En cuerpo y alma Visiones del progreso y de la felicidad En cuerpo yalma: visiones del progreso yde la felicidad Zandra Pedraza Gómez Diseño de la carátula: Juan Pablo Fajardo Primera edición: febrero de 1999 1000 ejemplares ISBN: 958 -695 -013 - 1 © Zandra Pedraza, 1999 © Para esta edición Universidad de Los Andes, 1999 Preprensa e impresión: CORCAS Editores LTDA. Hecho en Colombia Laexperiencia directa nohabíafuncio- nado: tenía que resignarme a la erudi- ción. Así va el mundo: la cosa parece próxima, inmediata, pero hay que dar un rodeo largo para llegar a rozarla, siquierafugazmente, conlayema delos dedos. Nada deloque nos interesa ver- daderamentenosesdirectamenteaccesi- ble. El cuerpo que suponemos de- sear es una superposición de proyec- cionesculturalesinculcadaspor elsiste- ma tortuoso que quiere justamente impedirnos su goce; nuestro plato pre- ferido, laúnica opción que nos deja un repertorio rígido canonizado por la costumbre. El pasado más remoto, la puesta de sol que estamos viendo o la naturaleza exacta de lapunta de nues- tra lengua, sólo tienen algún sentido o por lomenos alguna descripción plau- sible en algún capítulo o en algún vo- lumen de una interminable biblioteca. Atrincherarse enloempírico noaumen- ta el conocimiento, sino la ignorancia. Juan José Saer. '"Elrío sin orillas" ~ AGRADECIMIENTOS La investigación que sirvió de base aeste li- bro fue posible gracias ala beca que obtuve del Deutscher Akademischer Austauschdienst yque me dio acceso ala Biblioteca del Instituto Ibe- roamericano deBerlín, aligual quealaBibliote- caNacional yalaBiblioteca Luis Angel Arango de Bogotá. Agradezco muy especialmente al Departamento deAntropología delaUniversidad de los Andes por su apoyo para la publicación de este trabajo. CONTENIDO INTRODUCCIÓN 13 l. DE LA CULTURA SEÑORIAL ALA URBANIDAD 25 A. Latradición gentil 25 B. Tratados,manualesy cartillas 28 C. Losórdenesseñoriales 37 1. Elfundamento moral y las virtudes 38 2. La distinción social 42 3. Tradición hispánica y progreso 44 4. El orden estético 46 5. Los géneros 51 D. La retórica delacivilidad 59 l. Gramática corporal 59 Aseo y control del cuerpo 59 El vestido y el adorno 66 El continente: conducta y movimiento 69 La mesa 77 2. Método y uso del tiempo 80 3. Ellenguaje verbal 83 La conversación 83 La correspondencia epistolar 85 E. Ámbitos 87 1. Intimo 88 2. Familiar 90 3. Social 92 4. Público 93 F. Sobreutilidad y práctica 95 11. SISALUD YDICHA QUIERES... 107 A. Loquevadelaurbanidad alahigiene:lamoral 109 l. La recepción delahigiene 110 2. La responsabilidad individual 114 3. Un mundo adverso 118 9 visiones de la higiene y la pedagogía 205 El deporte 210 La gimnasia 216 2. Los órdenes de la cultura física '222 Modernidad 223 Géneros 228 1nfancia 239 C. Dimensiones del cultivo del cuerpo 240 1. Extensión 240 Popularización 241 Profesionalización 245 2 Intensidad 248 Bailes 249 Prácticas corporales alternativas 254 3. Fonna 256 D. Razones físicas 261 IV.HIPERESTESIAS 269 A. La fe en el conocimiento 272 1. El despertar de los sentidos 273 2. La higiene de los sentidos 276 3. La pedagogía de los sentidos 279 B. El rapto estésico 302 1. Los substratos de la belleza 304 El alma 305 El cuerpo 315 2. Métodos y técnicas 326 Voluntad 327 Artificio 329 3. La sensibilidad caligénica 333 C. Sentio, ergo suro 342 1. Aprensiones 343 Nacionalidad y civilización 343 El deseo 346 2. La verdad del cuerpo 357 EPÍLOGO 363 BmLIOGRAFÍA 367 11 INTRODUCCIÓN (...)elprincipalobjetivodelateorizaci6n enlaetnologíano consisteenregistrarregularidadesabstractas,sinoenhacer posible ladescripci6ndensa. Clifford Geertz La superioridad de la etnografía es la consecuencia de su imperfecci6n constitutiva ... Ella trasciende en cuanto evoca lo que nopuede representarse discursivamente de manera consciente y lo que nunca puede ser totalmente representado. Stephen A. Tyler Lostextos deesteestudio seocupan delosideales delcuerpo que handefinido lamodernidad enColombia y,conalgunas variantes, en América Latina. Suprimera intención esavanzar en lacomprensión de los discursos y los ideales forjados para imaginar, construir ein- terpretar elcuerpo enelesfuerzo por gestar yvivirlamodernidad. A lo largo de las dos últimas décadas seha puesto en circulación una profusión de investigaciones sobre los más variados acercamientos alcuerpo, cuyo solo examen ya serevela ilusorio (ver Duden 1989, Frank 1991). En medio de este auge, reina un consenso mínimo en torno al aserto de que pensar el cuerpo impone la transdisciplinariedad (Kamper/Wulf 1982a; Lash 1990; 1991; O'Neille 1984;Turner 1994b). Aparte de latradicional inquietud de la etnología, el cuerpo ha sido auscultado recientemente por la his- toria de las mentalidades, la antropología histórica, la sociología de laculturaylacríticacultural: laaperturadefronteras aqueincitaofre- ceunámbito nuevo ycómodo para laespeculación hermenéutica. Si para la etnología y la filosofía el cuerpo ha sido motivo de reflexión permanente, los textos genealógicos de Foucault le dieron ala historia, ala sociología y al conjunto de los estudios culturales una nueva perspectiva, especialmente al definirles un nuevo con- torno a las áreas de estudio, las fuentes y los puntos de vista que consideran el cuerpo y dotarlos, para este propósito, de una visión política ycotidiana de la que antes carecían. Con ello,:el cuerpo ha pasado a ser uno de los ángulos desde los cuales explorar nuevas facetas de las disciplinas humanas y reescribir la historia. 13 Los temas abordados en este trabajo han sido discutidos por to- das las tendenCias actuales de los estudios culturales y para todos losperíodos delosdos milenios que estamos por concluir. En Amé- rica Latina el interés por el cuerpo comienza amostrar losprimeros frutos en investigaciones sobre salud, etnicidad, violencia, erotis- mo, identidad ygénero, aunque noprosperan con lamisma fecundi- dad los trabajos que enfocan de modo directo el cuerpo. En la pre- sente etnografía me concentro con ánimo hermenéutico en los prin- cipales ideales del cuerpo moderno. Desde los diversos enfoques que destaco, mi propósito es dilucidar cómo ha sido entendido e imaginado elcuerpo, qué alcances ynecesidades selehan atribuido y cómo se ha figurado la posibilidad de crearlo o transformarlo y con él al ser humano, concretamente al ciudadano y ala burguesía. Estas preguntas revierten de manera recurrente en la formulación de una antropología de la modernidad, de un acercamiento históri- co-antropológico a la cultura de la experiencia moderna en Améri- ca Latina. Me he concentrado en resaltar laelaboración discursiva de signi- ficados fundados en el cuerpo, en comprender las estructuras semánticas erigidas para imprimirle un sentido y en determinar la extensión de estas lucubraciones. Siendo un fenómeno discursivo cuya composición estratigráfica sólo puede ser evocada desde la antropología histórica, el cuerpo insinúa varias cuestiones: cómo se entiende el ser humano, qué sentido tiene su vida y cómo puede construirla o modificarla através del cuerpo. La historicidad de di- chos interrogantes semuestra aquí en los discursos acerca del cuer- po: el norte es la constitución de la modernidad, si se conviene en que el papel jugado por el cuerpo en este devenir, tales miparecer, está en el meollo de lo que constituye la modernidad. Guardadas todas lasdistancias respecto alosprocesos epicéntricos y apesar de los desequilibrios globales de la modernización, el individuo mo- derno es aquel que cuestiona suhistoria ypiensa, imagina y acome- te supropia constitución ytransformación, ylohace en boena parte en el cuerpo, con el cuerpo y mediante el cuerpo. En las particulari- dades de la construcción de esta experiencia subjetiva y de suidea- rio estriba uno de los méritos de nuestra globalidad descreída. Una antropología de la modernidad no puede pasar por alto lo que afecta auno de los principales motivos de reconocimiento sub- jetivo y cultural, y a uno de los más prolíficos escenarios de crea- ción metafórica que ha dispuesto la imaginación moderna: el cuer- 14 po no es concebible como hecho objetivo -allí únicamente habría lugar para vegetar-, sino, ante todo, como uncampo de elaboración discursiva que no cabe interpretar más que a la luz de los temores, losconocimientos, los intereses y la imaginación de cada época. Enconsideración ala vasta área que han demarcado los estudios sobreelcuerpo y alaorientación transdisciplinaria que éste deman- da, urge precisar qué cuerpo está en discusión. Por fortuna, el espí- ritu etnográfico de la pesquisa me llevó a volcarme directamente sobre las fuentes sin una selección previa del cuerpo que pretendía descifrar. El que encontré esel que cada época y,más exactamente, cada discurso ha querido ver: una imagen, un cúmulo de ellas y, para mayor precisión, varios discursos que jalonan nuestra propia comprensión y experiencia corporal. Tener yser uncuerpo son las dos caras del fenómeno que condi- ciona su elaboración cultural. Dos sencillas formulaciones de proveniencia antropológica sedesprenden deestefenómeno bifronte: la construcción social del cuerpo guía la percepción de su condi- ción física; a la vez, esta percepción material del cuerpo -marcada ya por categorías sociales- pone de manifiesto una concepción par- ticular de la sociedad (Douglas 1970). Por otra parte, la certeza de ser aprehendido que su entidad física leotorga alcuerpo se traduce en una impresión compuesta por el cuerpo físico y la multiplicidad de sus manifestaciones. En general, este aspecto del individuo se tiene por inmodificable yconsubstancial yrevela, poreste hecho, lo que sesupone es su «verdadera naturaleza», el serprofundo, que se contrasta sincesar con lapercepción social del cuerpo. Tal«natura- lidad» dimana asutumo de ladoble acción de investir einvertir de que esobjeto elcuerpo (Bourdieu 1977): lasconstantes inversiones -prácticas- que se hacen en él le confieren a un tiempo una investi- dura que se le incorpora. Todo en el cuerpo ha sido cincelado y, paradójicamente, se lo juzga como la manifestación personal me- nos modificable. Por ello mismo, porque se lo experimenta como exento de intención significante, se ve en el cuerpo la representa- ción por excelencia del ser recóndito, de la naturaleza del indivir duo. Su percepción social obedece a significados compuestos por todos los órdenes discursivos que interactúan en el ámbito cultural. El período considerado en este estudio abarca desde las últimas décadas delsiglo XIX hasta losaños ochenta del actual y concuerda con laconsolidación de lamodernidad, talcomo ésta sepresentó en Colombia. El énfasis recae aquí,. en concordancia con Berman 15
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