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Dios ayuda a quienes se ayudan a sí mismos. Frases proverbiales en las cartas de Abigail Adams1 PDF

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Preview Dios ayuda a quienes se ayudan a sí mismos. Frases proverbiales en las cartas de Abigail Adams1

Dios ayuda a quienes se ayudan a sí mismos. Frases proverbiales en las cartas de Abigail Adams 1 Wolfgang MIEDER Universidad de Vermont (Burlington, Estados Unidos) Resumen: Estadio de nueve enunciados sentenciosos muy empicados por Abigail Adams en sus numerosas cartas. Las cartas de Abigail Adams (1744-1818)7 esposa del presidente John Adams y madre del presidente John Quincy Adams, constituyen documentos literarios de incalculable valor, entre otros motivos, porque una de sus principales fuentes de inspiración es la sabiduría popular. Palabras clave: Paremiología. Paremia. Literatura, Género epistolar. Abigail Adams. Siglo XVHI. Siglo XTX. Titre: " Dios ayuda a quienes se ayudan a sí mismos. Phrases proverbiales dans la correspóndance (TAbigail Adams **. Resume; Étude de neuf énoncés proverbiaux tres utüisés chez Abigail Adams dans ses nombreuses lettres. Les lettres d'Abigail Adams (1744-1818), épouse du president John Adams et mere du president John Quincy Adams., constituent des documents littéraires de valeur incalculable, entre autres parce que la sagesse populaire représente une des sources principales d'inspiration de rauteur. Mots dé: Parémiologie. Parémie.Littérature. Genre épistolaire. Abigail Adams. XVTJIe siécle. XlXe siécle. Title: "God helps those who help themselves. Proverbs in the letters of Abigail Adams". Abstract: Study of nine proverbs used frequently by Abigail Adams in her numerous letters. The letters of Abigail Adams (1744-1718), wife of the president John Adams and mother of the president John Quincy Adams, represen! invaluable literary documents, among other reasons., because folk wisdom is one of their maín sources of inspiration. Key vrords: Paremiology. Paremia. Literature. Epistolary gender. Abigail Adams. XVDI century, XTX century. Los patriarcas estadounidenses como John Adams, Aaron Burr, Benjamín Franldin, Alexander HamÜton, Thomas JefEerson, James Madison, George Washington y otros están considerados., con razón, como los padres fundadores de la nación Americana (Meister, 1987; EUis, 2001; Trees, 2004). Pero detrás de todos estos héroes políticos se encontraban sus esposas u otras mujeres que ayudaron o permitieron a estos grandes hombres construir un gobierno republicano basado en unos sólidos principios democráticos. Junto a todos estos hombres, cuya gloria sigue brillando, existe también una estrella femenina que ha recibido el reconocrmiento general. Esta persona es Abigail Adams (1744-1818), esposa del presidente John Adams (1735- 1826) y madre del presidente John Quincy Adams (1767-1848), que, como matriarca durante los revolucionarios momentos de la formación de la nación, fue capaz de sujetar con firmeza la llama proverbial para sus compatriotas masculinos. Aunque, por su calidad de mujer, no pudo 1 El texto ha sido traducido al español por Tania Arias Vink. Paremia, 14: 2005, pp. 7-26. ISSN: 1132-8940. 8 Dios ayuda a quienes se ayudan a sí mismos. Frases proverbiales en las cartas de... participar públicamente en los debates revolucionarios o políticos, trabajó, sin embargo, en la sombra y consiguió dar a conocer sus puntos de vista sobre temas sociopolíticos. Sabemos con certeza que no escribió panfletos ni libros, que nunca pronunció un discurso público, ni escribió un diario y que, como mujer, nunca tuvo la oportunidad de votar pese a su enorme interés por los, asuntos referentes a las mujeres . Sin embargo, fiíe la más astuta confidente y consejera 2 política de su marido, expresándole sus ideas cuando se encontraba en casa o a través de las cientos de cartas que le escribió cuando estaban separados, en ocasiones por periodos de incluso varios años. Pero también existen innumerables cartas escritas por esta mujer de cerca de cinco pies de altura a otros miembros de la familia y líderes políticos de su época, que forman the 3 Cí epistolary network knit[ing] together women and men with widely drfíering social, economic and religious positions" [una red epistolar que entrelaza a mujeres y hombres con posturas sociales, económicas y religiosas muy diversas] (Shuffelton, 1990: 290; Anderson y Ehrenpreis, 1966: 269-282). A través de sus inapreciables epístolas, Abigail Adams se muestra como una persona de los más altos valores morales, con un compromiso sincero en cumplir con su parte como servidora pública al lado y no a la sombra de John Adams. Si juzgamos el constante flujo de cartas que escribió a lo largo de su vida, bien podríamos hablar de una "adicción" epistolar (Levin, 1987: 310) de cartas familiares, docentes, didácticas, políticas, moralizantes, descriptivas, impresionistas, analíticas, críticas, dogmáticas, reflexivas y, en ocasiones, también chismosas. Diez años después de su matrimonio.., John Adams escribía a su esposa el 2 de julio de 1774 diciéndole que debía "put them up safe, and preserve them. They may exhibit to our Posterity a kind of Picture of the Manners, Opinions, and Principies of these Times of Perplexity, Danger and Distress" [ponerlas (las cartas) en lugar seguro, y guardarlas bien. Servirán para mostrar a la posteridad una especie de retrato de los modos, opiniones y principios de estos tiempos de perplejidad, peligro y aflicción] (I, 121) . Sin 4 embargo, la propia Abigail no siempre tuvo una opinión tan elevada sobre la potencial importancia de sus cartas que, tal y como expresó a su hermana Mary Cranch el 26 de mayo de 1798, no consideraba más que "fírst thoughts, without correction" [pensamientos espontáneos sin corregir (incluyendo una ortografía poco ortodoxa, el uso rndiscráninado de las mayúsculas y una casi inexistente puntuación, todo lo cual se ha mantenido fielmente a lo largo de este ensayo)] (NL, 182) . Lo cierto es que sus cartas, en tal que impresiones, observaciones y 5 reflexiones formuladas espontáneamente, constituyen documentos literarios de incalculable autenticidad, conteniendo la visión de un mundo revolucionario a través de los ojos de una de las mentes más agudas del siglo dieciocho americano. Abigail Adams fue, con seguridad "the quintessentiaí Puntan -purposeful, pietistic, passionate, prudish, frugal, diligent, courageos, Véase el conciso pero informativo retrato realizado por Linda Myer (2001: 9-12). 2 N. De la T.: medida equivalente a 1.52 metros. 3 Las citas de las cartas están tomadas de las siguientes publicaciones, con las referencias pertinentes 4 anotadas entre paréntesis. Su inconsistente y a menudo errónea ortografía se ha mantenido: 1. Adams Family Correspondence (1761-1785), ed. de L.H. Butterfield, 6 vols. (Cambridge, Massacfmssets; Harvard University Press, 1963-1993). El número del volumen aparecerá citado en números romanos, seguido de los números de página, 2. New Letters of Abigail Adams 1788-1801, ed. de Stewart Mitchell (Boston: Houghton MifQin Company, 1947). Este volumen aparecerá identificado como NL seguido de los números de página. 3. Letters ofMrs. Adams, Wife of John Adams, ed. de Charles Francas Adams, 4a ed. (Boston: WiBcrns, Cárter, and Company, 1848). Las citas de este volumen aparecerán identificadas como LA seguidas de los números de página, 5 Esta declaración fue empleada como lema (p. vii) y en parte como título del inapreciable estudio de Editíi B. Gelles, First Thoughts. Life and Letters of Abigail Adams (New York: Twayne Publishers, 1998). Para los problemas lingüísticos de la en gran parte autodidacta Abigail, véase Lynne Withey (2002: xiii). Wofgang Mieder 9 well-educated, and self-righteous7' [la puritana pura -decidida, piadosa., vehemente, prudente, frugal, diligente, valerosa, bien educada y santurrona], pero, al igual que su marido, Thomas Jefferson y otros, también abrazó una "erdightment confidence in freedom and openness" [clara confianza en la libertad y la franqueza] (Ketcham, 1975:49 y 65). "0e la abundancia del corazón habla la lengua": torrente epistolar No resulta entonces sorprendente- que Abigail también se valiese de una sentencia bíblica (Mateo XII, 34) como explicación psicológica de su prolijidad epistolar como expresión de su soledad. Este fue el caso cuando, el 12 de abril de 1764, escribía las siguientes líneas desde su hogar paterno en Weymouth, no muy lejos de Braintree, a su prometido John: "Here am I all alone, ín my Chamber, a mere Nun I assure you, after professing myself thus wiü ít not be out of Character to confess that my thoughts are often employ'd abaut Lysander, £out of the abundante of the Heart, the mouth speaketh', and why Not the Mind fhinketh" [Aquí estoy sola, en mi cámara, una auténtica monja te lo aseguro, tras lo cual no estaría fuera de lugar confesar que mis pensamientos a menudo están ocupados por Lysander (seudónimo de John), 'de la abundancia del corazón habla la lengua' y porqué no también piensa la mente] (I, 25). Véase qué empleo más delicioso de un proverbio popular con una adición igualmente espléndida indicando que su reclusión, similar a la de una monja, no le impide de ningún modo tener pensamientos amorosos. En un segundo empleo alusivo a este proverbio, aparecido en una carta del 25 de octubre de 1778, Abigail descarga sus frustraciones por estar sola en Braintree con los niños mientras John se encuentra cumpliendo con sus obligaciones diplomáticas en la lejana Francia: la the very few Unes I have received from you not the least mention is made that you have ever receíved a Une from me. I have not heen so parsimonious as my Friend, perhaps I am not so prudent but I cannot take my pen with my Heart overflowing and not give utterance to some of the abundance which is in it. Could you after a thousand fears an amáeties., long expectation and patnful suspences be satisfied with my telliag you that 1 was ten, that I wished you were with me, that my daughter sent her duty, that I had ordered some articles for you which I hoped arrive &. &. ~By Heaven if you could you have changed Hearts with some frozen Lapplander or made a voyage to a región that has chüld every Drop of our Blood. —But I will restrain a pen already I fear too rash, nor shan it tell you how much I have sufferd from the appearance of-inattention (IU, 110-111). [En las escasas líneas que he recibido de tL, no se hace la más mínima mención de que hayas recibido ni una sola línea mía. No he sido tan parca como mi amigo, tal vez no sea tan prudente pero no puedo tomar mi pluma con el corazón desbordante y no expresar parte de la abundancia que en él se contiene. ¿Podrías tú, tras miles de temores y ansiedades, largas esperas y penosas incertidumbres, estar satisfecho con que te dijese que estoy bien, que me gastaría que estuvieses conmigo, que mi hija cumple con sus deberes, que he encargado algunos artículos para ti que espero que lleguen etc. etc.? Por el amor de Dios, si puedes es que has intercambiado tu corazón con algún lapón congelado o realizado un viaje a una región que ha helado cada una de las gotas de tu sangre. Pero voy a frenar mi pluma porque tengo miedo de precipitarme, que no te diga cuánto he sufrido por esa aparente falta de atención]. Abigail sabía muy bien cuánto la amaba John, cuánto odiaba sus largas separaciones, y también sabía que muchas de sus cartas se perdían en el mar. Pero en ese momento quería hacerle saber que necesitaba y merecía más atención por su parte mientras dirigía la vida doméstica en el hogar. Cerca de veinte años después, con su amor por John aún inalterable, escribía el 26 de abril de 1797 desde Quincy (antigua Braintree) al nuevo presidente en Filadelfia: '1 am ready and wining to follow my husband wherever he choses; but the hand of Heaven has arrested me. Adieu, my dear friend. Excuse the melancholy strain of my setter. 10 Dios ayuda a quienes se ayudan a sí mismos. Frases proverbiales en las cartas de... From the abundante of ttie Heart the streams fíows" [Estoy preparada y deseosa por seguir a mi marido dondequiera que él elija; pero la mano de Dios me ha detenido. Adiós mi querido amigo. Perdona la melancolía que se destila de mi carta. De la abundancia del corazón ñuye un torrente] (LA, 377). Para Abigail era muy difícil decir adiós a sus parientes y amigos en Massachussets mientras se preparaba para marcharse a la capital a asumir un papel más urbano como la segunda "primera dama" de los Estados Unidos. Su mente y su corazón siempre estuvieron repletos de emociones y pensamientos cuya abundancia quedó plasmada en un constante flujo de cartas que incluían esta frase bíblica, aunque solamente apareciese como alusión, convirtiéndose de alguna manera en un leitmotiv explicativo de su obsesión por escribir cartas. "Dios ayuda a quienes se ayudan a sí mismos": sentencia inapelable No obstante, su proverbio favorito fue el intemacionalmente difundido "Dios ayuda a quienes se ayudan a sí mismos", cuyo origen se ha hecho remontar a la antigüedad clásica . 6 Abigail lo empleó como leitmotiv de resolución y determinación en cuatro ocasiones, contextualizando su uso a los sucesos del momento, para argumentar sobre valores tan sólidos como la virtud, la fortaleza, la perseverancia, la determinación, la independencia, la justicia y la confianza que debían constituir la base de todos los americanos en su construcción de un gobierno fundamentado en principios democráticos: God helps them that help themselves [...] and if we can obtain the divine aid by our own virtue, fortítude and perseverance we may be sure of releaf (I, 280; September 16, 1775). Píos ayuda a quienes se ayudan a sí mismos (...) y si podemos conseguir la ayuda divina [para la causa revolucionaria] por nuestra propia virtud, fortaleza y perseverancia, podemos estar seguros del auxilio (16 de septiembre de 1775)]. Heaven grant ns success at tíie Southard. The saying [...] oñen occurs to my mind "God helps those who help themselves" but if Men turn their backs and run from an Enemy they cannot surely expect to conquer them (U, 358; October 25, 1777). [El Cielo nos premió con la victoria en Southard [frente a los británicos]. A menudo viene a mi mente el dicho (...) "Dios ayuda a quienes se ayudan, a sí mismos", pero si los hombres dan la espalda y huyen corriendo del enemigo no pueden esperar conquistarles (25 de octubre de 1777)]. God says, he helps those who help themselves. Advise is of little avail unless it is reduced to practise ñor ought we implicity to give up [on] our judgment to any one what ever may be our regard or esteem for them until we have weighed and cauvassed that advise with our reason and judgement -then if it is right agreable to virtue expedient and prudent we ought strictly to adhere to it—a mutability of temper and inconsistency with ourselves is the greatest weakness of Humane Nature, and will render us little and contemtable in the Eyes of the World. There are ceitain principal which ought to become unchaugeáble in us justice temperance fortitude hold the first rank —he who possesses these will soon have all others added unto them (V, 176; June 14, 1783; letter to Royall Tyler). píos dice que ayuda a quienes se ayudan a sí mismos. Este consejo resulta de poco provecho a no ser que se lleve a la práctica; tampoco debemos rendir nuestro juicio a cualquiera, no importa cual sea nuestro interés o estima por él, antes de haber sopesado y guardado este consejo junto a nuestra razón y juicio -entonces, si resulta agradable a la virtud, conveniente y prudente, debemos estrictamente adherirnos a él—la mutabilidad de temperamento y nuestra propia incoherencia de carácter son la mayor debilidad de la naturaleza humana, y nos vuelven pequeños y despreciables ante los ojos del mundo. Existen ciertos principios que deben mantenerse inalterables en nosotros, la fortaleza de temple en defensa de la justicia debe ocupar 6 Para las numerosas referencias multilingües, véase Gyula Paczolay (1997: 150-154). Wofgang Mieder 11 el primer puesto -aquel que la posea, pronto verá cómo a ella se le unen todas las demás (14 de junio de 1783; carta a Royall Tyler)]. The saying [...] "that God helps those who help themselves". I should think our Countrymen nave too often experienced this doctrine not to see their paíh plain before them (VI, 298; August 25, 1785; letterto Thomas Welsh). [El dicho (...) "que Dios ayuda a quienes se ayudan a sí mismos". Creo que nuestros compatriotas ban experimentado esta doctrina demasiadas veces como para no ver ante ellos el camino allanado (25 de agosto de 1785; carta a Thomas Welsh)]. "Si merece la pena hacerse, es mejor hacerlo bien" : consejo desinteresado 7 Su inclinación al uso de sentencias particulares tomadas del campo de la religión, la política y las relaciones sociales en general, a menudo llevaron a Abigail a hablar con cierto tono de autoridad moralizante y sentencioso al dirigirse a miembros de la íamilia, amigos y conocidos de todas las edades y ambos géneros. Su hijo mayor, John Quincy Adams, recibió de su madre numerosas misivas de este tipo, cartas que la mayor parte de las veces incluían sólidos consejos proverbiales como puede verse en esta que le dirigió el 2 de marzo de 1780: You nave great reason for thankfiuness to your kind preserver, who hath again carried you through many dangers, preserved your Life and given you an opportunity of making further improvements in virtue and knowledge. You raust consider that every Moment of your time is precious, if trifled away never to be recalled. Do not spend too much of it in recreation, it wül never afford you that permanant satisfaction which the acquisition of one Art or Science, wül give you, and whatever you undertake aim to make yourself perfect, for if it is worth doing at all, it is wortii doing well. (III, 293) [Tienes mucha razón en dar gracias a tu Amable Protector., que de nuevo te ha conducido a través de numerosos peligros, protegido tu vida y dado una oportunidad de hacer nuevos progresos en virtud y couocimiento. Debes tener en cuenta que cada momento de tu tiempo es precioso, que si lo desaprovechas jamás regresará. No dediques demasiado al recreo, nunca te proporcionará la satisfacción permanente que te ofrecerá la adquisición de un arte o ciencia, y sea lo que sea aquello que emprendas, proponte ser perfecto en ello ya que si merece la pena hacerse, es mejor hacerlo bien]. Aquí tenemos otra carta con consejos de una madre preocupada a su estudioso hijo John Quincy, que de alguna manera recuerda a la forma en que Lord Chesterfield "fastidiaba" a su hijo con un constante aluvión de sabiduría proverbial: Your friends are not anxious that you will be in any danger through want of sufficient application, but that a too ardent pursuit of your studies [at Harvard] wül impair your health, and injure those bodily powers and íaculties upon which the vigor of the mind depends. Moderatíon in all things is conductive to human happiness, though this is a maxim little heeded by youth whether their pursuits are of a sensual or a more refined and elevated kind. It is an oíd adage, that a man at thirty musí be either a fool or a physician. Though you nave not arrived at that age, you would do well to trust to the advice and experience of those who have. Our bodies are framed of such materials as to require constan! exercise to keep them in repair, to brace the nerves, aud give vigor to the animal fiuictions. Thus do I give you "line upon riñe, and precept upon precepf (LA, 341). [Tus amigos no están preocupados por que vayas a correr ningún peligro por aplicarte demasiado, pero una aplicación demasiado apasionada por tus estudios [en Harvard] podría perjudicar tu salud y dañar aquellas fuerzas y facultades corporales de las que depende el vigor N. de la T.: traducción de Ifit is worth doing at all, it is worth doing well. 7 12 Dios ayuda a quienes se ayudan a si mismos. Frases proverbiales en las cartas de... de la mente. La moderación en todas las cosas conduce a la felicidad humana, aunque esta sea una máxima poco tenida en cuenta por la juventud ya que sus objetivos son de una naturaleza sensual o más refinada y elevada. Es un viejo adagio que el hombre a los treinta debe ser o un loco o un médico. Aunque no hayas llegado a esa edad, harías bien confiando en el consejo y experiencia de aquellos que la tengan. Nuestros cuerpos están construidos de un tipo de materiales que necesitan un constante ejercicio para mantenerlos en buen estado, para templar los nervios y dar vigor a las funciones animales. Es por eso por lo que yo te doy "línea tras línea y consejo tras consejo"]. Abigail utiliza incluso fórmulas introductorias como "esta es una máxima" y "es un viejo adagio" para atraer la atención de su hijo hacia la sabiduría generacional que se contiene en sus consejos expresados por medio de proverbios populares. Y parece que Jobn Quincy debió observar bien sus consejos, ya que se destacó como embajador en Inglaterra y Rusia y finalmente como presidente de los Estados Unidos. Al leer estos párrafos resulta difícil entender porqué los estudiosos han argüido repetidamente que los proverbios no gozaron de alta estima durante el siglo dieciocho que, al ser conocido como la Edad de las Luces y la Razón, posiblemente no podría estar bien dispuesto hacia la sabiduría popular. El paremiólogo Richard Jente destacó en 1945 que la literatura de esa época "with its enlightment and sophistication made less use of the proverb than the preceding centuries" [con su progresismo y su sofisticación, hizo un menor uso del proverbio que los siglos anteriores] (Jente, 1945: 116) y el sociólogo James Obelkevich en 1987 llegó a la exagerada conclusión de que "by the early decades of the eighteenth century opinión was turning sharply against them. Thought evidently still widely used in conversadora, there too they carne under attack: Swift pillories them, along with trite witticisms and banal small talk of the day; other critics found them ostentatious, competitive, insincere [i.e., contradictory] -to use them was a 'sign of a coxcomb'. Having dropped out of polite literature (and the manuals of rhetoric), they were then banished from polite conversation; by the 1740s, when Lord Chesterfíeld advised his son that 'a man of fashion never has recourse to proverbs or vulgar aphorisms', the process was complete" [en las primeras décadas del siglo dieciocho la opinión giró bruscamente contra ellos (los proverbios). Aunque evidentemente se siguieron utilizando ampliamente en la conversación, también aquí se vieron atacados; Swift los ridiculiza junto a las manidas agudezas y frases banales de moda; otros críticos los encuentran ostentosos, competitivos [..., contradictorios], insinceros, considerando su uso como un 'signo de arcaísmo'. Habiendo sido retirados de la literatura formal (y de los manuales de retórica)., luego fueron también excluidos de la conversación formal; hacia la década de 1740, cuando Lord Chesterfíeld aconsejó a su hijo que £un hombre de moda nunca recurriría a los proverbios o aforismos vulgares', el proceso se completó] (Obelkevich, 1987: 57; también en Mieder, 1994: 229-230). Pero un análisis más exhaustivo de las fuentes escritas de varios tipos ha mostrado que no existió un colapso generalizado del uso de los proverbios y que el propio ofensivo Lord Chesterfíeld hizo amplio uso de los proverbios en sus cartas didácticas mientras al mismo tiempo predicaba contra su empleo. Sencillamente, no se produjo un paréntesis importante en la aparición oral ni literaria de los proverbios durante el siglo XVIH. Conocidos autores europeos como William Blake, Louis Carmontelle, Denis Diderot, Henry Fielding, Johann Wolfgang von Goethe, Johann Gottfried Herder, Gotthold Ephraim Lessing, Georg Christoph Lichtenberg, Johann Friedrich Schiller, Tobías George Smolíett, Lawrence Sterne, Jonathan Swift y Francpis-Marie Voltaire han demostrado emplear en sus estudios un estilo literario altamente proverbial8, y en los Estados Unidos los escritos de Benjamín Franklin, Cortón Mather y de George Washington y Thomas Jefferson están también repletos de proverbios. En lo que se refiere al panorama estadounidense, el paremiólogo Barlett Jere Whiting ha mostrado en su Para los numerosos estudios sobre el tema, véase Wolfgang Mieder y George B. Bryan, Proverbs in World Literaíure. A Bibliography (New York: Peter Lang, 1996). Wofgang Mieder 13 inapreciable colección Earfy American Proverbs and Proverbial Phrases (1977), la enorme frecuencia con la que se utilizaron los proverbios populares a lo largo del siglo dieciocho, afirmando con gran corrección en su introducción que "of the Founding Fathers, John Adams, amply seconded by his redoubtable wife Abigail, bears away the bell as user of proverbs. It is no accident that the Harvard Collage Library possesses a copy of John Ray's Collection of English Proverbs (1670) with John Adams' autograph scrawled on the tiüe page" [de los Padres Fundadores -entre los que ahora debemos incluir una madre—John Adams, ampliamente secundado por su eminente esposa Abigail, destacó en el uso de los proverbios. No es casualidad que la Harvard College Library posea una copia de la obra de John Ray Collection of English Proverbs (1670) con la firma de John Adams garabateada en la portada] (Whiting, 1977: xvii). "La separación de los amantes es la renovación del amor"9: amor y separación En las cartas de Abigail también aparecen numerosos pasajes proverbiales a la hora de expresar su profundo amor por John y su casi insoportable soledad durante sus largas separaciones. De hecho, "letters were their only consolation. They were a poor substitute for conversation, but Abigail had nothing else. She wrote often, with an ease and grace that made her letters as cióse to conversation as the written word could be. She poured out her worries about everything from planting cora to the possibility of war with Great Britain. Just putting her thoughts on paper helped her relieve her mind, but it could take weeks for John's answer to come" [las cartas eran su único consuelo. Constituían un pobre sustituto a la conversación, pero Abigail no tenía nada más. Escribía a menudo, con una facilidad y gracia que hacía de sus cartas lo más cercano a la conversación que puede ser la palabra escrita. Desahogaba sus preocupaciones sobre cualquier cosa, desde el hecho de plantar maíz a la posibilidad de entrar en guerra con Gran Bretaña. El mero hecho de poner sus pensamientos sobre papel le ayudaba a aliviar su mente, pero podían pasar semanas hasta que llegasen las respuestas de John] (Withey, 1981: 58). Por supuesto, Abigail era lo suficientemente realista y pragmática como para no dejar de apoyar a su marido en su papel político como servidor de la causa americana. No importa lo mucho que se lamentase y quejase, compartía las ambiciones de John y por ello estaba dispuesta a aguantar la soledad mientras confiaba en que él le fuese fiel durante sus largas ausencias. Esto aparece maraviUosamente expresado en el proverbio "la separación de los amantes es la renovación del amor" de su carta del 13 de noviembre de 1780 a John en París. En esta epístola, Abigail muestra su desacuerdo con la anterior declaración de John de que le gustaban sus cartas especialmente cuando no incluían ninguna, queja: I am wholy unconscious of grving you pain in this way since your late absence. If any thing of the kind formerly escapea my pen, had I not ampie retalíation., and did we not Balance accounts tho the sum was rather in your favour even after having destroyed some of the proof. In the most muñíate of Friendships, there must not be any recrimination. If I complaind, it was from the ardour of affection which could not endure the least apprehension of neglect, and you who was conscious that I had no cause would not endure the supposition. We however wanted no mediating power to adjust the diflérence, we no sooner understood each other properíy, but as the poet says, "The falling out of Lovers is the renewal of Love". Be to my íaults a litüe Blind Be to my virtues ever kind 9 N. de la T.: traducción literal de The falling out oflovers is the renewal oflove, expresión equivalente a la española "La separación de los amantes reaviva el fuego del amor". 14 Di os ayuda a quienes se ayudan a sí mismos. Frases proverbiales en las cartas de... And you are sure of a Heart all your own, which no other Earthly object ever possessd (IV, 13- 14; November 13, 1780). [Soy totalmente inconsciente de haberte causado tanto pesar desde tu pítima ausencia. Si algo así se escapó previamente de mi pluma, ¿no he recibido suficiente castigo? y si hacemos un balance de la suma, ¿no se inclina siempre a tu favor, incluso después de haber destruido algunas de las pruebas? En la más íntima de las amistades no debe existir ninguna recriminación. Si me quejé, fue desde el ardor del afecto que no pudo soportar la más mínima sospecha de rechazo, y tú, que eras consciente de que no tenía motivo, no deberías continuar con esa suposición. No obstante, no queríamos ningún poder mediador para acabar con las diferencias, no nos entendimos el uno al otro adecuadamente al primer momento; pero, como dice el poeta, "La separación de los amantes es la renovación del amor". Sé un poco ciego para mis faltas Sé siempre amable para mis virtudes Y estarás seguro de un Corazón que te pertenece por completo, que no habrá poseído ningún otro objeto en la Tierra (13 de noviembre de 1780)]. Resulta interesante destacar de nuevo que la cultivada Abigail incluye el proverbio con la fórmula introductoria "como dice el poeta". La sabiduría de dicho proverbio se remonta a la antigüedad clásica, habiendo aparecido con variantes en Terencio, Shakespeare, Robert Burton, Jonathan Swift, Samuel Richardson y otros (Stevenson, 1948: 1488), y Abigail debió tener al menos a alguno de estos "poetas" en mente. En realidad, estaba citando un pensamiento que desde hacía tiempo se había convertido en un proverbio. Sea como fuere, era muy consciente de que el proverbio "El tiempo cura todos los pesares"10 era habrtuahnente conocido entre sus compatriotas, tal y como indica su uso en la fórmula introductoria "del que se dice" en otra epístola a John: "Time which is said to soften and alleviate Sorrow, encreases anxiety when connected with expectation. This I hourly experience" [El tiempo, del que se dice suaviza y alivia los pesares, aumenta la ansiedad cuando se une a la expectación. Esto es lo que ahora experimento] (IV, 229; 21 de octubre de 1781). Esta frase viene a resumir la situación de Abigail durante la mayor parte de su vida, a lo largo de la que nunca dejó de declarar su amor por John en sus solitarias cartas. La mejor descripción de sus ansiedades -aparece en la carta dirigida a John del 23 de septiembre de 1776: CÍThere are perticuliar times when I feel Such an uneasiness, Such a restlessness, as neither company, Books, íamily Cares or any other thing will remove, my Pen is my only pleasure, and writing to you the composure of my mind" [Hay momentos concretos en los que siento tal inquietud, tal agitación, que ni la compañía, los libros, los cuidados de la familia, ni ningima otra cosa pueden apartar; mi pluma es mi único placer y escribirte la forma de recobrar la calma] (U, 133). Estas cartas constituyen realmente ícuua reveladora fuente de auto-análisis" (Bober, 1994: 60) que colocan su amor por John dentro de la esfera más amplia del servicio a la sociedad. Pero Abigail no siempre se mostró como una intelectual profunda en sus epístolas a John; en estas cartas existen también numerosos pasajes repletos de amor y emoción11, como por ejemplo "My Dearest Friend -How much is comprised in that short sentance? How fondly can I cali you mine, bound by every tie, which consecrates the most inviolable Friendship, yet seperated by a cruel destíny, I feel the pangs of absence sometióles too sensibly for my own repose" [Mi más querido amigo. Cuánto se contiene en esta corta expresión. Con cuánto cariño puedo llamarte N. de la T.: traducción de Time erases all sorrows, expresión equivalente a la española "El tiempo todo 10 cura". 11 Véanse también las siguientes cartas a John: 3 de junio de 1776 (U, 4); 17 de abril de 1777 (u, 213); 23 de junio de 1777 (H; 269); 10 de julio de 1777 (E, 278-279); 15 de julio de 1778 (TU, 60); 13 de febrero de 1779 (m, 167); 24 de julio de 1780 (m, 382); 17 de junio de 1782 (TV, 326); 13 de noviembre de 1782 (V, 35); 28 de abril de 1783 (V, 144); y 11 de febrero de 1784 (V, 302-203). Los pasajes emotivos, cuando no sensuales., se encuentran generalmente al principio o final de las cartas. Wofgang Mieder 15 mío, estrechamente ligado a mi por cada lazo que consagra la más inviolable amistad, aunque separados por un destino cruel. Siento las punzadas de la ausencia a veces de forma demasiado perceptible para mi propio reposo] (IV, 50; 25 de diciembre de 1780) o "Adieu and believe me most affectionately, most tenderly yours and only yours and wholly yours. A. Adams" [Adieu y tenme por la más afectuosamente tuya, la más tiernamente taya y sólo tuya y totalmente tuya. A. Adams] (V, 409; 30 de julio de 1784). Estos arrebatos emocionales con trasfondo sexual son lo más lejos a lo que Abigail se atrevía a ir y en el caso de alusiones tan íntimas, los proverbios lógicamente no tenían cabida. "La necesidad no tiene ley" ; preocupaciones domésticas de una matriarca Abigail Adams fue perfectamente capaz de cumplir con sus multifacéticas obligaciones domésticas mientras John se encontraba lejos en distintas misiones coloniales, europeas y (vice)presidenciales. Se "remained dogmatically domestic in her o\vn self-image, her consciousness, and her ideology" [mantuvo dogmáticamente doméstica en su autoimagen, conciencia e ideología] y, pese a su interés por los asuntos de mujeres, "she contmued to believe in the primacy, the propriety, and the dignity of women's domestic role" [siguió creyendo en la primacía, la propiedad y la dignidad del papel doméstico de las mujeres] (Gelles, 1979: 500). En su vida y en sus cartas, Abigail intentó ícto balance intemational, political, and domestic concerns, but always tended toward the latter. Familial and personal concerns were mingled easily with discussions of potítics, economics, and intemational afíairs" [equilibrar las preocupaciones internacionales, políticas y domésticas, aunque siempre tendió hacia las últimas. Las preocupaciones famüiares y personales se mezclaban con facilidad con discusiones sobre política, economía y asuntos internacionales] (Lawrence, 1989: 30). Al convertirse cada vez más en la matriarca del creciente clan Adams, destacó en lo que se ha venido a llamar "guarda- familia" o "trabajo de familia", como era por ejemplo el intento consciente por parte de las mujeres de "holding together and exercising the guardianship for an extended family" [mantener unida y ejercer la custodia de una gran familia] (Gelles, 1992: 119; 123-125). La mejor descripción que hace Abigail de su situación y aspiraciones aparece en una antigua carta del 11 de abril de 1776 dirigida a su marido, ocupado en sus asuntos legales y políticas revolucionarias: "I hope in time to have the Reputation of being as good a Farmeress as my partner has of being a good Statesmen" [Espero tener con el tiempo la reputación de ser tan buena Granjera como la tiene mi compañero de ser buen Hombre de Estado] (I, 375). Unos seis años más tarde, cuando pensaba más seriamente en cruzar el Atlántico para unirse con John en Europa, escribía a John Thaxter el 26 de octubre de 1782: '1 love the peacefuH Rural Retirement and pleasures of domestick Life" [Adoro la tranquilidad del retiro rural y los placeres de la vida doméstica] (V, 26). Cuando hablaba sobre su papel en casa con sus niños y su numerosa familia, Abigail encontraba bastante a menudo proverbios que constituían la perfecta frase popular para describir sus preocupaciones y tribulaciones. Tal y como muestran algunas referencias contextaalizadas, los proverbios la ayudaron a poner algo de sentido común en sus epístolas confiriéndolas una viveza más metafórica: We talked of keeping Tfaanksgiving with you, but farming and the Courts come so thick upon us, that we cannot bring that to bearr for next week the Superior Court sets, the inferiour is adjournd to the week after. So that there is no opportunity tul the week after that, and then 1 hope there wül not any more Mountains arise to hinder me. Mole Huís I always Expect to fínd, but them I can easily surmount (I, 54; July 15, 1766; letter to Mary Cranch). N. de la T.: traducción de Necessity has no law. 16 Dios ayuda a quienes se ayudan a sí mismos. Frases proverbiales en las cartas de... [Hablamos de pasar el Día de Acción de Gracias contigo [su hermana Mary Cranch y familia], pero las tareas de la granja y las Cámaras nos atrapan de tal manera que no lo podremos llevar a cabo; para la semana que viene está convocada la Cámara alta, la baja se ha aplazado para la semana siguiente. Así que no tendremos oportunidad de ir hasta la semana posterior a ésta y para entonces espero que no se alcen más montañas para impedírmelo. Siempre espero encontrarme con más montículos de topos, pero consigo superarlos con facilidad (15 de julio de 1766; carta a Mary Cranch)]. Necessity is the Mother of invention. There is a Manuíactory of Molasses set up in severa! Towns, Green corn Storks ground and boild down to Molasses, tis said an acre wUl produce a Barrel. I nave seen some of it, it both tastes and looks like Sugar Bakers molasses (U, 340; September 10; 1777; letterto John Adams). [La necesidad es la madre de la inventiva. Se han establecido fábricas de melaza en varias ciudades. Los tallos de maíz verde se amontonan en los campos y se reducen por cocción a melaza, se dice que un acre produce un barril. He visto algunas de ellas, sabe y se parece a la melaza de pastelería13 (10 de septiembre de 1777; carta a John Adams)]. The door opens into the Cabbin where the Gentlemen all Sleep; and wh[here] we sit diñe &. We can only live mth our door Shut, whilst we dress and undress. Necessity has no law, but what should I have thought on shore; to have layed myself down to sleep, in common with half a dozen Gentiemen? We have curtains it is tme, and we only in part undress [...] (V, 361; July 6, 1784; setter written on board the ship to her sister Mary Cranch). [La puerta da al camarote [del barco que llevaba a Abigail a Europa para reunirse con John en Francia] en el que duermen todos los caballeros; y donde nos sentamos a cenar etc. Sólo podemos vivir con nuestra puerta cerrada mientras nos vestimos y desvestimos. La necesidad no tiene ley; pero ¿qué tendría que haberme imaginado en tierra, que tendría que echarme a dormir junto a media docena de caballeros? Aunque es verdad que tenemos cortinas y que sólo nos desvestimos a medias [...] (6 de julio de 1784; carta escrita a bordo a su hermana Mary Cranch)]. This [White] House [in Washington] is twice as large as our meeting House [in Braintree]. I believe the great Hall is as Bigg. I am sure tis twice as long. Cut your coat according to your Cloth. But this House is buüt for ages to come. The establisbment necessary is a tax which cannot be bom by the presen! sallery: No body can forra au Idea of it but those who come into it, I had much rather live in the house at Philadelphia (NL, 259; November 21,1800; letter to Mary Cranch). [Esta Casa [Blanca, en Whasington] es dos veces más grande que nuestra Asamblea Pública14 [en Braintree]. Creo que la Sala Principal es igual de grande. Estoy segura que es dos veces más larga. Corta tu abrigo acorde a tu vestido15. Pero esta casa está construida para los tiempos venideros. El mantenimiento necesario es un gravamen que no puede extraerse de los ingresos actuales: Nadie, salvo los que están dentro, puede hacerse xina idea de ello salvo los que pasan a formar parte de ello. Antes hubiese preferido vivir en la casa de Füadelfía (21 de noviembre de 1800; carta a Mary Cranch)]. Leyendo esto, uno realmente tiene la impresión de que Abigail y John vivían en una "espléndida miseria" (NL7 90; 16 de mayo de 1797; carta a Mary Cranch) en los tres capitolios de la joven nación; pero resistieron y resistieron, tal y como Abigail plasmó proverbialmente en 13 N. de la T.; la melaza es un sirope espeso similar a la miel, extraído de la caña de azúcar, la remolacha azucarera y otras verduras, hortalizas y frutas dulces. Se consigue mediante cocción, para lograr su reducción y evaporación y se utiliza como edulcorante. La carestía en el periodo revolucionario hizo que se utilizase para ello el maíz. N. del T.: traducción de Meeting House, un edificio utilizado para asambleas públicas y especialmente para el culto protestante. N. del T.: traducción de Cut your cloth according to your cloth, expresión equivalente a la española "Haz lo que puedas con lo que tengas".

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Frases proverbiales en las cartas de Abigail Adams1. Wolfgang .. day; other critics found them ostentatious, competitive, insincere [i.e., . consciousness, and her ideology" [mantuvo dogmáticamente doméstica en su autoimagen,.
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