La historia se desarrolla en la Roma de la segunda mitad del siglo XVIII. Armando Catalano, es hijo de una hereje que fue quemada viva como bruja por alejar a un sacerdote de la iglesia y las creencias cristianas. Catalano lleva una marca de nacimiento en el hombro derecho en forma de escorpión, conocida como la «marca del diablo», de donde le viene su alias de «el Escorpión».
Al crecer, Catalano se hace traficante de reliquias sagradas: Gracias a su conocimiento de los textos paleocristianos y medievales, recorre las catacumbas en busca de los restos mortales de los santos, que luego vende a la rica burguesía romana por mucho dinero. Al hacerlo, a menudo tiene que enfrentarse a la Guardia Suiza, el ejército del Vaticano, y en particular al cardenal Trebaldi, el poderoso prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe (la antigua Inquisición), responsable de la muerte de la madre de Catalano, y quien es de hecho el heredero de una de las nueve familias que, desde la caída del Imperio Romano, han decidido en secreto el destino de Europa, apoyándose en la Iglesia y en el papado.