ÄMXCIS 1020027103 OBRAS de EDMUNDO de AMICIS OBRAS DE EDMUNDO DE AMICIS EN EL TRADUCIDAS DIRECTAMENTE DEL ITALIANO por HERMENEGILDO GINER DE LOS RÍOS O C É A NO De vento e, cas* «e I>. " e" *>*'**<"«> PESETAS •i 1870-71. —Recuerdos " " , La.rnk, militar-Bocetos. (Primera sene ^- 3 VIAJE Á LA ARGENTINA La rida militar.-Nuevos bocetos. 2. sene), ó Páginas sueltas 3 Retratos literarios 3 5Q jH'Z psicológicos del vino. (Conferencia).. 1 Italia. Dos tomos. g Los amigos- Tres tomos 5 50 Poesías, traducidas en verso castellano Tarín, Londres y París • •. • • , ' Impresiones de Amerita, acuarelas y dibujos. 3 Ideas sobre el rostro y el lenguaje yjb&toejfr 3 tográfcas. (Con 4 fotograbados de Laporta). á Consta ntinojda . Dos tomos - 3 Sf£?« (CliarejDiario" de un niño, con pró- . ^ loeo de Fernanftor • • .» Holanda. (En colaboración con Muniz Garro). * Marruecos. Traducción de J. Muñiz Carro.. 3,50 88314 MADRID •H AGUSTÍN JUBERA, EDITORR ALMACENES DE LIllROS Calle de Campomanes, IO. m • i €U -vaíitoio co-Htondanti (Bazuco de d rn ^ a ^a Es propiedad. Derechos reservados. didica att íi&io en pincha 2¿ afecto ij, jzatitvtd, fONOO R>SfD° Madrid.—Imprenta Popular, Plaza del Dos de Mayo, CARTA-PRÚLOGO DEL AUTOR PARA LA EDICIÓN ESPASOLA ¿Qué prólogo quiere usted que haga para un libro que ya parece demasiado largo? Un solo prefacio podría hacer, y lo ha- ría con mucho gusto, si tuviese tiempo: querría volver á hablar de España; decir cosas que no dije en aquel pobre libro mío, el cual, después de La vida militar que hizo que me amasen los soldados italianos, es el que tengo en más: porque me con- quistó la, simpatía de una parte de sus compatriotas. Quisiera sobre todo hablarle largamente 1 de Madrid, de cuya villa, despues de diez y ocho años, conservo memoria viva y lu- minosa, como la que se suele guardar de los más queridos amores juveniles. Tengo to- davía en la palma de la mano la ciudad y se- • - ríaun impagable cicerone. En .el tiempo que que escribí sobre el origen y la división de permanecí en Madrid, he sido el más infati- los partidos, sobre las crisis ministeriales, gable badaud, el más incansable paseante la discusión de los presupuestos, la guerra que haya existido nunca entre el Palacio carlista, las elecciones generales. Digo que Real y Recoletos. He paseado tanto por la usted se reiría, porque reconocería inme- Puerta del Sol, que todos los desocupados diatamente bajo el fingido político al ar- que viven en aquellas aceras me conocían tista de veinticinco años que pugna y se ya de vista; y daba tantas vueltas al rede- estremece ante la necesidad de hablar de dor del Congreso de los diputados espe- cosas que no le gustan y de las cuales 110 rando la hora de la sesión, que más de un entiende, y que aprovecha todas las oca- guardia civil me miró muchas veces con ojo siones para sacudir el yugo y hacer una es- avizor y de sospecha. capada en el campo de la poesía y de la li- No sé qué hay en el aspecto de vuestro teratura. Madrid, y en la gente, y en el cielo, y en No era á la verdad la lucha de los par- el aire, que me provocaba inexplicable tidos ni los presupuestos loque me atraía deleite el vagar sin reposo por calles y cotidianamente á la tribuna de periodistas plazas, como si al volver de cada esquina del Congreso y al salón de conferencias, fuese á tropezar con una gran fortuna. donde mi asiduidad fué parte para que al- ¡Cuánto esfuerzo me costaba abando- gún diputado de oposición me mirase con nar la calle de Alcalá para ir á escribir mi desconfianza , creyéndome un agente se- c-orespondencia política! creto de Don Amadeo de Saboya; no, lo Porque ha de saber usted, que, no te- que me atraía era la elocuencia castella- niendo yo bastante dinero para permitirme na; la armonía de esa bellísima lengua, el lujo de gozar de Madrid por cuenta pro- que quería aprender en vivo; Ja variedad pia, me habia comprometido para servir de de los incidentes dramáticos; la intere- corresponsal político de La Nazione, de sante diversidad de carácter y pronun- Florencia. ciación entre los diputados de las diferen- Y usted se reiría de todo corazón, si le- tes provincias-; los chistes y las palabras yese ahora las cuarenta larguísimas cartas mordaces, felicísimas é innumerables, que pueblo, con un soldado, procurando reco- cogía al vuelo en los coloquios privados. ger de sus labios uno de aquellos idiotis- Cierto que no comprendía bien por qué mos originales que esculpen y pintan una cayó Sagasta sucediéndole Topete, ni poi- idea (de los que tan rara vez se tropiezan qué Ruiz Zorrilla negase su aprobación al presupuesto del ministerio de Hacienda; en los libros), para anotarlo; y me pare- pero en cambio había adelantado tanto cía que había encontrado una piedra pre- en mis estudios, que sabía imitar alas mil ciosa. maravillas los gestos y los gritos impetuo- Sí, querido Giner: he amado á Madrid sos del presidente Ríos Rosas, la onda como á Turín y su lengua de usted como irruptora de palabras de Romero Robledo; la mía, siendo la política el último de mis la majestuosa entonación de Castelar; el pensamientos. acento profético de Pi y Margall; el ade- La política, por otra parte, no me pro- mán elegante^ y correcto de Martos. porcionaba sino molestias; puesto que, El estudio de la lengua constituía mi estando en Madrid y viendo las cosas de principal pasión, no descuidándolo un so- cerca, no podía escribir á mi periódico, lo día de cuantos permanecí en España; mas que la verdad con respecto á la pre- mi más grande triunfo, el de que al con- caria posición, mejor dicho, á la próxi- versar conmigo algún desconocido, me to- ma é indefectible abdicación del rey ita- mase por español: claro está que durante liano: y esta verdad precisamente, disgus- diez minutos... ¡El engaño no podía durar taba á muchos en Italia, y me censu- arriba de ese tiempo! raban. A seguir mis impulsos, yo 110 habría Y con el solo objeto de aprender nue- escrito de otra cosa que de poetas, músi- vos modos, voces nuevas del uso común, cos, trajes populares, de cosas bellas, en devoraba diariamente una docena de pe- fin, y alegres; entré las cuales contaba riódicos, desde La Epoca á El Combate, los centenares de hermosísimos niños que desde El Imparcial á La Correspondencia jugaban' en el Prado los domingos por la de España. Jamás he desperdiciado la oca- noche, y á quienes pasaba contemplando sión de trabar conversación con un obre- horas enteras—solo—, presa ya desde en- ro, con un muchacho, con una mujer del verdad? Todos aquellos que, en la juvenil tonces de esta adoración que tengo hacia descripción que hice de su patria, han la infancia. perdonado la ligereza, las lagunas, la in- ¡Ah, Dios mío! Florecía la primavera; suficiencia artística, para no acordarse mas estaba en España; tenía veinticinco años: que de la simpatía profunda y del afecto me parece que era muy natural que viese vivísimo que inspiraron aquellas páginas. una España toda color de cielo, toda color Con esta esperanza cierro esta carta, de rosa, como los críticos me han censurado querido Giner, rogándole que la publique luego. Y la veo todavía así, porque después á la cabeza de su traducción, como un sa- de aquella primera poética impresión que ludo y un acto cordial de gratitud que recibí en los años del entusiasmo, no la he mando á mis lectores españoles, de los cua- vuelto á ver, y la impresión dura inalte- les el mayor premio á que aspiro es que rable. digan al terminar la lectura: Por esta razón es su país de usted «Sea el libro como fuere, es el libro de aquel adonde se dirige con mayor fre- un antiguo amigo. » cuencia y más plácidamente mi pensa- miento. A pesar de haber visto tantos, <S?imiu3o ¿1-mlcío. tañ extraños y hasta tan bellos, mi sueño es siempre volver á España, y singular- mente ver de nuevo á Madrid. Vivir otra Tarín, Mayo de 1880. vez, siquiera sea por tres ó cuatro días, aquella deliciosa vida de vagabundo, de soñador, de admirador de todo y de todos, que llevé hace dieciocho años. ¡Con qué emoción pasaría por aquellas calles é iría á llamar á la puerta de los antiguos amigos! A algunos acaso no en- contraría; á otros les costaría trabajo re- conocerme, pero... Pero encontraría otros nuevos, ¿no es
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