m"- I N F O R M E «3 reí i r--j f-NS QUE LA “JUNTA Di; SOCOKKO.V^ D¿ GüAYAOüll . . • ' • .*•- Coi ujj Jj • . ELEVA AL SEÍQOR S|f P D E S IIIE D E I I K P D B L IU K , i ~ / ’> SOBRE LA ADMINISTRACION , í í I LOS'?*-. >ií ~s Fondos,con que se ha socorrido i. Jos-é^amníficadQS >'7\ sM > % ■ -♦SPOR EL^*>- Ni de 1896. NJ ¡| ^IiWPRfefïjrÀ BOLIVAR»^ AOUII.j^^s 1898 Jí^fe®S£Ss I N P O R M E u ~n® ELEVA AL SEÑOR igítesibEnte bela llepública SOBRÍ LA. ADMINISTRACION ^DE I,OSS>^ Fondos con que se ha socorrido A LOS DAMNIFICADOS INCENDIO del 5 y 6 de OCTUBRE de 1896. 9gfr IMPRENTA BOLIVAR .'VA/v'* «?*) fi li A V A 0 I!I 1898- limo- Sr. Presidente de la República. QUITO. <Sf-rio T, DESAPARECER la más valiosa ^ mitad de Guayaquil entre las últimas llamaradas del incendio, el 6 de Oc tubre de 1896, la miseria asomó para entristecer mas, si posiblefuó, los albergues y la intemperie en que millares de personas se encontraban al amanecer del 7. Era un deber de la Autoridad procurar el le nitivo á tan enorme desgracia y la iniciativa co rrespondió al Jefe de la Nación, que por un acaso presenciaba la sin igual catástrofe. Con tal fin el Señor.Jefe Supremo, estatuyó una comisión cod el nombre de Junta de Socorros ).n quóT con -1: — amplias facultades conferidas á cada uno de‘su? miembros,se.hizo cargo déla situación. . Los pasos iniciales de la Junta fueron tenden tes á colectar víveres que en las primeras horas del 7, se empezaron á distribuir -personalmente é la muchedumbre que sb agitaba en las plazas públicas y en las pampas circunvecinas, sin pan sin agua y sin abrigo. Los pobladores de la ciudad, extra ngero? y nacionales que directamente no habían sufrido los efectos del incendio, se apresuraron á facili tarnos los recursos de víveres y dinero quede ellos solicitamos, proporcionándonos así la safcis- fación de poder estender el radio de los so corros que la Junta distribuía, hasta las afueras de la ciudad convertidas en campamentos de mi serias. Pasados los primeros dias esta agitada en labor cuya oportunidad fue evidente, obtuvimos la valiosa cooperación de las Sociedades de Be neficencia locales para, la mas acertada distribu ción de ropas, delicada misión, desempeñada, és- pecialmente por Señoras, con el esquisito •. tino y sagacidad que distingue á las respetables matro nas que regentan esas Sociedades en Guaya quil. Nos restaba preparar la parte mas laboriosa, esto es, la distribución de los recursos pecuniarios, con que la filantropía de otras Naciones y de las demás provincias de la República, se aprestaban á socorrernos. El trabajo previo de formar catastros de los damnificados, fue divido por Letras, entre to dos los miembros de la Junta dando á cada comisionado los certificados de pobreza perjuicio y necesidad, correspondientes á las respectivas Letras.1"* Establecióse atender como norma para la distribución del dinero colectado, no al monto de la pérdida de cada cual, sino al estado de nece sidad á que había quedado reducido el damnifi cado, juzgando que no era nuestra misión indem nizar,, sino aliviar necesidades. .Mas tiempo del que hubiéramos deseado, nos ocupó este trabajo, pero era oportuno retar dar algo la- distribución, para que llegados los recursos anunciados del exterior, pudiéramos equilibrar esos recursos con el número y calidad de las cuotas distribuïbles. Ko se nos ocultaba la dificultad en el acier to ñique por grande que fuera' la suma colectada, inmensamente mayor era la pérdida sufrida y que la misma desproporción abrumaría á cada uno de los damnificados; pero sin trepidar con tinuamos por el escabroso camino de las califica ciones. - b Después de maduras reflexiones' resolvió la Junta establecer para la distribución las siguien tes categorías. Sp 200-Sj. 100-Sp 50-Bp 40-Sp 20 y Sp 10 —Salimos de esa pauta aumentando la tasa hubiera sido dejar sin participación á millares de necesitados; reducir ¿a tasa para que hubiera mayor número de agraciados, nos imposibilitaba para remediar cierto género de necesidades, se mejantes á una catástrofe: nos detuvimos en lo que nuestra convicción y lealtad nos prescri bió como justo medio y tenemos la satisfacción de haber oído más gratitudes que reproches. Previa aprobación de la Junta al resumen de las calificaciones, procedimos á celebrar sesio nes públicas de distribución, instalándonos para ello en las galerías de la casa de Gobierno, des de las ocho de la mañana-basta las doce del día, y desde las cuatro hasta las seis y media de la tarde; habiendo llamado con suficiente anticipa ción en los periódicos, á los agraciados por orden alfabético. listas sesiones fueron diarias y continua das basta haber concluido el índice de la letra Z. En los periódicos prevenimos á las personas agraciadas que por cualquier motivo no hubieran podido concurrir á este primer reparto, que nue vamente empezaríamos por Ja letra A* como lo hicimos, aprovechando de esta circunstancia pa ra corregir algunas irregularidades en las que in voluntariamente habíamos incurrido. Después de concluida esta segunda época de distribución restaba una pequeña suma que la ■ — 7 Junta en sesión plena resolvió distribuirla entre personas damnificadas que ausentes del lugar, enfermas Ó desproporcionalmente socorridas, eran acreedoras á esa especie de compensación ó so corro'que por una causa ú otra les faltó antes pero que á la sazón les fué oportunísimo. Se había, adoptado como norma y se lle vó á cabo con la mayor escrupulosidad, que toda asignación fuera entregada al agraciado en ■ propia mano y en chek girado por el Tesore ro de la Junta. Algunas personas valetudi narias no pudieron concurrir personalmente, pe ro los miembros de la Junta con aprobación de sus colegas otorgada por unanimidad en to dos los casos, llevaron el oportuno alivio á las moradas mismas donde la miseria había postra do á una familia indigente. Algunos pequeños abusos se han cometi do al amparo de los certificados impropiamente conferidos, pero sí pensamos en la inmensidad de la catástrofe que directa ó indirectamente hirió á todos los habitantes de Guavaquii dié ramos por bien empleados, no sólo la pequeña suma, que consiguieron desviar de su verdadero objeto, sino también las mortificaciones que nos ha impuesto el desempeño del cargo que el Señor Jefe Supremo nos confió. Las sumas colectadas alcanzaron á S¡. 167- 613,33 cp á la que se debe agregar la deSp 60 000 aproximadamente que creemos importarían los —.ad viveres venidos del Perú y Chile así como los reeojidos en esta ciudad y cantones inmediatos que tampoco desoyeron los clamores de angus tia de los damnificados de Guayaquil. El Ecuador ha contraído sagrada deuda de gratitud con el Perú, Colombia, Chile, Ar gentina, Boiivia, Paraguay, El Salvador, Francia, Estados Unidos de América, Alemania é Ingla terra, Estos Países que nos tendieron mano generosa en las horas de angustia deben contar con nuestra gratitud que-,no por ser el Ecuador un país pequeño ha de llamarse estéril. Los hijos de esas naciones encontrarán siempre entre nosotros amigos leales y agradecidos. Me permito Señor Presidente solicitar pa ra cada, uno de esos países un voto de gracias otorgado por el Gobierno de la Nación á su nombre y al de la ciudad de Guayaquil. Algo mas de Seis mil familias han sido auxiliadas con estos recursos y algunos techos levantados con ellos cobijan en la actualidad pobrezas que sin pilos serían miserias. Concluyo Señor Presidente: Hemos hecho lo posible para cumplir bien el encargo que en momentos tan difíciles nos hizo II., no hemos sa tisfecho á todos pero sí á muchos entre estos á nuestra conciencias. Hoy la calma ha su cedido á la tormenta y por ello esperamos que nuestros conciudadanos, eseusarán cualquiera pe queña é involuntaria falta de equidad que
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