EL DÚO DE LA AFRICANA Zarzuela en un acto. Una “consecuencia” de la ópera “L’Africaine” de Meyerbeer, estrenada en 1865 en París. Libreto: Miguel de Echegaray Música: Manuel Fernández Caballero (Murcia 1835-Madrid 1906) Estrenada en el Teatro Apolo de Madrid el 13 de mayo de 1893 ARGUMENTO En una compañía ambulante de ópera italiana, el encargado del escenario, Pérez, pone orden entre los indisciplinados miembros del coro, que no reciben ningún sueldo por su trabajo. El empresario Querubini llega muy enfadado, recriminando a los coristas por la mala calidad de los ensayos de La Africana de Meyerbeer que debería representarse esa noche. Querubini, que es muy tacaño, no adelanta a su encargado el dinero que falta para el montaje a pesar de la buena marcha del negocio. La Antonelli, esposa del empresario y tiple principal y el tenor Giuseppini mantienen una relación que es coreada por toda la compañía. Como su marido está muy encolerizado, la Antonelli intenta calmarle, aunque no puede por menos que enojarse ante los arrumacos de Giuseppini aprovechándose del ensayo, con la correspondiente hilaridad de los coristas. En el cuadro segundo, el bajo, vestido de su personaje, persigue a Amina, la hija de Querubini, de la que está enamorado, aunque la muchacha a quien ama realmente es a Giussepini, lo que genera todavía una mayor inquina del empresario hacia al tenor. Sin embargo, y tras pensar en la situación, casi prefiere que el tenor se case con su hija para que deje en paz a su mujer. Pero Giuseppini no quiere oír hablar de matrimonio. Amina descubre a la Antonelli y a Giuseppini en un diálogo con demasiada intimidad y se lo cuenta a su padre. En plena representación, aparece Doña Serafina, la madre del tenor que no acepta ver a su hijo en lo que ella valora como una compañía de tercera y les acusa de sinvergüenzas. En plena persecución a Amina, el Bajo cae sin querer en los brazos de Doña Serafina lo que sólo sirve para horrorizar más a la venerable viuda. En el cuadro tercero, durante la representación del célebre cuarto acto de La Africana de Meyerbeer, Querubini hace bajar el telón al constatar que el tenor o exagera su actuación junto a su mujer o está abusando de la situación. En ese momento aparece un inspector de policía que acusa de fraude al empresario. Ante el enojo del público que, desde la platea, muestra de forma contundente su disgusto, el telón se alza, pero al retomarse el dúo irrumpe Doña Serafina que abraza a su hijo lo que de nuevo corta la representación. En ese momento Giuseppini promete regresar con su madre y al escucharle, la Antonelli se desmaya y la ópera no puede continuar por lo que Querubini obliga al coro a que cante el final del acto que culmina la zarzuela. Personajes: Querubini Empresario de ópera La Antonelli Mujer de Querubini Amina Hija de La Antonelli y Querubini. Enamorada de Giuseppini Giuseppini Tenor de la compañía de Querubini. Enamorado de La Antonelli La baronesa Madre de Giuseppini Pérez Encargado de la compañía _________ http://lazarzuela.webcindario.com/ Números musicales: Buenos días, Inocente Señoras, Caballeros, Pérez. Amigas mías y compañeros Giuseppini, Antonelli, Señoras, Caballeros. Yo he nacido muy chiquita Antonelli, Coro. Se marcha furioso Señoras, Caballeros. Cosa mia figlia... Querubini, Giuseppini. Comprendo lo grave Antonelli, Giuseppini. No cantes más La Africana Giuseppini, Antonelli. _________ Buenos días, Inocente (Señoras, Caballeros, Pérez.) SEÑORAS Buenos días, Inocente; Buenos días tenga usté PÉREZ ¿Cómo estáis? SEÑORAS Perfectamente; muchas gracias. PÉREZ No hay de qué. Venís muy tarde; yo me acaloro que aún está el coro sin ensayar. Si el empresario llega y lo sabe algo muy grave nos va a pasar. SEÑORAS Perdone usté. Oiga la causa le contaré. Comí a las siete, pero he comido de mala gana. Salí del teatro a la una dada de la mañana. Junto a la puerta del escenario me halló un amigo, que pretendía, como otras veces, cenar conmigo. Si a usted le ofrecen copa, café y una tostada, ¿qué hiciera usté? http://lazarzuela.webcindario.com/ S alí de Fornos; y en el Casino dieron las cuatro. ¿Cómo a las once, don Inocente, venir al teatro? ¡Ay! ¿Qué delicia! ¡Lo que he dormido! ¡Lo que he soñado! PÉREZ ¿Qué habéis soñado? SEÑORAS Soñé esta noche, entre otras cosas, que me he casado. ¡Ay! Estos sueños, ¡qué flojedad, y qué pereza, me suelen dar! PÉREZ Pues, ojo, que a otra, ya no os admito más memoriales. Os cuesta el sueño y el amiguito, cuarenta reales. (Hay que reñirlas sin remisión; pero las pobres tienen razón.) CABALLEROS Buenos días, Inocente, Buenos días tenga usté. PÉREZ ¿Cómo estáis? CABALLEROS Perfectamente; muchas gracias. PÉREZ No hay de qué CABALLEROS Juana, Pepa, Rita, Rosa, Celestina, Sinforosa, vuelve el rostro, mírame SEÑORAS Pepa, Antonio, Roque, Lino, Sinforoso, Celestino, no te acerques, déjame. http://lazarzuela.webcindario.com/ N orma hicimos anoche; somos vestales; Alejarnos debemos de los mortales. Cuidamos entre todas fuego sagrado. No me apagues el fuego que es un pecado. CABALLEROS El ser sacerdotisa no te alborote. Yo te adoro, y anoche fui sacerdote. No son matar el fuego mis intenciones. Para ese fuego traigo yo unos carbones. PÉREZ ¡Ay! ¡Qué de bulla estamos por la mañana! Señores, a los coros de La Africana. SEÑORAS ¡Déjame ya! PÉREZ ¡A ensayar! _________ Amigas mías y compañeros (Giuseppini, Antonelli, Señoras, Caballeros.) GIUSEPPINI Amigas mías y compañeros; celebro mucho volver a veros. ANTONELLI ¡Oh, compañeros y amigas mías! Saludo a todos. Muy buenos días. CABALLEROS Para nosotros es un honor ver a la tiple, ver al tenor. SEÑORAS ¡Qué resalada, qué coquetona, y qué elegante la prima donna! CABALLEROS http://lazarzuela.webcindario.com/ ( En voz baja) Pero, ¿no habéis visto que disimulado? Ella por la izquierda y él por el otro lado. SEÑORAS (Unas a otras) Pero, ¿no habéis visto que disimulada? Entra y no le mira ni le dice nada. GIUSEPPINI (Saludando) Signora Antonelli... ANTONELLI (Idem.) Signor Giuseppini... CORO No se dan la mano. ¿Si serán pillini? ANTONELLI Yo soy la tiple, yo soy Lucía. CORO (Unos a otros) Tú eres la misma del otro día. ANTONELLI Yo hago de Saffo, de Margarita... CORO (Idem.) Y es el tenore la favorita. ANTONELLI Soy una tiple; pero ligera. CORO ¡Ay! Eso pronto lo ve cualquiera. ANTONELLI Mas también canto Norma y Otello. CORO Es porque quiere lucir el pelo. http://lazarzuela.webcindario.com/ G IUSEPPINI Soy el tenore; canto italiano. CORO Y si es preciso, canta en la mano. GIUSEPPINI Soy el Otelo, soy un celoso. CORO Tú eres un pillo muy peligroso. GIUSEPPINI Me gusta Marta, Me gusta Norma... CORO Siendo mujeres él se conforma. GIUSEPPINI Pero me gusta más La Travista. CORO Eso se llama meter la pata. ANTONELLI Pero aunque canto Fausto y Gioconda... GIUSEPPINI Aunque el bel canto fue mi pasión... ANTONELLI Soy andaluza, soy sevillana. GIUSEPPINI Yo soy baturro, soy de Aragón... _________ Yo he nacido muy chiquita (Antonelli, Coro.) ANTONELLI Yo he nacido muy chiquitita y nací muy avispada, y nací muy graciosita, y nací muy desgraciada. No sé ni dónde he nacido, Si en una o si en otra orilla, Sevilla dice que en Triana, http://lazarzuela.webcindario.com/ T riana dice que en Sevilla. No tengo pare, no tengo mare, ni quien me quiera ni quien me ampare. ¡Ay de mí! Qué desgraciada nací hasta que te conocí. GIUSEPPINI ¡Ay de mí! Qué desgraciada nació hasta que me conoció CORO ¡Ay de mí! Qué desgraciada nació hasta que le conoció. ANTONELLI El puente tiene seis ojos; yo tengo dos solamente, y echan mis ojos más agua, que los ojitos del puente. Granada para belleza; Sevilla para jipíos; para mirar con tristeza y amor, los ojitos míos. No tengo pare, etc. ¡Ay de mí!, etc. GIUSEPPINI ¡Ay de mí!, etc. CORO ¡Ay de mí! Qué desgraciada nació hasta que le conoció! _________ Se marcha furioso (Señoras, Caballeros.) SEÑORAS Se marcha furioso y desesperado, porque el tenorino se le ha propasado. CABALLEROS Y el otro, cantando, se marcha diciendo: http://lazarzuela.webcindario.com/ l o que es esta breva ya se está cayendo. SEÑORAS (En voz baja.) Si el pobre supiera... CABALLEROS ¿Qué sabes, acaba? SEÑORAS ¡Si alguno nos oye! CABALLEROS ¡Se fueron de aquí! ¿Qué sabes tú, qué sabes, di? SEÑORAS ¿Prometes callarlo? CABALLEROS No dudes de mí. Empieza ya. SEÑORAS Ven, pues, aquí. (Todos al proscenio.) Se asegura que la tiple y el tenor, Ya en Sevilla se miraban con amor. Y que en Cádiz y en Valencia, y en Palermo y en Florencia todo el mundo lo notó. CABALLEROS ¡Todo el mundo lo notó! SEÑORAS Que en el Fausto se entusiasman sin querer, y un escándalo una noche puede haber; pues alerta ya el marido, y de celos encendido, dividirle quiere a él. Junto al cuarto de la tiple, la otra noche oí decir: “¡Silencio, prudencia, aparta de aquí!” http://lazarzuela.webcindario.com/ Y otra voz, que no es la de ella, contestaba con pasión: “¡Escucha, bien mío, atiende, por Dios!” CABALLEROS ¿Será verdad? SEÑORAS Sí que lo es. CABALLEROS Cuento será. SEÑORAS Yo lo escuché. (Observan si los oyen y vuelven al proscenio.) También oí, aunque estaba muy violenta... CABALLEROS ¡Habla! ¡Dilo! ¡Cuenta! SEÑORAS ¡Allí lo oí, y pensé morir de risa! CABALLEROS ¡Sigue! ¡Pronto! ¡A prisa! SEÑORAS Pues lo que oí... Todas juntas lo escuchamos. CABALLEROS ¡Dale! ¡Bueno! ¡Vamos! SEÑORAS Pues lo que oí, no lo puedo yo decir. CABALLEROS ¡Já, já, já, já! SEÑORAS ¡Ay! ¡Querubini!, esto va malo; no escapas de esta. ¡Pobre empresario! CABALLEROS http://lazarzuela.webcindario.com/ ¡ Já, já, já, já! SEÑORAS Será el final... (Les hablan al oído; exclamación de asombro) ¡Lo que puede sucederte, no lo quiero ni pensar! ¡Por Dios, callad, chito, chito, chito! ¡Por Dios, chist, no se vayan a enterar! Lo que aquí va a pasar no lo quiero ni pensar. _________ Cosa mia figlia... (Querubini, Giuseppini.) QUERUBINI Casa mía figlia. E una bambina interesante, graziosa é fina. Non gasta niente, tú bien lo sapi, é va vestida con cuatro trapi. Non proba apena gli macarroni, perche ella vive degli ilusioni. Sempre ha conmigo buona contrata. Infine, é buona, bella é barata. GIUSEPPINI Yo no he nacido para casado, porque estoy siempre muy delicado. Adoro el arte, cantar me halaga, y el matrimonio la voz apaga; y entre caricias y asiduidades, se pierden todas las facultades. Amo la escena, y ése es mi puesto. Yo quiero siempre vivir honesto. QUERUBINI (¡Ah, frippone! Non ha forza per casarsi, qüesto tío. Ah, canaglia maledetto! Egli ha forza per un lío.) GIUSEPPINI (¡Ah! ¡Qué largo! ¡Qué cuquito! ¿Quién lo pudo http://lazarzuela.webcindario.com/
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