Facultad de Humanidades y Artes Universidad Nacional de Rosario Escuela de Posgrado Doctorado en Humanidades y Artes mención Filosofía Tesis Doctoral El concepto de sujeto vivo en Edgar Morin Cogitar y computar Doctoranda: María Belén Campero Director: Edgardo Manuel Castro Co-Director: Alberto Mario Damiani 2 Índice Introducción 6 La pregunta por el sujeto, la organización y lo viviente 7 Capítulo I: Trabajo y acción: pasos de un método 12 1.1 Edgar Morin. El camino del sujeto 13 1.2 La méthode: el pensamiento moriniano 32 Capítulo II: La subjetividad primera 41 2.1 De la escisión del sujeto y la vida 42 2.2 El método cartesiano: de la certeza al margen de la vida 45 2.3 El sujeto cartesiano y su relación con el mundo 56 2.3.1 En medio de las meditaciones 60 2.4 Verdad y realidad: la interrogación sobre sí mismo 72 Capítulo III: El sujeto y su apertura 79 3.1 Hegel, el sujeto y el principio dialéctico de identidad 80 3.2 Individuo-sujeto: el yo y la unidad compleja 89 3.2.1 El computo y la identidad subjetiva 108 3.3 Saber-se en- el mundo 117 3.4 El sistema vivo: el sujeto en el seno relacional 124 3.4.1 En el núcleo de la organización: del orden y el desorden 135 Capítulo IV: El sujeto en la vida 143 4.1 La vida (del sujeto). El conocimiento de la vida 144 4.2 En medio: del todo y la parte 151 3 4.3. El sujeto que está viviendo 156 4.4 La cosa que piensa vive: res computans 162 Capítulo V: Ser en relación 168 5.1 Uexküll y los círculos funcionales del sujeto y el mundo circundante: la melodía de lo viviente y la conformidad a plan 169 5.2 El sujeto en la estructura de la interrelación 172 5.3 La estructura de la singularidad 179 Capítulo VI: Aquí y ahora: sujeto, tiempo y experiencia 186 6.1 El tiempo de la vida: el tiempo del sujeto 187 6.2 Nuestro tiempo: estar-en-común 191 6.3 La singularidad del tiempo en común 197 Capítulo VII: El tiempo de pensar-se 199 7.1 El sujeto pensante y su madurez 200 7.1.1 El ejemplo del computo en un organismo sencillo que envejece 204 7.2 La madurez del sujeto viviente. Supervivencia y trascendencia 209 Capítulo VIII: De cómo y dónde el ser vivo es viviente 215 8.1 La subjetivación como proceso constante del estar-siendo 216 8.2 El retorno del cuerpo 222 Conclusiones 236 Consideraciones finales y perspectivas 237 4 Epílogo 251 Resumen 253 Referencias Bibliográficas 257 Agradecimientos 287 5 porque yo es otro. qué culpa tiene el cobre si un día se despierta convertido en corneta. para mí es algo evidente: asisto a la eclosión, a la expansión de mi propio pensamiento: lo miro, lo escucho: lanzo un golpe de arco: la sinfonía se remueve en las profundidades, o entra de un salto en escena. Carta de Arthur Rimbaud a Paul Demeny Introducción Introducción La pregunta por el sujeto, la organización y lo viviente ¿Qué es el sujeto? Esta es una cuestión difícil de responder, realmente, más allá del lugar común sobre las dificultades de las preguntas filosóficas. Desde un primer momento, este trabajo de investigación se vio impulsado a pensar los variadísimos caminos de la noción de subjetividad, a reconstruirlos. Esta búsqueda general y del diseño del análisis nos puso frente a un inmenso recorrido lleno de otros y distintos avatares filosóficos, a partir de los cuales fuimos comprendiendo la necesidad de establecer algunas especificidades que nos permitieran poner el foco en las problemáticas propias al sujeto en cuanto tal, aunque sin excluir nuestro interés por el análisis de la dimensión social en la que, creemos, el sujeto se incluye. El sujeto parece escaparse de nuestras manos, su idea, fuerte, se extravía en la apariencia que lo rodea. No es casual que el curso de las preguntas que nos fuimos haciendo, durante ese período inaugural, nos hayan precipitado sobre un abanico filosófico al que fuimos intentando acomodarnos para orientar nuestra labor investigativa. Entre la literatura filosófica contemporánea respecto a la subjetividad encontramos La méthode de Edgar Morin que comprendía, ya a primera vista, el análisis de muchos de los aspectos que nos inquietaban de la problemática del sujeto. La méthode, en efecto, se constituye como fundamento en nuestro corpus teórico; es a su vez la obra principal de Morin, o, por lo menos, es, según nuestro parecer, el proyecto que delinea sin fisuras la forma del pensamiento de Morin. Nosotros partimos de ahí, del enfoque, de la manera en que Morin propone reconciliar las estructuras de relación entre los diferentes fenómenos que intervienen en la organización de lo viviente –todos, ya sean estos físicos, biológicos o sociales–. Tratamos, originalmente, de definir y estudiar el concepto de sujeto en el pensamiento complejo de Edgar Morin, creímos incluso en la idea de una brecha existente en el concepto de sujeto que pudiera llevarnos de lo vivo a lo humano. Esta primera elección como hipótesis de trabajo responde a la pregunta inicial que hicimos sobre el sujeto ¿qué y quién es sujeto?. El 7 Introducción concepto de sujeto sirve también a la reflexión sobre la existencia, nos permite preguntarnos por el objeto. Un concepto no es un nombre, no coincide simplemente con la forma con la que algo es llamado. Un concepto es una idea, deleuzeanamente, un concepto es una creación, y en esa acción no podemos imaginarnos solos, solos con nuestra herramienta de la palabra. Nosotros estamos en la vida y la vida no puede suspenderse en la dimensión intelectual o espiritual. La vida, entendemos, es acción y es obra. No siempre sabemos dónde empieza un concepto, pero tenemos la tarea de pensar en él y reflexionar sobre lo que está haciendo en nosotros. El concepto es creación, estamos de acuerdo, pero es también transformación, nosotros buscamos desandar y analizar el concepto de sujeto, precisamente, desde una estructura de pensamiento que supone una re-vuelta en la modalidad de interpelar, problematizar y argumentar también el mundo. En un principio en nuestra labor de investigación, y enfocados sobre la apertura que Morin produce al concepto de sujeto, elaboramos la construcción: el concepto de sujeto... de lo vivo a lo humano, pero esta misma nos llevaba reiteradamente a pensar en un camino de la subjetividad, en un recorrido evolutivo del sujeto que nos hacía sentir verdaderamente incómodos. Así es que poco tiempo después vimos la necesidad de reformular nuestra hipótesis y cambiarla por la que en este trabajo de tesis se desarrolla. Nuestro objetivo central siempre estuvo ligado, eso nunca se modificó, con la necesidad de transformar el sesgo antropocéntrico que, pensamos, limita conceptualmente al sujeto. Durante nuestra transición analítica fueron apareciendo puntos suficientes y relevantes que aportaron a la superación de nuestra primera acción, simplista, que comparaba, de alguna manera, a un sujeto humano con otro que no lo es. Vemos, entonces, que no hay propiamente en el sujeto un: de lo vivo a lo humano, sino que es lo vivo lo que está comprendiendo en toda su magnitud al sujeto. Nos enfocamos principalmente, siguiendo la definición bio-lógica de sujeto de Morin, en la necesidad de concebir todo lo viviente como sujeto. 8 Introducción Aparecen así, luego, en el eje de análisis, entrelazadas las ideas de cogito y computo en lo que refiere, esencialmente –ylo veremos en detalle a través de estas páginas– al fundamento-acción de la noción de sujeto de la que nos ocupamos. La conceptualización moriniana del sujeto nos volvió posible tanto la observación del trazo integral del sujeto mismo, como su indagación. Por su parte, consideramos que el análisis del concepto de sujeto comprende también la pregunta por el yo y su fundamento. Vemos, además, permanentemente ligadas a la interrogación sobre el sujeto las cuestiones referentes a la idea de identidad. Ahora bien, la idea de identidad nos conduce de modo simultáneo a analizar qué es lo que a uno lo vuelve uno. Entendemos que el principio de identidad implica la relación del sujeto consigo mismo, pero esta es una relación en la que, sabemos, están en juego también otras dimensiones tanto propias del sujeto, como ajenas a él. Estar al tanto de ello nos compromete con el análisis y con el estudio de las fórmulas de igualdad y diferencia en las áreas del sujeto. Desde un comienzo, en nuestro estudio, admitimos la posibilidad de poner en consideración a la noción de diferencia y comprenderla en tanto verbo, es decir, ensayamos al concepto de diferencia como la acción y la capacidad propia del sujeto para diferenciarse. Y en estos términos concebimos la tesis de que esto sea lo que habilite al sujeto su identificación. Esta última idea es, ciertamente, un punto fundamental en el desarrollo de nuestro análisis. Identificación e individualidad son conceptos, ambos, que se presentan y exponen independientemente al sujeto pero que, como nociones vivas que son, subyacen al sujeto y lo componen. Formalmente el sujeto es siempre un hacedor, es quien ejerce una acción determinada y pone las cosas en relación. La idea de sujeto lógico, en efecto, remite al actor y lo designa, en el proceso de la acción, como el representante de la experiencia descripta en el enunciado. En este mismo sentido y con asidua frecuencia, se presenta al sujeto como el conocedor, o más aún como hacedor de la verdad. 9 Introducción Ahora bien, el sujeto ¿produce la verdad?, ¿sabe de sí?, el sujeto ¿sabe el mundo?. En esta línea intervienen, en nuestra tarea, el análisis de las concepciones de orden y desorden, como también la necesidad de interrogar la idea de dicotomía en conformidad con la de contradicción. Por otro lado, la dinámica de pensamiento de Edgar Morin nos da la oportunidad no sólo de preguntarnos acerca de la composición de los sujetos, sino también de interrogar las formas del mundo y la relación entre ellos. Organización, auto-organización y sistemas auto-poiéticos son algunos de los principales conceptos que acompañan y explican esta perspectiva de análisis, una perspectiva que es, en definitiva, la de una configuración de lo viviente en tanto red, prescindiendo de divisiones y ordenamientos injustificados. A nuestro análisis se suman naturalmente las problemáticas ligadas a las ideas del todo y la parte, de unidad, singularidad y multiplicidad. Morin hace suya una proposición de Theodor Adorno que dice que “la totalidad es la no-verdad”, ésta constituye una especie de pilar simbólico en su literatura, su cita frecuente remite a la idea de no-completitud del conocimiento de las cosas ya que el pensamiento complejo se construye desde la articulación y la multidimensionalidad. Particularmente, ha de considerarse que el sistema, organización fundamental en la teoría de la complejidad, es en sí una unidad múltiple. En ella, homogeneidad y heterogeneidad son a la vez, y las partes son al todo como el todo es a ellas. Entendemos así, que lo múltiple y lo uno se constituyen y se conciben juntos. Del mismo modo, podemos decir que el análisis conceptual del sujeto vivo que llevamos adelante presenta la inclusión en sí de todo lo vivo, pero simultáneamente supone la exclusión de sí de cualquier categorización posible dentro de la vida. Esto es tan interesante, como pretencioso y problemático. Nosotros mismos, por ejemplo, elegimos para dar cuenta de algunos de los aspectos inscriptos en los criterios de conceptualización del sujeto, trabajar, como modelo, con un eucariota unicelular –la Saccharomyces cerevisiae– al que se reconoce como un organismo sencillo dentro de la vida. 10
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