Espacios en disputa y transformación Poder, conflicto y trabajo en el agro latinoamericano (Siglos XX y XXI) José Muzlera - Marina Poggi (Compiladores) Danton Leonel de Camargo Bini - Emmanuel David Cicirello Mariana Cuello - Diego Fernández - Eloy Gómez Pellón José Muzlera - Daniela Sánchez Enrique - Luis Ernesto Blacha Rocío Pérez Gañán - Marina Poggi - Cristian Martín Portaluppi Espacios en disputa y transformación Poder, conflicto y trabajo en el agro latinoamericano (Siglos XX y XXI) Espacios en disputa y transformación Poder, conflicto y trabajo en el agro latinoamericano (Siglos XX y XXI) José Muzlera - Marina Poggi (Compiladores) Prólogo Espacios en disputa y transformación : poder, conflicto y trabajo en el agro latinoamericano : siglos XX y XXI / José Muzlera ... [et al.] ; coordinación general de José Muzlera ; Marina Poggi. - 1a ed . - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Fundación CICCUS, 2017. Libro digital, PDF Archivo Digital: descarga y online ISBN 978-987-693-720-7 1. Política Agropecuaria. I. Muzlera, José II. Muzlera, José, coord. III. Poggi, Marina, coord. CDD 320.6 Primera edición: julio 2017 © Ediciones CICCUS - 2017 Medrano 288 (C1179AAD) (54 11) 4981-6318 / 4958-0991 [email protected] www.ciccus.org.ar Corrección: Ana Marconi Producción, Coordinación y Diseño: Andrea Hamid Hecho el depósito que marca la ley 11.723. Prohibida la reproducción total o parcial del contenido de este libro en cualquier tipo de soporte o formato sin la autorización previa del editor. Ediciones CICCUS ha sido merecedora del reconoci- miento Embajada de Paz, en el marco del Proyecto- Campaña “Despertando Con- ciencia de Paz”, auspiciado por la Orga- Impreso en Argentina nización de las Naciones Unidas para la Printed in Argentina Ciencia y la Cultura (UNESCO). 4 Espacios en disputa y transformación. José Muzlera - Marina Poggi (Comp.) Índice Prólogo ....................................................... 7 Eloy Gómez Pellón Primera parte Poder y conflicto. Constitución de actores, entramado social y consolidación del territorio ...................................... 14 Luis Ernesto Blacha O Subalterno no Espaço Agrário do Brasil Agrícola: um estudo de caso na região de Araçatuba, São Paulo, Brasil .......... 19 Danton Leonel de Camargo Bini Territorio y poder en el mundo real. Alcances de una interdependencia social en el siglo XX.............................................48 Luis Ernesto Blacha Poder, conflicto y territorio: el caso del Instituto Autárquico de Colonización (1936-1940) .....................................68 Emmanuel Cicirello Pueblos originarios y ventriloquias del territorio en el Buen Vivir Ecuatoriano; estrategias de resistencia y (re)territorialización agraria frente al desarrollo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .88 Rocío Pérez-Gañan El conflicto social en la Revista de Ciencias Económicas.............108 Cristián M. Portaluppi Segunda Parte Conflictividades en la era del desarrollo y las transformaciones: actores y procesos ............................................. 127 Marina Poggi, José Muzlera 5 Prólogo Desde la mecanización y el trabajo físico hacia la informática y el conocimiento: cambio tecnológico y redefinición de la estructura del sector sojero argentino ......................................... 131 Mariana Cuello El trabajo en la chacra. Sobre los efectos de la difusión del contratismo de servicios agrícolas en las posibilidades de subsistir de la producción familiar pampeana.............................................155 Diego Ariel Fernández Contratistas puros y contratistas productores ...................... 181 José Muzlera Registro Nacional de Trabajo Agrario y el rol del Estado Nacional en el monitoreo y garantía de Derechos Económicos, Sociales y Culturales ................................................. 200 Daniela Verónica Sánchez Enrique Sobre los autores............................................219 6 Espacios en disputa y transformación. José Muzlera - Marina Poggi (Comp.) Prólogo Eloy Gómez Pellón Universidad de Cantabria El libro que el lector tiene en sus manos constituye una excelente apro- ximación, en clave sociológica e histórica, a la realidad problemática del agro argentino, y complementariamente a la de otros países de la región, como Brasil y Ecuador. Las páginas de esta obra son el resultado gozoso de la celebración de las XIII Jornadas Nacionales y V Internacionales de Investigación y Debate, que en esta edición fueron subtituladas con la expresiva frase de Sujetos Sociales y Territorios Agrarios Latinoamericanos. Siglos XX y XXI, y que se celebraron en el mes de junio de 2016 en la Universidad de Quilmes, gracias al empeño del Centro de Estudios de la Argentina Rural (CEAR), creado en el seno de esta última Universidad en el año 2010, y del Cen- tro de Estudios Interdisciplinarios Latinoamericanos (CEIL) adscrito a la Universidad de la República de Montevideo. Contaron, asimismo con el auspicio del CONICET y con el de la propia Universidad de Quilmes. Pocas veces una institución tan joven como el CEAR ha sido capaz de producir una nómina tan inmensa de actividades y de concitar el interés de tan acrisolados investigadores, lo cual es motivo de satisfacción para todos, y muy especialmente para cuantos hacemos del agro el locus de nuestro quehacer investigador. Puede sentirse muy orgullosa la nación Argentina al ver que los fondos públicos que se invierten en estudiar el campo argentino generan unas cosechas tan cuajadas de frutos. Los autores de esta obra, en efecto, son investigadores curtidos, que fueron criados a la sombra de distinguidos científicos sociales argentinos y latinoamericanos en los estudios rurales. Todos ellos nos han ofrecido espléndidas páginas sobre la realidad agraria de Latinoamérica, en gene- ral, y de la Argentina en particular. El título del libro, Poder, Conflicto y Trabajo en el Agro Argentino, que no puede encerrar un acierto mayor, remite inconfundiblemente al 7 Prólogo CEAR argentino, encarnado en un grupo de personas que han hecho de las investigaciones agrarias su vida científica y su pasión académica. La mirada de sus autoras y de sus autores se despliega por los territorios que dan soporte a una actividad agraria impenitente, en simbiosis con una naturaleza próvida y con unos sujetos que no son sólo sujetos individua- les, determinados por el mundo exterior, como planteaba el objetivismo de Durkheim, o por sujetos individuales, dotados de capacidad autóno- ma, como los percibía el nominalismo de la teoría weberiana, sino que son, además, sujetos sociales. Ciertamente, por un lado, son sujetos individuales, señores y dueños de su mismidad, y, por otro lado, viven en interacción con otros seres humanos como ellos, en un idéntico levenswelt o mundo de la vida, como diría Hus- serl, que los convierte en sujetos sociales, compartiendo una cosmovisión indiferenciada y un mismo estilo de vida. Son individuos que tienen intere- ses coincidentes y se hallan insertos en grupos sociales en los que la liza for- ma parte de su vida cotidiana, lo cual les impulsa a ser activos, esto es, a ser actores del escenario común en el que les ha correspondido llevar a cabo los roles de su vida cotidiana que contribuyen a proporcionales su característico estatus. Estos sujetos no son una mera categoría estadística, sino algo más. Son hijos del entorno, que se definen por los vínculos que poseen con otras personas y por las instituciones que modelan su conducta. En el libro se habla mucho de poder, de trabajo y de conflicto. Weber predijo que el poder tendía a crecer en las sociedades modernas, como la burocracia y como tantas cosas. Pero a Weber, que le preocupaba la acumulación de poder, le preocupaba más aún que éste se convirtiera en dominación, esto es, que la capacidad de individuos e instituciones de ha- cerse obedecer fuera desmedida e irrefrenable. En el mundo agrario de Latinoamérica, y Argentina constituye un ejemplo, este poder llega a ser tan grande que deviene en soberbia. Individuos y grupos se sienten capa- ces de modificar la conducta de otros individuos y grupos, simplemente apelando a una obediencia que se torna en sumisión y en humillación. Y no sólo preocupa la acumulación de poder sino, en ocasiones, también la influencia que ejercen algunas personas, individualmente o asociadas con otras, para conseguir sus fines. Estas personas influyentes, al amparo de su estatus, heredado o adquirido, ejercen una presión moral insufrible so- bre otras personas. Al fin y al cabo, éstos son los mecanismos que han permitido la construcción de las relaciones humanas en el medio rural de planicies como la pampeana, la chaqueña o la patagona. Todo ello explica que el medio rural sea de una gran dureza en el plano humano. 8 Espacios en disputa y transformación. José Muzlera - Marina Poggi (Comp.) Una joven escritora argentina de Entre Ríos, llamada Selva Amada, que cultiva la literatura con primor, y que ha hecho del medio rural ar- gentino el objeto de su narrativa, decía hace poco tiempo, a propósito de una entrevista en un conocido medio de comunicación español (El País, 22/11/2014), que “cuando me propuse ser escritora pensé que era bueno contar el ambiente en el que me crie: la dominación de lo masculino, de hombres violentos o malentretenidos, como decimos en Argentina, en un pueblo de gente con pocos recursos…”. Ciertamente, no es extraño que la narrativa de Selva Amada sea de raigambre rural; gran parte de la literatura argentina se ha creado mirando a la inmensidad de su rura- lía. La vieja literatura gauchesca no ha dejado nunca de existir, porque se ha ido metamorfoseando de mil maneras. Aquellos tipos camperos, rudos y melancólicos, sobreviven hoy en otros cuerpos que pueblan el agro de grandes áreas de Argentina, de Uruguay, de Brasil, de Bolivia y de otros lugares. Los peones de hoy son los gauchos del ayer, o, dicho de otra manera, los tipos morales que creó José Hernández, el autor de El gaucho Martín Fierro, residen hoy, enclaustrados en otros cuerpos, en las novelas de Selva Amada. Los gauchos y los peones representan la vida inclemente del campo, la pobreza, la desesperanza y la tristeza, pero también las ansias ilimita- das de libertad, en un campo duro para vivir pero bello para amar y para soñar. La literatura argentina posee una profunda tradición ruralista, de modo que se convierte en una inagotable fuente de información para cualquiera que aspire a explorar la cultura de este país, como cuenta con singular maestría Graciela Montaldo en un libro de obligada lectura: De pronto el campo. Literatura argentina y tradición rural (1993), cuya síntesis es que el imaginario argentino está construido a base de escenas rurales extraídas de un fondo común de experiencias que son patrimonio de los argentinos, presentes y ausentes. El mensaje de esta obra es que el campo vertebra la literatura decimonónica de la Argentina y buena parte de la producida en el siglo xx. Más aún, la pampa constituye la imagen secular de los escritores argentinos, y la tradición gauchesca una decan- tación del campo argentino, que, no en vano, ha seducido a lo más florido de las letras argentinas, y sirva para expresarlo la reescritura de la misma que, con singular pericia, llevó a cabo Jorge Luis Borges. Curiosamente, Argentina ha dejado de ser rural hace largo tiempo. La mitad de los más de 40 millones de habitantes del país viven en localida- des que superan el medio millón de habitantes. El resto de la población reside en aglomerados urbanos más pequeños, salvo los 3,6 millones es- 9 Prólogo casos de argentinos que habitan en el medio rural y que representan poco más del 8,5 de la población total. Por supuesto, la actividad agraria supone el modo de vida de una pe- queña parte de la población rural, que ronda las 330.000 personas. En consecuencia, la dedicación agraria constituye la ocupación directa del 2% de la población activa. La mayor parte de los habitantes del medio ru- ral argentino participa del espíritu de las nuevas ruralidades, de acuerdo con el señero concepto acuñado por la difunta Norma Giarracca, dedica- da a actividades industriales, artesanales, comerciales, hoteleras, turísti- cas y de todo tipo, pero también acupando numerosos empleos asociados de múltiples maneras a la actividad agraria. Así, el sector agrario argen- tino reporta más de la décima parte del Producto Interno Bruto Nacio- nal, lo cual es indicativo de sus descomunales dimensiones. El comercio agroexportador de Argentina es enorme, aunque se haya retraído en el transcurso del último medio siglo. La destacada producción de cereales (trigo, maíz, arroz, sorgo, etc.), de leguminosas como la soja, y de fruta, entre otros productos, convierte a la agricultura argentina en una de las más poderosas de la Tierra. Si a ello se une su desmesurada ganadería, compuesta por un cuarto de millón de explotaciones que se desparraman sobre 153 millones de hectáreas, tendremos una idea aproximada de las magnitudes de esta potencia agropecuaria que es Argentina. Tras estas magnitudes se esconde una distribución desigual y pro- blemática de la tierra, que se explica por razones históricas. Esta injusta distribución de la tierra creció en iniquidad con la República, tanto por el apoderamiento que se produjo durante el siglo xix de las tierras ocupa- das por los pobladores nativos, como por el clientelismo político que dio lugar a generosos repartos de tierra por parte de los gobernantes que, de esta manera, gratificaban el apoyo prestado por los notables, lo cual fue norma en dicho siglo, pero aún lo continuó siendo durante el xx, que es el período por el cual discurre esta obra. Estos terratenientes acabarían integrando las elites argentinas y ejer- ciendo un papel determinante en la vida política de los argentinos. La tierra, durante el siglo xx, fue lugar de promisión y continuó generando grandes capitales que, progresivamente trasvasados a los negocios de la vida urbana, acabaron convirtiéndose en el fundamento de la portentosa actividad mercantil de estos capitalistas argentinos de origen rural. A la postre, Argentina es uno de los escasos países de América Latina que no ha sido objeto de una Reforma Agraria, y eso teniendo en cuenta, a decir verdad, que cuando ésta se ha llevado a cabo en otros países de la 10
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