Sin embargo, Giulio no recuerda nada de lo ocurrido. En su memoria hay un vacío impenetrable, una dolorosa amnesia como la que parece afectar al pueblo, que intenta olvidar desde hace años el Día del Puente, que acabó con la vida de siete personas.
Bajo un manto plácido e idílico en apariencia se ocultan tóxicos misterios, pero todo se desvelará cuando se derrita la nieve y florezca el espino blanco.