Del maestro del oeste llega una novela llena de romance y aventura. La novela comienza: a fines de junio, el vasto desierto con la plantación de trigo en el noroeste del país, donde los campos comenzaron a adquirir un tinte dorado, prestando una belleza austera a ese mundo interminable, ondulado y liso de colinas sin árboles, donde millas de terreno en barbecho y millas de grano ondulado se inclinaban hacia arriba a las casas separadas de los heroicos hombres que habían conquistado la salvia y la arena.El héroe del libro es Kurt Dorn, estadounidense de segunda generación. Su padre nació en Alemania y todavía tiene fuertes simpatías alemanas. Creo que esta es la primera novela que he leído sobre los dilemas de alguien de la considerable comunidad germano-estadounidense cuyas lealtades se pusieron a prueba por la decisión de Estados Unidos de entrar en la guerra del lado de los Aliados.Kurt no tiene dudas de dónde debería estar su lealtad; él es orgulloso y decididamente estadounidense, pero la situación es dolorosa. El padre es un agricultor de trigo con una finca de buen tamaño, en una estación cálida cuando la cosecha se ve amenazada por la sequía. Un problema aún más acuciante es la actividad en el área de la IWW, que son los Trabajadores Industriales del Mundo, un sindicato socialista extremo con un profundo odio al capitalismo. Este era un equipo de mente muy dura, que a veces agregaba violencia y sabotaje a los métodos más estándar de negociación industrial. Grey imagina (con no sé cuánta base objetiva) que en 1917 agentes alemanes estaban utilizando la Unión para interrumpir el suministro de trigo que fue vital para el estadounidense. (Se había dicho que el tema de la gran guerra, la salvación del mundo y su felicidad, su esperanza, dependía de los millones de acres de grano de oro).