«Deborah Kruel» es la primera novela de Ramón Illán Bacca. Una pieza clásica del género del espionaje en Colombia, parodia que se mueve también en otros niveles que expresan con vigor la versatilidad y agudeza del escritor samario. El relato empieza con un fragmento de prensa que informa sobre la presencia de un bombardero alemán en la Guajira. El reportero Gunter Epiayú inicia una investigación basada en una extraña trama de espionaje y contraespionaje. Y de otro lado, busca averiguar quién fue Deborah Kruel, una enigmática mujer que sirve de telón de fondo a esta apasionante historia. Otra faceta narrativa la conforman los monólogos de Benjamín Avilés, ¿un «alter ego» del escritor?, un adolescente precoz, lector de novelas y quien sufre de una miopía progresiva, y que sirve de cómplice para revelar el misterio. “Pero la gracia de la novela, su vida, se encuentra en otra parte: en el regreso a ese principio generador que está en las raíces del género, la anécdota amena y la atalaya del chisme”. En una literatura plagada de solemnidad y dramatismo, la pluma irónica de Bacca, alcanza aquí momentos inolvidables en la literatura colombiana.