Description:El hombre estaba sentado en el borde de un pequeño acantilado, que caía sobre el mar desde una altura de cuatro o cinco metros. Las olas rompían mansamente contra las rocas, despidiendo espumas que olían a sal y a yodo. A lo lejos, el sol era una inmensa bola roja que corría rápidamente hacia su ocultación. Abstraído en sus pensamientos, el hombre, más bien un muchacho, ya que pasaba muy poco de los veinte años, arrojaba piedrecitas contra el mar, mientras una indefinible sonrisa, en la que se mezclaban diversos sentimientos —satisfacción, alegría, placer de haber realizado un duro trabajo—, flotaba en sus labios. Un objeto negro, triangular, surcó velozmente las aguas a Una docena de metros de la costa. En aquel lugar, el océano estaba relativamente tranquilo y había ocasiones en que su superficie parecía un espejo, que devolvía duplicada la imagen del astro rey en su ocaso. El muchacho cogió una piedra y la arrojó hacia el escualo, no acertándole por pocos centímetros. Indiferente, el tiburón, continuó evolucionando por aquellos parajes en busca de una presa fresca para su insaciable apetito.