Revista UNISCI / UNISCI Journal , Nº 37 (Enero / January 2015) LAS CONFLICTIVAS RELACIONES DE SIRIA E ISRAEL EN EL AJEDREZ DEL PRÓXIMO ORIENTE Romualdo Bermejo1 Universidad de León Resumen: El conflicto de Siria ha puesto sobre el tapete de la actualidad internacional la complejidad que encierra el Próximo y Medio Oriente, una de las zonas más inestables del planeta. Sin embargo, el conflicto que sigue desarrollándose en Siria, con las aristas que todos conocemos, no ha conseguido hasta el momento que Israel, primera potencia militar de la zona, haya intervenido activamente en él, manteniendo una cierta neutralidad. Y es que desde el inicio de la crisis, Israel vio con claridad su alcance, al partir de la premisa de que si el régimen de Damasco no era bueno, los objetivos que pretendían muchos de los grupos rebeldes o insurgentes no eran mejores. Como ahora se ve claramente, esta aproximación ha sido la acertada, a pesar de que no lo veían así los denominados expertos de los países occidentales, que querían seguir para el conflicto sirio el patrón utilizado en Libia, cuyos desastrosos resultados está a la vista. Ni que decir tiene que el papel que ha jugado Rusia en el conflicto sirio explica todo esto, al verse engañada por los países que intervinieron en Libia, al violar el tenor y el espíritu de la Resolución 1973 del Consejo de Seguridad. Palabras clave: Crisis siria, Próximo y Medio Oriente, Israel, Rusia. Title in English: "Conflict-rife Relations between Syria and Israel on the Middle East´s Chessboard" Abstract: The Syria armed conflict has shown to the international community the complexity of the Middle East. Even taking into account all its failures, the Syria crisis has not fully involved Israel yet, the first military power in the region, maintaining a certain neutrality. Since the beginning of the crisis, Israel clearly appreciated that the objectives sought by the rebels or insurgents were not much better than those from the Damascus regime. Although international experts wanted to apply in the Syrian conflict the measures used in Libya whose disastrous results are well known, the events taking place in the civil war has shown that Israel's approach was right. Russia has played an important role in this conflict, after appreciating the violations of the Security Council Resolution 1973. Keywords: Syrian conflict, Near and Middle East, Israel, Russia. Copyright © UNISCI, 2015. Las opiniones expresadas en estos artículos son propias de sus autores, y no reflejan necesariamente la opinión de UNISCI. The views expressed in these articles are those of the authors, and do not necessarily reflect the views of UNISCI. 1 Romualdo Bermejo García es Catedrático de Derecho Internacional Público de la Universidad de León. E-mail: [email protected]. 113333 Revista UNISCI / UNISCI Journal , Nº 37 (Enero / January 2015) 1. Introducción Como es sabido, Siria e Israel son dos pilares fundamentales en el juego bélico y político del Próximo Oriente, aunque tras la Guerra de Yom Kippur no han tenido confrontaciones armadas directas. Es cierto que se han desarrollado algunas acciones bélicas entre ambos Estados en territorio libanés, pero siempre como si no se tratara realmente de una guerra entre los dos países. De ahí que se diga que los límites de la Línea Verde entre ambos Estados hayan sido de los más pacíficos desde octubre de 1973. Esta afirmación, que es real, no deja de ser sin embargo sorprendente, sobre todo cuando se sabe que Siria ha sido desde que se adoptó el Plan de Partición el 29 de noviembre de 1947 mediante la Resolución 181 (II) de la Asamblea General de las Naciones Unidas, por la que se creaba en Palestina un Estado judío y otro árabe, uno de los Estados más duros y combativos contra Israel2. Es evidente que esto se debe a que Siria pareció comprender en 1973 que sus aventuras bélicas frente al Estado hebreo no le proporcionaban buenos resultados, al margen de que una vez que Egipto, primero, y Jordania, después firmaran sendos tratados de paz con Israel, el régimen sirio se quedó aislado y anquilosado frente a Israel, dedicándose a apoyar y armar grupos armados o terroristas para que estos atacaran territorio israelí, como ha sido el caso con Hezbollah, la Yihad Islámica, etc. Este organigrama se ha roto una vez que la llamada “Primavera Árabe” ha hecho irrupción en Siria, desencadenándose un conflicto civil cuyas dimensiones están en boca de todos por varias razones. La primera se debe a la intervención armada que se hizo en Libia, cuyas consecuencias se están viendo ahora en Mali, pero que ya se vieron también incluso en Israel, ya que durante el desarrollo de las operaciones militares se detectó un incremento notable de armas hacia las organizaciones terroristas de Gaza, incluyendo a Hamás3. Ni que decir tiene que los abusos cometidos durante las operaciones militares en Libia abrieron los ojos y molestaron sumamente a Rusia, China y a muchos otros países, que no han dudado esta vez en apoyar al régimen sirio no se sabe si por defenderlo o simplemente por impedir otra operación a la libia. La segunda es evidentemente que Siria no es Libia ni estratégicamente, ni militarmente y tampoco sociológicamente hablando. El resultado de todos estos errores lo tenemos a la vista, es decir, todo apunta a que a día de hoy el conflicto civil en Siria sigue estando en un callejón sin salida, aunque las cosas podrían ir muy deprisa si se saltan determinadas líneas rojas que tanto Israel como los Estados Unidos, e incluso Rusia, han puesto en torno al conflicto. Si a esto añadimos un cierto desconcierto en torno a los efectos que están teniendo las distintas “Primaveras Árabes”, introducimos un elemento esencial para poder ya afirmar que el ruido producido por estas ha sido mucho mayor que las nueces. 2. Las guerras abiertas entre Israel y Siria Israel nació estando ya en guerra, pues el mismo 15 de mayo de 1948 los ejércitos de Egipto, Irak, Líbano, Siria y Transjordania deciden liberar el territorio a demanda de los líderes palestinos. Comenzaba así la primera guerra israelo-árabe, guerra que el Secretario General de la Liga Árabe anunció por medio de un telegrama, fechado el mismo día 15, al Secretario General de las Naciones Unidas. En él se decía que los Estados árabes reconocían la 2 Para las discusiones en las Naciones Unidas previas al Plan de Partición, cfr. Doc. A/364, de 3 de septiembre de 1947. Sobre el Plan de Partición propiamente dicho, cfr. Bermejo García, Romualdo. y Pozo Serrano, Pilar (2011): Una tierra, dos Estados: Análisis jurídico-político del conflicto árabe-israelí, Pamplona, Eunsa, pp. 48 y sgs. 3 Israel ya se quejó en varias ocasiones durante el desarrollo del conflicto de este flujo de armas, que ha sido confirmado posteriormente con ataques en territorio israelí, sobre todo desde Gaza y el Sinaí, con armas precisamente procedente de Libia. 113344 Revista UNISCI / UNISCI Journal , Nº 37 (Enero / January 2015) independencia y soberanía de Palestina una vez terminado el Mandato, siendo los propios habitantes de Palestina los únicos capacitados para establecer una administración sobre ese territorio. Los países árabes invocaban también otras causas, como que la intervención se llevaba a cabo para suprimir la rebelión y establecer el orden. Frente a esta invasión, los judíos invocaban su derecho a establecer el Estado de Israel y su derecho a la legítima defensa. Surge así la denominada “Guerra de la Independencia” que se prolongaría hasta bien entrado el año 1949. Todos los esfuerzos llevados a cabo por el Mediador de las Naciones Unidas, Folke Bernaditte, así como por el Consejo de Seguridad, que adoptó varias resoluciones instando el cese del fuego4, cayeron en saco roto5. Al final, entre febrero y julio de 1949 se firmaron los acuerdos de armisticio entre Israel y los países árabes6, acuerdos por lo que los contendientes se comprometían a no atacarse y a respetar los respectivos territorios tal y como habían quedado después de las hostilidades. El Armisticio con Siria de 20 de julio de 1949 fue en realidad uno de los más importantes y, al mismo tiempo, complicados, ya que Siria controlaba territorios correspondientes al Estado judío según lo establecido en el Plan de Partición. El aspecto más problemático del Acuerdo era en realidad la desmilitarización de las áreas entre la línea de alto el fuego y la frontera internacional. Al final, a propuesta de R. Bunche, aceptaron retirar sus fuerzas armadas de la zona desmilitarizada definida de común acuerdo, y estacionar sólo fuerzas defensivas en las áreas limítrofes. Tras el Acuerdo de Armisticio, los límites establecidos fueron violados repetidamente por parte siria, que hostigaba las poblaciones judías desde los Altos del Golán y a través del Lago de Tiberiades. Como se sabe, la Guerra de los Seis Días de junio de 1967 constituyó un gran éxito militar israelí frente a los Estados árabes, que fueron estrepitosamente derrotados, y, claro, también Siria. A este respecto, conviene apuntar que la ocupación de los Altos del Golán no figuraba en los planes iniciales del ejército israelí. Es más, durante el desarrollo del conflicto se debatió si conquistarlo o no, sobre todo por su importancia estratégica. Al principio, el prestigioso Moshe Dayan se mostró reticente, temiendo una eventual intervención soviética, aunque al final se decidió por capturarlos el 9 de junio. Lo que más pesó en esta decisión era impedir que Siria siguiera bombardeando y hostigando los poblados judíos que estaban bajo el alcance de su artillería. Los combates fueron duros, muriendo 141 israelíes, mientras que los sirios sufrieron en torno a 500 bajas, 2500 heridos y 578 prisioneros. Desde entonces los Altos del Golán se encuentran en manos de Israel, a pesar de que Siria logró recuperarlos por unos días en la Guerra de Yom Kippur de octubre de 1973, siendo retomados después por los israelíes. Es más, en esta Guerra, a pesar de la sorpresa inicial, Israel ocupó nuevos territorios en Siria, poniendo su artillería al alcance de Damasco ya el 14 de octubre, 8 días después de que Siria iniciara los ataques. A este respecto. Conviene apuntar que a pesar de que se haya comentado más por parte de los analistas la Guerra de los Seis Días que la de Yom Kippur, es evidente que esta última fue de una gran importancia, pues demuestra a los países árabes que no pueden derrotar militarmente a Israel. Esto que acabamos de apuntar se demuestra al ver que el cese el fuego con Egipto se firma en el Kilómetro 101 de la carretera que va de Suez a Egipto, por lo tanto en territorio egipcio, a 4 Por ejemplo las Resoluciones 49 (1948) de 22 de mayo; 50 (1948) de 29 de mayo; 54 (1948) de 15 de julio; 56 (1948) de 29 de agosto y 61 (1949) de 4 de noviembre, entre otras. 5 Sobre esta Guerra, ver entre otras muchas obras, Bastenier, Miguel Angel. (1999): La guerra de siempre. Pasado, presente y futuro del conflicto árabe-israelí, Barcelona, Península, pp. 87 y sgs.; y Peres, Shimon (1999): Que salga el Sol, Barcelona, Seix Barral, pp. 84-91. 6 Con Egipto se firmó el 24 de febrero de 1949; con Líbano el 23 de marzo; con Transjordania el 3 de abril y con Siria el 20 de julio. Sobre estos armisticios, ver también las Resoluciones 72 y 73 (1949) del Consejo de Seguridad del 11 de agosto. Para más detalles, cfr. Rosenne, Shabtai (1951): Israel’s Armistice Agreements with the Arab States, Tel-Aviv, International Law Association, Israel Branch. 113355 Revista UNISCI / UNISCI Journal , Nº 37 (Enero / January 2015) donde se había infiltrado el General Ariel Sharon en una operación audaz y arriesgada con sus blindados, y con la propia ciudad de Suez cercada y a punto de ser tomada, mientras que en el frente sirio los israelíes avanzan más allá de las líneas de defensa siria, poniendo Damasco al alcance de su artillería. Y es que la reacción israelí fue sorprendente y estudiada por todos los analistas militares7. Desde entonces, Israel y Siria no se han atacado directamente, y las líneas de demarcación entre ambos países, han sido de las más seguras. Sin embargo, no hay que olvidar que siguieron dirimiendo sus diferencias por actores interpuestos, ya fuera en Líbano, o mediante el apoyo de todo tipo que Siria prestaba a un sin fin de grupos y organizaciones terroristas con el fin de que atacaran a Israel. Así las cosas, la inseguridad reinante en la zona fronteriza con el Líbano, sometida a continuos ataques y actos terroristas, llevó a Israel a invadir este país el 15 de marzo de 19788 y, sobre todo, en 1982, lanzando la operación “Paz en Galilea” el 6 de junio9. Las tropas israelíes se presentaron en pocos días en Beirut, asediando la capital en la que habían quedado encerrados los grupos armados palestinos. El objetivo era expulsar a estos grupos armados palestinos del país, cosa que consiguieron tras el acuerdo del 21 de agosto. Pero mientras que se desarrollaba la operación “Paz en Galilea” en Líbano, Siria desplegó en el Valle de Bekaa 19 baterías de misiles SAM, a pesar de que Israel había dejado bien claro que no deseaba ni quería tener ningún encuentro desagradable con las numerosas fuerzas sirias presentes en Líbano desde poco después que se iniciara la guerra civil libanesa en 1975. Este despliegue sirio de los misiles SAM en junio de 1982 fue considerado por Israel como inadmisible, por mucho que Siria afirmara que sólo tenía efectos disuasivos. Los mensajes sirios no convencieron a Israel que, decidió destruirlas, iniciándose así una serie de ataques aéreos durante los meses de junio y julio de 1982 durante los cuales no sólo se destruyeron los misiles SAM, sino que en los combates fueron derribados en torno a 87 aviones de combate sirios, mientras que Israel tan sólo perdió algunos helicópteros, un avión Phanton RF-4E y un Skyhawk A-4 derribado por un misil SA-7 de la OLP. Los aviones de combate israelíes eran sobre todo los recién estrenados F-15A y F-16A aunque la batalla aérea se ganó con suma facilidad debido sobre todo a la superioridad de las comunicaciones. La frontera norte de Israel continuaría siendo en realidad la más insegura, debido sobre todo al control que desde 1982 empezó a ejercer el grupo armado proiraní Hezbollah, causante de muchos ataques a Israel. Este grupo. Considerado por algunos países como organización terrorista, continuaría atacando Israel incluso tras el inicio del Proceso de Paz iniciado en la Conferencia de Madrid de 1991 y, sobre todo, tras los Acuerdos de Oslo de 7 Significativa de los combates liberados entre ambos países es la ciudad de Kuneitra, que había sido tomada por los isralíes en 1967 y retomada por los sirios al inicio de la Guerra de Yon Kippur. Sin embargo, los israelíes lograron reocupar la ciudad. No obstante, tras el acuerdo de separación, firmado el 31 de mayo de 1974, por mediación de los Estados Unidos, la ciudad volvió bajo control sirio, muy destruida por los combates, por cierto. 8 La incursión israelí fue denominada “Operación Litani” y las tropas israelíes ocuparon una buena parte del sur libanés, retirándose unas semanas más tarde excepto de la franja meridional, que seguiría estando bajo control israelí hasta su retirada unilateral en el año 2000, siendo Primer Ministro Ehud Barak. Esta invasión de 1978 fue objeto de las Resoluciones 425 y 426 del Consejo de Seguridad adoptadas el 19 de marzo; en la primera se insta a la retirada de las fuerzas israelíes, mientras que en la segunda se decide que la “United Nations Interim Force in Lebanon” (UNIFIL) se despliegue en la zona por un período de seis meses. 9 La violencia que reinó en la frontera con el Líbano entre 1978 y 1982, sometida a continuos ataques a la población civil israelí, actos de sabotaje, incursiones de guerrillas y asesinatos, no impidió que se propusieran planes de paz, como el denominado “Plan Fahd”, que hizo público el 7 de agosto de 1981 el Príncipe saudí. Lo esencial del plan era el reestablecimiento de un nuevo Mandato de las Naciones Unidas sobre Cisjordania y la banda de Gaza por un período corto de tiempo, y al final la proclamación del Estado palestino, reconociendo el derecho de todos los Estados de la región, incluyendo a Israel, a vivir en paz y en seguridad. El fracaso del plan fue estrepitoso, al ser rechazado por todas las partes. 113366 Revista UNISCI / UNISCI Journal , Nº 37 (Enero / January 2015) 1993, Acuerdos que suscitaron enormes esperanzas. Y es que el Acuerdo de Paz con Egipto de 1978 podía servir de ejemplo a seguir, esta vez para una paz con todos los países árabes. No hay que olvidar que en 1994 se firma el Tratado de Paz con Jordania, fruto de esta buena atmósfera reinante. Por lo tanto, si se había hecho la paz con Egipto y con Jordania ¿por qué no iba a ser posible con Siria, el otro país clave para poner fin al conflicto árabe-israelí? 3. Las negociaciones de paz con Siria y la retirada de Israel del Líbano Lo primero que conviene apuntar es que nunca Israel ha cerrado las puertas a una negociación de paz con Siria, a pesar de que en 1981 Israel se anexionara el Golán. En realidad, las negociaciones con Siria empezaron ya en la Conferencia de Madrid, pero quedaron congeladas en febrero de 1996, cuando Siria se opuso a condenar diversos atentados suicidas llevados a cabo por grupos terroristas en ese año. El desencadenamiento por parte de Israel de la ya citada operación “Uvas de la Ira” del 11 al 26 de abril de 1996 puso el resto. Hasta entonces, la posición siria se mantuvo férrea en la reclamación de todo el Golán, aunque a mediados de diciembre de 1996 el Presidente sirio Hafed El Assad dejó entrever una cierta flexibilidad en asuntos hídricos y de seguridad si obtenía la meseta del Golán. En ese momento, el ambiente era, si no cordial, sí al menos esperanzador, lo que permitió suscribir ya el 31 de enero de 1996, la Declaración de Wye Plantation por parte de las delegaciones israelí, siria y la estadounidense. En ella se recogía que en los debates en torno a la seguridad de la zona se había llegado a determinados puntos de acuerdo, así como en otros aspectos significativos para un futuro acuerdo de paz. Israel siempre se mostró prudente en estas negociaciones, vinculando la cuestión de la devolución de determinados territorios del Golán, o todo el Golán, a otros problemas, como el Líbano, en realidad ocupado por Siria, a la cooperación económica, el agua, el papel que deberían desempeñar los Estados Unidos, etc. Sobre las negociaciones con Siria y la posición de Israel, son significativas las opiniones expresadas por Simón Peres, quien a este respecto señala lo siguiente: “Assad sabía que Israel estaba dispuesto a hacer un buen número de concesiones para llegar a un acuerdo con Siria. Rabin lo había dicho oficialmente. Yo había dicho que, en mi opinión, los altos del Golán era territorio sirio. El presidente Clinton, con ocasión del funeral de Isaac Rabin, me preguntó directamente si yo estaba dispuesto a mantener todos los compromisos, escritos y orales, a los que se había comprometido Rabin. Y le respondí sin dudar que sí, que sus compromisos me comprometían. A pesar de todo esto, la respuesta del presidente sirio fue de lo más decepcionante: estaba dispuesto a verse conmigo pero no podía fijar una fecha. Una reunión sin cita no vale mucho más que una cita sin mujer. La negativa de Assad parecía particularmente grave en la medida en que las conversaciones iniciadas en Wye Plantation marchaban en la buena dirección”10. Los problemas en las negociaciones con los palestinos no impidieron que Barak reiniciara, el 15 de diciembre de 1999, a iniciativa de Bill Clinton, las conversaciones de paz con Siria11, interrumpidas desde febrero de 1996. El objetivo era negociar una paz global, de forma que comprendiera también la faceta libanesa, aunque los problemas que afectaban 10 Peres, op. cit., nota 12, pp. 75-76 y Kemp, Geoffrey, Pressmann, Jeremy (1995): “The Middle East: Continuation of the Peace Process”, SIPRI Yearbook, pp. 186 y ss. 11 Parece que Barak tenía un cierto interés por reabrir estas negociaciones, ya que según las declaraciones de un político veterano israelí que le conoce de cuando estuvieron juntos en el ejército israelí, “le gusta descerrajar candados y quiere ser el primero en abrir la puerta de Assad, lugar donde sus predecesores fracasaron”. Cf. Steinman Baetir, M.: “¿Será el fin del estado de guerra con Siria u otra vuelta de discursos declarativos? Jerusalén y Damasco se dieron cita en Washington”, Línea Directa con Israel y Medio Oriente, nº 1 (enero 2000), p. 10. 113377 Revista UNISCI / UNISCI Journal , Nº 37 (Enero / January 2015) directamente a Israel y a Siria eran varios y difíciles de por sí, como la retirada de la meseta del Golán y hasta dónde, así como los temas de seguridad y del agua, entre otros. A pesar de las esperanzas suscitadas en las negociaciones, el proceso no tardó mucho en fracasar de nuevo12. Los esfuerzos hechos a este respecto por Bill Clinton resultaron infructuosos, y la retirada israelí de la franja del sur del Líbano, en mayo de 2000, tampoco abrió cauces para el entendimiento. En realidad, la principal dificultad era el trazado de fronteras. Siria exigía que Israel se comprometiera a trazar la línea fronteriza tal y como estaba el 4 de junio de 1967, línea ya aceptada por sus predecesores a cambio de paz, aunque con pequeñas modificaciones, pero que Barak rechazó. Este propuso algo ya conocido, como volver al trazado de 1923 establecido por franceses y británicos para delimitar sus mandatos respectivos, trazado que privaba a Siria del acceso al lago de Tiberiades13, quitándole además unos 70 km2 de territorio. Ante el callejón sin salida en el que se encontraban decidieron trazar una nueva línea, y aquí se metieron en un túnel del que no lograron salir. Si a esto añadimos el hecho de que un eventual acuerdo necesitaría por el momento ser aprobado en referéndum por 50 % de los electores inscritos, y no de los votos, es fácil comprender las dificultades que encerraba la situación. Pero Bill Clinton no se dio por vencido y volvió a la carga intentando relanzar las negociaciones. Pero la cumbre de Ginebra de 26 de marzo de 2000 en la que se reunió con el Presidente sirio, Hafed Al-Assad, se saldó con un nuevo fracaso. Este último volvió a plantear, como condición sine qua non, la retirada total de la meseta del Golán14 sin dar muestras de flexibilidad15. Israel reaccionó retirando la orden de congelación de nuevos asentamientos en la zona, el 13 de abril de 2000. La muerte del Presidente sirio Hafed Al- Assad en junio de 2000, pareció cerrar la posibilidad de establecer oficialmente cualquier negociación. Quizás algunas conversaciones secretas puedan vislumbrar un día algún rayo de luz, aunque por el momento hay más sombras que luces. El sucesor de Hafed Al-Assad, su segundo hijo Bachar, no demostró inicialmente un particular interés en las conversaciones de paz, centrándose más bien en los problemas internos16. 12 El tema de la paz con Siria a cambio de la devolución de la meseta del Golán suscitó agrias polémicas en Israel, lo que llevó a Barak, consciente del problema, a anunciar que recurriría a un referéndum cuando hubiera acordado los puntos básicos. Después, cambiaría en parte de opinión al anunciar el referéndum sobre todo un “paquete de paz” que incluía Siria, Líbano y las negociaciones con los palestinos. En realidad, la opinión pública israelí estaba dividida, casi mitad a favor y mitad en contra, aunque algunas encuestas concedían a los que estaban en contra casi el 60 %. En Israel existe un elevado grado de desconfianza hacia Siria, por lo que el Golán es un tema sensible. 13 El trazado de fronteras no sólo era importante por razones de seguridad, sino sobre todo por el agua, y este recurso, escaso en la zona, fue una de las causas más importantes por las que no se llegó a un acuerdo. El tema del agua también estuvo siempre presente en el Tratado de Paz con Jordania y es también una cuestión esencial en las negociaciones con los palestinos. 14 Siempre se ha subrayado la importancia estratégica del Golán, aunque en la actual era de los misiles, esto haya que relativizarlo. El Golán pierde importancia estratégica, aunque sigue representando una ventaja militar. 15 Francia, antigua potencia mandataria sobre Siria y Líbano, también intentó mediar en este asunto, aunque sin mucho éxito, debido entre otras cosas a una cierta descoordinación entre los distintos ministerios galos, y a alguna que otra declaración del Primer Ministro francés L. Jospin. En efecto, este último señaló el 24 de febrero de 2000, en una visita efectuada a Israel, que Damasco utilizaba el grupo terrorista Hezbollah para hacer presión sobre Israel, calificando textualmente de “terroristas” los ataques que el precitado grupo u organización llevaba a cabo en Israel contra los civiles o soldados. Cf. “Chronique des faits internationaux”, Revue générale de droit international public, 2000, pp. 494-495. En abril del mismo año, el Ministro de Defensa galo afirmaba, siguiendo la tónica de Jospin, que “Siria no quería un acuerdo con Israel que pudiera minar su dominación sobre el Líbano” (Ibid., p. 759) declaración que tuvo por efecto algún pequeño incidente diplomático con Líbano, que consideró esta declaración como una injerencia en los asuntos internos libaneses. 16 Cf. Gresh, Alain.: “La ascensión programada del `doctor’ Bachar en Siria”, Le Monde Diplomatique, edición española, (Julio 2000), pp. 8-9. 113388 Revista UNISCI / UNISCI Journal , Nº 37 (Enero / January 2015) La retirada unilateral del Tsahal del sur del Líbano el 23 de mayo de 2000, sorprendió a propios y extraños, aunque fuera una de las promesas de Barak, que cumplió a rajatabla17. Si cuando se ocupó en 1978 quizás tenía una justificación, los nuevos acontecimientos y los avances en materia de seguridad hicieron que poco a poco la zona en cuestión fuera perdiendo su importancia militar, convirtiéndose sin embargo en una zona cara en vidas humanas. La retirada ha sido interpretada por el mundo árabe y las fuerzas del Hezbollah como forzada, aunque que Barak conocedor del avispero libanés dio una vuelta de tuerca a la frágil situación libanesa, abandonando a su suerte la zona, aunque dejando claro que podía volver dependiendo de la situación en esta frontera septentrional de Israel, que se convirtió desde 1970 en la más insegura para el Estado hebreo18. Con su retirada del Líbano, Israel asegura que cumplió con lo que se había comprometido a raíz de los acuerdos de Taif de 1989, y sin embargo Siria seguía sin cumplir la suya, es decir: retirada de su ejército del Líbano y el control que mantiene sobre Hezbollah, esto último además con apoyo iraní. La situación libanesa ha planteado numerosos quebraderos de cabeza a Israel, pero también a la comunidad internacional, y por lo tanto al Derecho internacional. Sólo queremos apuntar que las sangrientas guerras civiles que ha padecido este país a partir de la mitad de la década de los setenta19, dejó al país paralizado y bajo “protectorado” de Siria20, lo que suscitaba serios interrogantes sobre la existencia real de un Estado libanés con capacidad de decisión y control sobre su territorio, en el que se hacían fuertes diferentes grupos armados. Por esta razón, la retirada unilateral israelí preocupó a la comunidad internacional, que hubiera preferido, y esperaba, que esa retirada se hubiera hecho en el marco de un acuerdo general entre Israel, Siria y Líbano. A falta de acuerdo entre las partes, Barak solicitó el 17 de abril a la ONU el esfuerzo de la FINUL para que ésta dispusiera de unos 8.000 efectivos frente a los 4.500 que poseía anteriormente21. Al mismo tiempo, y en la misma carta, se notificaba a la ONU que la retirada se haría hasta la frontera aceptada por las partes, es decir, las Naciones Unidas, Israel y el Líbano. La retirada israelí fue completa, así lo constató el 16 de junio de 2000 el Secretario General de la ONU, y el Consejo de Seguridad dos días más tarde, declarando ambos que se ajustaba a lo previsto en la Resolución 435 del Consejo de Seguridad. Pese a la constatación onusiana, lo cierto era que en algunas zonas persistían ciertas violaciones de la precitada “línea azul” por parte de Israel, hechos que fueron reconocidos públicamente por el Gobierno 17 El “embrollo libanés”, como se conoce en Israel la prolongada y ensangrentada intervención y ocupación de esta zona del Líbano, ha sido la asignatura pendiente de muchos gobiernos israelíes. Ni el propio Beguín, que ordenó la invasión famosa de aquel 6 de junio de 1982, ni sus sucesores, Shamir, Peres, Rabin y Netanyahu, lograron salir del fango libanés. El cualificado Peres retiró al Tsahal de Beirut en 1985, para desplegarlo después en la denominada “franja de seguridad”, aunque al volver a la jefatura del Gobierno tras el asesinato de Rabin, no pudo, o no se atrevió, a completar la retirada. Barak por su parte se atrevió y superó la prueba gracias a su carisma como glorioso militar, convenciendo a los más reacios de que la frontera Norte de Israel podía ser defendida desde las fronteras internacionales, algo que había defendido ya 15 años antes cuando era miembro del Estado Mayor. El resto de la persuasión para convencer a la opinión pública lo han hecho los 1200 soldados israelíes muertos entre 1982 y el 2000, y el movimiento de “las cuatro madres” que lucharon sin descanso por la retirada. No cabe duda de que desde el punto de vista militar lo que ha hecho Barak es lanzar la pelota al Líbano advirtiéndole de las consecuencias que podría tener si la envía otra vez a Israel. Para un análisis sobre estos temas, ver los comentarios de Benarroch, E.L.: “Israel se deshizo del `embrollo libanés’. La retirada: una apuesta estratégica”, Línea Directa con Israel y Medio Oriente, nº 7 (Julio 2000), pp. 13-16. 18 Ya hemos apuntado que desde el “Septiembre Negro” de 1970 en Jordania, muchos grupos de palestinos radicales se asentaron en el Líbano, dirigiendo desde este país ataques en la zona Norte de Israel. 19 Decimos “guerras civiles” porque el embrollo libanés permite tranquilamente hablar de varias guerras civiles, y no sólo de una. 20 Siria ocupa el Líbano desde 1976. 21 Inicialmente Líbano sólo desplazó a la zona fuerzas de policía. Al final aceptó desplegar una fuerza, mitad policial, mitad militar, aunque reservándose el momento que estimara oportuno para llevarlo a cabo. 113399 Revista UNISCI / UNISCI Journal , Nº 37 (Enero / January 2015) de este país el 26 de junio, y que fueron corregidos tal y como se comprometió ante el mismo Secretario General de la ONU. Cuestión diferente, y no resuelta, es la reivindicación por parte del Líbano de que el ejército israelí se retire también de “las granjas de Chaba”, granjas que se encuentran detrás de la llamada “Línea Azul” delimitada por las Naciones Unidas como línea fronteriza entre Israel y Líbano, y que fueron ocupadas por Israel en la Guerra de los Seis Días, en la que no participó el Líbano. El tema de las “granjas de Chaba” es un ejemplo de cómo pueden complicarse ciertas cuestiones en el Cercano Oriente. En efecto, en este tema las Naciones Unidas comparten la tesis de Israel, según la cual estos territorios forman parte del territorio sirio ocupado por Israel en 1967, por lo que no caen bajo el ámbito de aplicación de las Resoluciones 425 y 426 del Consejo de Seguridad, sino de la 242 y 338. El Líbano por su parte pretende que caen bajo el ámbito de las primeras Resoluciones precitadas invocando que dichas tierras son propiedad de libaneses y existe un acuerdo entre Siria y el Líbano de los años sesenta al respecto, tesis que es apoyada por Siria22. Francia, que sigue teniendo una cierta influencia en la zona, fue solicitada por todas las partes para mediar en el conflicto23. Así, después de presionar tanto al Líbano como a Siria para que controlaran las acciones de Hezbollah, el 5 de agosto de 2000 pudo desplegarse la FINUL, y el 11 una fuerza mixta de la policía y del ejército, cada una de las cuales con un objetivo determinado: mientras que la primera controlaría la frontera con Israel, la segunda se ocuparía de la seguridad en el interior del territorio libanés. Este “entendimiento” entre las partes ha permitido que una relativa calma reinara en la región tras la retirada del Tsahal. Las incertidumbres que suscitaba la retirada en las ciudades cristianas, que temían represalias por parte de Hezbollah, parece que, hasta ahora, se han ido disipando24, aunque para algunos la amenaza seguía vigente25. Y es que resulta muy difícil separar las acciones del Hezbollah en la frontera libanesa, del actual conflicto con los palestinos, y se pensaba incluso que el riesgo de un eventual conflicto regional podía venir a causa de las acciones de Hezbollah, más que de la Autoridad Palestina, y así ocurrió en el verano de 2006 con la denominada guerra de “Hizbolandia”. Y es que, como se sabe, esta guerra con Hezbollah en el territorio libanés ha puesto de manifiesto a Israel que debe siempre estar vigilante en esta zona, algo que quizás se había descuidado tal y como se desarrolló la guerra. A este respecto, conviene apuntar que su planificación y posteriormente su ejecución tuvieron fases muy oscuras sobre todo en el mando de las operaciones, algo de lo que se ha tomado nota. Es más, quizás se pueda afirmar que ha sido la peor guerra llevada a cabo por Israel desde el punto de vista operativo con graves y serias lagunas. No obstante, Siria se mantuvo al margen de los combates, y es que lo contrario hubiera supuesto una guerra de otra dimensión. No hay que olvidar que aviones de combate israelíes sobrevolaron el Palacio Presidencial en Damasco para advertir que estaban vigilantes. En la actualidad existen conexiones muy estrechas entre Hezbollah y otras organizaciones radicales en los territorios palestinos, como la Yihad Islámica y Hamas, lo que 22 Cf. “Chronique des faits internationaux”, Revue générale de droit international public, 2000, p. 762. 23 En realidad, Israel, siempre se había declarado opuesto a una mediación francesa en sus negociaciones con Siria, por lo que no deja de ser una apertura el hecho de que el propio Barak, en su visita a Paris del 9 de noviembre de 2000, recibiera ya de forma saludable, y esto por primera vez, la contribución francesa al proceso de paz, acogiendo favorablemente las propuestas galas. 24 Al menos esta es la opinión de Jaber, H. y Jaber, M. (2000): “Final de la ocupación en el sur del Líbano”, Le Monde Diplomatique, ed. Española, (Julio 2000), p. 10. No obstante, últimamente los medios de comunicación han informado de ciertas persecuciones contra la población cristiana en el país del cedro, cosas que ha denunciado públicamente el Papa Juan Pablo II. Cf. La Razón de 20 de agosto de 2001. 25 Levy, E. (2001): “Un año después de la retirada del Sur del Líbano, la amenaza de Jizbalá sigue vigente”, Línea Directa con Israel y Medio Oriente, nº 7 (Julio 2001), pp. 32-33 y 36. 114400 Revista UNISCI / UNISCI Journal , Nº 37 (Enero / January 2015) agudiza la hipersensibilidad de Israel en lo relativo a las amenazas contra su seguridad procedentes de la frontera Norte. Significativo ejemplo fue el derribo de una avioneta pilotada por un aprendiz de vuelo libanés, por parte de un helicóptero israelí, el 24 de mayo de 2001, aniversario de la retirada israelí. Se pensaba en un eventual piloto “Kamikaze”, pero luego se comprobó que Estefan Nicolian, el piloto libanés -al parecer perturbado mental- que se había adentrado en el espacio aéreo israelí a pesar de las señales internacionalmente reconocidas para estos casos que le hicieron los pilotos de dos F-16 israelíes, no pertenecía a ninguna organización terrorista. Algo similar ha ocurrido el 25 de abril de 2013, cuando Israel ha derribado un avión no tripulado de Hezbollah que se dirigía desde el Líbano por la costa noroeste de Israel, a la altura de la ciudad de Haifa. Después de vigilar e identificar el avión moviéndose de norte a sur por la costa libanesa, al determinar que se trataba de un aparato “hostil”, la Fuerza Aérea israelí envió a la zona varios helicópteros y aviones de combate, entre ellos un F-16, que lanzó un misil derribándolo al entrar en el espacio aéreo israelí26. Otro incidente similar ocurrió en octubre de 2012, y en esta ocasión, el líder de Hezbullah, “Hasan Nayralá”, reivindicó la acción. 4. El conflicto civil en Siria e Israel a la luz de la Primavera Árabe Evidentemente, la llamada “primavera árabe” iba a tener su repercusión en Siria, y como en otros países árabes el elemento islamista iba a estar desde el principio muy presente27. En efecto, como se sabe, al mismo tiempo que se desató el conflicto armado interno en Libia, en Siria se fue gestando un frente de oposición al régimen de Bachar Al-Assad que desde el principio fue reprimido con dureza. Conviene apuntar sin embargo, que los opositores al régimen sirio distaban mucho de ser unos meros reivindicadotes de libertades, a pesar de que, como es sabido, Siria haya sido gobernada con mano de hierro durante décadas. Es cierto que el conflicto árabe-israelí había encubierto en parte esta realidad, pero no es menos cierto que, como en Libia, la dureza y la falta de libertades del régimen no habían supuesto graves problemas de conciencia en las potencias occidentales, e incluso cuando en muchos foros se decía que Israel era la única auténtica democracia del Oriente Medio, uno encontraba en general enfrente aquellos que ahora parece que apoyan a los grupos opositores o rebeldes. Dicho esto, la crisis siria ha ido siguiendo el mismo patrón que hemos visto en Libia, aunque en este caso tanto el gobierno sirio como Rusia y China, países que le apoyan, ya estaban advertidos. Ha habido sin embargo una diferencia que no conviene ignorar y es que los opositores nunca han dispuesto, hasta el momento, de una zona completamente liberada, algo que ocurrió rápidamente en Libia. Así las cosas, si nos centramos ahora en los efectos de la Guerra en Libia sobre el actual conflicto sirio, conviene subrayar que estos no se han hecho esperar. Y es que incluso antes ya de la muerte de Gadafi, Rusia y China ya vetaron el proyecto de resolución de condena al régimen sirio presentado por los países europeos y los Estados Unidos en el consejo de Seguridad el 5 de octubre de 201128. Y ello pese a que el proyecto de resolución había incluido una serie de precauciones para impedir que pudiera interpretarse como un primer paso para una futura intervención militar. Así pues, las esperanzas que tenían tanto los 26 Cfr., en http://www.abc.es/internacional/20120425/abci-drone-israel-hezbollah-20130425153 (08/05/2013). 27 Sobre estos precedentes históricos, cfr. Ruiz Miguel, Carlos.: “Rebelión en Siria: ¿en la encrucijada o hacía el precipicio?”, Anuario Español de Derecho Internacional (2011), pp. 243 y sgs. 28 Sobre estos aspectos, cfr. Blanc Altemir, Antonio (2012): “La Comunidad internacional ante la llamada Primavera Árabe”, en Gutiérrez Espada, Cesáreo y Cervell Hortal, María.José.: Nosotros y el Islam, ed. Diego Marín, Murcia, pp. 80 y sgs. 114411 Revista UNISCI / UNISCI Journal , Nº 37 (Enero / January 2015) Estados Unidos, como Francia y el Reino Unido de que Rusia optase por la abstención, como hicieron Brasil, India, Líbano y Sudáfrica, se desvanecieron. ¿Han sacado pues sus conclusiones Rusia y China de la lección libia? La respuesta a esta pregunta parece ser positiva, al margen de las diferencias estratégicas y políticas que existen entre un caso y otro. En efecto, como se sabe, el conflicto en Siria ha ido de mal en peor29 y hay abundantes datos, tanto respecto a las fuerzas gubernamentales como de los opositores o rebeldes, de graves violaciones de derechos humanos. Desde esta perspectiva, conviene apuntar que ya el 3 de agosto de 2011, el Presidente del Consejo de Seguridad adoptó una Declaración30 en la que se insta a las autoridades sirias a respetar completamente los derechos humanos y a cumplir con las obligaciones que impone el Derecho internacional, al mismo tiempo que reafirma la soberanía, la independencia y la integridad territorial de Siria, así como que la actual crisis en Siria sólo puede resolverse a través de un proceso político que incluya las principales y legítimas aspiraciones de la población. Pide, además, como no podría ser de otra manera, que se alivie la situación humanitaria en las zonas más críticas dejando de recurrir al uso de la fuerza contra las ciudades de dichas zonas y que se permita el acceso de las agencias y trabajadores humanitarios. Sin embargo, sorprende, como señala la Profesora Domestici- Met que no se aluda expresamente a la “responsabilidad de proteger”31 y a nosotros también nos sorprende que la representante libanesa, Carolina Ziade, se alejara de las ideas expuestas por el Presidente del Consejo de Seguridad, señalando que dicha Declaración no ayudaba a resolver la actual situación en Libia32. Así las cosas, no se entiende que el Líbano jugara un papel activo en el caso libio y ahora quiera esconderse en el caso sirio, a no ser que esté practicando ante la comunidad internacional esa actitud tantas veces mencionada y condenada del doble rasero, aunque en este caso agravada dada la contemporaneidad de ambos conflictos. Dos semanas más tarde de la Declaración del Presidente del Consejo de Seguridad, concretamente el 18 de agosto de 2011, la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Navy Pillay mencionó la responsabilidad de proteger en relación con el caso sirio, recordando que si un Estado no protege a su población de los crímenes internaciones que se están cometiendo, la comunidad internacional “has the responsibility to 29 Sobre el conflicto en Siria, cfr. Ruiz Miguel, op. cit., pp. 243-268. Respecto a la posición de la UE y del Gobierno español en este conflicto, el autor señala lo siguiente: “La posición de la UE, a mi juicio, es una posición irreflexiva. En primer lugar, llama la atención, a mi juicio, que se hayan adoptado una serie de sanciones, graves, contra el gobierno sirio sin que previamente se haya enviado una misión de investigación sobre los hechos para determinar todas las responsabilidades existentes en relación con el uso injustificado de la violencia. Además, en segundo lugar, y relacionado con lo anterior, es notorio que las decisiones de la UE no se dirigen contra los sujetos o gobiernos que facilitan armas a los rebeldes o contra los rebeldes que usan la violencia. Ello transmite un mensaje, a mi juicio, muy peligroso que no es otro que el de avalar el uso de la violencia por los rebeldes islamistas. Por lo demás, la posición de la UE, y la del Gobierno español, no incide, en ningún momento, en la necesidad de respetar los derechos de las minorías en el país, algo que contrasta con la política de España, y de Francia, en la zona, en el pasado”. 30 Cfr. Doc. S/PRST/2011/1C. 31 De esta autora, cfr. “Protecting in Libya on Behalf of the international Community”, op. cit., pp. 879-880. Sobre la Guerra en Libia y la responsabilidad de proteger, ver los trabajos publicados en el Anuario Español de Derecho Internacional (2011) de Bermejo García, Gutiérrez Espada, Cervell Hortal y López-Jacoiste Díaz, pp. 9- 152. 32 Cfr. Doc. SC/10352, de 3 de agosto de 2011, en donde se afirma: “Following the reading of that statement, Carolina Ziade of Lebanon disassociated her country from it, saying the text did not help to address the current situation in Syria. She stressed the interconnectedness of the two countries and said that the Lebanese people stood in support of the sovereignty and territorial integrity of Syria and the unity and safety of its people. She expressed regret over the loss of life and gave condolences to victims, and she hoped that reforms announced by the Syrian authorities would lead to progress and prosperity. 114422
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