Cocina Colombiana para amantes del buen gusto: una aproximación a la producción de la diferencia desde la Nueva Cocina Colombiana Por: Jenny Lizeth Castillo Ríos Requisito parcial para optar al título de Antropólogo Diana Ojeda Directora Antropología Facultad de Ciencias Sociales Universidad Javeriana 2014 1 Agradecimientos Durante este camino, que parcialmente culmina con la realización de este proyecto, he contado con el entero apoyo de mi familia. Por tal razón, quiero agradecer a mis padres y hermanos por su compresión y cariño. Especialmente agradezco a mi abuela a quien debo gran parte de mi formación como persona y quien me ha enseñado que con fuerza y perseverancia los obstáculos son superables. Así mismo, a los compañeros y profesores que me han acompañado en este proceso de aprendizaje, sin ellos este camino recorrido no habría sido tan interesante. A mi directora y apoyo le agradezco infinitamente su paciencia y comprensión, nada habría sido posible sin ella. Mil gracias Diana. A todos los colaboradores de este proyecto quienes aportaron gran parte de su tiempo y conocimiento para su desarrollo. Especiales agradecimientos a Álvaro Ibáñez, Laura Hernández, Erik Contreras, Diana Vernot, Francisco Jiménez y Juana Camacho. Finalmente agradezco a todos mis amigos cercanos quienes de una u otra forma fueron de gran ayuda en este proceso. Muchas gracias por su apoyo. 2 Tabla de Contenidos Agradecimientos ………………………………………………………………………….............. 2 Introducción …………………………………………………………....................………............. 5 Capítulo I I. La emergencia de un nuevo fenómeno culinario: La Nueva Cocina Colombiana…………… 13 I.I. Diferenciadores culinarios…………………………………………………………………………13 I.II. Un acercamiento a la cocina colombiana producida por la “élite culinaria” del país…. 19 Capítulo II II. Cocina tradicional innovada: la profesionalización de la cocina para consumidores de “buen gusto” ……………………………………………………………………………………………… 23 II.I. Cocina colombiana tradicional............................................................................................23 II.II. La innovación de la tradición y la profesionalización de la cocina colombiana…………26 II.III. Consumo y buen gusto ………………………………………………………………………......33 3 Capítulo III III. Celebración de la diversidad: “turistificación” del patrimonio culinario colombiano……36 III.I. El discurso de la diversidad y el reconocimiento de la diferencia en la Nueva Cocina Colombiana ……………………………………………………………………………………………….. 36 III.II. Salvaguarda de “las cocinas tradicionales” desde el Ministerio de Cultura y el Viceministerio de Turismo………………………………………………………………………….…… 40 III.III. Cocinas tradicionales y turismo cultural………………………………………………....… 45 Conclusiones ¿Rescate para quién? ……………………………………………………………………………………..48 Bibliografía Citada ………………………………………………………………………… 51 4 Introducción ¿Qué sería de la existencia humana sin comida? No existe una sola persona o grupo humano que pueda prescindir de ella. El alimento permea todos los contextos y grupos humanos y a partir de este se tejen relaciones y desarrollan dinámicas entre sujetos, así como con el entorno que los rodea. Según Belasco y Scranton (2002) el alimento cohesiona y sus significados y usos se extienden mucho más allá de su aspecto nutricional. Así mismo la transformación de alimentos crudos en productos cocidos, en platos y festines, reflejan versatilidad y adaptabilidad. Alrededor de este proceso de transformación se construyen prácticas y tradiciones de tipo social y cultural, y además se establecen cadenas de intercambio de todo tipo. Así, la comida, entendida como una “metáfora, símbolo, o agente a través del cual las personas se comunican e interactúan” (Humphrey: 1989 ,6), ha sido un importante objeto de estudio en la antropología desde sus inicios ya que a través de esta han sido exploradas y entendidas formas de organización social, procesos de transmisión e intercambio de conocimiento, dinámicas de producción agrícola, entre otros. Adicionalmente, los fenómenos relacionados con la comida están atravesados por dinámicas y relaciones de poder que transitan en todas las escalas y niveles, y es por esta razón que ha sido considerada como un importante vehículo de aproximación a fenómenos y contextos que se han venido desarrollando a través del tiempo. Al atravesar, y estar atravesada por, una serie infinita de procesos de orden cultural, social, político, económico y ambiental, la comida ha permeado diversas esferas de las cuales se desprenden múltiples campos de análisis: desde los procesos de producción agrícola, pasando por las artes culinarias y la gastronomía, hasta la exportación e importación de alimentos y materias primas. Dentro de cada uno de estos campos y desde diversas perspectivas teóricas se desarrollan estudios relacionados con la comida, los cuales deben ser entendidos desde la complejidad de los procesos, de diverso orden, que la rodean. Particularmente, la antropología parte de la premisa según la cual “el hecho fisiológico de comer está enmarcado en un contexto cultural” (López: 2009), sin desconocer que los fenómenos de tipo económico, político y ambiental permean procesos relacionados con el alimento, tales como las cadenas de producción e intercambio, la elección de ingredientes y la transformación de alimentos crudos a través de la cocción, entre otros. Así, la antropología de la alimentación está interesada en “encontrar la lógica significativa social y cultural en la comida [,] en ver cómo la comida clasifica hechos, personas, espacios y tiempos 5 [y sugiere] qué significados sociales se desprenden de esas clasificaciones” (López: 2009,25) En este sentido, la alimentación se convierte en un elemento a través del cual las dinámicas sociales y culturales pueden ser estudiadas. Pese a que la antropología ha partido del alimento para entender dinámicas sociales y culturales, este no es un campo exclusivo de esta disciplina y es así como durante los últimos 20 años un gran número de académicos de diferentes áreas del conocimiento se han dedicado a los estudios de la comida, analizando principalmente de la producción y suministros de alimentos, los patrones de comestibilidad, y en general diversos aspectos culturales de la alimentación que dan cuenta de complejas dinámicas que se desarrolla teniendo la comida como centro (Albala: 2012). En este sentido, los estudios de la cocina y la comida han sido considerados como un campo emergente desde el punto de vista cultural que se desarrolla en sociedades de consumo en un contexto globalizado y multiculturalista. Así los fenómenos gastronómicos y de las cocinas en general se desarrollan en un contexto interconectado por dinámicas sociales, culturales, ecológicas, económicas y políticas a nivel local y global. De este modo, la cocina es un proceso inserto en la vida social a través del cual pasan relaciones de poder en todas las escalas y niveles por lo cual funciona como una ventana para entender procesos sociales particulares. De modo que raramente la cocina es la motivación primaria de análisis y es más un fenómeno que ilumina otros procesos sociales, razón por la cual algunos científicos sociales están menos interesados en la cocina en sí misma y más en esta como una “metáfora, símbolo, o agente a través del cual las personas se comunican e interactúan” (Belasco y Scranton: 2002 ,6). Para efectos de esta investigación, la comida será abordada como un punto de partida a través del cual entender dinámicas sociales particulares, marcadas por relaciones de poder. En este sentido, la comida como un dispositivo de poder es el vehículo a través del cual se explora la producción y reconocimiento de la diferencia en un contexto particular. De este modo, se busca entender como está siendo pensada la otredad a través de la exploración de la producción y consumo de ciertos alimentos y cocinas. Así, la cocina es entendida en esta investigación como un elemento que cohesiona y da identidad a un grupo particular, a la vez que distingue y marca diferencias entre unos y otros individuos. La cocina es un amplio elemento que da cuenta de un sin número de dinámicas y procesos sociales, políticos, económicos, culturales y ecológicos. En esta investigación se abordara un fenómeno culinario de reciente emergencia, el cual se basa en la reinvención de la cocina tradicional 6 colombiana a través de la aplicación de técnicas y tecnologías culinarias producida para un grupo de consumidores con características particulares. Este fenómeno culinario, definido a lo largo de este proyecto como Nueva Cocina Colombiana, es el punto de partida para comprender cómo se produce y exacerba la diferencia étnica y de clase en un contexto urbano en donde algunos fenómenos tales como la reciente profesionalización de la cocina y el turismo juegan un papel fundamental. El interés por la exploración de este fenómeno culinario en desarrollo surgió de mi acercamiento a la propuesta de chefs como Leo Espinosa, Catalina Vélez, Eduardo Martínez o Diana García, quienes a través de sus restaurantes, canales de televisión, revistas y periódicos, exponían una versión particular de la cocina colombiana. Conforme me acercaba a esta propuesta crecía mi interés por entender de donde había y surgido, y hacia donde apuntaba. Así, fui comprendiendo que esta propuesta, inspirada en los saberes culinarios tradicionales colombianos, tiene como objetivo el “exponer un poco de la biodiversidad y la diversidad cultural del país a locales y extranjeros” (Entrevistas chefs, Bogotá: 2013), lo cual me ha llevado a cuestionar la forma en que es pensada y representada la colombianidad, la diversidad de la nación y las identidades regionales, pero principalmente, cómo son pensados los sujetos que producen y consumen las cocinas autóctonas, tradicionales y regionales, estos son los sujetos que encarnan la tradición, en otras palabras ¿Cómo es producida y representada la diferencia en el marco de la Nueva Cocina Colombiana? Entonces ¿Quiénes son esos colombianos que merecen ser rescatados, reconocidos y representados a través de su gastronomía? ¿Cómo son estos colombianos? ¿Son ellos diferentes a los chefs e investigadores que buscan rescatar sus saberes culinarios? ¿Son diferentes a los comensales que buscan consumir (los) a través de sus platos e ingredientes autóctonos? ¿Qué características tienen a parte de su colombianidad? Así, mi interés se centra en entender como están siendo pensados y representados estos otros, sujetos con características específicas que surgen de una relación diferencial entre estos y el grupo de “gurús -chefs, investigadores gastronómicos y gourmets” (Martínez: 2013).En este sentido, la producción del otro parte de supuestos sobre su “ser”, “hacer”, así como su “lugar” (lugar espacial y social), los cuales son construidos relacional y diferencialmente, es decir desde la comparación con el sí mismo y transmitidos en las interacciones sociales. Con esto me refiero a que las ideas sobre los otros (en la mayoría de los casos) parten de 7 estereotipos e imaginarios sobre estos que se transmiten casi como verdades irrefutables en las relaciones diarias. La Nueva Cocina Colombiana surge en un contexto de revaloración de las cocinas tradicionales, regionales y étnicas, inspirada por el consumo de experiencias diversas, auténticas y tradicionales a través de la comida. Así, este fenómeno culinario nace en el marco de un reciente boom de las comidas tradicionales, regionales, nacionales, y étnicas que se viene desarrollando a nivel mundial, como respuesta a procesos como la globalización, el capitalismo y el flujo de personas a través de migraciones y turismo masivo. No obstante, la aparición de este tipo de cocinas no es exclusiva de contextos transnacionales, sino que también se genera como respuesta a dinámicas globales en contextos nacionales. Las razones que sustentan el surgimiento de nuevas propuestas culinarias basadas en las cocinas tradicionales, étnicas y regionales son variadas y depende en gran medida de los contextos en los que se desarrollen. Por ejemplo, en algunos contextos transnacionales la revaloración de este tipo de cocinas surge como una forma de resistir los cambios y transformaciones culturales. Sin embargo, su desarrollo también puede estar relacionado con dinámicas como el turismo y la mercantilización de experiencias a través de la comida. En Latinoamérica, Perú ha sido pionero en la reinvención de la cocina tradicional peruana. Al respecto, Mariano Valderrama explora la “revolución gastronómica peruana” (Lauer, M y Lauer, V: 2006 en Valderrama: 2009), entendida como un fenómeno que se ha desarrollado a lo largo de la última década en un contexto en donde “era evidente el menosprecio por lo sabrosamente autóctono y la debilidad patológica por lo que viniera de afuera, y si era de Europa mejor” (Valderrama: 2009, 166) y sugiere que el boom gastronómico peruano, el cual parte de la reelaboración de las cocinas regionales y étnicas, surge como un proyecto en el cual la cocina peruana es concebida como “una actividad económica que está fuertemente ligada al turismo, de modo que el creciente interés mundial por este tipo de cocina ha posicionado a Perú como un importante destino dentro del turismo gastronómico” (Valderrama: 2009, 170). De este modo, la gastronomía peruana no solo ha generado grandes aportes a nivel económico, sino que “se ha convertido en un factor de reafirmación de la identidad, de revaloración de comidas regionales y de los productos agropecuarios e hidrobiológicos [] en medio del proceso de internacionalización que vive el país” (Valderrama: 2009, 173). 8 La revolución gastronómica peruana refleja un proceso de revaloración de las cocinas regionales y étnicas en un contexto globalizado y transnacional, y da cuenta tanto de procesos de transformación, a través de la presentación y preparación de los platos dirigidos a un público extranjero, como de permanencias, expresadas en los discursos de reafirmación de identidades nacional y regionales en contextos donde el flujo de capital, tecnologías, y personas, a través del turismo y de las migraciones a nivel nacional e internacional, sacuden ciertas nociones sobre la “peruanidad”. De este modo, se hace evidente que la revaloración de las cocinas tradicionales, étnicas, regionales y nacionales, es un fenómeno que se viene desarrollando a escala mundial y está fuertemente relacionado con los movimientos de personas en la forma de migraciones y turismo, el consumo, y la globalización entre otros. Así mismo, este proceso surge como una forma de resistir los cambios y transformaciones producidos por la interacción entre bienes, ideas y personas, o bien como una alternativa turística que le permita al consumidor “cosmopolita de clase media, local o extranjero”, consumir una experiencia autentica del otro a través de su cocina. Siguiendo este ejemplo, el fenómeno de la Nueva Cocina Colombiana surge como un proyecto de revaloración e innovación de la cocina tradicional colombiana anclado a procesos globales y locales articulados a dinámicas sociales, culturales, políticas y económicas. Así, este proyecto culinario no se desarrolla aisladamente y por el contrario se articula con otros proyectos culinarios desarrollados en Latinoamérica y el mundo. Aunque no ahondare en el análisis del caso peruano este sire para esbozar el contexto en el cual surge la Nueva Cocina Colombiana. Así, el desarrollo de nuevas propuestas culinarias basadas en la revaloración y rescate de las cocinas tradicionales y étnicas colombianas están atravesados por dinámicas globales que se han gestado en diferentes círculos, estatales y no estatales, como el Ministerio de Cultura y el Viceministerio de Turismo por un lado, y el gremio de restaurantes e instituciones académicas por el otro. En cada uno de estos contextos las cocinas tradicionales son entendidas y abordadas desde diferentes perspectivas, no obstante mi interés se centra en la producción de cocina tradicional innovada en restaurantes y academias de cocina, sin desconocer los aportes del Ministerio de Cultura y el Viceministerio de Turismo en este proceso. Localizada en un contexto de producción culinario en donde la innovación es un elemento indispensable para la mercantilización de experiencias a través de la comida me intereso por explorar el fenómeno de la Nueva Cocina Colombiana con el propósito de entender como la cocina 9 sigue funcionando como un marcador de clase y etnicidad en el contexto colombiano actual. Así, vale la pena cuestionar ¿por qué es importante rescatar y salvaguardar las cocinas tradicionales colombianas? ¿A qué intereses responde este proceso? Y más importante aún ¿Para quién se rescatan estas cocinas? Estas son cuestiones que busco explorar y entender con el objetivo de guiar mi cuestionamiento principal relacionado con la producción de la diferencia desde la salvaguarda de la tradición (lo cual implica que no es necesariamente estática y es susceptible de cambio o innovación) y la profesionalización de la cocina. Así, este análisis busca entender como participan y están siendo entendidas las comunidades portadoras de saberes tradicionales dentro de este proceso. ¿Pero por qué es importante analizar este fenómeno? En primer lugar, la producción de cocina tradicional innovada, basada en la revaloración de tradiciones culinarias colombianas, es liderada por expertos en diferentes áreas (gastrónomos, antropólogos, sociólogos, periodistas, etc.) quienes buscan salvaguardar los saberes tradicionales de comunidades campesinas, negras, indígenas, y raizales del país. Estos procesos de salvaguarda son desarrollados por actores externos a las comunidades y no desde las comunidades poseedoras de los saberes tradicionales, lo cual permite pensar sobre el ejercicio del poder a través de la contienda entre saberes expertos y populares, entre otros procesos. En otras palabras, este fenómeno plantea una reflexión sobre la profesionalización del saber popular, y sobre cuestiones tales como: ¿Por qué el conocimiento popular y tradicional debe ser validado a través del conocimiento experto? ¿Es acaso imposible movilizar y salvaguardar los saberes populares y tradicionales prescindiendo del discurso experto? Volviendo a la pregunta central, este nuevo proyecto culinario parte de una forma particular de entender lo tradicional, y junto a la tensión entre saber experto y popular abre el camino para explorar como está siendo pensado y enmarcado (rotulado) el “otro” a través de nociones sobre su “ser” y “hacer”. Así, mi interés se centra en la exploración de la producción de diferencia desde la tensión tradición/ innovación, y saber tradicional/ saber experto, lo cual no solo se traduce en transformaciones sino también en desigualdades. Siguiendo esta línea, me intereso por el análisis de la noción “tradición”, en tanto rasgo “constitutivo” de comunidades campesinas, afro, indígenas y raizales dentro de este proceso culinario. Así, es a través de la tradición que son reconocidos (y vale la pena que sean reconocidos) los sujetos dentro de este proceso innovación de cocinas tradicionales. En este sentido, exploro el 10
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