Londinium vuelve a ser el escenario de las correrías de Marco Didio Falco, pero en esta ocasión ya no se trata de los ambientes palaciegos ni en el mundo de la construcción de su novela anterior «Un cadáver en los baños», sino de los barrios bajos de la ciudad. El momento de desarrollo y relativo esplendor que está experimentando la ciudad la convierten en un vivero de maleantes, estafadores y comerciantes sin escrúpulos y reina una sensación de inseguridad ciudadana un poco alarmante, que puede echa al traste con los proyectos del rey Togibundo. Las cosas se complican cuando empiezan a aparecer cadáveres, y, aprovechando que Falco se encuentra de vacaciones en la ciudad, se le encarga a él la investigación.