Conocerlos fue un paso difícil, estaba pasando por uno de los peores momentos de mi vida y mi salud mental no me permitía estar en paz. Sólo pensaba en esconderme, en aislarme, en alejarme... pero él no iba a dejar que siguiera hundiéndome.
Y, él, con su carácter arrollador, se propuso conocerme y llegar a mí a pesar de mis rechazos y excusas. Quería hacerme recuperar la sonrisa. Por mucho que lo negara, su compañía me traía paz.
Marcos estaba orgulloso de ser cómo era, no se escondía, no tenía miedo, ni siquiera ser gay le suponía un problema. Pero yo... yo me odiaba a mí mismo y odiaba a aquellos que me habían roto, que con el bullying habían logrado que terminara haciendo daño a los que más quería. Así que decidí fingir. Pero no se puede huir para siempre, y menos de alguien como Marcos.