ARTÍCULO SENTIMIENTO MORAL Y RAZÓN: LA NOCIÓN DE JUSTICIA EN ADAM SMITH Y AMARTYA SEN Augusto Aleán Pico Aleán Pico, A. (2014). Sentimiento moral y razón: la noción de justicia en Adam Smith y Amartya Sen. Cuadernos de Economía, 33(63), 359-379. Amartya Sen plantea que su noción de justicia tiene como antecedente el pensa- miento de Adam Smith. Sen usa de una manera particular los conceptos de la sim- patía y del espectador imparcial para elaborar su noción de justicia. Más allá de la afirmación de Sen, estamos interesados en indagar si la noción de justicia de Smith es compatible con la que propone Sen. El principal hallazgo es que hay diferencias significativas entre las teorías y, por tanto, no son compatibles. Smith enfatizó la importancia del juicio moral basado en el sentimiento. Por el contrario, Amartya Sen enfatiza la necesidad de utilizar la razón y el debate público como elementos claves de una teoría de la justicia. Palabras clave: justicia, racionalidad, sentimiento moral, Adam Smith, Amartya Sen. JEL: B12, B31, D63. A. Aleán Doctor en Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Colombia. Profesor asociado de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad Tecnológica de Bolívar. Cartagena, Bolívar, Co- lombia. El autor agradece los valiosos comentarios de los jurados. Correo electrónico: [email protected]. Este artículo fue recibido el 27 de agosto de 2013, ajustado el 6 de diciembre de 2013 y su publi- cación aprobada el 6 de diciembre de 2013. 359 360 Cuadernos de Economía, 33(63), julio-diciembre de 2014 Aleán Pico, A. (2014). Moral sentiment and reason: The notion of justice in Adam Smith and Amartya Sen. Cuadernos de Economía, 33(63), 359-379. Amartya Sen argues that his notion of justice has its origins in the thinking of Adam Smith. Sen employed, in a very particular way, the concepts of sympa- thy and the impartial spectator. Beyond the statement of Sen, we are interested in researching whether Smith’s notion of justice is compatible with Sen’s. The main finding is that there are significant differences between the theories and therefore they are not compatible. Smith emphasized the importance of moral judgment based on sentiment. Conversely Amartya Sen emphasizes the need to use reason and public debate as key elements of a theory of justice. Keywords: Justice, rationality, moral sentiment, Adam Smith, Amartya Sen. JEL: B12, B31, D63. Aleán Pico, A. (2014). Sentiment moral et raison : La notion de justice chez Adam Smith et Amartya Sen. Cuadernos de Economía, 33(63), 359-379. Amartya Sen expose que la référence de sa notion de justice est la pensée d’Adam Smith. Sen utilise de façon particulière les concepts de sympathie et du spectateur impartial pour construire sa notion de justice. Au-delà de cette affirmation, il nous intéresse de rechercher si la notion de justice de Smith est en accord avec celle pro- posée par Sen. La principale découverte est qu’il existe des différences significa- tives entre ces deux théories et que, par conséquent, elles ne sont pas compatibles. Smith accorde une importance particulière au jugement moral fondé sur le senti- ment. Par contre, Amartya Sen souligne la nécessité d’utiliser la raison et le débat public comme éléments fondamentaux d’une théorie de la justice. Mots-clés : Justice, rationalité, sentiment moral, Adam Smith, Amartya Sen. JEL: B12, B31, D63. Aleán Pico, A. (2014). Sentimento moral e razão: A noção de justiça em Adam Smith e Amartya Sen. Cuadernos de Economía, 33(63), 359-379. Amartya Sen afirma que a sua noção de justiça tem como antecedente o pensa- mento de Adam Smith. Sen utiliza, de maneira particular, os conceitos da simpatia e do espectador imparcial para elaborar a sua noção de justiça. Além da afirmação de Sen, estamos interessados em indagar se a noção de justiça de Smith é compa- tível com a que o Sen propõe. O principal achado é que existem diferenças sig- nificativas entre as teorias e, portanto, não são compatíveis. Smith enfatizou a importância do juízo moral baseado no sentimento. Pelo contrário, Amartya Sen enfatiza a necessidade de utilizar a razão e o debate público como elementos cha- ves de uma teoria da justiça. Palavras-chave: Justiça, racionalidade, sentimento moral, Adam Smith, Amar- tya Sen. JEL: B12, B31, D63. Sentimiento moral y razón: la noción de justicia Augusto Aleán Pico 361 INTRODUCCIÓN Sen (2009a) elabora su noción de justicia denominada justicia comparativa basada en realizaciones, utilizando para ello elementos de la teoría de la elección social, así como también de su teoría de capacidades, en contraposición a la que deno- mina “institucionalismo trascendental” basada en el “contrato social”. Y dice Sen, además, que mientras la primera se remonta a pensadores tales como Smith, Con- dorcet, Bentham, Marx y Mill; la segunda tradición tiene sus antecedentes en Hobbes, Locke, Rousseau y Kant. Más aún, Sen destaca a Adam Smith sobre los autores mencionados arriba, como el autor pionero de su enfoque sobre la justi- cia comparativa basada en realizaciones y líder intelectual del resto del grupo. Sen pondera a Smith con un mayor peso relativo frente a los demás (Sen, 2009b). La noción de justicia comparativa basada en realizaciones, según Sen, tiene su más claro antecedente en Smith. Sen usa de una manera particular los conceptos de la simpatía y del espectador imparcial de Adam Smith para elaborar su noción de jus- ticia. Más allá de la afirmación de Sen, estamos interesados en indagar si la noción de justicia de Smith es compatible con la que propone Sen. Aunque Amartya Sen utiliza los conceptos de la simpatía y el espectador imparcial de Adam Smith para apoyar su noción de justicia, puede haber diferencias signifi- cativas entre una concepción basada en el sentimiento moral y otra noción basada en la racionalidad. Smith enfatizó la importancia del juicio moral basado en el sen- timiento. Por el contrario, Amartya Sen enfatiza la necesidad de utilizar la razón y el debate público como elementos claves de una teoría de la justicia. Y aunque Sen valora la importante relación entre el sentimiento moral y la razón, su noción de justicia no se puede incluir dentro del sentimiento moral. Es pertinente diferenciar las teorías de la justicia de Smith y Sen, porque los mode- los de comportamiento individual utilizados en dichas teorías son diferentes y los principios de justicia derivados de tales comportamientos son distintos. La econo- mía está interesada en aquellos problemas de justicia que se relacionan con la dis- tribución. En la evaluación económica de aspectos relativos, por ejemplo, con la desigualdad de ingresos, bienes o capacidades, entre muchos otros, los economis- tas tienen que tomar en cuenta las teorías de la justicia. Diferentes teorías de justi- cia llevarán a distintas evaluaciones económicas. Este artículo está organizado de la siguiente manera: luego de esta sección intro- ductoria, planteo, en la segunda, la pregunta central del texto sobre la compati- bilidad entre las teorías de la justicia de Smith y de Sen. El principal hallazgo es que hay diferencias significativas entre las teorías, pues sus modelos de compor- tamiento individual y sus principios de justicia son distintos. En la sección tercera muestro que la teoría de la justicia de Smith destaca el juicio moral de los indivi- duos basado en el sentimiento y unas reglas de justicia precisas. La sección cuarta muestra que la justicia comparativa basada en realizaciones se sustenta en la razón y el debate públicos. Finalmente planteo las conclusiones. 362 Cuadernos de Economía, 33(63), julio-diciembre de 2014 ¿ES COMPATIBLE LA NOCIÓN DE JUSTICIA DE SMITH CON LA DE SEN? Amartya Sen sostiene que la visión desarrollada en su libro The idea of justice, en el que plantea y analiza su teoría de la justicia se basa en el concepto del especta- dor imparcial de Adam Smith, y por tanto, hay una semejanza significativa entre su teoría y la de Smith. En palabras de Sen: De hecho, todo el enfoque del “espectador imparcial”, sobre el cual se basa la visión desarrollada en este trabajo, se concentra sobre la relevancia de la sociedad —y de la gente cercana y lejana— en el ejercicio valorativo de los individuos (Sen, 2009a, p. 250). (Bastardilla propia). Sin embargo, ni el concepto de la simpatía, ni del espectador imparcial que usa Sen coinciden con los de la teoría de Smith. Mostraremos que hay importantes diferencias entre las dos teorías, pues obedecen a modelos de comportamiento individual y principios de justicia distintos, razón por la cual no son compatibles. No podemos afirmar que la noción de justicia de Sen se enmarca o sea una exten- sión del sentimentalismo de Smith. Fundamentalmente, porque no hay senti- mentalismo en la teoría de Sen1; mientras Smith muestra que la naturaleza del comportamiento humano está basado en el sentimiento moral, y que las reglas de justicia son derivadas de tal conducta e interacción humanas, la explicación del comportamiento individual que requiere el concepto de justicia de Sen es la de un ser que ejerce sistemáticamente el uso de la razón y el escrutinio razonado. La escuela del sentimiento moral2, a la que pertenece Smith, se opone al raciona- lismo, pues sostiene que la fuente del comportamiento y el juicio moral son los sentimientos y no la razón. El sistema de la simpatía y el espectador imparcial están construidos con base en el sentimiento moral. La noción de justicia en Smith puede verse como el juicio moral del espectador imparcial ante un daño infligido a una persona por parte de un agente. El impulso inmediato es inducido por el resen- timiento. Además, hay unas reglas de justicia que deben acatarse para mantener la cohesión social. Estas se derivan, en la teoría de Smith, en forma natural a partir de la conducta e interacción humana fundadas en el sentimiento moral y no en un proceso racional complejo, como en la teoría de Sen. 1 Gilardone (2010) insinúa que no hay una teoría de los sentimientos o una expansión de esta con- cepción en el escrito de Sen sobre su noción de justicia; sin embargo, no da razones ni mayores explicaciones sobre este punto. 2 Michael Slote, sostiene que “los proponentes originales del sentimentalismo moral fueron: el ter- cer conde de Shaftesbury, Francis Hutcheson, David Hume, Adam Smith y (un tanto ambigua- mente) (el Obispo) Joseph Butler” (Slote, 2006). Hace también una aclaración con respecto a los miembros del sentido moral: “la expresión ‘teoría del sentido moral’ aplica en un grado más limi- tado a aquellos sentimentalistas —como Hutcheson, y algunas veces Hume— quienes hablaron del sentimiento de aprobación moral derivado de un sentido especial o distintivo concebido como análogo a los cinco sentidos” (p. 219). Sentimiento moral y razón: la noción de justicia Augusto Aleán Pico 363 La diferencia, entre los sentimientos morales y la razón, y la importancia que tie- nen los primeros sobre la segunda para Smith, se puede ilustrar con base en las consideraciones que hace Smith con respecto a los diferentes sistemas de filoso- fía moral concernientes al principio de aprobación. Hay tres fuentes principales de las cuales puede provenir la aprobación o desaprobación de la conducta, tanto la propia como la de los demás: 1) el amor propio, 2) la razón y 3) los sentimientos. En cuanto al amor propio, Smith sostiene que hay una confusión y mala interpre- tación del mismo. Se tiende a confundir amor propio con egoísmo, incluso, a par- tir del sistema de la simpatía, “pero en ningún sentido cabe considerar la simpatía como un principio egoísta” (TMS3 vii.1.4). Cuando se simpatiza con el agente, uno se pone en su lugar dándose un imaginario cambio de roles de tal forma que uno pueda percibir la desgracia o alegría ajena. Pero “no se supone que este cambio imaginario tiene lugar en mi propia persona y carácter sino en los de la persona con la cual yo simpatizo” (TMS vii.iii.1.4). La simpatía, por tanto, no es egoísta, puesto que la situación, de tristeza o alegría, afecta directamente al agente y no a la persona que simpatiza, el espectador. No simpatizamos, entonces, para sentir- nos bien o mal en nuestra propia persona. Solo percibimos cómo nos sentiríamos si estuviéramos en la situación del agente. El principio de aprobación en Smith, entonces, no proviene del amor propio. Sen se equivoca cuando interpreta la simpatía como un sentimiento que atiende al propio bienestar; por ejemplo, cuando afirma que “la simpatía básica de una per- sona puede llevarla de manera espontánea a hacer cosas buenas por otros, pues la persona disfruta ayudando a otros” (Sen, 2009a, p. 190). Con relación al principio de aprobación basado en la razón, Smith sostuvo que era completamente equivocado, incluso descabellado, sostener que el comporta- miento humano apropiado pudiera provenir de la razón, y no comprendía cómo algunos de sus colegas podían defender tal posición. En palabras de Smith: “Es totalmente absurdo e ininteligible suponer que las primeras percepciones de lo correcto o erróneo puedan ser derivadas de la razón” (TMS vii.iii.2.7). Para Smith, el principio de aprobación moral proviene de los sentimientos y emoción inme- diatos. Smith cita a otros autores4, los cuales sostenían que el principio de aproba- ción podría provenir de la razón, para afirmar que su equivocado análisis obedecía a que en el tiempo de tales autores “la ciencia abstracta de la naturaleza humana estaba en su infancia” (TMS vii.iii.2.5). El hombre, para Smith, se comporta de una forma natural, sin necesidad de atender a la razón, ni a influencias que pudie- ran provenir de una deidad o religión particular. Entonces, si el principio de aprobación no se origina ni en la razón, ni en el amor propio, para Smith sí lo hace en el sentimiento. La escuela del sentimiento moral propone, precisamente, que el principio de aprobación proviene del sentimiento. 3 The theory of moral sentiments (TMS). 4 Smith se refiere a Mr. Hobbes y al Dr. Cudworth (TMS vii.iii.2.1). 364 Cuadernos de Economía, 33(63), julio-diciembre de 2014 Sin embargo, la propuesta de Smith puede diferenciarse de otros miembros de esa escuela5. Smith distingue dos sistemas dentro de esta corriente de pensamiento: el sentido moral y el sistema natural de la simpatía. El sentido moral es un poder de percepción similar a los sentidos externos, como el olor, el sabor, el color; y mediante el cual se puede percibir, de la misma manera, lo correcto o erróneo de la propia conducta y la de los demás. Smith no estaba de acuerdo con el sentido moral, pues “no era necesario postu- lar ningún poder de percepción nuevo” (TMS vii.iii.3), ya que se podía explicar el principio de aprobación con base en el sentimiento natural de la simpatía, el cual sí era un poder conocido. Entonces, para Smith el principio de aprobación o des- aprobación tiene su fuente en el sentimiento inmediato, mediante el proceso de la simpatía con el agente. Por su parte, aunque Sen reconoce el valor de los sentimientos morales como impulso inicial para identificar una situación injusta (Sen, 2009a), su noción de justicia incorpora un fuerte componente de racionalidad. Sen defiende que el com- portamiento de los individuos es racional porque usan sistemáticamente la razón. También defiende la razón y el debate público como instrumento fundamental para la existencia de una sociedad parcialmente justa. Y aunque reconoce la importan- cia de los sentimientos, su noción de justicia se basa más en un tipo particular de racionalidad. Ahora bien, la racionalidad de Sen es distinta a la promovida por la teoría de la elección racional (TER). Sen es crítico de la visión de centrarse exclu- sivamente en la maximización del interés propio, y propone que la racionalidad debe verse como el escrutinio razonado de la elección, fundamentado en el análi- sis de la formación de preferencias, es decir, en las metapreferencias. Estas normas de justicia de Sen son distintas a las de Smith. El espectador impar- cial de Sen es diferente al de Smith. Por ejemplo, el de Sen ofrece opiniones des- interesadas al agente, quien no necesariamente las acata. En cambio, en Smith, el agente puede sentir vergüenza si no sigue a su conciencia. Sen se equivoca al interpretar al espectador imparcial como un enfoque para reali- zar el escrutinio informado. Sen sostiene que “la invocación del espectador impar- cial por Adam Smith nos ofrece una manera de pensar acerca de la objetividad en la evaluación de la justicia” (Sen, 2009a, p. 45). También afirma que el enfoque del espectador imparcial “al buscar soluciones mediante el razonamiento público, se propone con energía no excluir las perspectivas y razones de todo aquel cuyos jui- cios sean relevantes” (Sen, 2009a, p. 45). Sin embargo, el espectador imparcial no busca “soluciones mediante el razonamiento público”, en cambio, simpatiza con el agente para hacer el juicio moral. Para Sen, la idea de justicia está atada al uso de la razón, pues ella le permite a las personas y a la sociedad ser objetivas en sus juicios éticos. Sen defiende a la razón 5 Smith plantea una diferencia importante al interior de la escuela del sentimiento moral con Hutcheson alrededor del concepto de sentido moral. Sentimiento moral y razón: la noción de justicia Augusto Aleán Pico 365 como fundamento para una teoría de la justicia dada su relación con la objetividad. Al respecto dice Sen: “El argumento a favor del escrutinio razonado no radica en ninguna forma segura de hacer del modo correcto las cosas (tal forma no existe), sino en ser tan objetivos como razonablemente podamos” (Sen, 2009a, p. 45). La razón es la que facilita la objetividad de los juicios éticos en Sen, pues no hay forma alguna de hacer las cosas de forma correcta, mientras que Smith sí piensa en la propiedad de la conducta a través del sistema de la simpatía. En Smith sí hay un modelo de conducta perfectamente apropiado. Este sirve de referencia para eva- luar el comportamiento real de las personas. La teoría de Sen no es sentimentalista porque ni el individuo ni la sociedad en Sen están motivados por el sentimiento moral. Mientras para Sen “la razón se puede ocupar de la forma correcta de ver y tratar a otras personas, otras culturas” (2009a, p. 48), la corrección de la conducta en Smith se da a través del sentimiento de la simpatía. Sen afirma que Smith defendió la utilidad de la razón para controlar los sentimien- tos. Sin embargo, tal afirmación solo explica la importante relación que puede haber entre la razón y los sentimientos morales. Smith realiza una detallada inves- tigación y análisis en TMS sobre la aprobación o desaprobación, las cuales se con- ceden a partir de las acciones de los individuos. Para Smith, el origen de cualquier acción es el sentimiento moral. La acción del agente es percibida por el espectador imparcial mediante la simpatía inmediata, el cual juzga con base en la coinciden- cia de sentimientos. Una cuestión distinta es que el agente deba educar las pasiones. Para Sen, la racionalidad es un complejo proceso en el que todas sus etapas están regidas por el uso de la razón. La racionalidad en Sen implica “el uso sistemático de la razón, el cual refleja y revisa los propósitos, valores, estrategias y motiva- ciones de un individuo en vista de información relevante” (Gotoh y Domouchel, 2009). El individuo de Sen siempre está usando la razón no solo para motivar sus acciones, sino también para revisarlas y ajustarlas, si es el caso. Ahora bien, no es un individuo concentrado exclusivamente en el interés propio. Además de perse- guir en algunos casos su interés, también tiene otras múltiples y diferentes motiva- ciones y valores para actuar. La información que motiva la acción no proviene del sentimiento moral, como es el caso en Smith, sino de ideas profundamente razona- das, las cuales han sido revisadas y evaluadas a la luz de diversos conceptos como los planteados en la cita anterior. Es así como la comunidad seniana está conformada por individuos que usan siste- máticamente la razón y el escrutinio razonado, lo cual no es el caso en Smith; de tal forma que la sociedad en su conjunto apelará a la razón y la discusión pública, a partir de la existencia de instituciones tales como los parlamentos, los medios de comunicación, los partidos de oposición, entre otras. Mientras Sen afirma que una sociedad será justa en la medida en que se practique el debate y la deliberación por parte de todos los miembros de la comunidad para llegar a acuerdos comunales fundamentales, sin la necesidad de que todas las per- 366 Cuadernos de Economía, 33(63), julio-diciembre de 2014 sonas que conformen la comunidad estén de acuerdo con respecto a otros temas distintos, para Smith los principios de una sociedad justa se derivan del juicio moral del espectador imparcial. Paso ahora a mostrar que los principios de justicia de Smith se derivan del senti- miento moral y no de la razón. SENTIMIENTOS MORALES Y JUSTICIA Dos conceptos principales sustentan la teoría de Smith: la simpatía y el espec- tador imparcial. Me refiero primero a la simpatía. La simpatía en Smith es un mecanismo mediante el cual un espectador realiza un juicio moral sobre el com- portamiento de un agente. Por medio del sentimiento de la simpatía, un espectador juzga la propiedad de las pasiones, y acciones, de un agente. La simpatía es un sen- timiento instantáneo. Es un requisito esencial del sentimiento moral de aprobación del comportamiento de una persona. En este contexto, la evaluación moral de la actuación de una persona requiere compartir sentimientos instantáneos mutuos, en cuya situación no cabe la razón. La simpatía de Smith es un concepto que difícil- mente puede sustentar una noción de justicia, principalmente basada en la razón. La simpatía es un sentimiento, y tiene que ver con ponerse en el lugar del otro. Es un concepto relacionado con lo que hoy conocemos como empatía 6. Podemos imaginarnos qué siente la otra persona afectada poniéndonos en su lugar y perci- bir cómo nos sentiríamos nosotros mismos ante tales circunstancias. Es necesario, por así decirlo, que la persona se coloque en los zapatos del otro. Para ello, la per- sona debe recurrir a la imaginación (Raphael, 2009). La simpatía requiere tener en cuenta a la imaginación para poder acompañar en el sentimiento a la persona afec- tada y considerar si su estado merece aprobación o no. Aunque la simpatía significa acompañamiento en el sentimiento, no significa exclu- sivamente compasión hacia las otras personas. Acompañamos en el sentimiento a la otra persona en la medida en que coincidimos en el sentimiento, sea este de dolor o de felicidad, o en general, de cualquier otro sentimiento. Por ejemplo, si la per- sona afectada es feliz, y coincidimos en el sentimiento, sentimos alegría por ella; si está afligida, y coincidimos, sentimos dolor por esa persona. No obstante, con algu- nos sentimientos tales como la ira, no siempre nos ponemos en el lugar de esa per- sona que la padece hasta no saber sus causas. Smith sostiene que debemos conocer las causas de los sentimientos de la otra persona para ponernos efectivamente en su lugar, y de esta forma involucrarnos más en el asunto (TMS i.i.1). Smith también propone la existencia de la simpatía mutua. Esta genera placer tanto en el espectador como en el agente. Podemos compartir nuestros sentimien- 6 Aunque puede que los conceptos tengan semejanzas, no son necesariamente iguales. La empatía tiene que ver con sentir los sentimientos de la otra persona, mientras que la simpatía se refiere a tener sentimientos por el otro, pero sin percibir necesariamente sus sentimientos. En el caso de la simpatía, por ejemplo, podemos sentir vergüenza ajena, pero sin avergonzarnos de nosotros mismos. Sentimiento moral y razón: la noción de justicia Augusto Aleán Pico 367 tos con otras personas, de igual forma que ellas lo harían con nosotros (TMS i.i.2). La simpatía es instantánea; solo necesitamos ver al otro para sentir la simpatía por él, pero puede ser más o menos perfecta en la identificación con ese otro. Smith nos dice que “cualquiera que sea la causa de la simpatía… nada nos complace más que observar en otras personas esa simpatía con todas las emociones de nuestro propio corazón; así como también nada nos impacta más que la aparición de lo contrario” (TMS i.i.2.1). Mientras la simpatía mutua nos proporciona felicidad, la antipatía nos genera sentimientos desagradables. Hay una identificación entre las dos personas, el espectador y el agente, que se da por medio de la simpatía mutua. De acuerdo con Smith, podemos juzgar si el comportamiento de los demás es apropiado o inapropiado, siempre que dicha conducta esté de acuerdo con nuestros sentimientos, es decir, en la medida en que simpaticemos. Si coincidimos con los sentimientos de otra persona, consideramos apropiado su comportamiento (TMS i.i.3). Por ejemplo, si coincidimos con el resentimiento de una persona, que ha sido agredida por otra persona, entonces aprobamos su conducta. Tal y como dice Smith: “El hombre quien resiente el daño que me ha sido hecho a mí, y observa que me resiento de ello, precisamente como él lo hace, necesariamente aprueba mi resentimiento” (TMS i.i.3.1). La correspondencia de sentimientos mutuos de simpatía entre el espectador y el agente, permite al primero juzgar que la conducta de este último es apropiada. Smith sostiene que “la aprobación de las pasiones de los otros… es la misma cosa que observar que simpatizamos enteramente con ellos; y la no aprobación de tales pasio- nes, es lo mismo que observar que no simpatizamos enteramente con ellas” (TMS i.i.3.1). Entonces, para que podamos aprobar la conducta de otras personas, debemos necesariamente simpatizar con ella, es decir, coincidir con sus sentimientos. Ahora bien, es necesario incorporarnos de lleno con los sentimientos de la otra persona. Si no nos involucramos decididamente en la aflicción, la alegría o cual- quier otra pasión que sienta la otra persona, se puede percibir una menor inten- sidad en el sentimiento. La comunicación simpática, por tanto, es fundamental. Dada la simpatía mutua, las personas se dan cuenta de la intensidad de nuestros sentimientos (TMS i.i.4). Y por el mismo motivo, nosotros también podemos dar- nos cuenta de los sentimientos de los otros. Pero debe mediar la comunicación simpática, que equivale a una comunicación afectiva entre las personas, en la cual no hay espacio para complejos procesos de razonamiento. El espectador imparcial y la justicia Me refiero ahora al concepto del espectador imparcial de Smith. La filosofía moral de Smith en TMS se basa sobre una figura empírica, un individuo concreto, que denomina el espectador imparcial7. Es un espectador de nuestra conducta y senti- 7 La teoría moral basada en los juicios de un espectador, en general, no solo fue creada por Adam Smith. Los filósofos de la Ilustración escocesa, Francis Hutcheson y David Hume, también traba- jaron su teoría sobre la base del concepto del espectador. 368 Cuadernos de Economía, 33(63), julio-diciembre de 2014 mientos, así como también de la de los demás. El espectador imparcial posee las siguientes características: 1) Es un observador de la conducta de las personas, 2) La persona observada incluso puede ser a la vez espectador de sí misma. En este caso, el agente y el espectador habitan en la misma persona, pero esta se desdo- bla para poder cumplir su papel de espectador, 3) Es imparcial porque mantiene una posición independiente del agente, 4) El mecanismo mediante el cual observa y juzga la conducta es el sentimiento de la simpatía y 5) Su papel fundamental a la hora de hacer la evaluación es ser afable, y por tanto su juicio estará fundado en el sentimiento moral. Se puede distinguir dos tipos de espectador imparcial: uno interno y otro externo. Raphael (2009, p. 36), por ejemplo, sostiene que Smith ve los sentimientos sim- páticos de un espectador como la conciencia moral de las personas: “La voz de la conciencia refleja lo que imagino que, con todo mi conocimiento de la situa- ción, podría sentir si fuera un espectador en cambio de un agente”. La persona, por tanto, puede juzgar ella misma su actuación en la medida en que juegue el rol de un espectador imparcial y no del agente. En este caso se estaría pensando en el espectador imparcial interno. Pero también hay un espectador imparcial externo. El espectador imparcial externo8 puede verse como un tercero en una discordia entre dos agentes. Smith valoró la importante relación que hay entre sentimientos y razón. La edu- cación de las pasiones le permite a la persona afectada controlar sus sentimientos. Sin embargo, en la teoría de Smith el espectador imparcial es quien juzga, y para realizar dicha tarea debe ser afable, es decir, debe simpatizar con la persona princi- palmente afectada y en esta vía el juicio moral proviene, entonces, del sentimiento de la simpatía y no de la razón. Se puede observar en TMS que la relación entre el espectador y el agente está mediada por el sentimiento de la simpatía. En tal rela- ción surgen dos virtudes clave: ser afable y ser respetable. Según Smith, el espec- tador debe procurar ser afable y la persona afectada, respetable (TMS i.i.5). Ser afable incluye ponerse en los zapatos del otro, ser condescendiente con las aflic- ciones del otro, compartir sus alegrías o desdichas, es decir, simpatizar con la per- sona afectada. Ser respetable, por su parte, significa ser digno, tener autocontrol, continencia, controlar las propias emociones. Es decir, la educación de las pasio- nes. La comunicación afectiva implica, también, educación de las pasiones. El espectador debe “entrar” en la persona afectada y simpatizar con esta. Dicha persona afectada deberá controlar sus pasiones, para que el espectador pueda per- cibir adecuadamente las pasiones. En algunos casos, para que el espectador impar- cial determine el grado de las pasiones del agente, será necesario tener en cuenta dos modos de comportamiento: uno relacionado con la perfección de la conducta; y aquel comportamiento en el que la conducta de las personas puede parecer 8 Mientras que en las teorías de Hutcheson y Hume, el espectador puede ser considerado como aquel que hace los juicios en segunda o tercera persona y no se involucra en la situación, la imparciali- dad del espectador de Smith es clave en la medida en que se tenga en cuenta “los efectos sobre el agente de las reacciones de los espectadores” (Raphael, 2009, p. 34).
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