Trent, capitán del carguero espacial «Yarrow», procedía de una larga estirpe de capitanes de navío… y todos sus antepasados tuvieron jaleo con los piratas. Dada la naturaleza del motor espacial, que permitía el vuelo hasta las estrellas superando la velocidad de la luz, los navíos en viaje corrían más peligros por mutua causa que los que pudieran crear otras fuentes. Era precisamente esta capacidad del motor de una nave de hacer estallar cualquier otro motor cercano lo que hacía que los piratas espaciales fueran tan difíciles de localizar. Pero en esta ocasión Trent entró en superimpulsión, con un dispositivo espacial a bordo… que invertiría los términos y cerraría permanentemente el espacio a los piratas. Trent mismo se sentía escéptico —y su escepticismo creció cuando se encontró a sí mismo convertido más en cebo para los piratas que en cazador de bucaneros— y su arma secreta transformada en un peligroso «boomerang» cuyo regreso, al fallar el tiro, podría serle mortal.