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Género y descolonialidad PDF

121 Pages·2008·3.061 MB·Spanish
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LATINO/A AMERICA Pedro Lasch 2003 El mapa de la portada en las tapas de todos nuestros cuadernillos, como obra, consiste en la presentación, recreación y distribución de un nuevo mapa del continente americano. Las palabras “latino/a” y “américa” adquieren una nueva ubicación sobre lo que de otra forma es un mapa convencional. Este simple acto visual y semiótico nos refiere al concepto de la geografía cultural, política y económica como una práctica de producción de significados en cambio constante en relación a la dinámica poblacional. El mapa mismo, creado por el artista en el 2003, es sólo el elemento visual básico de un proyecto estético-social cuyas dimensiones y bifurcaciones se extienden conforme la imagen aparece repetida en forma prácticamente idén­ tica en contextos diferentes. Así como aparecerá en diferentes colores e ins­ tantes en la portada de una publicación, el mapa también podrá ser visto sobre las camisetas de los asistentes de una protesta, pintado como mural frente o dentro de un restaurante, proyectado sobre un edificio, o impreso con lápiz la­ bial sobre alguna vitrina. Las posibilidades de su aparición son incalculables e impredecibles para el artista mismo, ya que en cierto momento, el mapa podrá convertirse en un recurso público cuya utilización estará en las manos de sus nuevos productores. El único lazo común entre estas apariciones es la relación al surgimiento de una nueva latinidad multilingüe que se extiende mundialmente y redefine la hegemonía angloparlante, así como el sentido mismo de lo que es “América” y lo que es “ser americano”. Género y descolonialidad Walter Mignolo (Comp.) María Lugones Isabel Jiménez-Lucena Madina Tlostanova De la colección: Pensamiento crítico y opción descolonial Ediciones del and Globalization and the Humanities Project (Duke University) Género y descolonialidad / compilado por Walter Mignolo. - 1a ed. - Buenos Aires : Del Signo, 2008. 124 p.; 22x15 cm. - (El pensamiento crítico y opción descolonial) ISBN 978-987-1074-58-7 1. Política. 2. Sociedad. I. Mignolo, Walter, comp. CDD 320 Diseño de tapa e interior: Gabriela Cosin Imagen de tapa: LATINO/A AMERICA, Pedro Lasch Traducción: Mariana Chendo y Beatriz Gercman © Ediciones del Signo, 2008 Julián Álvarez 2844 - Io A Buenos Aires, Argentina [email protected] ISBN: 978-987-1074-58-7 Este libro se terminó de imprimir en el mes de diciembre de 2008. Queda hecho el depósito que marca la Ley-11.723. Impreso en la Argentina - Printed in Argentina. Esta edición se terminó de imprimir en el mes de diciembre de 2008 en Bibliografika de Voros S.A. Bucarelli 1160 Buenos Aires. www.bibliografika.com Índice Introducción ¿Cuáles son los temas de género y (des)colonialidad? Walter Mígnolo ......................................................................................... 7 Coloníalidad y género: HACIA UN FEMINISMO DESCOLONÍAL María Lugones ....................................................................... 13 GÉNERO, SANIDAD Y COLONIALIDAD: LA ‘MUJER MARROQUÍ* Y LA ‘MUJER ESPAÑOLA’ EN LA POLÍTICA SANITARIA DE ESPAÑA EN MARRUECOS Isabel Jiménez-Lucena ........................................................................ 55 “¿POR QUÉ CORTARSE LOS PIES PARA CABER EN LOS ZAPATOS OCCIDENTALES?”: LAS EX COLONIAS SOVIÉTICAS NO EUROPEAS Y EL SISTEMA DE GÉNERO COLONIAL MODERNO Madina Tlostanova..............................................................................85 Introducción ¿Cuáles son los temas de género y (des)colonialidad? Walter D. Mignolo i. Dos son los temas destacados en esta publicación. Uno es el de la corpo-política del conocimiento y el otro el de la geo­ política del conocimiento. Ambos están cruzados por la colo- nialidad del ser y del saber tal como lo confrontamos en esta misma colección en Intercultiiralidad, colonización del Esta­ do y del conocimiento. Es este complejo entrecruzamiento el que me propongo explicar en lo que sigue. Y recordando lo dicho en anteriores introducciones acerca de la matriz colonial de poder, la cual queda definida por cua­ tro niveles interrelacionados, de tal manera que no es posible entender uno sin su relación con los otros. Es precisamente esta interrelación, invisible e invisibilizada por la comparta- mentalización de la información lo que la hace poderosa. Los cuatros niveles o esferas de control son: 1) Control de la economía (que incluye apropiación de tierras y de recursos naturales y explotación del trabajo; creación de organismos internacionales como el FMI); 2) Control de la autoridad (que incluye formas de gobierno —monarquía e iglesia durante los siglos XVI y XVII y estado moderno en Europa y estado moderno/colonial fuera de Euro­ pa-; militarismo y carrera armamentista; derecho y relaciones internacionales); 3) Control del género y de la sexualidad (que incluye la inven­ ción del concepto de “mujer” -como lo explican Lugones y Tlostanova en los artículos que presentamos; la heterosexuali- dad como norma; el modelo de la familia Cristiana/victoriana como célula social); 4) Control del conocimiento y de la subjetividad (que incluye no solamente las instituciones y la curricula en la enseñanza, sino también los medios que apoyan concepciones del mundo y contribuyen a formar subjetividades —como la del “consu­ midor” por ejemplo, en nuestros días. Ahora bien, la matriz colonial de poder fue construida en el proceso de conquista y colonización; en el proceso de resol­ ver problemas de distintos niveles y de organizar el control político y económico. No obstante, los principios de cada uno de los niveles estaban ya en funcionamiento en Europa. La matriz colonial es la que regula, desde entonces, las formas de vida, sociedad y economía Europeas en relación con su creciente expansión en la parte no Europea del mundo. Pero para regular es necesario una instancia enunciativa: acto­ res sociales, instituciones y un marco conceptual e ideológico que de sentido a la regulación. En el siglo XVI y en el proceso de gestión en el control de las Indias Occidentales, la instan­ cia enunciativa estuvo anclada en dos principios rectores: el patriarcado y el racismo. El patriarcado regula las relaciones sociales de género y tam­ bién las preferencias sexuales y lo hace en relación a la auto­ ridad y a la economía, pero también al conocimiento: qué se puede/debe conocer, quiénes pueden y deben saber. Mujeres, Indios y Negros estaban excluidos del acceso a lo que se con­ sidera la cúpula del saber. Por eso los problemas y obstáculos afrontados por quienes como Sor Juana Inés de la Cruz se vie­ ron atrapadas en esta encrucijada de poder. Y evidentemente, quienes incurrían en “el pecado nefando” -al decir de Bartolo­ mé de Las Casas- eran naturalmente marginados de los roles sociales administrativos. El racismo regula las clasificaciones de comunidades huma­ nas en base a la sangre y al color de la piel. Mientras que en España, “conversos” y “moriscos” marcaban la mezcla de sangre con la religión, en América, fueron los/las “mulatos/ mulatas” y los/las “mestizos/mestizas” quienes ocuparon el lugar equivalente. Quienes clasificaban, quienes controlaban el saber, eran hombres cristianos y blancos. De modo que en el Siglo XVI comienza una doble historia que atañe a cada uno de los niveles y sus interrelaciones. Una es la historia de Europa en relación a sus colonias. La otra es la historia de las colonias en relación a Europa (y podemos agregar la de Estados Unidos a partir de mediados del Siglo XIX). Al hablar de matriz colonial de poder marcamos una diferen­ cia significativa con las actuales tendencias, tanto neo-libera- les como marxistas que acentúan el nivel económico. Aunque éste es sin duda fundamental, la colonialidad del poder opera a varios niveles y no a ese único nivel. De manera que la eco­ nomía capitalista, cuya fundación histórica localizamos en el siglo XVI conjuntamente con la puesta en marcha de la matriz colonial, es uno de los niveles. Sería difícil controlar el mun­ do solo económicamente, sin el control del conocimiento y de la subjetividad que justifica el control de los otros niveles. El género (y la sexualidad que no abordamos aquí) tiene una función indirecta con el control de la economía y de la auto­ ridad. II. Esquematizando se puede ver en la historia del pensamiento cristiano, desde los tempranos padres de la Iglesia (siglo IV d.C) hasta Santo Tomás de Aquino (siglo XIII d.C.) que la relación entre el ser humano y Dios era pensada como una conexión mental y espiritual, que iba, por así decirlo, de la cabeza al cielo. El cuerpo no contaba, ni tampoco el terreno en que ese cuerpo estaba parado, sentado o acostado. El cambio se produce a partir de mitad del siglo XV en ade­ lante. La cristiandad occidental entró en un momento de fuer­ tes conflictos religiosos con el Islam y con el Judaismo. Al mismo tiempo que, ya con las travesías comerciales de los Portugueses en las costas de África, empezó a funcionar el comercio de esclavos, principalmente varones, y se comenzó a establecer una relación casi natural entre negritud y esclavi­ tud y entre negritud, esclavitud y África. De modo que mien­ tras los doctores y hombres de letras cristianos mantenían su relación espiritual y mental con Dios (por ejemplo, una de las iconografía clásicas de Santo Tomas, es con un libro en la mano, y la cabeza ligeramente inclinada al cielo, y sus ojos mirando hacia lo alto, con humildad y sometimiento), otros cuerpos comenzaron a ser juzgados en relación a sus caracte­ rísticas físicas y mentales que no circulaban por las rutas por las cuales las mentes cristianas se vinculaban con Dios. Abajo y al lado, comenzaron a mapearse regiones de peligro y de barbarie y cuerpos que llevaban en sí una sarta de defectos. Una vez dado este primer paso, se siguió con la descripción de esos cuerpos atribuyendo imaginariamente distintas ca­ racterísticas morales, defectos, faltas y demás, según fueran cuerpos masculinos o cuerpos femeninos. Para organizar este panorama, puesto que los cuerpos negros de los Africanos eran distintos a los cuerpos femeninos y mas­ culinos aceitunados con los que se encontraron en América, los eruditos cristianos introdujeron el concepto de ‘'mujer” y esto sirvió para reorganizar lo femenino y lo masculino, el sol y la luna, según la función de los roles sociales de la cris­ tiandad forzando la reorganización de los roles sociales en las distintas regiones donde misioneros y/o funcionarios estatales llegaban con la misión de evangelizar y reglamentar la vida en las colonias. A partir de este ‘mapa’, los textos que presentamos abren el debate y muestran las cuestiones que el mapa intenta ocultar. María Lugones aborda el problema en su base, la coloniali- dad del saber y la colonialidad del ser en la esfera del géne­ ro y la sexualidad; Jiménez Lucena explora, en el área de la salud, las diferencias entretejidas con el poder en el trato de mujeres Hispanas y Marroquíes. Madina Tlostanova toma las relaciones entre género y geo-política del conocimiento para explorar los aspectos de la lógica de clasificación así como de sus consecuencias e impactos.

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