EL CAMINO DE LOS BAQUIANOS Elizabeth Torres Tello COMPILADORA 2015 El camino de los baquianos El camino de los baquianos Elizabeth Torres Tello Compiladora Facultad de Psicología 2015 El camino de los baquianos El camino de los baquianos / Compiladora Elizabeth Torres Tello.--Cali : Editorial Bonaventuriana, 2015 119 p. ISBN: 978-958-8785-71-4 1. Estética y psicología 2. Psicologia de la estética 3. Estética y lenguaje 4. Lenguaje estético 5. Creación literaria, estética, etc. 6. Estética - Aspectos psicológicos 7. Relatos personales – Psicología 8. Cultura estética 9. Educación estética I. Tít. 152.1 (D 23) C183c © Universidad de San Buenaventura Cali Editorial Bonaventuriana El camino de los baquianos © Elizabeth Torres Tello, compiladora. Facultad de Psicología Universidad de San Buenaventura Colombia © Editorial Bonaventuriana, 2015 Universidad de San Buenaventura Cali. Calle 117 No. 11 A 62 PBX: 57 (1) 5200299 http://editorialbonaventuriana.edu.co Bogotá – Colombia Los autores son responsables del contenido de la presente obra. Prohibida la reproducción total o parcial de este libro por cualquier medio, sin permiso escrito de la Editorial Bonaventuriana. © Derechos reservados de la Universidad de San Buenaventura. ISBN: 978-958-8785-71-4 Libro digital. Depósito legal: se da cumplimiento a lo estipulado en la Ley 44 de 1993, decreto 460 de 1995 y decreto 358 de 2000. Impreso en Colombia - Printed in Colombia. El camino de los baquianos, es un libro de relatos escritos por los estudiantes de la Facultad de Psicología de la Universidad de San Buenaventura Cali, por lo tanto los personajes y las situaciones presentadas en las crónicas son responsabilidad de los autores y no comprometen el pensamiento y la filosofía de la universidad. Índice Prólogo 11 Introducción: La ruta de los baquianos: trenzado de viajeros 15 Capítulo I A la captura de los espacios interiores 19 Habitar en paisajes y gemas 19 Manos sabias que hacen florecer el pasado 21 Habitar en el cuerpo y en el color 23 Capítulo II Las biografías estéticas 27 Libros como puentes 27 El viejo escritor 29 Palabras que son espejo, ruta y conquista 35 La alquimia del encuentro 49 La vida que surge entre las manos 56 Refugios de tierra, agua y viento 58 La terca esperanza que cuida el esplendor de unos zapaticos blancos 61 Pintar para descubrirse 62 9 El camino de los baquianos La captura de lo invisible 64 Viajes, distancia y encuentro 68 Ponerse en los zapatos de otro 70 La vida del juego 72 El fondo musical de la vida 85 Asomarse a la vida 87 La vida y sus formas reparadoras 91 Capítulo III Prácticas contadas y cantadas 97 Intervenciones de psicólogas en formación que hicieron uso de herramientas clínico-estéticas 97 Refugios hechos de palabras 98 Resignificando la sala de lectura infantil 98 Un lugar, un hogar 100 Cuentos a cuatro manos 100 Los puentes invisibles 103 Metáforas como mariposas, volando por la “habitación de los libros” 104 El espejo sonoro 110 Mi voz, su espejo sonoro 111 Canto a su familia 111 El ritmo entre dos 112 El juego musical: un lugar para existir 113 Yo me llamo D 113 Bibliografía 117 Webgrafía 119 10 Prólogo El solo se atreve a permanecer inmóvil en el escenario vacío frente al telón, como si, más allá del escenario, el eco del entusiasmo del público le alegrara tanto que fuera a emprender el vuelo. Pero todo eso, al fin y al cabo, no es más que figuraciones suyas. Lo raro es que poco a poco han empezado a crecerle un par de fuertes alas Jimmy Liao Desde sus inicios, la Facultad de Psicología de la Universidad de San Buenaven- tura hizo una apuesta por la formación de psicólogos que integren la sensibilidad como vía de conocimiento y herramienta de intervención en su quehacer, a través de un curso llamado Clínica y Estética. A través de los años, el curso devino en una invitación a construir relatos que consignaran la memoria de aquellas expresiones estéticas significativas para cada estudiante. En estos textos, cada uno fue tejiendo las historias de su vida a través de la música, la danza, la fotografía, la gastronomía, la moda, la fiesta y otras expresiones, que de manera sorprendente enriquecieron los referentes es- tablecidos que para ese entonces correspondían generalmente a las arte terapias. Las biografías estéticas de los estudiantes llevaron el curso a lugares insospe- chados; a comprensiones que por su singularidad y riqueza no podían quedarse en el círculo que formábamos en el aula. Desde ese momento, se hizo necesario consignar estas memorias para testimoniar una y otra vez cómo, de manera discreta y conmovedora, diversas expresiones estéticas muestran su fuerza transformadora. Al escribirlas, al leerlas, al escucharlas y al silenciarnos para hacernos partíci- pes de un conocimiento que surge de las profundidades del alma humana, los 11 El camino de los baquianos recursos psicológicos cuyo reconocimiento forma parte de nuestro quehacer, se tiñeron de sonido, movimiento, color, sabor y olor. Cada quien descubrió una ruta para hacer de estas vitales expresiones una herramienta para enriquecer su vida y su futuro oficio, así como para permitirnos a todos recorrer caminos que nos resultaban invisibles. En este lugar de nuestro tránsito, asistimos también a las primeras prácticas de estudiantes que comportan un importante componente clínico-estético, valientes apuestas que llevaron esos íntimos hallazgos de clase a otros lugares. Estudiantes que se sintieron existir a través de los cuentos, el canto y el juego, han desplegado escenarios en los que varios niños que requerían su ayuda, lo- graron vivir para sí, dibujados por una voz, maternados por un cuento, alentados a permanecer de la mano de juguetonas metáforas. El curso se propuso dialogar con diferentes autores. Así, Graciela Montes nos prestó conceptos para paladear con suma delicadeza cada texto. De ella obtu- vimos pistas para descifrar los enigmas que movilizan las búsquedas de sentido en cada expresión. También nos permitió percatarnos de los espacios interiores, territorios psicológicos que se ensanchan cada vez que “nos sentimos vivir” (Montes, 1999, p.1). De ella surge la constante pregunta por las consignas frente a las que nos hemos rebelado de la mano de un grito cantado, una decoración que hace hablar al cuerpo o un gesto que desdice a las palabras. Durante su viaje por la literatura, Michele Petit (2001,2009) nos entrega un mapa que nos guía en la búsqueda de nosotros mismos. La literatura llegó a ser un lugar para reconocer la propia voz, tomar partido, enfrentar los miedos y hacerse a las metáforas que pueden representar lo irrepresentable. Al lado de su pluma, escudriñamos los territorios de la subjetividad tan propia a nuestra disciplina y tan difícil de aprehender. También la música fue compañera en este viaje. Patricia Pellizzari (1999), abrió una puerta a lo contradictorio y a lo paradójico, que en el terreno de lo estético pueden cobrar forma y sentido. Con ella viajamos en pos del estremecimiento. El juego, que asumimos como cuna y fuente de estas experiencias estéticas, tuvo al cuerpo como su primer escenario. Bajo el gesto de un arrullo, una ronda o un juego de ponchao, Daniel Calmels iluminó la trama compleja de la vida psíquica que vive la tensión, el vértigo y el placer del encuentro y la separación. Esteban Levín (2013), nos sorprendió escondidos, ocultos en el lugar de los secretos, fuera de la vista de los otros; solos con nosotros, en ese inquietante lugar o jugando con la muerte a revivir. 12
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