UNIVERSIDAD NACIONAL MAYOR DE SAN MARCOS FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES UNIDAD DE POSTGRADO Coca y wachuma: sus prácticas y significados en la cultura andina y en Lima TESIS Para optar el grado de Doctor en Ciencias Sociales con especialidad en Antropología AUTOR Leonardo Feldman Gracia ASESOR Rodrigo Montoya Rojas Lima, Perú 2011 COCA Y WACHUMA: SUS PRACTICAS Y SIGNIFICADOS EN LA CULTURA ANDINA Y EN LIMA 2 CONTENIDO INTRODUCCIÓN………………………………………………………………………......4 CAPÍTULO 1: ESTADO DE LA CUESTIÓN……………………………………………19 I PARTE COCAMAMA Y WACHUMA: UN ESTUDIO COMPARATIVO DE SUS HISTORIAS, USOS TRADICIONALES Y RITOS CAPÍTULO 2. COCAMAMA: HISTORIA Y USO TRADICIONAL…...………………84 CAPÍTULO 3: WACHUMA: HISTORIA Y USO TRADICIONAL……………………147 CAPÍTULO 4: HALLPAY Y MESADA, ESTUDIO COMPARATIVO DE DOS RITOS ANDINOS………………………………………………………….….190 CAPÍTULO 5: ANALOGÍAS Y DIFERENCIAS EN LAS PRÁCTICAS Y SIGNIFICADOS DE LA COCA Y DEL WACHUMA EN LA CULTURA ANDINA...227 II PARTE LA SITUACIÓN EN LIMA: APORTES DEL TRABAJO DE CAMPO, ANTROPOLOGÍA URBANA DE DOS PLANTAS MAESTRAS Primer bloque. Hoja de coca: el akulliku y las ofrendas CAPÍTULO 6: EL AMAUTHA TAHUIRO Y EL WILLKA WASI……………………251 CAPÍTULO 7. MÁXIMO Y RITA: LA FAMILIA DE LA MAMAKILLA……………302 CAPÍTULO 8: LA “COORDINADORA DE AYLLUS Y PANAKAS” Y LA CONGRESISTA HILARIA SUPA………………………………………………..341 CAPÍTULO 9: EL GRUPO PACHACÁMAC Y LOS PEREGRINAJES POR LAS WAKAS DE LIMA………………………………………………………………………375 CAPÍTULO 10: OTRAS PRÁCTICAS Y EXPERIENCIAS CON HOJAS DE COCA..408 Segundo bloque. Harina de coca: alimento y medicina CAPÍTULO 11. ORIGEN DE UN NUEVO PARADIGMA: LA HARINA DE COCA COMO ALIMENTO Y MEDICINA………………………………….……..442 CAPÍTULO 12: LA REVOLUCIÓN DE LA HARINA DE COCA…………………….447 CAPÍTULO 13: LA INDUSTRIALIZACIÓN DE LA COCA…………………………..516 Tercer bloque. Wachuma y espiritualidad andina CAPÍTULO 14: ANTHONY HENMAN………………………………………………...554 CAPÍTULO 15: AGUSTIN GUZMÁN………………………………………………….583 CAPÍTULO 16: MARY ANN EDDOWES……………………………………………...603 CAPÍTULO 17. UNA GENERACIÓN SIN MAESTROS: EL USO DE WACHUMA EN LA JUVENTUD LIMEÑA……...……………………………………628 CONCLUSIONES………………………………………………………………………..658 BIBLIOGRAFÍA…………………………………………………………………………661 ANEXO. AUTOETNOGRAFÍA: MI EXPERIENCIA CON EL WACHUMA………...678 3 INTRODUCCIÓN En esta tesis trato de responder dos preguntas: 1) ¿Cuáles son las analogías y las diferencias entre las prácticas y significados que tienen la coca y el wachuma en la cultura andina, considerando la historia y el uso tradicional de ambas plantas? 2) ¿Qué nuevas prácticas y significados tienen la coca y el wachuma en los recientes años en Lima? La hipótesis correspondiente a la primera pregunta, es la siguiente: Entre las prácticas y significados que tienen la coca y el wachuma en la cultura andina, habría profundas analogías. El uso tradicional de ambas plantas habría servido para reproducir y mantener vital a la cultura andina en algunos de sus rasgos fundamentales: -la existencia misma de la coca y el wachuma: dos “plantas maestras” que incluyen especies domesticadas hace unos 5 milenios antes del presente, en el contexto de la formación de la civilización andina; -la perviviencia del uso tradicional de estas plantas a través de extensos “ejes de salud” o “áreas culturales” de ascendencia prehispánica, que desbordan los límites de los actuales países andinos; -la reproducción de dos clases de “sacerdotes andinos”: los paqos, yatiris y hampiq (especialistas en el uso ritual de la coca) y los curanderos norteños (especialistas en el uso ritual del wachuma); -la conservación de formas rituales para comunicarse con los antepasados y con los seres sagrados con fines de diagnóstico, sanación u otros; -la práctica y reproducción de la espiritualidad andina (basada en concepciones sobre dualidad, cuatripartición, la pachamama, los apus y las wakas). Entre las prácticas y significados que tienen la coca y el wachuma en la cultura andina, habría diferencias: -botánicas: coca y wachuma pertenecen a distintas familias botánicas; -en el contenido químico y la acción sicotrópica: el wachuma tendría un efecto sicoactivo más extenso (unas 10 horas) e intenso; el efecto del akulliku de coca es relativamente breve (1 hora como máximo) y suave; 4 -en el contexto social de uso: la coca estaría asociada a una tradición quechua, el wachuma a una tradición mestiza; -la coca abarcaría tres tipos de prácticas: espirituales, medicinales y nutricionales (es un alimento); el wachuma dos, pues carece de la parte nutricional; -la coca sería de consumo cotidiano y general, mientras el uso del wachuma sería más especializado y ocasional; -la coca, ofrecida a través de kintus o ramilletes de hojas seleccionadas, representaría el elemento central en las ofrendas andinas; el wachuma no sería empleado como ofrenda. Es oportuno considerar también la contrahipótesis, según la cual, coca y wachuma no tendrían una presencia significativa en la cultura andina, ni en el pasado prehispánico ni en el uso tradicional (Rospigliosi, 2004). Además, no serían comparables por ser plantas muy diferentes en sus efectos y sus roles sociales. La hipótesis correspondiente a la segunda pregunta, es la siguiente: En Lima, en el contexto de la espiritualidad andina, coca y wachuma habrían adquirido nuevas prácticas y significados: -el uso de la hoja de coca, en el chakchado o akulliku y en las ofrendas andinas, se estaría extendiendo a través de la población limeña; -la harina de coca a partir del año 2005 habría sido incorporada como alimento y medicina, popularizándose su uso en todas las clases sociales; -estarían surgiendo nuevos especialistas en el uso del wachuma, nuevas formas rituales y contextos de uso. La contrahipótesis es que el uso de la coca y el wachuma en Lima se estaría reduciendo a medida que se expande el “progreso” y la modernidad, y estaría destinado a desaparecer (Chiappe Costa, 1974: 88; Rospigliosi, 2004). Los objetivos, correspondientes a cada pregunta, son los siguientes: 1) Establecer una dimensión comparativa entre la coca y el wachuma en el contexto de la cultura andina, considerando las historias milenarias y los usos tradicionales de ambas plantas. 5 2) Identificar las nuevas prácticas y significados que adquiere el uso de coca y de wachuma en Lima durante los recientes años. Se conoce como “coca” a dos especies de arbustos del género Erythroxylum1 -E. coca y E. novogranatense-, domesticadas y cultivadas en las vertientes oriental y occidental de los Andes respectivamente desde –por lo menos- 5 milenios antes del presente. El uso de hojas de coca en el pasado prehispánico está documentado por la arqueología, la iconografia y los documentos coloniales, que testimonian: “Es tan agradable la cuca a los indios, que por ella posponen el oro y la plata y las piedra preciosas (...)” (Garcilaso de la Vega, 1976: II, 180). Hoy la coca sigue siendo una planta sagrada de la cultura andina, usada de forma tradicional (a través de chakchado y como elemento para las ofrendas andinas) por millones de personas en Bolivia, Perú, Argentina y Colombia. La coca es la base de especializaciones en el campo espiritual y medicinal, permite la conexión del hombre con lo sagrado y es un elemento vital en las ofrendas. Desde 1961, leyes internacionales prohiben el transporte y consumo de coca fuera de los países que la producen (Colombia, Perú y Bolivia). No tan famoso como la coca es el “wachuma”, nombre antiguo y aún vigente de un cactus sagrado de la región andina, más conocido como “San Pedro”2, que incluye unas seis especies, entre las cuales la “clásica” es Echinopsis pachanoi. Sus ramas columnares, con espinas pequeñas, alcanzan hasta 15 cm de diámetro y tres metros de altura. Este cactus ha sido representado en la iconografía chavín, nasca, mochica, y de otras culturas prehispánicas de los Andes. Durante la primera mitad del siglo XVII, la Iglesia Católica emprendió una campaña para la “extirpación de idolatrías”; en este contexto, el wachuma aparece como un obstáculo para la cristianización de los nativos. Pese a la persecución de que fue objeto tanto el cactus como los especialistas en su uso ritual, hoy el wachuma ocupa un rol central en la medicina tradicional del norte del Perú. Una tesis doctoral implica un recorrido del autor con relación a la materia de estudio. En este caso, los antecedentes se remontan a mi encuentro con la coca y el wachuma, y al 1 El género Erythroxylum abarca unas 250 especies originarias de las zonas tropicales americanas. 2 En esta tesis, he optado por utilizar el término “wachuma” –en vez de “San Pedro”- porque es el nombre autóctono actualmente vigente en el contexto tradicional. He preferido referirme a “el” wachuma (y no a “la” wachuma como otros autores), puesto hay una coincidencia generalizada en que este cactus tiene un espíritu masculino (a diferencia de la coca que es femenina). 6 camino recorrido con estas plantas a partir de entonces. Debo reconocer que la coca y el wachuma influyeron decisivamente en el curso de mi vida. Podría afirmar, al igual que Alex (joven limeño que entrevisté para esta tesis): “El wachuma fue lo que marcó mi vida, yo soy lo que soy por el wachuma... hay también otras plantas, está la willka, la ayawaska, todas son maestras, pero siempre tenemos una que fue la que nos agarró desde el principio y nos inició, a mí me tocó el wachuma (...)” (Alex, 20.10.08). A través del empleo ritual de coca y de wachuma encontré la salud, el equilibrio y el sentido de mi vida. Estas plantas han sido mis guías y maestras, con quienes he recorrido un camino de conocimiento. Primero despertaron en mí una etapa creativa, que se ha reflejado en la publicación de dos poemarios (Feldman 1994, 2006) y en la práctica de las artes plásticas. Luego me impulsaron a radicarme en Lima para cursar la Maestría en Arqueología Andina, con la finalidad de realizar una tesis sobre el uso de wachuma en tiempos prehispánicos, particularmente en Chavín de Huántar. En el año 2005 comencé a laborar en el Proyecto Especial Arqueológico Caral Supe (PEACS). En este contexto, tuve la oportunidad de llevar a la práctica el uso ritual de la coca y el wachuma. “Viaje Místico a Caral” fue un programa de ritos andinos con luna llena y ofrenda a la tierra, que tenía lugar en la “Ciudad Sagrada de Caral”. De retorno en Argentina, continué realizando ritos andinos a través del uso de ambas plantas maestras, como la manera apropiada de lograr el autoconocimiento, la sanación y aprehender de manera vivencial la cosmovisión andina. En la tesis de maestría había sostenido que la historia cultural del cactus wachuma se remonta a los orígenes de la cultura andina3, y tuvo una importancia central en el “culto Chavín”, un movimiento espiritual panandino que se produjo hacia 1000 años a. C. Con el correr del tiempo fui descubriendo que la única otra planta maestra que tenía una historia documentada y un uso tradicional tan fuertemente arraigado en la cultura andina, era la coca. No existen antecedentes de estudios comparativos (con la misma metodología) sobre la historia y el uso tradicional de la coca y el wachuma4, ni siquiera se han señalado semejanzas –o diferencias- ocasionales o puntuales. Surgió entonces el interés de un estudio comparativo. 3 Por las evidencias botánicas de presencia y uso de wachuma en la cueva de Guitarrero, Ancash, desde 10 milenios antes de presente (Feldman, 2006). 4 La comparación más usual entre plantas sicotrópicas ha sido entre wachuma y ayawaska, desde la perspectiva de la medicina tradicional (Chiappe Costa, 1979). 7 Por otro lado, actualmente la coca y el wachuma son objeto de un intenso uso en Lima, en el contexto de la “espiritualidad andina”. Hay buenos estudios etnográficos sobre el uso de coca y de wachuma en áreas rurales o semi urbanas; sin embargo no hay ninguna investigación con trabajo de campo antropológico sobre prácticas y significados de estas plantas en una urbe latinoamericana en los años recientes. Ese es el vacío sobre el cual se proyecta la segunda pregunta de este estudio, en el escenario específico de la ciudad de Lima.5 El“Capítulo I: Estado de la Cuestión”, consta de tres secciones. En la primera, “Plantas maestras y espiritualidad andina”, se trata el concepto de “plantas maestras” desde la perspectiva antropológica, como un rasgo cultural de los pueblos originarios de América; las persecuciones de las que han sido objeto estas plantas por parte de la Iglesia Católica y de la psiquiatría; se define el concepto “cultura andina”; se justifica el empleo de la categoría “espiritualidad andina”, se exponen sus orígenes y características. La segunda sección, “Estado de los conocimientos sobre la coca”, contiene los siguientes puntos: Sigmund Freud y el descubrimiento de las propiedades y efectos de la cocaína; la “prédica psiquiatría”: satanización y prohibición de la coca y de la cocaína; la farsa de “la guerra contra las drogas”; reivindicación académica de la hoja de coca; botánica y farmacología; arqueología: evidencias y estudios sobre el uso de coca en tiempos prehispánicos; historia: referencias y estudios sobre el uso de coca en tiempos coloniales; antropología: estudios sobre el uso tradicional de hojas de coca. La tercera sección, “Estado de los conocimientos sobre el wachuma”, contiene: botánica y farmacología; arqueología: evidencias y estudios sobre el uso de wachuma en tiempos prehispánicos; historia: referencias y estudios sobre el uso de wachuma en tiempos coloniales; estudios de “psiquiatría folklórica”; antropología: estudios sobre el uso tradicional de wachuma. La primera parte de la tesis no implica trabajo de campo, sino que toma como base fuentes antropológicas, documentos coloniales y evidencias arqueológicas de uso de estas plantas en el pasado prehispánico. A partir de esta documentación, se realiza un análisis comparativo de la coca y el wachuma, considerando 4 aspectos principales: (1) caracterización de ambas plantas maestras (botánica, especies y variedades, contenido en 5 Hacer el estudio en Lima tiene un interés adicional, considerando la importancia histórica y simbólica de la “ciudad de los reyes”, centro espiritual donde estuvo el gran oráculo panandino de Pachacámac y que fue capital del virreynato durante la colonia. 8 alcaloides y nutrientes, efectos sicotrópicos); (2) la historia “arqueológica” (origen y domesticación, historia prehispánica); (3) las fuentes escritas de los siglos XVI y XVII; (4) el uso tradicional (áreas y contextos de uso, los especialistas). El capítulo 2 está referido a la coca y el capítulo 3 al wachuma, en cada caso se considera los cuatro aspectos arriba especificados. En el capítulo 4 se presenta un estudio comparativo del hallpay -rito de coca- y de la mesada -rito de wachuma-, donde se cotejan las formas y los contenidos de ambos ritos. En el capítulo 5 se resumen las analogías y diferencias en las prácticas y significados de la coca y del wachuma en la cultura andina. El aporte primordial de esta tesis se refiere a los nuevos usos y significados que tienen la coca y el wachuma durante los recientes años, en la ciudad de Lima. No hay ningún estudio antropológico sistemático sobre este tema. Por ello, para obtener las respuestas buscadas, ha sido necesaria la indagación etnográfica a través del trabajo de campo. El trabajo de campo fue planificado y realizado en tres etapas: 1. Año 2007 (de junio a diciembre): introducción al contexto social del estudio etnográfico. 2. Año 2008 (de abril a enero): desarrollo del trabajo de campo propiamente dicho, a tiempo completo durante nueve meses; en este lapso se obtuvo el 90% de la información requerida. 3. Año 2009 (setiembre y octubre): culminación y “cierre” del trabajo de campo.6 Estas tres etapas se intercalaron con dos temporadas en mi tierra natal, la provincia de Mendoza (centro-oeste argentino). Durante la primera de ellas efectué los avances bibliográficos y teóricos. En la segunda, desde enero hasta setiembre de 2009, me aboqué a ordenar, procesar, madurar, asimilar y exponer la información obtenida; así fueron surgiendo los borradores de los capítulos. Por último, la redacción final de la tesis insumió un año a dedicación completa, durante todo el 2010. A mediados del año 2007, ya había definido el tema de la tesis y hecho un gran avance bibliográfico y teórico. Comencé entonces con las primeras exploraciones en el trabajo de 6 Durante esta estadía en Lima, visité a cada uno de los protagonistas de la tesis llevándoles un pequeño presente de Argentina, con el objeto de mantener y alimentar el vínculo amistoso, a la vez de completar algunos datos y “vacíos” en la información recogida y procesada. 9 campo. A fines de ese año, una vez concluidos los cursos y seminarios del doctorado, tomé la difícil decisión de renunciar al trabajo que tenía en el Proyecto Especial Arqueológico Caral-Supe (PEACS) para dedicarme de lleno, a tiempo exclusivo, al trabajo de campo para esta tesis. Un hito en el trabajo de campo fue la Feria Cultural de la Hoja de Coca, que tuvo lugar en la Confederación Nacional Agraria (centro de Lima) del 12 al 18 de noviembre de 2007, organizada por la Asociación Peruana de la Hoja de Coca (APEHCOCA).7 Comenzó con una ofrenda andina. Durante una semana se presentaron conferencias y mesas redondas sobre los diversos temas relacionados con la hoja de coca.8 Entre los expositores estuvieron especialistas en la historia y el uso tradicional de la coca (Baldomero Cáceres, Anthony Henman, entre otros), industrializadores de la hoja de coca (Manuel Seminario, entre otros), médicos y terapeutas que emplean la coca (Dr. Juan Espinoza Gala y Sacha Barrio Healey); congresistas vinculadas al tema (Hilaria Supa); representantes de los productores agropecuarios de las cuencas cocaleras (Sr. Pedro Pablo Pérez Ballón y Sr. Teófilo Zavaleta), medios de prensa alternativa (Sr. Noé Yenque), músicos y artistas con expresiones relativas a la cultura andina (grupo musical Surimanta). Sobre la mesa de los conferencistas lucían wifalas y unkuñas llenas con hojas de coca. Los expositores y artistas invitados intercambiaron kintus (ramilletes de hojas de coca seleccionadas), como un saludo y una invitación a chakchar y compartir, y desarrollaron sus temas chakchando la coca; también el público escuchó hablar de la coca con abundante coca en las manos y en la boca. Constantemente, alguien pasaba de silla en silla entre el público presente, repartiendo hojas de coca con una fuente cerámica o con una unkuña. Todos recibían con las dos manos juntas y abiertas, mientras se escanciaba abundante chicha de jora 7 Esta feria, organizada por la APEHCOCA, contó con el auspicio de Maná Integral, productos Kallpa, Juan Gutemberg impresores y el Instituto de Cultura Alimentaria Andina (INCAA). 8 Durante una semana, se trataron los siguientes temas. Lunes 12: ceremonia de ofrenda a la Pachamama, realizada por “el hermano Atoq”. Martes 13: conferencia “Coca, historia e identidad nacional”, con exposiciones de Baldomero Cáceres, Javier Trigo y Ciro Hurtado. Miércoles 14: conferencia “Propiedades Alimenticias y Medicinales de la Hoja de Coca”, Dr. Juan Espinoza Gala y Sacha Barrio Healey. Jueves 15: mesa redonda “Industrialización de la Hoja de Coca”, expositores Manuel Seminario, Antonio Arcos Segura (de Empresa Agroindustrial Nueva Vida, Uchiza), Roque Bardales y José Ramírez. Viernes 16: mesa redonda “Hoja de Coca, Agro y Proyecto Nacional”, expositores Antolín Huáscar, Elsa Malpartida ybMáximo Grillo. Sábado 17, mesa redonda “Plan Nacional de Defensa de la Hoja de Coca”, expositores Pedro Pablo Pérez Ballón (presidente de la CONPACCP), eófilo Zavaleta (secretario de economía de la Confederación Nacional de Productores Agropecuarios de las Cuencas Cocaleras del Perú – CONPACCP-) y Noé Yenque (secretario de información, prensa y propaganda de APEHCOCA). Domingo 18, acto artístico cultural y “pachacoca”, danza, poesía, sikuris, quenas y pututus. 10
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