Diario de la CIA Philip Agee NOTA ACLARATORIA El presente libro debía salir bajo la responsabilidad de la “Asociación Escuela Politécnica”, a esta última hora causas ajenas a nosotros ocasionaron la no resolución de los compañeros para afrontar la presente Edición. Por lo tanto aclaramos que la responsabilidad política y económica del prólogo y el contenido salen bajo la exclusiva responsabilidad el “Movimiento Segunda Independencia” PRÓLOGO Cuando INSIDE THE COMPANY. CÍA DIARY" (Dentro de la compañía. Diario de la CÍA) de Philip Agee, apareció en Enero de 1975, sus denuncias conmocionaron el ámbito latinoamericano y mundial. El revuelo causado no era para menos, en sus páginas constaban los nombres de Presidentes. ex-Presidentes, Vice-presidentes, Jefes de la Policía y de las Fuerzas Arma- das, notables personajes de las burguesías criollas y de sus partidos políticos tradicionales, involucrados directamente en los planes y operativos de la CÍA, en una forma tan clara y contundente que no se prestaba para supuestos mal entendidos. En Ecuador la reacción de los inculpados fue en un primer momento unánime: "e¡ ex-agente Agee estaba mintiendo" , dijeron a coro tratando de echar tierra sobre verdades inobjetables y así salvar su sospechoso "Iwnor", creyeron que iban a triunfar en su objetivo, hasta que aparecieron dos de los inculpados reconociendo su participación con la CÍA: con un mea-culpa justificativo el uno (José María Ligas), reconociendo y vanagloriándose el otro (Gral. en retiro Marcos Gándara Enriques miembro de la Junta Militar de Gobierno de 1963), dando carácter de irrefutables a las denuncias planteadas. Voces de indignación y sorpresa se levantaron desde las filas del pueblo que ahora podía comprobar lo que antes eran meras suposiciones, sobre el papel de la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos en nuestro país: veía como creaba y destruía organizaciones populares, políticas y sindicales; como los aparentemente devotos cristianos ponían bombas a los templos y jerarquías eclesiásticas, para acusar luego al "comunismo ateo"; la manipulación más descarada de los directivos gubernamentales con sus departamentos; la penetración de los organismos populares y sus partidos para producir desconcierto y división. Pese a que los hechos relatados por Agee tienen como escenarios a Ecuador, Uruguay y México principalmente, y que ya han transcurrido dos años desde la aparición de la edición inglesa del libro, hasta el momento ninguna editorial ha asumido el riesgo de publicar su versión castellana. La no presencia de la edición en español, fue vista con alegría por los sectores dominantes del país, pues sin esta prueba podían seguir ocultando su característico servilismo a la política oficial de Washington. Al asumir la responsabilidad de publicar el presente libro la Asociación Escuela Politécnica llena una de las necesidades reclamadas por nuestro pueblo, a la vez que asesta un duro golpe a la burguesía satíricamente llamada ''nacional" y a sus partidos políticos que en los últimos tiempos han tratado de mostrarse como los defensores de la democracia y libertades ciudadanas, ocultando su carácter mercenario hacia si imperio del dólar y las bombas. Las dificultades económicas propias de una organización estudiantil no han permitido publicar la versión completa de: "DENTRO DE LA COMPAÑÍA. DÍARIO DE LA CÍA", habiéndose escogido la parte correspondiente a las operaciones de la CÍA en Ecuador, relatadas por Agee, con el título de: "OBJETIVO ECUADOR. DIARIO DE LA CÍA". Enero de 1977 ASOCIACIÓN ESCUELA POLITÉCNICA INTRODUCCIÓN Esta es la historia de doce años de un oficial de operaciones secretas de la CÍA, que terminó a principios de 1969. Es un intento para abrir otra pequeña ventana sobre el tipo de actividades secretas en que el Gobierno de los EE. UU. participa a través de la CÍA en los países del Tercer Mundo, en nombre de la seguridad nacional de los EE. UU. Incluye los nombres actuales de las personas y organizaciones involucradas dentro del marco político, económico y social en que transcurrieron las acciones. Se trata también de incluir mi interpretación personal de mi accionar durante este período y poner de manifiesto los efectos que tuvo mi trabajo sobre mi vida familiar. Las razones que tuve para revelar estas actividades las encontrarán en el texto. Nadie, es lógico, puede recordar en detalle todos los acontecimientos sucedidos durante un período de doce años de vida. Para poder escribir este libro he pasado los últimos cuatro años haciendo intensas investigaciones para reforzar mi propia memoria. Los oficiales de una Estación de la CÍA en el extranjero trabajan en equipo, a menudo en actividades muy disímiles entre sí y con un número considerable de agentes y colaboradores nacionales. He tratado de describir el trabajo del equipo nuestro en general, no solamente mi propio papel, ya que todos los trabajos de la Estación están dirigidos hacia los mismos objetivos. La variedad de operaciones llevadas a cabo simultáneamente por un oficial y por el equipo de la Estación forman un conglomerado difícil de manejar en su narración. He elegido el formato de una agenda (escrita en 1973 y 1974) para mostrar el desarrollo progresivo de las diferentes actividades y darle a la narración un sentido de actualidad. Este método también Gene sus defectos, requiriendo del lector especial atención al seguir el desarrollo de distintas actividades desde una anotación en la Agenda a otra, pero creo que es el metido más efectivo para dar a conocer lo que hicimos. Para facilitar la rememoración de los participantes, he incluido un apéndice especial APÉNDICE No. 1, que tiene descripciones de los oficiales de la CÍA, agentes y colaboradores, y de las organizaciones controladas o influenciadas por la CÍA. Se guía al lector a este Apéndice mediante el uso de un doble asterisco en el texto. Se notará que los nombres de muchos agentes se han olvidado y que sólo se pueden dar seudónimos (nombre en clave). Algunos de los seudónimos originales también se han olvidado, en estos casos he dado nuevos nombres para así poder hacer referencia a ciertas personas por algún nombre. Apéndice No. 2 da una lista alfabética de todas las abreviaturas utilizadas y un asterisco indica aquellas anotaciones que aparecen también en el Apéndice No. 1... Algunas de las actividades operacionales que describo no podrían ser colocadas en la fecha exacta en que ocurrieron por falta de material de investigación, pero se les coloca lo más cerca posible a esa fecha, sin pérdida ni distorsión de su significado. De igual manera, varios acontecimientos son incorporados a la Agenda uno o dos días antes o después de que ocurrieron, para facilitar la preparación del libro (estos cambios no varían nada ni alteran el significado). En el New York Review of Books del 30 de diciembre de 1971 se citaba al entonces director de la CÍA, Richard Helms, a propósito de una de sus muy ocasionales conferencias que dictó en el Club Nacional de Prensa. Justificando las acciones secretas de la CÍA dijo: "ustedes tienen confianza en nosotros, somos hombres honorables", pido que estas palabras se recuerden durante la lectura de este libro; también pido que se considere que las operaciones de la CÍA se emprenden a base de instrucciones del mismo Presidente y son aprobadas muy detalladamente a diferentes niveles dentro de la CÍA y fuera de la CÍA a menudo a nivel del Subsecretario de Estado o más arriba todavía. Por último pido que se tenga en mente que el tipo de operaciones que describo que ocurrieron en su mayor parte en Latinoamérica, eran similares a aquellas que se llevaron a cabo en los países del Lejano Oriente, Cercano Oriente y África. También sugiero que estas operaciones todavía continúan hoy en día. Londres, Junio 1974. SOUTH BEND, INDIANA ABRIL DE 1955 Cientos de Compañías envían a tas Universidades entrevistadores para seleccionar posibles aspirantes a empleo entre los estudiantes. Yo no había concretado ninguna entrevista pero acabo de tener mi primera, y probablemente última entrevista de trabajo. Sorpresivamente un hombre de la CÍA vino de Washington a verme para hacerme ingresar en un programa secreto de entrenamiento para Ejecutivos Júnior. Virginia Pilgrim me debe haber recomendado, me había olvidado que ella mencionó un programa como éste cuando nos visitó en Tampa el año pasado; ella había dicho que le daría un gran gusto ver al hijo de sus más antiguos amigos, ingresar a la CÍA. De alguna manera tengo la impresión que ella es una de las mujeres de más alto rango en la CÍA, ella trabajó para la Clark Task Forcé que investigó a la CÍA bajo las órdenes de la Comisión Hoover. Le dije a Gus, el encargado de reclutamiento, que ya había sido aceptado para estudiar derecho. El estaba sorprendido que Virginia no conociera mis planes. El me dijo que el Programa de Entrenamiento de Oficinas Menores (JOT- Júnior Officer Trainee) consiste en seis – nueve meses, en algunos casos hasta un año de entrenamiento más y más especializados a nivel de postgrado. Después del curso comienza el trabajo de la CÍA en lo que respeta a análisis, investigación, estudios especiales, preparación de informes, administración y operaciones secretas. El me dijo que no podía decir mucho acerca del curso o del trabajo porque es información clasificada, (secreta) Gus me preguntó acerca de mi posición frente al servicio militar, cuando le dije que tarde o temprano lo tendría que cumplir, él mencionó una posible combinación. Para los JOT que no han hecho su servicio militar, la CÍA organiza un curso especial en el Ejército o la Fuerza Aérea, el cual es controlado por la CÍA. Se demora más o menos un año en obtener el grado de oficial y después se tiene que servir un año en un cargo militar. Después se regresa a Washington para un programa de entrenamiento de Oficiales Menores (JOT) y por último se le asigna a cumplir' un trabajo en la sede de la CÍA en Washington. Según sus cálculos esto me tomaría de cinco a seis años antes de ser enviado al extranjero, si yo desease entrar en operaciones secretas. Demasiado larga la espera pensé, antes de llegar a la parte buena. Gus sabía mucho acerca de mí; Dirigente Estudiantil, Honores Académicos y el resto. Yo dije que lo que más me gustó fue ser dirigente de los ejercicios del aniversario de Washington en febrero, cuando dimos un reconocimiento patriótico escrito al General Curris Lemay. Dije a Gus que los ejercicios eran la expresión más importante de "Patria" en la consigna de Notre Dame (por Dios, Patria y Notre Dame). El me dijo que considerara a la CÍA si cambiase de planes. Yo consideraría a la CÍA si la combinación militar se efectuarse pero Gus enfatizó que solamente quieren gente dispuesta a hacer carrera en la CÍA. Eso me dejaba afuera. Supongo que la CÍA trabaja mancomunadamente con el General Lemay y su Comando Aéreo Estratégico (Strategic Air Comand). Esta es la parte más importante del discurso que dio durante los ejercicios. "Nuestro patriotismo debe ser patriotismo inteligente. Debe ir más allá del nacionalismo ciego o el fervor patriótico emocional sin substancia. Debemos estudiar continuamente y comprender las corrientes cambiantes de nuestro ambiente mundial. De esta comprensión debemos llegar a firmes conclusiones morales. Y debemos ver que estas conclusiones se incorporen a nuestra política pública. Si mantenemos nuestra fe en Dios, nuestro amor a la libertad y poderío aéreo superior pienso que podemos mirar hacia el futuro con confianza. TAMPA, FLORIDA JUNIO 1956 Tengo un sentimiento extraño al estar de vuelta en Florida para pasar el verano, sin ningún plan de regresar al norte frío en el otoño. El clima miserable, la larga distancia hasta mi casa y los otros aspectos negativos del estudio en Norte Dame se desvanecen durante esta semana de apertura de clases. No más supervisores al acostarnos, ni órdenes de apagar la luz a media noche. No más asistencia obligatoria a misa, no más toques de queda. No más boletín religiosos que nos hacía sentir culpables de no haber atendido a una novena, una bendición, un rezo del rosario y no más miedo de ser expulsado por salir de farra. El fin ha llegado también, espero, a la frustración y soledad de vivir en una institución de hombres, sin compañía femenina. ¿Cómo será vivir sin la religión y disciplina de la universidad? Podía haber sido duro, pero nos estaban enseñando a vivir la vida virtuosa de un buen católico. De todas maneras, todavía tengo este temor constante de que después de todo me muera por accidente con un pecado mortal en el alma. La eternidad en el infierno es una preocupación de la cual no me puedo deshacer. Pero lo principal es insistir, no darse por vencido. Después de haber tomado todos esos cursos sobre religión la única persona a quién se podría culpar si no cumplo sería yo. Con la disciplina y la religión que hacen diferentes a los hombres de Notre Dame y después de cuatro años de entrenamiento yo debería poder superarme. El Almirante Arleigh Burke, Jefe de Operaciones Navales, discutió esto en su discurso para la ceremonia de graduación. Verdaderamente me impresionó:"Notre Dame simboliza muchas virtudes. Combina las virtudes de la religión y del patriotismo - servicio" a Dios, servido a la patria. Notre Dame significa fe – fe en el individuo y en la patria . . . autodisciplina, determinación y un espíritu combativo son parte integral del curriculum . . . estamos viviendo en un gran país donde hay igualdad de oportunidades, donde la justicia es real . . . somos una nación generosa . . . nunca seremos los agresores en guerra . . . somos una nación fuerte . . . tenemos aliados poderosos . . . pero más grande que toda esta fuerza es la fuerza de nuestros principios morales . . . nuestra Nación es el símbolo de la libertad, la justicia, la oportunidad, sin considerar bandera o ideología política . . . el comunismo ha sido y todavía es una prisión para los millones a quienes se les niega la oportunidad de aprender a ser responsables -para millones de otros seres que están forzados a dejar que pocos piensen por los muchos que hacen el trabajo ... Si menguamos nuestros esfuerzos tanto espirituales como materiales, nos hallaríamos navegando sin timón, nos hallaríamos sin la fuerza suficiente para enfrentamos con los fuertes vientos adversos que alguna vez tendremos que afrontar ... Se requiere un hombre fuerte y de corazón firme para capitanear en una tormenta". El Almirante da un gran discurso -no pudo haber sido más preciso ni más inspirado. En Notre Dame aprendimos que las responsabilidades de uno se extienden más halla de uno mismo a la familia, la comunidad y la nación, y que el respeto por la autoridad es la virtud de un ciudadano respetable. Este verano trabajaré de chofer de camión para ganar dinero y estudiar derecho este otoño. TAMPA, FLORIDA DICIEMBRE 1956 Fue un error estudiar Derecho en la Universidad de Florida. No me sentía integrado ni cómodo en el tumulto de las hermandades, los agasajos rutinarios. Pero tampoco soy un asceta. Supongo que era la falta de propósitos o quien sabe si no podía ajustarme a la enseñanza secular después de cuatro años de jesuitas y cuatro años de Notre Dame. Por lo menos me di cuenta, y me quedé sólo tres meses. Fui a hablar en la oficina de Conscripción y me dijeron que tendría unos seis meses antes del llamamiento. Es una perspectiva un poco triste, dos años perdidos como soldado raso, lavando platos y pelando papas. De todas maneras viviré con mis padres en Florida por unos meses y trataré de ahorrar un poco de dinero. Un conscripto sólo gana unos ochenta dólares mensuales y eso apenas alcanza para el trago y los cigarrillos. El problema es que hacer en materia de negocios. Mi padre y mi abuelo están comenzando una gran expansión con su negocio y cuentan conmigo para que trabaje con ellos. Se que ganaré mucho dinero pero no me puedo entusiasmar. ¿Por qué ese recelo de ingresar al negocio familiar? Cuando cambié a filosofía después de haber tomado un año de Administración de Negocios en Notre Dame pensé que lo hacía para obtener una educación más elevada. Pensé que como tantos otros podría aprender a manejar un negocio una vez dentro de él. Ahora que estoy trabajando con mi familia siento lo mismo que sentí cuando rechacé Administración de Negocios a favor de Filosofía. Desearía poder hablar con mi padre o mi abuelo acerca de esto pero me temo que les parecerá que me considero muy alto para dedicarme a lo que ellos dedicaron su vida. De todas maneras no voy a tomar decisiones apresuradas. Tengo seis meses para trabajar con ellos y después dos años en el ejército. TAMPA, FLORIDA FEBRERO 1957 Tiene que haber alguna manera de evitar perder dos años en el ejército. Le he escrito a la CÍA recordándoles mi entrevista con Gus y pidiéndoles que me reconsideraran. He recibido formularios de trabajo, una vez completados se los ha enviado, avisé a Virginia Pilgrim por teléfono, y ahora tengo que esperar. Virginia dijo que sus amigos en el Departamento de Personal procesarían mi solicitud lo más pronto posible dado el problema de la conscripción, pero parece que ya puede ser demasiado tarde porque la investigación de mi persona por razones de seguridad, puede demorar hasta seis meses, parece que la conscripción va a ganar. Gus me dijo que el programa JOT es estrictamente para gente que quiere hacer carrera en la CÍA y me ha estado interrogando en este sentido. No hay manera de saber hasta que aprenda un poco más, sobre lo que realmente es el trabajo en la CÍA, pero sé que estoy muy interesado en la política y las relaciones internacionales. Y mientras más viva aquí menos entusiasmo tengo de pasar mi vida dedicado al negocio de la familia. Vamos a ver qué tipo de alternativa me presenta la CÍA. Significará tres años de servicio militar en vez de dos, si me aceptan, pero seré un oficial mayor remunerado, será mejor trabajo (especialmente en la CÍA) y tendré tiempo para decidir. WASHINGTON DC ABRIL 1957 Me han llamado a Washington para una entrevista en la oficina del JOT que queda en Quarters Eye cerca del río Potomac. Esperé en el cuarto de recepción hasta que la secretaria llenó un pase de visita detallando mi nombre, dirección y propósito de la visita. El recepcionista también le puso la hora y selló el pase en grandes letras que decían: DEBE SER ACOMPAÑADO. Después me dio una tarjeta plástica de identificación que debería llevar prendida al saco todo el tiempo. La secretaria firmó como responsable y me condujo a la oficina. El hombre que me hizo la entrevista se llama Jim Ferguson. Pasamos media hora conversando de Notre Dame, el negocio de la familia y mi interés en una carrera en asuntos internacionales. Me acordé de mi conversación con Gus y señalé que por lo pronto sí estaba interesado en una carrera en la CÍA pero que sabía tan poco de la Agencia, que mis razones estaban necesariamente restringidas a un interés en relaciones internacionales. El me dijo que había organizado una serie de exámenes y entrevistas con oficiales que están a cargo del programa JOT, incluyendo al Doctor Eccies, Director del Programa. Si los exámenes resultan satisfactorios se efectuará una investigación completa sobre mis antecedentes por propósitos de seguridad, que puede demorar hasta seis meses. Pero en mi caso con el problema de la conscripción podrían pedir acción prioritaria y esperar que suceda lo mejor. La secretaria me dio un pedazo de papel blanco con los nombres de los edificios, oficinas y las horas en que debería presentarme para los exámenes que durarían tres días en total. Me explicó que en cada edificio tendría que presentarme a la recepcionista, la que a su vez llamaría a la oficina donde debería realizarse la entrevista para que alguien se responsabilice por mí. También me recordó llevar siempre visible la tarjeta de identificación y devolverla con el pase rosado de visitante al salir. Se me indicó utilizar un bus exclusivo de la Agencia para llegar a los distintos edificios. Durante mi primera visita a la oficina JOT, inmediatamente percibí la identificación fraternal que existía entre la gente de la CIA. Supongo que esto se debía en parte a que usaban un lenguaje especial "interno". Nadie hablaba de la "CÍA" 'Central Intelligence Agency", o siquiera "The Agency". Toda referencia a la Agencia se hacía por medio de la palabra "company" (compañía). Mi primera entrevista fue en el edificio norte con el personal médico, después me tuvieron alternando entre esa gente y la oficina llamada "Asesoramiento y Recreación" que quedaba en el edificio de Recreación y Servicios en el Paseo Ohio Drive. A pesar de que parecía que el cuerpo médico buscaba indicios de salud mental y física, y que Asesoramiento y Evaluación buscaban las cualidades especiales y necesarias en un agente de inteligencia, parecía haber poca diferencia entre los dos. Fue agotador, incontables horas completando cuestionarios de exámenes vocacionales de aptitud y personalidad. He leído los detallados procedimientos de exámenes elaborado por la oficina de servicios estratégicos durante la Segunda Guerra Mundial. Ahora puedo ver que todavía se usan. Stanford, Minnesota, Strong, Wechsler, Guilford, Kudor, Rorschach, algunos de estos exámenes son orales otros escritos. El peor fue la entrevista con el psiquiatra del grupo médico -realmente me molestó. Por fin terminé a eso del medio día del tercer día y tuve un par de horas libres antes de presentarme de vuelta a la oficina JOT. Decidí dar un paseo, compré un emparedado en el puesto de un ciego y después tomé el bus especial para trasladarme al edificio ejecutivo (estos puestos de emparedados atendidos por ciegos están en casi todos los edificios. Me imagino que es bueno para los ciegos tener trabajo, y la compañía los puede dejar pasar a los edificios porque están impedidos de leer los documentos secretos. Después fui al monumento a Washington. Mirando desde arriba del monumento a los edificios desde donde se dirige nuestra vida nacional, desde donde se defiende nuestra integridad en vista de las grandes amenazas externas y donde se armoniza la pluralidad de conflictos domésticos; reconocí que la participación en el gobierno es mi objetivo a largo plazo. No me importa si viviré más abajo del nivel económico de mis padres, ni tampoco el no tener raíces en una comunidad. Trabajando en la CÍA preferentemente en el extranjero, con un conocimiento íntimo sobre el accionar y las decisiones de gobiernos amigos y enemigos me permitirá vivir en un ambiente constantemente excitante, a más de ser una ocupación estimulante en el sentido intelectual, yo sería un guerrero contra la subversión comunista, la erosión de la libertad y los derechos humanos en todo el mundo un patriota dedicado a la preservación de mi patria y nuestro modo de vida. Dejé el monumento cruzando a través del círculo de banderas americanas y regresé a Quarters Eye sintiendo más confianza en mí mismo que en cualquier otra ocasión desde que llegué aquí. Después del procedimiento habitual de la firma, la tarjeta de identificación, el pase rosado de visitante y la persona que me acompañaría, fui recibido de vuelta por Ferguson que me dijo que los primeros resultados de los exámenes eran bastante buenos. Mientras esperaba al Doctor Eccies, Ferguson dijo que me iba a informar del programa militar que tenían proyectado. Primero me previno que el programa era de carácter confidencial y que no debía discutirlo con nadie fuera de la agencia. A petición suya firmé un documento manifestando que lo que aprendería era información relacionada con la seguridad nacional y prometiendo que no la divulgaría. Ferguson describió el Programa Militar. Cuando la investigación de seguridad se complete seré llamado de vuelta a Washington donde ingresaré a la fuerza aérea. Después de tres meses de entrenamiento básico seré asignado lo más pronto posible a una clase de la escuela para candidatos a oficiales (en la Base de la Fuerza Aérea Lackland en San Antonio, Texas). Después de cursar la escuela para candidatos a oficial, seré enviado a una Base de la fuerza Aérea de los EE. UU. y con suerte mi trabajo se dará en el Servicio de Inteligencia de las FF. AA. Ferguson explicó que la compañía no controla las misiones encomendadas por la Fuerza Aérea después de completar el OCS, pero cada vez hay más gente de la compañía haciendo 8U servicio militar y que son asignados a trabajos de inteligencia durante el año obligatorio de deberes militares. Después de un año en la Base de la Fuerza Aérea seré trasladado a una unidad de las FF. AA. en Washington que es efectivamente una unidad disfrazada de la Compañía. Es ahí que mi entrenamiento formal comenzará. La secretaria vino y me dijo que el Doctor Eccies me recibirá. Virginia me había dicho que era necesaria la aprobación del Doctor Eccies para ser aceptado. Me había preparado para esta entrevista. El resultó ser un hombre de gruesas pestañas, con lentes, de unos sesenta años de edad y con una mirada sumamente autoritaria. Me preguntó porqué quería ser un Agente de Inteligencia y cuando le contesté que me interesaban los asuntos externos del país, él trató de hacerme sentir incómodo. El dijo que la política externa es para los diplomáticos; los oficiales de inteligencia solamente recogen información para pasarla a otros que deciden la política. También me dijo que quizás debería buscar trabajo en el Departamento de Estado. Yo respondí que talvez debería pero que no conocía lo suficiente sobre la agencia como para tomar una decisión. Añadí que me gustaría ingresar al programa para conocer. Entonces él me afirmo que no querían hombres dispuestos a dejar la CÍA en cuanto terminaran el servicio
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