J O S E P H C A M P B E L L L O S MITOS EN EL TIEMPO Emecé Editores 820-4 Campbell, Joscph CAM Los mitos en el tiempo. - la ed. - Buenos Aires: Emecé, 2000. 272 p.¡ 23x15 cm. Traducción de: César Aira ISBN 950-04-2129-1 I. Título - 1. Ensayo Estadounidense Emecé Editores S.A. Ahina 2062 - Buenos Aires, Argentina E-mail: [email protected] http: // www.emece.com.ar Título original: Tmnsformatiom of Mytb through Time Copyright © / 990 by Mythology Limited Publicado mediante convenio con HarperSan Francisco, a división of HarperCollins Publishers, Inc. © Emecé Editores S.A., 2000 Diseño de tapa: Eduardo Ruiz Fotocromía de tapa: Moon PatrolS.R.L. Primera edición: 5.000 ejemplares Impreso en Printing Books, Gral. Díaz 1344, Avellaneda, mayo de 2000 IMPRESO EN LA ARGENTINA / PRINTED IN ARGENTINA Queda hecho el depósito que previene la ley 11.723 I.S.B.N.: 950-04-2129-1 4.145 1 En el comienzo: Orígenes del hombre y el mito La materia del mito es la materia de nuestra vida, la materia de nues tro cuerpo y de nuestro ambiente, y una mitología viva y vital se ocupa de esto en términos apropiados a la naturaleza del conoci miento de la época. Esta mujer con su bebé es la imagen básica de la mitología. La primera experiencia de cualquiera es el cuerpo materno. Y lo que Le Debleu llamaba participation mystique, participación mística entre la madre y el hijo y el hijo y la madre, es la dicha definitiva. Consi derar a la Tierra y todo el Universo como nuestra madre lleva esta experiencia a la esfera más amplia de la experiencia adulta. Cuando uno puede sentirse a sí mismo relacionado con el Universo de un modo tan completo y natural como el niño con la madre, está en completa armonía con el Universo. Armonizarse y sintonizarse con el Universo, y seguir así, es la función principal de la mitología. Cuando las sociedades se desarrollaron saliendo de su condición primordial, el problema fue mantener al individuo en esta participa tion mystique con la sociedad. Ahora, mirando alrededor, vemos qué pocas probabilidades tenemos de lograrlo, especialmente si vi vimos en una gran ciudad. También tenemos el problema de la mujer y el hombre en rela- 7 ción con la experiencia mitológica. Pese a lo que afirme el movi miento unisex, las diferencias son radicales desde el comienzo hasta el fin. No se trata de una situación culturalmente condicionada. Pa sa también en los animales, por ejemplo entre los amigos chimpan cés de Jane Goodall. Uno de los problemas en el desarrollo humano es lo prolongado de la infancia. El niño, hasta los quince años más o menos, está en una situación de dependencia de sus padres. Esta ac titud de dependencia, la actitud de sumisión a la autoridad, la expec tativa de aprobación y el miedo al castigo, es la condición primor dial de la psiquis. Está marcada en ella. También están impresas las costumbres particulares, las nociones particulares de bien y mal, y los papeles a jugar en la sociedad. Cuando uno nace, está en blanco: una pequeña criatura biológi ca viviendo espontáneamente según su naturaleza. Pero inmediata mente después del nacimiento, la sociedad empieza a poner su mar ca: el cuerpo de la madre y toda la actitud de la madre. Uno puede tener una madre dulce y cariñosa, y puede tener una que sienta ren cor por haber dado a luz, lo que condiciona toda una situación psi cológica de inadaptación. Me sorprendió oírle decir a Jane Goodall que el chimpancé joven también tiene un largo período de depen dencia de la madre. Y uno de los problemas psicológicos del chim pancé es igual al que enfrenta el ser humano: después del destete y la separación física, hay que separarse activamente, psicológicamen te, de la madre. 8 Hasta hace muy, muy poco tiempo, la condición de la hembra en la sociedad humana ha sido la del servicio al advenimiento y mante nimiento de la vida, de la vida humana. Esa era toda su función: 1? mujer en el papel de centro y continuador de la naturaleza. El liom bre en cambio tiene una relación muy breve y en última instancia muy poco importante con toda esta problemática. Tiene otra r.cne de preocupaciones. Los chimpancés machos de Jane Goodall con trolan un área de unas treinta millas de circunferencia, y saben don de están las bananas. Cuando las bananas están empezando a faltar en un área, saben dónde ir por más. También son defensores. De fienden a su comunidad de las invasiones de otras pequeñas tribus. Y, del mismo modo primario, la función del macho en esta sociedad es preparar y mantener un campo dentro del cual la hembra pueda dar a luz el futuro. Son dos papeles completamente diferentes. Y -us cuerpos también están hechos para ellos. El macho no está compro metido, como la hembra, con la carga constante de hijos. Tiene mu cho tiempo libre. Sabe dónde están las bananas, pero ahora "o es momento de ir por ellas, así que, ¿qué hacemos? Se forman < lubes de hombres, para despiojarse mutuamente. Ya ven que es una insti- tución muy antigua, el equipo de cazadores que forman los hom bres, el equipo deportivo, el club. Estos son miembros de las Tribus Montañesas de Nueva Gui- 9 nea. Lo interesante de la escena es que se trata de una batalla cere monial, pero seria. Hay comida en abundancia. No hay necesidad de que una tribu invada a otra para apoderarse de su propiedad. ¿Qué harán los hombres? Están sentados en círculo, sin nada que hacer, así que inventan una guerra. Es un juego de guerra, y las lanzas son de verdad. Así que cuando un hombre muere, la batalla termina, y después tenemos un período de espera y vigilancia. Esto les da a los hombres algo que hacer. Todo el tiempo están en guardia contra el otro, que puede estar a punto de lanzar el ataque de represalia. El macho tiene que tener algo serio que hacer, eso es todo. El cuerpo masculino está construido para el combate, para la de fensa. Es un hecho que, en el cuerpo humano, cada músculo tiene un impulso a la acción y uno no está plenamente vivo salvo que esté en acción. Así que siempre, en todas las sociedades, veremos que se in ventan juegos. Juegos de fuerza, juegos de inteligencia, juegos de ga nar, como en la antigua Grecia. En la comunidad masculina lo im portante es el rango, el orden jerárquico, lo que Jane Goodall llamó el "Macho Alfa". ¿Quién es el Macho Alfa? ¿Quién está más alto en la escala? En un despliegue de ataque, un individuo baja de un árbol apartando las ramas, y cualquiera que quiera disputarle la posición de macho dominante tiene que desafiarlo en esta acción. El ganador es el macho principal. Goodall describe a un individuo pequeño, que es cualquier cosa menos un macho dominante, qtie encontró un modo de patear latas de aceite de modo de causar una gran impre sión. Por un par de días, antes de que los demás vieran de qué se tra taba, fue el macho dominante. Jane Goodall describió un episodio muy interesante que me im pactó, y lo presento como una pequeña sugerencia. Ella estaba sen tada en una ladera, observando con binoculares a algunos de sus amigos chimpancés sobre la ladera opuesta del valle. Había media docena de machos, y hembras más o menos en la misma cantidad, y algunos pocos pequeños. Estaba lloviendo a cántaros y de pronto hubo un prodigioso trueno, y los machos se enloquecieron. Empe zaron a simular ataques unos contra otros. Cuando oí eso recordé que el filósofo Giambattista Vico (1668-1744) había sugerido que la primera noción de lo divino surgió de experimentar la voz del true no. La voz del trueno es la primera sugerencia de un poder mayor que el del sistema humano. El chimpancé macho es casi dos veces más pesado que la hem- 10 bra. No se plantea la cuestión de la supremacía física. Esto se aplica en buena medida a la relación macho/hembra en la esfera humana también. Aquí tienen a Teseo secuestrando a Antíope, la reina de las Amazonas: el poder del macho y la sumisión de la hembra. La hem bra es físicamente vulnerable. Asimismo, es un botín, y uno de los problemas del macho es proteger de un secuestro a las hembras de la comunidad. Se trata de una situación de grandes consecuencias, y la conservación de la especie favorece estas dos organizaciones físi cas opuestas. De ahí que el mito tenga que ocuparse de esto, y el cuerpo masculino y el femenino tengan valores simbólicos en todo el sistema. Ahora, en cuanto a espontaneidad biológica, una joven hembra chimpancé toma a su hermano o hermana menor como una muñeca e imita a mamá y juega con el bebé. Los machos no hacen esto. El macho joven empieza a empujar a las jóvenes hembras que hay alre dedor. Después empieza a empujar a las hembras mayores. Cuando es lo bastante fuerte y grande, entra en el grupo de adultos, y termi na encontrando su lugar en la serie jerárquica. Dos espontaneidades enteramente diferentes. Dos naturalezas muy diferentes. Antes se pensaba que lo que distinguía al hombre de la bestia era 11