Ambientados en paisajes del Sur y el Medio Oeste, los relatos de «La profundidad del mar Amarillo» se adentran en las tierras equívocas del corazón. Con una voz narrativa siempre contundente pero compasiva, Pizzolatto nos revela la belleza que puede entrañar la soledad. Sus melancólicos personajes tratan de tender puentes entre ellos y los otros, entre el pasado y el presente, o entre su yo más íntimo y el que ofrecen al mundo. Conocemos a un guarda nocturno aficionado al salto BASE que se lanza en paracaídas desde el Arco Gateway, en San Luis; a un artista que hace vitrales y que descubre, tras una enorme pérdida, cuál será el tema de su obra maestra, o al devoto profesor que intenta comprender a su hijo rebelde. En el relato que da título al libro, un joven huérfano y su antiguo entrenador de fútbol americano del instituto se disponen a secuestrar a la hija del entrenador en Los Ángeles para llevársela de vuelta a Texas.