosal encargo 92 2. Resolver un problema: la morfología del rascacielos 94 3. Estrategias proyectuales 99 4. Experimentaciones técnicas 108 5. Símbolos y alegorías en el pasaje: El Danteum 112 6. El mausoleo metropolitano 114 7. La mala prensa: críticas desde el ámbito disciplinar 120 Capítulo IV. Superar su marca: el Palacio Salvo en Montevideo 125 1. “La lucha por la felicidad” 125 2. La materialización de una trayectoria: la construcción del Palacio 130 3. El esqueleto 134 4. La continuidad de un método 138 5. El rascacielos en los medios 148 6. Una catedral para la industria uruguaya 152 Capítulo V. Regresos a Italia 157 1. Un rascacielos para el Duce 157 2. Los concursos para el PNF 165 3. Sobrellevar las críticas 176 4. E’42. un nuevo material para una nueva arquitectura 181 5. Antiguas invenciones técnicas 185 Capítulo VI. Buenos Aires 1948. El viaje de la esperanza 195 1. Arquitectura para todos 195 2. De la casa al rascacielos. El Estado como comitente 199 3. Una regresión oportunista. Monumentos metropolitanos 207 4. El desencanto. Problemas legales en torno a la profesión de arquitecto 216 5. Un nuevo rascacielos para Buenos Aires 220 6. Arquitectura de papel 227 VII. Palabras finales. Las torres de Babel 233 Apéndice documental 236 Fuentes y Bibliografía 258 Abreviaturas BPUNLP Biblioteca Pública de la Universidad nacional de La Plata MGG Museo Galería Güemes, Buenos Aires IHCBA Instituto Histórico de la Ciudad de Buenos Aires HCD Honorable Concejo Deliberante, Buenos Aires BSCA Biblioteca Sociedad Central de Arquitectos, Buenos Aires AGN Archivo General de la Nación, Buenos Aires BN Biblioteca Nacional, Buenos Aires AAySA Archivo Aguas y Saneamientos Argentinos S.A. , Buenos Aires SCA Sociedad Central de Arquitectos, Buenos Aires IHA Instituto de Historia de la Arquitectura, Montevideo AGNM Archivo General de la Nación, Montevideo AIHA Archivo del Instituto de Historia de la Arquitectura, Facultad de Arquitectura, UdeLaR, Montevideo SAU Sociedad de Arquitectos del Uruguay CPAU Consejo Profesional de Arquitectos y Urbanistas, Buenos Aires ACS-SPD Archivio Centrale dello Stato - Segretaria Particolare del Duce, Roma AGEP Archivo Privado Guido y Emilio Palanti, Milán AP Archivo Palanti, Milán ASV Archivio Segreto Vaticano, Roma ASAL Archivio Accademia Lincei, Roma GRI The Getty Research Institute, Los Angeles, CA (910002) 1 Agradecimientos La presente tesis es el resultado de una experiencia formativa como alumna del Doctorado en Arquitectura y Urbanismo de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Nacional de La Plata. A lo largo de estos años, han sido muchas las personas quienes, a través del dialogo, discusiones e intercambio de experiencias, fueron parte de mi formación. En primer lugar, quiero agradecer en especial a mi director: Fernando Aliata. A él debo no sólo pacientes lecturas, agudos comentarios y enriquecedoras sugerencias sino también una inagotable generosidad y constante apoyo. Él ha sido mi maestro en este camino que comencé hace ya tiempo y que hoy da como resultado esta tesis. Junto con Fernando Gandolfi y Eduardo Gentile fueron quienes supieron despertar en mí el interés por la historia a través de la experiencia formativa desarrollada, primero como alumna y luego como parte del equipo docente en el taller Vertical de Historia de la Arquitectura que dirigen en la FAU-UNLP y del HiTePAC. Asimismo, agradezco a mi codirectora, María Mercedes Bares de la Universita degli Studi di Palermo, por sus lecturas, material y apoyo durante mi estadía en Italia y a Marco Rosario Nobile de la Universita degli Studi di Palermo. Este trabajo no hubiera sido posible sin el soporte económico necesario para dedicarse de manera exclusiva a las tareas de investigación. Para ello conté con el apoyo de una beca doctoral del Conicet con sede en el HiTePAC (FAU-UNLP). Los viajes de relevamiento que permitieron la recolección de material en distintos repositorios y países fueron en gran medida posibles a través de una Library Grant del Getty Research Institute y los Subsidios de Viaje recibidos por parte de la Universidad Nacional de La Plata. Una especial mención merecen aquellos quienes desde archivos y bibliotecas hicieron materialmente posible esta tesis: Ricardo Gasalla de la Sociedad Central de Arquitectos, el personal de las bibliotecas del Centro Argentino de Ingenieros, de la Universidad Torcuato di Tella, de la biblioteca y archivo del CeDIAP, del Centro Profesional de Arquitectura y Urbanismo, así como del Archivo General de la Nación. 2 En particular quiero agradecer a los familiares de Mario Palanti: Edoardo Romagnoli, Guido y Emilio Palanti, Angela y Cristina Palanti quienes abrieron las puertas de su casa y me recibieron con tanta generosidad. Gracias a ellos he tenido acceso a material inédito que enriqueció el contenido de esta tesis. A ellos toda mi gratitud. No puedo dejar de mencionar a los enamorados de los edificios siempre dispuestos a colaborar con material o información: el Arq. Fernando Carral quien trabaja en el Barolo, Abelardo García Viera quien me recibió en la torre del Salvo y el “cazador de arquitectura” Alejandro Machado. Quiero reconocer, además, el apoyo recibido “del otro lado del río”: Andrés Mazzini y el equipo que conforman el Instituto de Historia de la Arquitectura de la Facultad de Arquitectura en Montevideo, quienes tantas veces recibieron mis visitas, respondieron mis pedidos y contestaron mis preguntas. Quiero agradecer también a Santiago Medero, Jorge Sierra y a Willy Rey por los comentarios y material. Asimismo, el personal de las bibliotecas del Palacio Legislativo, de la Sociedad de Arquitectos de Uruguay y de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de la República y del Archivo General de la Nación, ambos en la ciudad de Montevideo. Tampoco pueden estar ausentes aquellos con quienes a lo largo de estos años intercambié opiniones, lecturas y comentarios. Los integrantes del taller Vertical n°1 de Historia de la Arquitectura y el Taller Vertical n°3 de Teoría de la Arquitectura de la FAU UNLP, los integrantes de “La Cueva” en Montevideo, y el grupo completo de “hitepaqueras”. Agradezco a quienes en el ámbito del HiTePAC generaron un clima de intercambio de ideas y experiencias: Fernando Williams, Omar Loyola, Cecilia Bravo, Teresa Zweifel, Virginia Galcerán y Fabiana Carbonari. Entre ellos, Rosana Obregón, Florencia Minatta y Natalia Salcedo hicieron suya la cruzada y buscaron bibliografía, tradujeron textos y compartieron libros. Tambien mi reconocimiento a Estela Mantz por su ayuda. Quiero agradecer a mis compañeras de ruta y de vocación que hicieron parecer que este trabajo es resultado de una elaboración colectiva. Mery Méndez con quien, además de la pasión por la historia, compartimos amistad, mates, discusiones y aventuradas visitas a las entrañas del Salvo. A Valeria Gruschetsky, detenida lectora y paciente consejera, cuyas observaciones siempre resultaron de un valor inestimable y, por supuesto, a Ana Gomez Pintus y Mariana Santangelo. Un agradecimiento especial merecen Susana Cricelli y Magalí Franchino: gracias por 3 reiteradas lecturas, atinadas observaciones, mates, risas y compañía. Finalmente, están quienes por fuera del ámbito académico ayudaron a seguir adelante en los momentos difíciles propios de la realización de una tesis, permitiendo que este trabajo fuera posible. Cuando hace tiempo leí, emocionada, las palabras preliminares de El color del río, no imaginé que un día las sentiría tan propias. Porque hacer una tesis con dos bebés es un esfuerzo muy grande, imposible de realizar sin el constante apoyo y contención de la familia y amigos. En efecto, no es retórico el agradecimiento hacia ellos, es desde el fondo del corazón: a mis amigas, a mi familia en Montevideo, a mi abuelo y a mi madre Cecilia cuyo ejemplo me hizo siempre seguir adelante. A mi hermana y mi cuñado, que teniendo dos niños se hacían cargo de los ajenos. Todos ellos supieron entender mis ausencias y compartieron mis ratos de ocio. Y por último, a Javier, quien, con una inagotable paciencia apoyó cada momento de esta intensa etapa y cuya compañía me resulta imprescindible. Y claro, a mis amores Julia y Pedro: ellos son parte de este camino que empecé sola y hoy terminamos de a cuatro. 4 Introducción. Mario Palanti, arquitecto Todas las formas del arte y el pensamiento modernistas tienen un carácter dual: son a la vez expresiones del proceso de modernización y protestas contra él (…). En los países relativamente atrasados, donde el proceso de modernización todavía no se ha impuesto, el modernismo, allí donde se desarrolla, adquiere un carácter fantástico, porque está obligado a nutrirse no de la realidad social sino de fantasías, espejismos, sueños. (Marshall Berman, Todo lo sólido se desvanece en el aire: la experiencia de la modernidad, 1982) Todos los nuevos elementos de la vida moderna, vendrán a imponer sus características e imprimir su huella en el derrotero de la nueva arquitectura, ya que ésta ha de contemplarlos todos y armonizarse con todos ellos. (Mario Palanti, “La era moderna tiene orientaciones nuevas en arquitectura”, 1922) El hallazgo de material inédito en un archivo privado debe ser uno de los momentos más apasionantes para quienes nos dedicamos (o intentamos) escribir historia. Sobre todo, si ese conjunto de piezas conforma el rastro de alguien que, hasta el momento, prácticamente no había dejado huellas. Si las había, muchas de ellas eran erradas, como la fotografía de un desconocido que varios sitios virtuales muestran con el nombre de Mario Palanti. Desplegado el material, confrontadas, derrumbadas y rearmadas las hipótesis, comienza la difícil tarea de reconstruir en un relato la multiplicidad de fragmentos que componen una trayectoria. Esto significó, en este caso de estudio, construir una historia de vida sobre la cual podamos avanzar con la voluntad de hacer un aporte al conocimiento. El estudio que aquí se inicia centra su interés sobre la producción arquitectónica realizada por Mario Palanti, entendida como parte de una búsqueda personal hacia aquello que el arquitecto concibe como una nueva arquitectura. Formado en la Italia de fines de silgo XIX, Palanti llegó a la Argentina en la primera década del siglo XX, invitado a participar en la construcción del pabellón italiano de la Exposición del Centenario de Mayo. Espíritu inquieto, su trayectoria incluye estadías en Italia, el regreso a Buenos Aires a fines de la década de 1940 y el posterior y ultimo retorno a la península en 1958. 5 Introducción Más allá de este oscilante derrotero, es en el Rio de la Plata donde se concentra su principal producción arquitectónica que surge como parte del proceso de metropolización de la ciudad de Buenos Aires. Para afrontar este estudio, como veremos a continuación, se analizarán cuestiones propias de la disciplina arquitectónica como documentación gráfica, fotografías y escritos del arquitecto provenientes de diferentes archivos, como también factores sociales, políticos, culturales y económicos que conformaron el contexto que, efectivamente, permitió la realización de su obra material. Entre 1910 y 1933, Palanti realizó un total de treinta y siete obras en el Río de la Plata a las que se suman decenas de proyectos. Formado en la Academia di Belle Arti di Brera de la Milán de fines de siglo XIX, el arquitecto puso a prueba su formación académica en su intento por dar solución a los problemas planteados en el contexto metropolitano porteño, como escala, masividad, nuevos programas, etc.- Precisamente, en la cambiante Capital de principios de siglo XX, entre las colectividades extranjeras, la activa comunidad italiana era la más numerosa entre los inmigrantes europeos.1 Esta singular composición social tuvo consecuencias concretas en relación a nuestra disciplina. En ese sentido, Mercedes Daguerre ha señalado las estrechas relaciones que unen al campo arquitectónico lombardo de principios de siglo con los estratos más altos de la colectividad peninsular en el Plata.2 Siendo Milán por entonces un activo centro de la renovación arquitectónica italiana, se produce un importante intercambio cultural con la capital argentina, por entonces en constante crecimiento. El contingente de inmigrantes lombardos conjuntamente con ligures y piamonteses constituye el grueso de la presencia peninsular en la Argentina y no es casual que los arquitectos más destacados del mundo milanés realicen en el período previo a la Gran Guerra encargos en nuestro país. Gaetano Moretti, Sebastiano y Atilio Locatti ejecutan obras, se presentan a concursos y abren el camino para que algunos de sus discípulos se trasladen a Buenos Aires como es el caso de Virginio Colombo, Francesco Gianotti, Ferruccio Corbellani y el mismo Palanti. Dentro de los estilos eclécticos vigentes los modernismos, en este caso el Floreale o la recreación boitiana del Románico Lombardo, sirven para caracterizar los emprendimientos de los italianos afincados en la Argentina que abrazan esta corriente estilística con un doble 1  Fernando Devoto, Historia de los Italianos en Argentina (Buenos Aires: Sudamericana, 2006). 2  Mercedes Daguerre, “Milano- Buenos Aires: la perdita del centro”. Metamorfosi, quaderni di architettura. Roma, “La Sapienza”. Nº 25/26 (1995). D’Amia, “Architetti lombardi a Buenos Aires” 6 Introducción propósito: revelar en este extraño baile de estilos en que se ha convertido Buenos Aires la singularidad moderna de sus emprendimientos, pero también mostrarse a la vanguardia en el contexto de sus respectivos círculos nacionales o regionales de emigrados.3 En sede milanesa, los años a caballo de la Primera Guerra mundial, encuentran un ámbito cultural atravesado por ciertas contradicciones: allí, la necesidad de referencias cosmopolitas se mezclaba con la valoración y búsqueda de las propias raíces nacionales y regionales. En ese contexto, la indagación de fuentes exóticas como arquitectura khmer, mogol o japonesa se enfrentaba a los modelos provenientes de Europa como la Wagnerschule o a los rascacielos norteamericanos.4 A partir del despegue industrial de principios de siglo, las grandes ciudades italianas como Milán incrementaron su expansión. Las transformaciones urbanas trajeron consigo múltiples referencias en la escena con ejemplos desde Haussmann al Cinquecento romano, o a las cúpulas estilo Charles Garnier.5 Ante el crecimiento de las ciudades, el enfrentamiento de la arquitectura con la gran dimensión urbana aumentó: hacia 1910 surgió la primera propuesta de grattanuvole para Milán diseñada por Achile Manfredini o las propuestas para una Città Nuova de Antonio Sant’Elia (1913-14). Adjetivos como fantástico, gigantismo, cliclopico, monumentalismo esaltato, archeologia fantástica acompañaban tanto la producción urbana del período como la multiplicidad de proyectos utópicos. Entre ellos, en los años previos y posteriores a la guerra, cobró fuerza el Manifesto dell’architettura futirista (1914) que ensayará propuestas fuera de escala, proyectos como el Cementerio de Monza (1911-12) o la Sede de la Società dei Commersi de Sant’Elia en Como (1914), los mencionados rascacielos u obras como la Estación Central de Milán (1912-1931) de Ulisse Stachini o el Palazzo Berri-Meregalli (1910-12) de Giulio Ulisse Arata. En este contexto en que, en casi todos los casos, los proyectos colosales no pasaban la fas de proyecto, la figura de Palanti cobra relevancia al considerar que, además de su prolífica producción de obras, tuvo la posibilidad, poco frecuente en la época, de construir dos rascacielos en un lapso de diez años: uno de ellos en Buenos Aires (Pasaje Barolo 1919-1923) y otro en Montevideo (Palacio Salvo 1922-1928). 3  Mercedes Daguerre, “Milano- Buenos Aires: la perdita del centro”. Metamorfosi, quaderni di architettura. Roma, “La Sapienza”. Nº 25/26 (1995); Mercedes Daguerre, La construzione di un mito. Ticinesi in Argentina. Commitenza e architettura (1850 1914) (Suiza: Accademia di Architettura di Mendrisio, 1998); Jorge Francisco Liernur, Arquitectura en la Argentina del siglo XX. La construcción de la modernidad (Buenos Aires: Fondo Nacional de las Artes, 2001). 4  Guido Zucconi, “Gli anni dieci tra riscoperte regionali e apertura internazionali” en Storuia dell’architettura italiana. Il primo novecento, Giuogio Ciucci, Giorgio Muratore (a cura di), (Milano Electa 2004), 38-55 5  Zucconi, “Gli anni dieci tra riscoperte regionali e apertura internazionali” 7

Description:
moderna: una historia desapasionada (Barcelona: GG, 2005) Kenneth Frampton, Historia critica de la arquitectura moderna cultural al contexto metropolitano porteño y estudiar el papel que juega su arquitectura como Studies in Tectonic Culture: The Poetics of Construction in Nineteenth and.
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