ebook img

El maestro como líder PDF

149 Pages·2003·1.777 MB·Spanish
Save to my drive
Quick download
Download
Most books are stored in the elastic cloud where traffic is expensive. For this reason, we have a limit on daily download.

Preview El maestro como líder

LUIS B. PRIETO F. E M L AESTRO C L OMO ÍDER Prólogo a la Quinta Edición Untitled-3 1 12/10/2004, 21:21 Inscrito en el Registro de Publicaciones Oficiales bajo el Nº 10-80172. Tomo I, Folio 43, según Decreto del 19 de agosto de 1975. 1ra. Edición: Imprenta Nacional, Noviembre 1986. Caracas, Venezuela. 6ta.. Edición: Instituto Municipal de Publicaciones de la Alcaldía de Caracas. Agosto 2003 Untitled-3 2 12/10/2004, 21:21 PRÓLOGO A LA QUINTA EDICIÓN Esta quinta edición de El Concepto del líder, el maestro como líder, a cargo de Monte Ávila, difiere de las anteriores. Hemos revisado ampliamen- te la cuarta edición, ya agotada, y si bien dejamos subsistente gran parte del material inicial, lo adicionamos con nuevos y fundamentales aportes, de acuerdo con la más reciente bibliografía sobre el tema. Además, el capítulo titulado: El Liderazgo Colectivo y los Partidos Políticos, suprimido en la cuarta edición, lo incorporamos de nuevo, pero con reformas sustanciales y notables agregados referentes a los líderes de las grandes corporaciones modernas y sociedades multinacionales, así como lo referente a la autoges- tión y a la cogestión. El liderazgo colectivo, tal como lo abordamos en esta obra no es pródigo en bibliografía. Esta quinta edición se enriquece también con un amplio estudio sobre la formación de los líderes de la sociedad postindustrial, donde se plantean las responsabilidades del Estado y de sus organismos educativos en la capaci- tación y entrenamiento de los hombres y mujeres, encargados de conducir a la nación exitosamente en el futuro, que siempre nos estará tocando los talones para que apresuremos la marcha y estimulando la inteligencia y la imaginación, con el fin de que avizoremos los contratiempos y las venturo- sas ocurrencias que nos deparará el porvenir. Es acaso este último un estu- dio polémico, pero por lo mismo debe promover ideas renovadas para conducir nuestro destino de pueblo, porque plantea puntos de vista nue- vos, por lo menos distintos de los que han alimentado el perentorio queha- cer venezolano, enclavado en un hoy transitorio o cuando más en un mañana o pasado mañana que se palpa entre los dedos. Los venezolanos resulta- mos incapaces de aventurar nuevos caminos. Preferimos la trilla que marca- ron los que nos precedieron en la marcha. Los planes que concebimos son formulaciones palabreras en lugar de pasos seguros en el camino que con- duce al futuro, previo un diagnóstico de la realidad. Nos conformamos con vivir de prestado, y en medio del camino nos desnudan. Acaso el descuido se alimenta en la falta de metas ambiciosas y concordantes y en la ignoran- cia del principio fundamental que se expresa diciendo: una nación se cons- truye con hombres capaces, de mente despierta e imaginación alerta, cerebro y corazón puestos diligentes en el servicio de la colectividad. Esos hombres se forman en la medida y calidad de la ambición sustentada. Venezuela los Untitled-3 3 12/10/2004, 21:21 4/LUIS B. PRIETO F. necesita y debe apresurarse a reformar su sistema educativo, para que de él surjan los constructores del mundo que vendrá. La obra primitiva, concebida en su primera edición de Costa Rica y en la segunda de Honduras, como guía para el entrenamiento de maestros encar- gados de los procesos de desarrollo de las comunidades rurales, ahora es otra cosa, por su mayor volumen y más reciente información y contenido. Aun cuando sigue siendo útil fundamentalmente a los educadores, sirve además, a políticos, intelectuales, estudiantes de ciencias sociales y a toda clase de persona interesada en el proceso de desarrollo de la vida política y cultural del país y su manera de conducirlo eficazmente. No es éste un tratado sobre la materia del liderazgo, sino modestamente, una introducción a un tema muy amplio. Los que tengan interés en profun- dizarlo encontrarán al final una moderna bibliografía, incompleta, por su- puesto, ya que sólo hacemos referencia a las obras que sirvieron para la documentación. Esperamos que la edición que ahora entrega Monte Avila sea útil a los estudiosos de las formas de dirección y conducción de los procesos socia- les y aliente nuevos y más profundos estudios sobre la materia. Luis B. Prieto F. Caracas, enero de 1978. Untitled-3 4 12/10/2004, 21:21 EL CONCEPTO DEL LIDER La persona reconocida por todos como más eficiente para ejercer sobre los demás individuos de una comunidad cierta influencia, mediante estímulos adecuados que conducen a la ejecución de los propósitos del grupo, recibe el nombre de líder. La palabra “líder”, usada tanto en español como en francés, italiano y portugués, proviene del vocablo inglés leader, y sirve para designar una clase de dirigente social. Esta palabra no había sido incorporada al Dic- cionario de la Academia Española, sino hasta fecha reciente, no obstante que su uso es corriente. Por ello, antes de la incorporación académica decía Maria- no Villaronga que podría pensarse que la utilización de este anglicismo no se justifica porque el español tiene las palabras caudillo, jefe, adalid, guía, con- ductor, director, etc., para esa idea. Pero esas palabras tienen sentido militar o guerrero unas, otras lo tienen de comando solamente y algunas tienen signi- ficado y alcances muy limitado*. Si en el líder existe la facultad de comando, ésta va acompañada de una voluntad de servicio. Su forma de conducir y orientar implica aceptación de la voluntad del grupo. En el líder se conjuga una serie de cualidades relativas a la socialización de la dirección que no pueden expresarse con las señaladas palabras españolas, cargadas por el uso de un contenido diferente y a veces contrapuesto a la significación de la palabra líder. Para aclarar más esta idea vale la pena indicar que Henry Pratt Fairchild**, define la palabra líder en su segunda acepción así: “2— En sentido estricto, la persona que dirige por medios persuasivos y en méritos a la aceptación voluntaria de sus seguido- res”. ¿Cuál de las palabras españolas indicadas corresponde a este significa- do? Ninguna. De allí la acertada decisión de la Academia Española de incluirla en las últimas ediciones de su Diccionario. El líder puede actuar intencionalmente, de manera deliberada, para pro- ducir la acción que se propone. En este caso se le denomina líder voluntario. Pero en otros, el individuo produce ciertos estímulos de una manera incons- ciente. Se trata, entonces, de un líder involuntario. * Ver Mariano Villaronga. El Concepto del líder. En la Revista “Educación”, pág. 3, marzo de 1954. San Juan, Puerto Rico. ** Diccionario de Sociología, editado en inglés por Henry Pratt Fairchild, traducción española publicada por el Fondo de Cultura Económica, México. Untitled-3 5 12/10/2004, 21:21 6/LUIS B. PRIETO F. Este último tipo de liderazgo es muy frecuente, aun cuando por el desco- nocimiento o falta de visión clara de los fines, muchas veces no es el más eficaz. El líder voluntario ejerce siempre una función más duradera porque, consciente de lo que desea lograr conduce su acción en forma tal, que los estímulos que provoca llevan a la gente a realizar determinadas tareas o a dejar de realizar otras. El liderazgo puede surgir del contacto inmediato con los miembros de la comunidad o grupo humano, o de acciones o actividades indirectas, me- diante ciertos símbolos o por el uso de determinados medios técnicos, como el cine, la radio, etc. Aún más, el líder puede hacerse conocido de las perso- nas dentro de las cuales ejerce su liderazgo o permanecer oculto para que su acción indirecta opere una mayor sugestión, provocada, acaso, por la mis- ma naturaleza del ocultamiento. Puede decirse de manera general —sostiene L. Bernard— que, si bien es cierto que en algunos casos las causas triunfan por su méritos intrínsecos, son las personalidades destacadas de los líderes las que pueden estimular a los miembros de una comunidad o grupos a seguirlas1. Los líderes, hacien- do suyo el ideal en la causa representado, le comunican calor humano, el aliento vital que lo hace comprensible y deseable por los miembros de la comunidad. Esto no niega la existencia y valor de las organizaciones doctri- narias como realidad ético-social o política, sino que señala la necesidad de apóstoles que tiene toda doctrina, de líderes que encarnándola, le confieran realidad tangible. Según otras afirmaciones se sostiene que investigaciones recientes ponen de manifiesto hechos que desmienten estos conceptos. Darwin Carlwright y Alver Zander afirman que “como resulta cierto tan a menudo, la acumulación de datos reveló lo inadecuado de ciertas formulaciones. Creer que puede lograrse un elevado nivel de efectividad de grupo simplemente proporcionando “bue- nos” líderes, aunque todavía prevalece entre muchas personas dedicadas al manejo de grupos, surge como una conducta inocente2. En el caso de la sociedad, toda persona tiene oportunidad de dirigir en alguna manera una determinada actividad para la cual posee ciertas habili- dades. Son, por ello, múltiples los líderes dentro de una comunidad. Pero entre éstos los hay que conducen y coordinan la acción de todos o de una gran parte de la comunidad para alcanzar, no ya fines particulares, sino fines generales, que a todos interesan. El liderazgo lo posee una persona en calidad variable. No se tiene en su totalidad, ni se posee en absoluto. Sobre este tema volveremos más adelante. (1) L. L. Bernard: Psicología Social, pág. 466. Fondo de Cultura Económica, México. (2) Darwin Carlwright y Alver Zander. En la obra Colectiva Dinámica de Grupos. Editorial Trillas, México 1976, pág. 331. Untitled-3 6 12/10/2004, 21:21 EL MAESTRO COMO LÍDER/7 Algunas veces se ha afirmado que los líderes o conductores son perju- diciales. Dicho así, en forma general, la frase resulta exagerada. Hay, sin duda, algunos líderes que pueden causar más perjuicios que beneficios a los grupos donde ejercen sus funciones. Por ello decía Arthur J. Jones que “el liderazgo puede ser constructivo y valioso o reaccionario y activamente destructor. Las mismas cualidades, las mismas capacidades para inducir a otros a seguirlo pueden ser útiles o perniciosas a la sociedad. El liderazgo no posee nada en sí mismo que le asegure valor. El mérito de cualquier líder depende de tres factores: 1. El grado en que su idea o invención satisfaga a una necesidad real. 2. El grado en que sea capaz de inducir a las personas a aceptarla. 3. El criterio de las personas en seleccionar entre las muchas ideas pre- sentadas, las que atiendan a sus necesidades o en escoger, entre varios líderes, a los que deben seguir”3. Además, como lo asienta Fieller, la estructura de la tarea es mayor cuanta mayor posibilidad tengan los miembros del grupo de verificar lo acertado de las decisiones del grupo, cuanto más claramente se expongan los deberes de los miembros, cuanta menor diversidad de caminos haya hacia la meta y cuantos menos pasos sea necesario dar para llegar a la misma. El líder efec- tivo tiende a ser afirmativo e impersonal en un ambiente más estructurado, mientras que da mayores libertades a los miembros y apoya amablemente en una situación menos estructurada4. La idea negativa de algunos, respecto a los beneficios del liderazgo, ha conducido a que no se tomen en cuenta, o se tomen en una escasa medida, los efectos sociales de éste. Si bien es cierto que un líder puede ejercer un poder de inhibición sobre acciones consideradas beneficiosas, no es me- nos cierto que bajo el acicate de un estímulo psicológico bien dirigido las comunidades pueden ser conducidas en el sentido de su mejoramiento y progreso y a la realización de grandes y constructivos actos. Por otra parte, como fenómeno social, el liderazgo tiene una existencia enraizada en lo más profundo de la naturaleza humana. Esto llevó al profesor Jones, antes cita- do, a considerar como inevitable el liderazgo desde el punto de vista biológi- co: “No cabe preguntar si deben o no deben existir líderes; esto quedó establecido desde que el hombre comenzó a existir. Corresponde antes pre- guntar qué líderes debemos poseer y cómo disponer el orden social y orga- nizar las instituciones de educación, a fin de que haya líderes sabios y útiles”5. (3) Arthur J. Jones: A Educaçao dos Líderes, pág. 6. (4) Ver Carlwright y Zander, Dinámica de Grupo, antes citado, págs. 336 y 337. (5) A. J. Jones, ob. cit., pág. 7 Untitled-3 7 12/10/2004, 21:21 8/LUIS B. PRIETO F. Sobre la inevitabilidad del líder se pronuncia Haiman en los siguientes términos: “La dirección de una sociedad puede estar en manos de un Abra- ham Lincoln o de un Adolfo Hitler. El dirigente puede ser útil o dañino, pero, a menos que haya anarquía, es inevitable. Los dirigentes pueden mandar, manipular, persuadir o guiar, pero no se les puede suprimir. Siempre que haya personas que vivan y trabajen juntas, habrá una dirección y el destino del grupo dependerá en gran parte de la clase de dirección que tenga”6. SIGNIFICADO DEL LÍDER EN EL GRUPO El grupo no es una suma de individuos, sino “una pluralidad de indivi- duos ligados de modo tal, que se les considera como una unidad”. Todo grupo implica un proceso de interacción social y se forma cuando dos o más personas reunidas interactúan e influyen en su seno. A este efecto, observa Cecil A. Gibb, que considerado respecto al individuo, el liderazgo no es un atributo de la personalidad, sino una cualidad de su papel dentro de un particular y específico sistema social. Considerado en relación con el grupo, liderazgo es una cualidad de su estructura. Y, de acuerdo con la definición de “grupo”, esta cualidad particular puede transformarse en una condición “sine qua non”. Sin liderazgo no hay foco alrededor del cual puedan reunir- se los individuos para formar un grupo”7. Por ello, cuando nos referimos al grupo, quedan descartadas como tales las personalidades que lo forman. Mejor sería decir que subyacen embebidas en un contexto general. Separa- damente, cada miembro es una persona distinta, con una opinión y una manera de actuar propia, que sigue la línea de conducta que le dictan sus intereses particulares, pero dentro del grupo se funden esas personalidades distintas en una unidad psíquica, que expresa un sentimiento común y to- dos actúan en forma unitaria, aun cuando separadamente puede ser diferen- te el pensamiento de cada cual. A pesar de las divergencias que puedan existir, los miembros del grupo conservan entre sí un lazo de solidaridad que conduce al acuerdo sobre las cosas fundamentales. El grupo, como unidad de los individuos en él comprendidos, toma el nombre de “colectividad”. El líder dentro de esta colectividad no es un indivi- duo, sino el representante de la voluntad de todos. El líder se convierte, por el hecho de serlo, en el centro de la vida de la comunidad, “porque domina las (6) Franklin S. Haiman. La Dirección de Grupos. Teoría y Práctica. Libreros Mexicanos Unidos. México, 1965, pág. 286. (7) Cecil A. Gibb: Los Principios y Rasgos del Liderazgo. En la obra Small Groups: Studies in Serial lnteraction. Alfred A. Knopf. New York, 1955. Untitled-3 8 12/10/2004, 21:21 EL MAESTRO COMO LÍDER/9 relaciones sociales y posee la cultura media del grupo. En él se encuentra configurado el grupo mejor que en cualquier otra persona. El jefe no es exactamente un miembro del grupo, sino su imagen, su símbolo, su proyección, el depositario de sus aspiraciones. Los jefes tienen la intuición de esta exigencia y de esta misión. Paradójicamente, esta suerte de sumisión al grupo es la que condiciona su ascendiente sobre él”8. Nadie puede llegar a ser jefe, afirma Walter M. Lifton, si representa ideas y actitudes que están más allá del conocimiento actual del grupo o de su aceptación. El mejor jefe es aquel que ayuda al grupo a alcanzar la meta deseada. Para ello, necesita ayudar al grupo a examinar ideas que están en relación con sus intereses9. Los líderes destacan por su mayor interés por hacer efectivas las deci- siones que se tomen en el grupo. Estimulan la acción de los demás y toman a su cargo tareas que ejemplifican la acción, pero no deben comprometer su trabajo individual, su capacidad de dirección, sino distribuir los quehaceres que conducen a la realización de las metas del grupo. Cuando el líder asume muchas funciones merma su capacidad de di- rección. El liderazgo no se ejerce sobre los individuos como tales, sino como componentes de la colectividad. Puede acontecer que una misma persona pertenezca a tres o más grupos o colectividades diferentes. En cada una de esas colectividades estará subordinado o seguirá las sugestiones de un líder, que lo es sólo dentro del círculo societario determinado, de modo que el líder de la comunidad profesional no sigue al miembro de ésta, miembro a la vez de un partido político o de una organización religiosa, mientras actúa en el seno de las últimas señaladas, porque en estas circunstancias el indi- viduo cae bajo la sugestión de otros líderes. Sin embargo, en el llamado proceso político de infiltración, un grupo puede influir sobre otro por medio de miembros suyos que forman parte de los dos, llevando insinuaciones que parten del grupo influyente. Este caso es el que se conoció en la Segun- da Guerra Mundial como el de la Quinta Columna, que tiene su base en una adhesión al grupo influyente, con deslealtad para el grupo influido. Si el liderazgo se ejerciera sobre individuos como tales, aisladamente, y no como miembros de grupos o colectividades, sería inexplicable esta triple dirección en un mismo individuo que forma parte de tres colectividades diferentes. No obstante lo dicho, las funciones del líder no le llevan a desen- (8) Jean Maisonneuve: Psychologie Sociale, pág. 110. Presses Universitaries de France. París, 1951. Maisonneuve, como Lifton y otros muchos, emplea la palabra jefe como equivalente de líder, sin tomar en cuenta las sutiles diferencias que existen entre ambos términos. (9) Ver Walter M. Lifton. Trabajando con Grupos. Editorial Lima S.A. México, 1976. Untitled-3 9 12/10/2004, 21:21 10/LUIS B. PRIETO F. tenderse de los individuos como tales y como miembro del grupo, sino que ha de velar por todos y cada uno de éstos. Cuando el líder actúa sobre los individuos para disminuir las preocupaciones y las ansiedades, logra que aminore la natural tendencia agresiva, procurando mayor cooperación y una mejor aceptación de sus órdenes. A este efecto observaban Donald A. Laird y Eleanor C. Laird, que “el rendimiento es siempre mayor para el líder que tiene interés en sus subordinados como individuos, no obstante que en algunos casos ese interés puede aumentar las ambiciones”10. CLASIFICACIÓN DEL LIDERAZGO Existen numerosas clasificaciones de los líderes, atendiendo ya a sus funciones mismas dentro de los grupos, ya al origen del liderazgo. Geiger distingue: a) El liderazgo parental, ejercido por los padres dentro de la familia y al cual se asimilan el sacerdocio, en su aspecto de “cura de almas”, y el maes- tro, en sus relaciones con los discípulos en la escuela. Este liderazgo se caracteriza por su función protectora de las personas, consideradas indivi- dualmente como miembros del grupo, lo que aparentemente implica una contradicción con las funciones del líder que se refieren, no a las personas individualmente, sino al grupo al tratar de la significación del líder dentro del grupo. b) El liderazgo instituidor, que predomina en los grupos que convergen a un fin, y que es el más numeroso en la vida social moderna. Forman parte de la estructura de una institución o grupo que se expresa mediante él. En este tipo de liderazgo se distinguen tres subgrupos: 1. Liderazgo creador 2. Liderazgo organizador y 3. Liderazgo técnico. 1. El Liderazgo creador no crea propiamente la norma de acción de la comunidad, sino que, como intérprete auténtico de la voluntad de ésta, la expresa exteriormente, con el acuerdo de todos los miembros del grupo. La actividad creadora de esta clase de líderes se encuentra en aquellas decisio- nes no previstas y que quedaron libradas a su criterio y buen juicio. 2. El Liderazgo organizador, como el nombre lo indica, establece o regu- la las funciones organizativas del grupo. En el “colegio de líderes”, al presi- (10) Donal A. Laird y Eleanor O. Laird: The New Psichology for Leadership, pág. 166. Mc. Graw Hill. Book Company, New York, 1956. Untitled-3 10 12/10/2004, 21:21

See more

The list of books you might like

Most books are stored in the elastic cloud where traffic is expensive. For this reason, we have a limit on daily download.