Description:El alba no había atenuado aún la pureza y serenidad de la noche. El viento, que había despejado la niebla, era seco y fresco, y parecía arrancar destellos de todas las estrellas. El agua, de un color negro espléndido, se estremecía bajo los infinitos resplandores que se derramaban sobre ella. La poderosa quilla del gigantesco barco iba abriéndose paso entre las rizadas olas del mar, produciendo en su lento avance un son monótono, indefinido, constante. La cubierta se hallaba desierta. Sólo de vez en cuando algún marinero cruzaba rápido el puente para desaparecer enseguida en el inmenso laberinto de puertas; escaleras, terrazas y pasillos del trasatlántico. Cuando el primer reflejo solar despuntó sobre la línea del horizonte imprimiendo tintes dorados a la superficie del océano, la silueta de una mujer elegantemente vestida apareció de pronto en lo alto de una escalinata que unía las dos cubiertas del barco. La pasajera se detuvo unos instantes junto a la borda. Sus ojos recorrieron lentamente una larga distancia, desde la blanca y espumosa línea dejada atrás por la motonave, hasta el lugar donde el mar y el cielo parecían confundirse. En la misma posición, sin moverse, recortando su figura sobre los difusos tintes del firmamento, permaneció largo rato.