Lleva un segundo que la vida se ponga del revés. Eso es lo que le pasó a Zarah cuando su padre le anunció que habían pedido su mano. En ese momento todo su mundo se volcó hacia el lado contrario. Obligada por las circunstancias, Zarah viaja de Estados Unidos a Dubái, la capital del lujo y de la ostentación, para conocer a su futuro marido, aunque en realidad no tiene ninguna intención de casarse... Lo que Zarah no se imagina es quién es el hombre que ha pedido su mano. Kaden Borkan es joven, rico, poderoso, viste trajes de Armani y es rabiosamente guapo, con unos ojos verdes capaces de detener guerras. Pero Kaden Borkan no cree en el amor. Kaden Borkan no se enamora, Kaden Borkan piensa que el amor es para idiotas, y Zarah lo odia lo suficiente como para no poner sus ojos en él… O eso es lo que creen. Pero el amor no siempre surge de la manera tradicional. El amor no siempre se rige por reglas. El amor siempre hace las cosas a su manera, aunque esta manera sea la más inesperada e insospechada. El amor juega bajos sus propias normas.