ELLIC HOWE LOS MAGOS DE LA GOLDEN DAWN HISTORIA DOCUMENTAL DE UNA ORDEN MAGICA (1887-1923) Traducción castellana de HECTOR V. MOREL PRIMERA EDICION INGLESA 1972 - PRIMERA EDICION CASTELLANA 1990. EDITORIAL KIER, S.A. AVDA. SANTA FE 1280 (1058) BUENOS AIRES. Ediciones en español Editorial Kier, S.A. Buenos Aires, 1990 Dibujo de tapa: Jorge Servici Composición tipográfica: Cálamus Corrector de pruebas: Carlos Soler Libro de edición argentina ISBN: 950-17-0908-6 Queda hecho el depósito que marca la ley 11.723 @ 1990 by Editorial Kier, S.A., Buenos Aires Impreso en la Argentina Printed in Argentina INTRODUCCIÓN En 1972, al publicarse la primera edición de este libro, pensé haber llegado al final de un ejercicio esencialmente de anticuario. En el prefacio expliqué que "mi objetivo ha sido investigar los orígenes la organización y, sobre todo, la historia interna de una cofradía mágica representativa. Hubo en ella personas que se dedicaron a actividades fuera de lo común. Quise saber quiénes fueron, qué hicieron y qué lograron, y cómo reaccionaron ante situaciones insólitas, al menos según criterios normales". De manera general, respondí a mis propios interrogantes y confié en que la publicación de este libro ayudaría a responder las 'preguntas formuladas por otros que, como yo, habían quedado perplejos por los relatos hasta entonces vagos e incompletos sobre los orígenes y la historia posterior de la Golden Dawn. Sin embargo, me esmeré en recalcar que mi intento no había sido describir ni explicar con amplitud los ritos o las enseñanzas mágicas de la Orden porque ese material podía obtenerse a lo largo de más de mil páginas de la obra The Golden Dawn, del doctor Israel Regardie, y porque yo carecía de las necesarias calificaciones técnicas. Lo que a la sazón me interesaba era lo que yo suponía que se trataba de un fenómeno puramente histórico. Es verdad que el señor Francis King me había mencionado, o más bien me había sugerido, la existencia de un Templo de la Golden Dawn, en Londres, con posterioridad al año 1945, pero inferí que su existencia había sido breve. En todo caso, nunca se me ocurrió que La Orden Hermética de la Golden Dawn hubiera resucitado, y ello en una escala aparentemente ambiciosa, bajo los auspicios del doctor Regardie, en los Estados Unidos, unos diez años después Sin embargo, supuse que la Golden Dawn tal vez no estuviera tan muerta como parecía cuando recibí una carta suavemente histérica del señor Gerald Suster, un Joven a quien yo conociera ligeramente, en diciembre de 1983. En esta comunicación, Suster me anunciaba la reciente publicación de Lo que usted debería saber sobre la, Golden Dawn (What You Should Know About The Golden Dawn, Falcon Press, Phoenix, Arizona, E.U.A., distribuido en el Reino Unido por Thorsons Publishers Ltd.), en la que él había intervenido con un capítulo. "Si usted decide leer ese libro -me escribió- se encontrará con que son atacados tanto su trabajo como el modo con que enfoca el tema. Yo lo he atacado tan mordazmente como pude. Estamos librando una controversia ideológica; usted desairó a la Golden Dawn, yo lo desairé a usted, y esto no necesita disculpas. Pude informarme sobre el particular al leer el libro del doctor Regardie, que es una reimpresión facsimilar de su obra Mi Aventura Rosacruz (My Rosicrucian Adventure, 1971), con el agregado de un Prólogo del señor Christopher S. Hyatt, una nueva Introducción del doctor Regardie y un capítulo del señor Suster. A través del señor Hyatt, me enteré de que: se había formado la Fundación Israel Regardie, "centro nacional de investigación y preservación de la Golden Dawn"; y, además, "Todos cuantos efectúen donaciones de cien dólares o más recibirán gratuitamente una edición de coleccionista de Lo que usted debería saber sobre la Golden Dawn, y están invitados a asistir a la sesión inaugural de este significativo acontecimiento" en un lugar no revelado de los Estados Unidos, a mediados de 1984. Asimismo, según el señor Hyatt, "vemos las semillas de un sistema afectuoso y evolutivo, consagrado a la elevada meta de Llegar a ser más que humano". De esta manera, cerca de un siglo después de su creación, la Golden Dawn está a punto de ser institucionalizada, y predigo que esta será su sentencia final de muerte. La Introducción del doctor Regardie se dedicó, en gran manera, a atacarme. "La crítica que efectué... sobre Los Magos de la Golden Dawn [aparecida en Gnostica News, 21 de enero de 1974] implicó todo el menoscabo que me fue posible en razón de que percibí en cada página prejuicio y ridiculización [las bastardillas son mías]". ¿En cada página? El doctor Regardie exageró porque, de acuerdo con mi mejor entender, mi libro sólo contenía seis líneas que podrían interpretarse como una crítica hacia la Golden Dawn. Escribí en el Prefacio: "En muchos aspectos, esta es una 'crónica deshilvanada', al menos si se la juzga según normas convencionales; pero a la sazón nos ocupamos de gente nada convencional, y a nada útil propendería el que yo llamara constantemente la atención sobre las cualidades intermitentemente psicopáticas del relato. Mi tarea no consiste en emitir juicio sobre mis Magos sino, más bien, en suministrar el material para la elaboración de una historia insólita". En realidad, lo que yo ofrecí fue, nada más y nada menos, que una historia documental y honrada de un fenómeno psicológico y sociológico interesante, sin expresar opinión personal alguna. El aporte del señor Suster no fue tan "mordaz" como preví que lo sería. Unas pocas observaciones suyas sobre mi persona tuvieron el propósito de ser ofensivas pero no importa. Sus intentos de formular críticas sobre el texto fueron trabajosos y nada convincentes, probablemente porque no dispuso de material nuevo sobre el cual pudiera basar aquéllas. Finalmente, me aconsejaba que, durante seis meses, celebrara diariamente el Rito Proscriptivo Menor del Pentagrama y registrara los resultados, y escribía: "Yo mismo lo hice y experimenté una mejora en todos los niveles de mi vida". Creo que lo que al doctor Regardie y al señor Suster les desagrada es que yo no afirme que las enseñanzas de la Golden Dawn poseen contenido espiritual alguno. En lo que atañe a mi examen de la Golden Dawn original y sus primitivas Órdenes sucesoras, tal vez tanto el doctor Regardie como el señor Suster lo han ignorado. Después de todo, ¿por qué dar a publicidad un libro que, casi enteramente sobre la base de pruebas documentales, demuestra que la antigua Golden Dawn difícilmente puede describirse como un "sistema afectuoso y evolutivo"? Ellic Howe, Enero de 1984 COMENTARIO PRELIMINAR por GERALD YORKE Los Magos de la Golden Dawn es un fascinante relato admonitorio, dirigido a todos los que intenten desarrollar sus facultades mágicas latentes sin usar las técnicas de protección que todas las principales religiones todavía enseñan. Así, observamos cómo, en su mayoría, quienes procuran recorrer el sendero del ocultismo se" convierten en víctimas de su imaginación creadora, se ensoberbecen y experimentan una caída. Fueron necesarios sólo quince años para que la Golden Dawn se fragmentara. Ahora que sus rituales, constancias y textos secretos fueron publicados, una vez más esto se convierte en inspiración de quienes, creciendo como hongos, aspiran a ser Magos y, a su vez, en su mayoría, propenden a una caída. La Orden hermética de la Golden Dawn (C.D.), con su Orden Interna de la Rosa de Rubí y la Cruz de Oro (R. R. et A. C.), fue la espléndida culminación de un resurgimiento del ocultismo en el siglo XIX, y sintetizó, en un conjunto coherente, una vasta colección de material inconexo y muy disperso, condensado por ella en un sistema práctico y eficaz, lo cual no puede decirse de cualquier otra Orden ocultista de la que tengamos noticia, existente en esa época o desde entonces: Los tres rituales básicos, escritos por uno de sus fundadores, MacGregor" Mathers, fueron los de iniciación en las Ordenes Externa e Interna, y la ceremonia del Corpus Christi. En el primer ritual, el candidato, conducido desde la oscuridad hacia la luz, se comprometía "a proseguir celosamente el estudio de las ciencias ocultas, en atención a que esta Orden no está fundada para beneficio de quienes sólo desean de ella un conocimiento superficial". La ceremonia de admisión en la Orden Interna de la Rosa de Rubí y la Cruz de Oro se basaba en el mito de Christian Rosenkreuz. En ella, el candidato juraba: "con el divino permiso, desde hoy en adelante, me consagraré a la Gran Obra, la cual purificará y elevará mi naturaleza espiritual, con la que, con el auxilio divino, al fin conseguiré ser más que humano, y, de esta manera, poco a poco, ascenderé y me uniré con mi Genio superior y divino, en cuyo caso no abusaré del gran poder que se me confíe". En el ritual del Neófito (0° = 0°), el peligro radica en que se omite del juramento toda referencia a los fines con que deben aplicarse los poderes resultantes de la práctica acertada de estas ciencias ocultas. La Obligación de la Orden Segunda o Interna (5° = 6°) es mucho más peligrosa, porque, a menos que se tomen precauciones específicas, el mago pronto empieza a imaginar que, al ser más que humano, él es Dios, en vez de seguir siendo un siervo de Dios. El tercer ritual vital, que tenía lugar anualmente en el día de' Corpus Christi, es enteramente admirable. El Adepto Principal de cada Templo, vestido con túnica negra, de luto, y con la cadena de la humildad alrededor de su cuello, era atado a la cruz negra del sufrimiento en la Cripta de los Adeptos. Allí, él invocaba al Gran Angel Vengador Hua, "para que retemple y fortalezca a todos los integrantes de esta Orden durante la siguiente revolución del sol; para que los mantenga firmes en el sendero de la soledad y el sacrificio personal; y para que les confiera la facultad discernitiva a fin de que escojan entre lo malo y lo bueno, y pongan a prueba todas las cosas de significado dudoso o ficticio con conocimiento y sano juicio". Después que lo sacaban de la cruz y se volvía a vestir, el Adepto Principal invocaba otra vez a Hua, en esta ocasión "para que fortalezca y afiance a los integrantes de esta Orden en su búsqueda de los Misterios de la Luz Divina, para que fortalezca su percepción espiritual y les permita elevarse respecto de su propio yo, el cual nada es en relación con el Yo Supremo que es Dios, el Vasto". Por desgracia, la humildad no era algo natural en Mathers, como lo demuestran los lemas que tomó: 'S Rioghail Mo Dhream (en gaélico: "Regia es mi tribu") y Deo Duce Comite Ferro *. Además, la historia de la Orden revela que fueron demasiados los integrantes de aquélla que fracasaron manifiestamente en eso de "poner a prueba todas las cosas de naturaleza dudosa y ficticia", mientras el mismo Mathers fue víctima de las supercherías de la aventurera Swami Vive Ananda, quien también se hada llamar Madame Roros; y llegó a convencerlo de que ella estaba en contacto con los Jefes Secretos. Como podrá apreciarse por el proyectado grado de Adepto Práctico Menor (Practicus Adeptus Minor), 5° = 6° (ver Apéndice 11), era formidable el sistema que Mathers creó, y que los integrantes de la Orden Interna tenían que dominar. Podrá tenerse alguna idea de todo lo que se trataba a través de un breve resumen de cómo Mathers interpretaba el diagrama cabalístico y el Arbol de la Vida y a través de una descripción de los adminículos del recogido Templo en el cual realizaba sus operaciones un Mago de la Rosa de Rubí y la Cruz de Oro (R.R. et A.C.). El diagrama del Arbol de la Vida representa al Universo, tal como los judíos lo entendían antes de que la ciencia alterara su modo de pensar. Desconócese a cuándo se remonta y cuál es su origen, puesto que formaba parte de la tradición esotérica judía. A Dios no se lo hace aparecer, puesto que El es incomprensible. Sin embargo, por analogía matemática, Dios es cero, cifra ésta a la que los cabalistas simbolizaban con una trinidad de la Nada (Ain) o lo infinitamente pequeño, Sin Límite (Ain Soph), o el espacio despojado de cualidades y la Luz ilimitada (Ain Soph Aour). Estos son los primeros pasos a través de los cuales lo Incognoscible se aproxima a lo conocido. Esta Luz Ilimitada se concentra en un centro o punto focal llamado la Corona (Kether), que se encuentra en la esfera superior del diagrama. Matemáticamente, corresponde al número 1, y en geometría al punto. Figura 1. Arbol cabalístico del diagrama de la vida. El primer aspecto, o la emanación de Dios, es parcialmente comprensible para la mente humana. Con las dos esferas que están debajo y a cada lado constituye una trinidad de "Supernos": Kether representa al mundo arquetípico (atziluth), y los otros dos a los mundos creativos (briah). De modo parecido ocurre con los números: 1 es seguido por 2 y luego por 3, mientras que del punto derivan la línea, el ángulo y el triángulo. Las seis esferas o emanaciones que siguen representan al mundo de la formación (yetzirah) y conducen a la esfera décima o última, al Reino (Malkuth), que es el mundo material (assaiah), como lo conocemos. Numéricamente, esto corresponde al 10, que representa el retorno a la unidad mediante la reintroducción del cero, mientras que la figura geométrica es el doble cubo, que, cuando se abre, se convierte en la cruz del Calvario, de doce cuadrados. Cada uno de estos diez Sephiroth representa una "cosa en sí misma", una idea positiva o un ente positivo, cuya naturaleza es definida por la totalidad de las correspondencias asignadas a aquella idea o a aquel ente. Así es como el dios Toth, Hermes, el arcángel Miguel, las dos serpientes, los ópalos, el estoraque (bálsamo), la violeta purpúrea, la fidelidad, un octógono. y el número 8 son todos las diferentes facetas de la idea representada por la Sephirah del Esplendor (Hod). De este modo, la desnudez matemática de cada idea principal se reviste con una red multicolor de correspondencias vinculadas con cada área de pensamiento. Las diez esferas se conectan mediante veintidós Senderos, a cada uno de los cuales se le asigna una letra diferente del alfabeto hebreo. Las letras no representan, en sí mismas, cosas primarias, sino combinaciones secundarias derivadas de los Sephiroth que ellas conectan y la ubicación de éstos en el Arbol. Cada una representa un planeta, un signo del zodíaco, o uno de los elementos, como el fuego, el agua, etc., junto con toda una jerarquía de ideas correspondientes. Este diagrama es una memoria técnica indispensable del mundo precientífico en el cual (y con el cual) el Mago trabaja. En conexión con esto, el Mago se asegura de que, en cada ceremonia, los colores, el incienso, los símbolos y el ritual sean los adecuados a todo aquello que se invoca. De este modo, el Mago podrá controlar si sus visiones tienen a la realidad como base, si realmente se internó en el mundo arquetípico que es su jurisdicción, o si meramente se perdió, en el trayecto, en el "Abismo del Caos". Finalmente, el diagrama es un mapa del retorno del ser humano de donde procedió. Hay dos caminos de regreso: el lento, siguiendo el "sendero de la Serpiente" que se enrosca en el Arbol, y el directo por la columna central, o el tronco. Para este último, Mathers enseñaba una meditación eficaz para elevarse, con la imaginación, directamente hasta Kether. Nada puede decirse acerca del ulterior ascenso e ingreso en la Luz Ilimitada y más allá de ésta. Respecto de la teoría fundamental ya basta; pasemos ahora a la práctica mágica. Mediante la elección de un círculo dentro del cual trabajará, el Adepto Menor (Adeptus Minor) de la Orden Interna de la Rosa de Rubí y la Cruz de Oro (R.R. et A.C.) afirma tanto su identidad con el Infinito como la limitación implícita por su juramento de realizar la "Gran Obra". El conjunto de símbolos con que el Adepto Menor ornamenta el círculo anuncia la naturaleza y el objeto del ritual en cuestión, y varía según la ocasión. Sin embargo, las proporciones se mantienen fijas, puesto que son algo personal de él -se trata de su círculo-, y tienen como base el tamaño del altar, un cubo doble cuya parte superior está a la altura de su ombligo. Alrededor del círculo, y con letras hebreas, están los cuatro grandes nombres de Dios, que se usan en el ritual proscriptivo, o de ahuyentamiento, correspondiente al pentagrama: IHVH, ADNI, AHIH Y AGLA. Tradicionalmente, ellos protegen al Mago dentro de su círculo, aunque, antes de que realmente puedan hacerlo, es necesario consagrados. Esto se efectúa en el ritual de proscripción o ahuyentamiento parte del cual tiene como propósito poner en actividad a las fuerzas que estos nombres representan. Dentro del círculo hay una cruz Tau (ansata) de diez cuadrados, pues "diez son las Emanaciones de la Unidad". Cada cuadrado representa uno de los Sephiroth y se lo pinta con el color correcto de la escala de la Reina. Para algunas ceremonias, serían más adecuadas otras cruces. Los tres rombos diamantinos, con los colores de la escala del Rey, representan al "Triángulo del Universo", que describe a la cruz. Con su figura, sugieren al yoni que, de esta manera, equilibra allingam de la cruz. En la parte superior del altar hay un dibujo que se conoce como el Macrocosmos de Vitruvio. La figura humana que hay en él es Adam Kadmon, la segunda persona de la tríada cabalística cuyo cuerpo es el Universo. Sus miembros están dispuestos de modo tal que forman un pentagrama en vez de la más habitual cruz de San Andrés. El zodíaco, los planetas y los cuatro elementos primarios formados a partir de su cuerpo, y que son parte de su cuerpo, están indicados específicamente por el variado colorido de los círculos concéntricos que forman parte del dibujo. A los lados del altar están pintadas las cuatro Tablas de las Atalayas del Universo, según el sistema enoquiano (de Enoc), del doctor John Dee. La del aire enfrenta al Este, la del agua al Oeste, la de la tierra al Norte, y la del fuego al Sur. Los colores de cada una son, respectivamente, los de las escalas del Rey, la Reina, el Emperador y la Emperatriz. Las letras aparecen en escritura enoquiana. En la parte de arriba de cada tabla está el sello del correspondiente Rey del elemento. En enoquiano, estos cuatro reyes se llaman: Tahaoeloj, hahebyobeetan, Thahaotahe y Ohooohaatan. Las Tablas de las Atalayas con la Tabla pequeña de la Unión, que aquí no se necesita, son una clave mnemotécnica del sistema enoquiano. Las claves largas no son fáciles de memorizar, por lo que es conveniente tenerlas de modo permanente al Iado del altar. Dentro del Altar se conservan todos los adminículos que se'" emplean en los rituales, con excepción de la lámpara. El óleo santo y consagrado de Abramelín es un símbolo de aquello a lo cual el Mago aspira. Es un preparado que contiene aceites de mirra, canela y galanga, disueltos en aceite de oliva. Su perfume sutil llena pronto la habitación. El humo del incienso es el vehículo denso de esa aspiración, pues en ese humo el Mago ve -o imagina que ve- la figura del ser espiritual que invocó. El incienso mismo es la plegaria sin la que ninguna invocación podrá tener buen resultado. Los ingredientes varían según el tipo de ser que se busque. El incienso se quema en un brasero, en el que el carbón se convierte en ascua con el soplo del Mago. El brasero debe estar al Este del círculo, sobre un altar de bronce descubierto, en el que los metales de Venus y Júpiter fueron fundidos en una aleación homogénea. Simboliza el amor divino. El látigo, la daga y la cadena sugieren el sacrificio de la penitencia. El primero tiene por finalidad mantener vehemente la aspiración del Mago; la segunda es para recordarle que deberá sacrificar todo cuanto posee y existe, antes de que pueda realizar la Gran Obra; y la tercera, la cadena, es para evitar que sus pensamientos vaguen. La vara es su voluntad. Hay cuatro varas, y cada una está ornamentada con símbolos adecuados a los diferentes tipos de ceremonia. La vara de loto debe ser de madera de almendro. Los doce listones de color, que aparecen a lo largo de la vara son los de los signos del zodíaco, mientras que en su parte superior hay un loto en flor, símbolo de la evolución de la naturaleza y del crecimiento espiritual. La ceremonia debe efectuarse con la vara cuyo listón tenga el color adecuado a la ocasión. La espada es la razón del Mago, su capacidad de análisis crítico, que él usará contra los demonios de la duda. Ella esgrime en la ceremonia preliminar de ahuyentamiento, volviéndola a poner dentro, del altar antes de comenzar su invocación. La copa es la inteligencia del Mago, su vínculo con lo espiritual del lado pasivo, por lo que él ofrenda en ella su sangre. También es un vehículo de la gracia, y cuando él bebe de ella, participa de un sacramento. La campanilla representa el peculiar estado de consciencia sin el cual no somos conscientes de la presencia de un ser espiritual. En consecuencia, el Mago la hace sonar cuando la ceremonia se halla en su punto culminante. El lamen o talismán, si es que hay que consagrar o "cargar" uno, ha de mantenérselo en el círculo o colocárselo en el triángulo externo, según la índole de la fuerza con la que ha de "cargarse". El pentáculo es el cuerpo del Mago, el templo del espíritu de Dios. Es la base material del sacramento de la regeneración, por medio del cual el Mago renace como ser espiritual. El dibujo que aparece en el pentáculo varía según la índole del ser que se busca. La túnica es el silencio y. el secreto en los cuales el Mago realiza sus operaciones. Varía según el grado que éste tenga en la Orden y según la índole de la operación. La corona que él lleva representa el logro de esa operación. Consiste en un listón de oro que contiene, en la parte delantera, tres pentagramas, y en la parte trasera, un hexagrama. El listón es el círculo de la perfección; los tres pentagramas son la tríada celestial de cualquier sistema que el Mago use, mientras que el hexagrama es el Mago mismo. En torno del listón está la cobra sagrada enroscada (el uraeus), con su cabeza en alto y expandida. Es el símbolo de la realeza y la iniciación, pues el Mago es rey y sacerdote al mismo tiempo. Tal era la enseñanza oficial de la Orden Interna de la Rosa de Rubí y la Cruz de Oro (R.R. et A.C.), que habitualmente era modificada en la práctica. Sin embargo, Mathers no aprobaba que se efectuaran pactos con las fuerzas correspondientes a los gliphot o los demonios, y tampoco permitía que se usara el sexo en forma alguna. En concordancia con su propio temperamento, Mathers le imprimió a todo el sistema un giro pagano y egipcio. En lugar de efectuar sus operaciones a través de -y en nombre de- la deidad de la fuerza invocada, prefería inflamarse con plegarias y que aquélla fuera la que fuere. Así fue como cuando su discípulo Allan Bennett (Ulehi Aour") consagró un talismán para proteger al doctor Felkin (UFinem Respice") contra la obsesión, Mathers invocó, a su vez, al "Espíritu de Osiris Triunfante" -al "Yo Divino" del Hermano (Frater) Finem Respicey al arcángel "Miguel que eres como Dios". Y luego siguió dirigiéndose a "esta criatura de los talismanes" de esta manera: "Viajo por lo alto, recorro el firmamento. Alzo una llama con el refulgente rayo de mi ojo. Vuelo hacia adelante en el esplendor del Ra diariamente glorificado. Eres yo mismo, mi imagen, mi sombra. Yo modelé tu forma. Modelé tu alma. Te creé criatura de mi pensamiento. Eres eternamente poderoso contra las larvas posesoras". Lo mismo ocurrió con el ritual que Mathers escribió para los integrantes de la Orden a fin de que lograsen conocer y conversar con su "Genio Superior", o augoeidés, que equipara con el daimón de Sócrates y el Philemon de C. G. Jung Mathers fundamentó esto en el Papiro XLVI (en griego), del Museo Británico lleno de "palabras de evocación que son bárbaras", una cantidad de las cuales son transcripciones espurias del egipcio hablado al griego escrito, el texto comienza así: "Acéfalo, yo Te invoco. A ti que creaste la Tierra y los Cielos". Y sigue así: "Yo soy El, el Espíritu Innacido. Soy la Gracia del Mundo. El Corazón ceñido con la Serpiente es mi nombre". Finalmente, declamaba: "Todos los Espíritus del cielo, la tierra, el aire y el agua, y todo hechizo y azote de Dios me obedecen". El resultado normal de esto es el engreimiento. Mathers se mostró cuasi-genial en otros sentidos. Al conjunto inconexo de documentos y diarios del doctor John Dee, que se hallan en el Museo Británico y en el Ashmolian de Oxford, lo resumió en un sistema coherente y válido de magia enoquiana. Los integrantes de la Orden Interna manejáronse con esto y hoy en día pervive en la Orden de la Piedra Cúbica. Por desgracia, a semejanza de tantos integrantes de la Golden Dawn, Dee evidenció escaso discernimiento respecto de las manifestaciones, a menudo infantiles, de la bola de cristal, que eran producto de la creatividad imaginativa de su "proyector", o medium, Edward Kelley. El sistema de Mathers tiene su jerarquía, su idioma y
Description: