El sonido es un concepto abstracto para la mayoría de las personas. Pasamos la vida bloqueando la estática para centrarnos en lo que creemos que es importante. Pero, y si cuando la claridad se desvanece en el silencio, ¿es el extraño ruido de fondo que darías cualquier cosa para aferrarte?
Siempre he sido un luchador. Con padres que apenas se las arreglaron para permanecer fuera de prisión y dos hermanos pequeños que por poco evitaron la familia de acogida, me convertí en experto en esquivar los golpes que la vida me lanzaba. Al crecer, no tuve nada que pudiera llamarlo mío, pero en el momento en que conocí a Eliza Reynolds, siempre fue mía. Me hice completamente adicto a ella y al escape de la realidad que nos brindábamos. A lo largo de los años, ella tuvo novios y yo novias, pero no hubo ni una sola noche que no escuchara su voz.
Ves, conocer al amor de mi vida a los trece nunca fue parte de mi plan. Sin embargo, tampoco fue quedarme lentamente sordo a los veintiuno.
Ambas cosas ocurrieron, de todos modos.
Ahora, estoy en las cuerdas atravesando las batallas más duras de mi vida
Luchando por mi carrera.
Luchando contra el silencio inminente.
Luchando por ella.
Cada noche, antes de quedarse dormida, ella suspira cuando su último respiro consciente la deja.
Creo que ese es el sonido que voy a extrañar más.