EL AJUSTE EN LOS PAÍSES BÁLTICOS TRAS LA CRISIS FINANCIERA Este artículo ha sido elaborado por Daniel Garrote, Pedro del Río, Teresa Sastre y Eva Valdeolivas, de la Dirección General Adjunta de Asuntos Internacionales. Introducción Los países bálticos (Estonia, Letonia y Lituania) experimentaron un boom económico muy intenso desde principios del presente milenio, en el contexto de su proceso de incorpora- ción a la UE —que se produjo en 2004—, hasta que la crisis financiera global frenó en seco su crecimiento en 2008 y provocó un profundo ajuste económico. Durante los años anteriores a la crisis, estos países registraron tasas de crecimiento del PIB muy elevadas, que les permitieron avanzar en su proceso de convergencia con la UE. No obstante, este crecimiento vino acompañado de la generación de una serie de desequilibrios macroeco- nómicos y financieros, que incrementaron su vulnerabilidad ante shocks externos, hacien- do insostenible ese modelo de crecimiento. Un elemento común a los tres países bálticos durante todo ese período ha sido la presen- cia de regímenes de tipo de cambio fijo. La fijación del tipo de cambio no solo pudo con- tribuir a la acumulación de desequilibrios antes de la crisis1, sino también a que su man- tenimiento posterior les obligara a corregir sus desequilibrios mediante procesos de devaluación interna, es decir, vía reducción de precios y salarios relativos, e intensos ajustes fiscales. Esta estrategia ocasionó inicialmente una caída abrupta de la actividad, de la que las economías bálticas han logrado recuperarse con rapidez; actualmente regis- tran las tasas de crecimiento más elevadas de la UE, y los desequilibrios fiscales y por cuenta corriente han tendido a corregirse. De hecho, de estos países, uno ha adoptado el euro y otro está a punto de hacerlo: Estonia, en 2011, y Letonia, en enero de 2014. Este artículo analiza el proceso de ajuste de las economías bálticas mediante la estrategia de reducción de precios y salarios relativos. Empieza con una breve descripción de los intensos episodios de expansión y ajuste económico —boom and bust— mencionados antes, y sigue con una discusión sobre los condicionantes económicos y políticos que les llevaron a la de- cisión de no devaluar el tipo de cambio. Continúa con un análisis detallado de los diferentes elementos del ajuste, en los ámbitos fiscal, salarial y de precios, así como de saneamiento de los balances del sector privado, financiero y no financiero. Finalmente, evalúa el éxito de esta estrategia de ajuste, teniendo en cuenta los aspectos específicos de los países bálticos. Episodios boom-bust Los países bálticos iniciaron una etapa de crecimiento económico muy intenso en la dé- en los países bálticos cada previa a la crisis, fruto no solo de las transformaciones estructurales propias de los países en transición, sino también de unas condiciones financieras muy laxas, conse- cuencia, en buena medida, de las fuertes entradas de capitales extranjeros. Así, el PIB per cápita de estos países, que representaba un 30 % del promedio de la UE-15 en 1995, al- canzó algo más del 50 % en 2007, el año previo a la crisis financiera global (véase gráfi- co 1). En particular, tras su incorporación a la UE en 2004, la actividad económica avanzó a un ritmo que excedía el crecimiento potencial —con tasas que superaron el 10 % en varios años—, impulsada, fundamentalmente, por la demanda interna (véase gráfico 1). La intensa fase expansiva, de boom económico, se vio propiciada por las expectativas de mayor crecimiento, en el contexto de integración en la Unión Europea, el notable descenso 1 Véase Alberola et al. (2012). BANCO DE ESPAÑA 137 BOLETÍN ECONÓMICO, OCTUBRE 2013 EL AJUSTE EN LOS PAÍSES BÁLTICOS TRAS LA CRISIS FINANCIERA CONVERGENCIA REAL Y CRECIMIENTO DEL PIB GRÁFICO 1 EVOLUCIÓN DEL PIB PER CÁPITA PIB: COMPONENTES DE DEMANDA UE-15 = 100 2004: entrada en la UE % ia 65 15 60 10 55 5 50 0 45 -5 40 -10 35 30 -15 25 -20 20 -25 1995 1997 1999 2001 2003 2005 2007 2009 2011 00-03 04-07 08-09 10-12 00-03 04-07 08-09 10-12 00-03 04-07 08-09 10-12 Estonia Letonia Lituania ESTONIA LETONIA LITUANIA DEMANDA INTERNA DEMANDA EXTERNA PIB FUENTES: Eurostat y Fondo Monetario Internacional. TIPOS DE INTERÉS NOMINALES Y REALES GRÁFICO 2 TIPO DE INTERÉS A LARGO PLAZO TIPO DE INTERÉS REAL A CORTO PLAZO % % 16 12 14 10 8 12 6 10 4 8 2 6 0 -2 4 -4 2 -6 0 -8 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2000 2002 2004 2006 2008 2010 2012 ESTONIA LETONIA LITUANIA ESTONIA LETONIA LITUANIA FUENTES: AMECO, Bloomberg y Eurostat. de los tipos de interés a corto y largo plazo (véase gráfico 2) —que llegaron a ser negati- vos, en términos reales, en los años más álgidos del boom—, y un incremento del precio de los activos residenciales y del endeudamiento del sector privado, favorecido por los flujos de capitales provenientes del exterior. Las presiones de demanda que soportaron estas economías dieron lugar, en un contexto de tipos de cambio fijos (Estonia y Lituania mantenían un currency board frente al euro, y Letonia un tipo de cambio fijo con el euro, con una banda de fluctuación del ±1 %), a una aceleración de los precios y los salarios nominales, que se retroalimentaron unos a otros. El crecimiento de la remuneración media por trabajador aumentó de forma continua hasta 2007 —alcanzando un 35 % en Letonia, más de un 20 % en Estonia y un 15 % en Litua- nia—, por encima de la inflación, de modo que los salarios reales crecieron a un ritmo muy elevado en el período 2004-2007 (7 %-9 % anual), más allá de lo que vendría explicado por el crecimiento de la productividad (véase gráfico 3). El crecimiento superior de los salarios al de la productividad, en un contexto de fuerte presión de demanda, dio lugar a un creci- miento de los costes laborales unitarios superior al de sus socios comerciales de la Unión Europea (véase gráfico 3). La consiguiente apreciación del tipo de cambio real supuso un notable deterioro de la competitividad-precio, que fue especialmente intenso en Letonia. BANCO DE ESPAÑA 138 BOLETÍN ECONÓMICO, OCTUBRE 2013 EL AJUSTE EN LOS PAÍSES BÁLTICOS TRAS LA CRISIS FINANCIERA COSTES LABORALES Y TIPO DE CAMBIO REAL GRÁFICO 3 SALARIO REAL Y PRODUCTIVIDAD TIPO DE CAMBIO EFECTIVO REAL (a) % ia 2005 = 100 12 180 9 160 6 140 3 120 0 -3 100 -6 80 00-03 04-07 08-09 10-12 00-03 04-07 08-09 10-12 00-03 04-07 08-09 10-12 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 Estonia Letonia Lituania SALARIO REAL PRODUCTIVIDAD ESTONIA LETONIA LITUANIA FUENTES: AMECO y Eurostat. a Calculado con costes laborales unitarios frente a un conjunto de 36 países relevantes en el comercio mundial. EVOLUCIÓN DE LAS FINANZAS PÚBLICAS GRÁFICO 4 SALDO DE LAS ADMINISTRACIONES PÚBLICAS DEUDA PÚBLICA % del PIB % del PIB 4 50 2 45 40 0 35 -2 30 -4 25 -6 20 15 -8 10 -10 5 -12 0 2001 2003 2005 2007 2009 2011 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 E STONIA ESTONIA (saldo ajustado de ciclo) L ETONIA LETONIA (saldo ajustado de ciclo) ESTONIA LETONIA LITUANIA LITUANIA LITUANIA (saldo ajustado de ciclo) FUENTES: AMECO y Fondo Monetario Internacional. A pesar de los indicios de sobrecalentamiento, las políticas macroeconómicas adoptaron un carácter procíclico. La política monetaria estaba supeditada al mantenimiento de los tipos de cambio fijos, de modo que los tipos de interés a corto plazo se mantuvieron ali- neados con los tipos del área del euro. La posición de las finanzas públicas, por su parte, era aparentemente saneada hasta el comienzo de la crisis, con un déficit muy reducido en Letonia y Lituania, y una posición de superávit en Estonia (véase gráfico 4). Sin embargo, esta evolución ocultaba serios desequilibrios y los saldos estructurales —que excluyen el efecto de los factores cíclicos de la actividad sobre las cuentas públicas— registraron un progresivo deterioro. El rápido crecimiento vino acompañado de la generación de otros desequilibrios macro- económicos y financieros. Así, los déficits por cuenta corriente alcanzaron en los años previos a la crisis unos niveles del 15 %-20 % del PIB (véase gráfico 5), reflejo de las ne- cesidades de financiación externa del sector privado. En los años previos a la incorpora- ción a la UE, la financiación provino de entradas de capital en forma de inversión directa extranjera, pero desde 2004 los flujos de capital pasaron a ser, mayoritariamente, présta- mos de instituciones financieras de la UE, con presencia de filiales bancarias en estos BANCO DE ESPAÑA 139 BOLETÍN ECONÓMICO, OCTUBRE 2013 EL AJUSTE EN LOS PAÍSES BÁLTICOS TRAS LA CRISIS FINANCIERA DESEQUILIBRIO EXTERIOR GRÁFICO 5 BALANZA POR CUENTA CORRIENTE % del PIB 15 10 5 0 -5 -10 -15 -20 -25 -30 04 05 06 07 08 09 10 11 12 04 05 06 07 08 09 10 11 12 04 05 06 07 08 09 10 11 12 Estonia Letonia Lituania COMERCIAL RENTAS TRANSFERENCIAS BALANZA C/C CUENTA FINANCIERA % del PIB 25 20 15 10 5 0 -5 -10 -15 -20 01-03 04-07 08 09 10 11 12 01-03 04-07 08 09 10 11 12 01-03 04-07 08 09 10 11 12 Estonia Letonia Lituania RESERVAS INVERSIÓN DIRECTA INVERSIÓN EN CARTERA OTRAS INVERSIONES TOTAL FLUJOS NETOS DEUDA EXTERNA POSICIÓN DE INVERSIÓN INTERNACIONAL % del PIB % del PIB 180 -30 160 -40 140 -50 120 -60 100 -70 80 -80 60 40 -90 20 -100 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2001 2003 2005 2007 2009 2011 ESTONIA LETONIA LITUANIA ESTONIA LETONIA LITUANIA FUENTES: AMECO, Datastream, Eurostat y Fondo Monetario Internacional. países (véase gráfico 5). La persistencia de un volumen importante de entradas de capital durante ese período originó un aumento muy notable de la deuda externa y de la posición deudora neta de estos países (véase gráfico 5). La mayor parte de las entradas de capital se canalizó hacia el mercado interno en forma de préstamos al sector privado, que incrementó notablemente su endeudamiento (véase BANCO DE ESPAÑA 140 BOLETÍN ECONÓMICO, OCTUBRE 2013 EL AJUSTE EN LOS PAÍSES BÁLTICOS TRAS LA CRISIS FINANCIERA ENDEUDAMIENTO DEL SECTOR PRIVADO GRÁFICO 6 DEUDA EMPRESARIAL DEUDA HOGARES % del PIB % del PIB 120 60 100 50 80 40 60 30 40 20 20 10 0 0 2000 2002 2004 2006 2008 2010 2000 2002 2004 2006 2008 2010 ESTONIA LETONIA LITUANIA ESTONIA LETONIA LITUANIA FUENTE: Eurostat. gráfico 6). El sector más endeudado fue el empresarial (en el entorno del 100 % del PIB en Estonia y en Letonia), mientras que los hogares, que partían de un volumen muy reducido de endeudamiento (inferior al 10 % del PIB en el año 2000), experimentaron un aumento muy acusado de su deuda, hasta situarla en el 50 %-60 % del PIB. Además, el manteni- miento de tipos de cambio fijos con el euro y la progresiva integración en los mercados financieros europeos contribuyeron a la extensión de la financiación en moneda extranjera —fundamentalmente, en euros—, una práctica muy común y característica de estos paí- ses (representa cerca del 90 % del crédito al sector privado). Estos desequilibrios y vulnerabilidades hacían difícilmente sostenible el patrón de creci- miento de las economías bálticas. De hecho, a partir de 2007 los bancos que operaban en estos países se propusieron reducir de manera controlada el excesivo crecimiento del crédito, con el fin de moderar las vulnerabilidades asociadas a su elevado grado de expo- sición en estas economías. El endurecimiento de las condiciones de financiación y la revisión a la baja de las expectativas de revalorización de los activos residenciales contribuyeron a una desaceleración intensa de la demanda interna, ya antes del desencadenamiento de la crisis financiera global. Las turbulencias financieras posteriores, asociadas a la crisis de Lehman Brothers, afec- taron de modo generalizado a la economía global, pero mucho más significativamente a las economías más dependientes de la financiación externa, como era el caso de los tres países bálticos, que en un breve lapso de tiempo registraron una abrupta retirada de ca- pitales, de magnitud similar a las entradas previas (véase gráfico 5), y un incremento brus- co de los costes de financiación (véase gráfico 2). Este proceso se concentró en la finan- ciación procedente de las entidades bancarias, recogida en la partida de otras inversiones. El caso de Letonia fue el más paradigmático, y acabó traduciéndose en una crisis de ba- lanza de pagos que le obligó a pedir ayuda financiera al FMI, a la CE y a otros prestamistas en diciembre de 2008. En este contexto, los agentes privados iniciaron un proceso de desapalancamiento (véase gráfico 6), mientras que la posición fiscal mostró un rápido deterioro (véase gráfico 4), como consecuencia de la caída de los ingresos y del aumento del gasto público. En conjunto, el incremento de las necesidades de financiación del sector público fue muy inferior a la mejora de la capacidad de financiación del sector privado, de modo que el saldo de la balanza por cuenta corriente mejoró notablemente en las tres economías, situándose en una posición de superávit de entre el 5 % y el 10 % del PIB en 2009 (véase gráfico 5). BANCO DE ESPAÑA 141 BOLETÍN ECONÓMICO, OCTUBRE 2013 EL AJUSTE EN LOS PAÍSES BÁLTICOS TRAS LA CRISIS FINANCIERA Los efectos sobre la actividad fueron muy acusados: entre los años 2008 y 2009, el PIB se contrajo un 20 % en Letonia, un 17 % en Estonia y un 14 % en Lituania (véase gráfico 1). A este retroceso contribuyeron tanto la demanda externa, afectada por el colapso del comercio mundial, como la demanda interna, muy deprimida por la fuerte corrección del crédito, el aumento de los tipos de interés reales, la caída del precio de los activos, el deterioro de la confianza y el proceso de consolidación fiscal que se inició en estos paí- ses. El ajuste fue generalizado, aunque afectó especialmente al sector de la construcción (caída del 50 % anual en Letonia y Lituania, y de un 40 % en Estonia), que también había experimentado un incremento excesivo en la etapa previa a la crisis. La elección de un ajuste Pese a la recomendación inicial de algunos organismos internacionales, como el FMI, y de sin devaluación del tipo varios académicos2, de devaluar sus monedas, las autoridades de los países bálticos de cambio adoptaron una postura firme de mantener la paridad de su tipo de cambio frente al euro, optando por llevar a cabo un ajuste a través de una devaluación interna, consistente en la reducción de precios y costes relativos, acompañada de una decidida consolidación fis- cal. La elección de una estrategia de este tipo estuvo motivada por aspectos tanto econó- micos como políticos, varios de los cuales responden a factores idiosincrásicos de estas economías3. La razón fundamental de esta resistencia a la devaluación es que el balance entre costes y beneficios económicos era incierto. En términos de costes, el elevado peso de los pasi- vos en moneda extranjera en el balance de los agentes habría incrementado sustancial- mente —en caso de devaluar el tipo de cambio— el volumen y la carga financiera de los pasivos del sector privado, con un gran riesgo de desestabilización del sistema financiero. En términos de beneficios, las ganancias de competitividad que reportaría una devalua- ción serían notablemente mermadas por el incremento de los costes de producción, dado el alto contenido importador de la producción y de las exportaciones. Además, ante la debilidad de la demanda mundial en 2008-2009 y, en particular, de importantes socios comerciales de estas economías, las autoridades no esperaban una aportación demasia- do positiva de las exportaciones. Otro aspecto fundamental, y específico de estas economías, era su objetivo de acceder al área del euro en un horizonte más o menos cercano, lo que suponía un fuerte incentivo para evitar la devaluación cambiaria. Desde su separación de la extinta Unión Soviética, los países bálticos habían usado la paridad con el dólar (en los noventa) y con el euro (posteriormente) como forma de anclar las expectativas de inflación. Por ello, las autorida- des temían que si procedían a devaluar se produjera una pérdida de credibilidad interna- cional, que podía dar lugar a una fuga de depósitos y a una desestabilización macroeco- nómica. Además, la experiencia positiva con los regímenes de tipo de cambio fijo en la lucha contra la hiperinflación, en el momento de la transición, y en el control posterior de la inflación, así como la práctica inexperiencia en el manejo de una política monetaria autónoma e independiente, incrementaba la resistencia a modificar el régimen monetario y de tipo de cambio. Por otro lado, el intenso ajuste interno era, en gran medida, inevitable, dado el escaso margen de las políticas macroeconómicas. La rápida salida de capitales y las dificultades para obtener fondos en los mercados internacionales impedían financiar una expansión fiscal contracíclica, y el objetivo de incorporación a la zona del euro, al que los Gobiernos 2 Véanse Krugman (2008), Blanchard (2012) y Rodrik (2012). 3 Véase Rimšēvičs (2012). BANCO DE ESPAÑA 142 BOLETÍN ECONÓMICO, OCTUBRE 2013 EL AJUSTE EN LOS PAÍSES BÁLTICOS TRAS LA CRISIS FINANCIERA bálticos no deseaban renunciar, dejaban muy escaso margen de actuación a la política monetaria. Asimismo, en estas economías, una política de devaluación interna parecía factible, dadas las características estructurales de sus mercados de trabajo, caracteriza- dos por el alto porcentaje de las retribuciones variables (bonus y horas extraordinarias), el bajo grado de sindicalización, los reducidos costes de despido o los contratos laborales de derecho privado en la Administración Pública, factores que favorecían la realización de ajustes de empleo y de salarios4. Las experiencias históricas anteriores, como la tumul- tuosa transición desde un estado de planificación central, en los años noventa, y varias crisis profundas —de las cuales estas economías emergieron satisfactoriamente— favo- recían el apoyo ciudadano al proceso de devaluación interna, de forma que no se produ- jeron tensiones sociales ni políticas graves5, lo que ha sido identificado como un determi- nante del éxito de la estrategia adoptada6. Pese a algunas reticencias iniciales, los organismos internacionales acabaron apoyando las estrategias de estos países, tanto por los argumentos que se han señalado como por el riesgo de contagio que una devaluación podía tener sobre otras economías de la región. Adicionalmente, la devaluación hubiera supuesto unas pérdidas significativas para los bancos nórdicos que habían invertido en la región, en un momento de difícil obtención de fondos en los mercados mayoristas, lo que podría haberse traducido en un deterioro de la con- fianza de los mercados financieros en estas entidades (véase la sección dedicada a la es- tabilidad del sistema financiero y apoyos internacionales). Elementos de la estrategia La estrategia de las autoridades de las economías bálticas perseguía favorecer la compe- de ajuste en los países titividad, promover la sostenibilidad de las finanzas públicas y la solidez del sistema finan- bálticos ciero, y mejorar la flexibilidad estructural de la economía. Para ello se adoptaron diversas medidas orientadas a: i) una reducción de los costes de los factores, y en particular de los salarios nominales; ii) una rápida consolidación fiscal; iii) facilitar el desapalancamiento del sector privado, y iv) preservar la estabilidad del sistema financiero7. MEJORA DE LA COMPETITIVIDAD Uno de los ejes centrales de la estrategia era conseguir ganancias de competitividad que A TRAVÉS DE LA REDUCCIÓN permitieran compensar las pérdidas acumuladas en los años anteriores del boom. El tipo de DE LOS COSTES LABORALES cambio efectivo real se depreció de manera significativa en los tres países desde el inicio de la crisis, entre los 10 puntos porcentuales (pp) en Estonia y los 20 pp en Letonia (véase gráfi- co 3). Dada la decisión de mantener el tipo de cambio fijo frente al euro, la mayor parte de la ganancia de competitividad provino de una intensa corrección en el mercado laboral de estas economías, que dio lugar a un descenso de los costes relativos, en un contexto de incremen- tos moderados de los costes laborales unitarios (CLU) de sus principales socios comerciales. Efectivamente, durante 2009 y 2010 los CLU revirtieron el fuerte crecimiento de años ante- riores, con caídas muy intensas en los tres países, si bien en Letonia fueron de especial magnitud (véase gráfico 3). En los tres casos, la corrección de los costes laborales descan- só tanto en la disminución de los salarios como en la mejora de la productividad, consegui- da a través de un intenso ajuste del empleo (véase gráfico 7). Esto dio lugar a un aumento muy marcado de la tasa de paro, que pasó de un nivel cercano al 5 % en 2007, hasta el 18 % en Estonia y Lituania y el 21 % en Letonia en 2010. El marco institucional de estas econo- mías facilitó el ajuste interno en las empresas (cambios en las condiciones laborales como son los salarios, las horas trabajadas y las modalidades contractuales), lo que desempeñó 4 Véase Eamets y Masso (2004). 5 Véase Rodrik (2012). 6 Véanse Blanchard (2012) y Lagarde (2012). 7 Véanse Aslund y Dombrovskis (2011), Bakker y Klingen (2012), Dorrucci (2012), Klöckers (2012) y Rimšēvičs (2012). BANCO DE ESPAÑA 143 BOLETÍN ECONÓMICO, OCTUBRE 2013 EL AJUSTE EN LOS PAÍSES BÁLTICOS TRAS LA CRISIS FINANCIERA COSTES LABORALES GRÁFICO 7 COSTE LABORAL UNITARIO (CLU) POR SECTORES SALARIOS EN LETONIA Variación (2008-2011) (%) % ia 15 50 10 40 5 30 0 -5 20 -10 10 -15 0 -20 -10 -25 -20 -30 -35 -30 Agric. Indus. Const. Serv. Total Agric. Indus. Const. Serv. Total Agric. Indus. Const. Serv. Total 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 Estonia Letonia Lituania SALARIO NOMINAL PRODUCTIVIDAD CLU SECTOR PÚBLICO SECTOR PRIVADO FUENTES: AMECO y Eurostat. un papel relevante en la mejora de la competitividad, evitando una corrección del empleo aún mayor. El ajuste a la baja en el número de horas trabajadas por empleado originó, tam- bién, una caída del componente variable de las retribuciones salariales, que representa un porcentaje elevado en el conjunto de la masa salarial de estos países. Entre los años 2008 y 2010, la caída de los costes laborales por sectores productivos fue generalizada, si bien de forma más acentuada en el sector manufacturero, gracias al incre- mento de la productividad (véase gráfico 7). Por el contrario, la reducción del CLU fue menor en sectores no comerciables, como los servicios, siendo la caída del salario nominal la razón primordial de ese descenso. En Letonia, en particular, el ajuste vía salarios se centró mayoritariamente en el sector público, donde llegaron a caer más del 20 % (véase gráfico 7), mientras que en las otras dos economías el ajuste fue más equilibrado, incluso algo mayor en el sector privado8. Las ganancias de competitividad resultan, no obstante, inferiores si se miden a través de los precios de consumo relativos, en lugar de con los CLU (7 % en Letonia y poco más del 1 % en Estonia), en parte debido al incremento de la imposición indirecta en los tres países y a la fortaleza de los precios de las materias primas. Si se descuenta el efecto de estos factores sobre el IPC, o si se considera la variación en el deflactor del valor añadido, la ganancia de competitividad sigue siendo significativamente inferior a la registrada en tér- minos de costes laborales, lo que parece apuntar a un proceso de recuperación o incre- mento de los márgenes de las empresas9. PROCESO DE CONSOLIDACIÓN La brusca contracción de la actividad provocó un marcado deterioro de la situación fiscal, FISCAL especialmente en Letonia y en Lituania, con déficits cercanos al 10 %, mientras que Estonia no llegó a superar el 3 %, partiendo de una posición inicial más saneada (véase gráfico 4). Por un lado, se produjo una fuerte caída de los ingresos públicos, debido al desplome de la prin- cipal fuente de recaudación (los impuestos indirectos) y a la desaparición de gran parte de los ingresos fiscales procedentes del boom inmobiliario. Por su parte, el gasto público au- mentó notablemente, por el incremento de las partidas sociales y por el pago de intereses. 8 Véase Purfield y Rosenberg (2010). 9 Véase Blanchard et al. (2013). BANCO DE ESPAÑA 144 BOLETÍN ECONÓMICO, OCTUBRE 2013 EL AJUSTE EN LOS PAÍSES BÁLTICOS TRAS LA CRISIS FINANCIERA Ante esta situación, las autoridades de los países bálticos realizaron un esfuerzo de con- solidación fiscal, con el fin de evitar que el déficit se incrementara aún más en 2009. Esta decisión, que agudizó la contracción de la actividad, vino, en parte, motivada por el abrupto deterioro del saldo fiscal y el cierre de la financiación externa, en un momento de gran incertidumbre en los mercados financieros internacionales. Tan solo Estonia, que mantenía un elevado volumen de reservas y donde el déficit se deterioró en menor medi- da, pudo evitar las tensiones a la hora de acudir a financiar sus desequilibrios públicos. Desde finales de 2008 a principios de 2009 se aprobaron unos paquetes de ajuste fiscal con medidas muy duras, que suponían una consolidación por valor del 6 % del PIB en Estonia, del 8 % en Lituania y del 11 % en Letonia. Las medidas comprendieron tanto subi- das impositivas —mayoritariamente, de impuestos indirectos— como, fundamentalmente, un ajuste del gasto público. En particular, dado el elevado crecimiento previo de los sala- rios públicos, todos los programas incluyeron una fuerte reducción de la remuneración de asalariados públicos. En Letonia, los presupuestos de 2009 incluyeron una reducción de los salarios públicos del 25 % (véase gráfico 7) y un elevado número de despidos. Se redujeron, asimismo, los gastos corrientes y de capital, si bien estos últimos fueron parcial- mente compensados con un mayor acceso a los fondos de la UE. Estos suponían entre el 2,5 % y el 4 % del PIB en 2007, y se incrementaron hasta el 4 %-6 % del PIB. En los años posteriores, entre 2010 y 2012, los Gobiernos de estos países prosiguieron el proceso de ajuste fiscal, logrando en 2012 —con el respaldo de una recuperación vi- gorosa— reducir los déficits por debajo del 3 % establecido por la Comisión, en los ca- sos de Estonia y Letonia (–1,1 % y –1,7 % del PIB, respectivamente), y situarlo en Litua- nia ligeramente por encima de ese valor de referencia (–3,1 %). Asimismo, tanto Letonia como Lituania, que vieron incrementar su deuda de forma rápida en el momento más álgido de la crisis, han logrado estabilizar la ratio de deuda pública sobre el PIB en nive- les en torno al 40 % (véase gráfico 4). En Estonia se ha mantenido por debajo del 10 % del PIB durante todo el período. DESAPALANCAMIENTO Los flujos de financiación neta al sector privado no financiero sufrieron una drástica correc- DEL SECTOR PRIVADO ción desde el año 2008. Este patrón fue generalizado en los tres países y afectó tanto al crédito destinado a hogares como a los préstamos a empresas. Destacan, no obstante, la caída de la financiación empresarial en Estonia (–15,6 % interanual en 2010) y la de hogares en Letonia (–10 % interanual en 2009). Desde 2011, el crédito a empresas ha comenzado a estabilizarse, con variaciones positivas en el caso de Letonia, mientras que los hogares siguen amortizando deuda en términos netos, aunque a menor ritmo. En consecuencia, el endeudamiento del sector privado se ha reducido desde el inicio de la crisis (véase gráfico 6), si bien la ratio de deuda sobre el PIB siguió creciendo en 2009, por la fuerte caída de la actividad, alcanzando el máximo histórico en ese año. Cabe des- tacar que, a pesar de las dificultades de numerosas empresas y familias para hacer frente a los pagos de su deuda, hubo una escasa incidencia de los saneamientos (reestructura- ciones e impagos), en ausencia de un marco legal de insolvencias adecuado. Tan solo en Letonia esta vía de disminución del endeudamiento tuvo un peso relevante, como conse- cuencia del compromiso de las autoridades letonas de desarrollar una estrategia de rees- tructuración de deudas bajo el programa de ayuda financiera del FMI y la UE. A pesar del ajuste realizado hasta la fecha, el endeudamiento del sector privado no financiero sigue siendo aún elevado en Estonia y Letonia (145 % y 125 % del PIB, respectivamente), aun- que ya está por debajo del umbral que la Comisión Europea asocia con unos desequili- brios excesivos (160 %). En términos de su posición externa, los tres países presentan, BANCO DE ESPAÑA 145 BOLETÍN ECONÓMICO, OCTUBRE 2013 EL AJUSTE EN LOS PAÍSES BÁLTICOS TRAS LA CRISIS FINANCIERA FINANCIACIÓN BANCARIA INTERNACIONAL Y MOROSIDAD GRÁFICO 8 RATIO DE MOROSIDAD BANCARIA FLUJOS DE FINANCIACIÓN DE LA BANCA INTERNACIONAL % total préstamos Acumulado cuatro tr imestres (%) 30 40 25 30 20 20 15 10 10 0 5 -10 0 -20 2009 2010 2011 2012 2013 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 ESTONIA LETONIA LITUANIA ESTONIA LETONIA LITUANIA FUENTES: Banco de Pagos Internacionales y Fondo Monetario Internacional. todavía, una significativa vulnerabilidad, como refleja el elevado saldo deudor neto de su posición de inversión internacional (véase gráfico 5). ESTABILIDAD DEL SISTEMA Uno de los puntos fundamentales de la estrategia de las autoridades bálticas era mante- FINANCIERO Y APOYOS ner la estabilidad de sus sistemas financieros, que, debido a la severidad de la crisis, se FINANCIEROS había puesto en entredicho. La contracción económica, con un fuerte repunte de la tasa INTERNACIONALES de paro y una caída de las rentas, llevó consigo un deterioro abrupto de la calidad de los activos bancarios, que se manifestó en un incremento de la ratio de préstamos en mora, hasta el 15 % en Letonia y el 25 % en Lituania, si bien en Estonia se mantuvo en torno al 5 %10 (véase gráfico 8). Al mismo tiempo, el deterioro de la confianza y las presiones sobre la paridad de sus monedas dieron lugar a un descenso de los depósitos, que también afectó negativamente a los balances bancarios. Las autoridades aprobaron diversas medidas para hacer frente a la crisis de liquidez, para lo que contaron con un elevado grado de colaboración de los países escandinavos, que tenían importantes intereses económicos en la región. En Letonia, el país más afectado por la crisis, se llegó a un acuerdo de financiación internacional por valor de 7,5 mm de euros (en torno a un 40 % del PIB) con el FMI, la UE, otros organismos internacionales (el Banco Mundial y el Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo) y algunos países vecinos (los países escandinavos, Estonia, República Checa y Polonia). Durante el proceso de nego- ciación de la ayuda financiera, el banco central de Suecia otorgó un préstamo puente, lo que pone de manifiesto su compromiso con la estabilidad en la región. Estonia, por su parte, firmó una línea de swaps con el banco central de Suecia para mantener un cierto colchón de liquidez. Asimismo, en los tres países fue especialmente relevante la actuación de los bancos matrices, que mantuvieron, de forma decidida, la financiación a sus filiales, proporcionaron liquidez en moneda local y garantizaron los depósitos bancarios, asumiendo parte de las pérdidas (6 % del PIB en el caso de Letonia), lo cual evitó mayores presiones. La solvencia de las filiales bálticas fue, también, reforzada mediante aumentos de su ratio de capital y la dotación de provisiones por las pérdidas potenciales asociadas a los prés- tamos dudosos, al mismo tiempo que, en algún caso, como el de Letonia, las autoridades adoptaban medidas para facilitar el reconocimiento y la asunción de pérdidas11. 10 No obstante, hay que tener en cuenta que los datos de préstamos en mora tienen problemas de comparabili- dad, debido a las diferencias de definición entre unos países y otros. 11 Véase Erbenova et al. (2011). BANCO DE ESPAÑA 146 BOLETÍN ECONÓMICO, OCTUBRE 2013 EL AJUSTE EN LOS PAÍSES BÁLTICOS TRAS LA CRISIS FINANCIERA
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