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bioterrorismo, armas de destrucción masiva y etica bioterrorism, weapons of mass destruction and ... PDF

172 Pages·2008·11.01 MB·Spanish
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México , D. F., primavera del 2007 BIOTERRORISMO, ARMAS DE DESTRUCCIÓN MASIVA Y ETICA BIOTERRORISM, WEAPONS OF MASS DESTRUCTION AND ETHICS Dr. Manuel Servín Massieu http://cienciaysociedad.blogspot.com http://www.cienciaydemocracia.com http://www.scienceanddemocracy.com Derechos de autor SEP-Indautor 03-2007-041611361400-01 “La persona que desee reproducir esta obra o partes de ella, podrá hacerlo libremente; solo pedimos a cambio se dé el crédito correspondiente a la autoría y sitio web” 1 Bioterrorismo, Armas de Destrucción Masiva y Ética I N D I C E Prólogo 3 1) Guerras de Conquista y Microbios. 5 2) La Quiebra Ética en la Guerra de 1914 a 1918. 17 3) “Una Forma mas Refinada de Matar” dijo Fritz Haber. 20 4) De la Convención de Ginebra a Blix ¿Adiós a las Armas? 24 5) Hiroshima mi Amor y algo más… 30 6) De la Ética en la Ciencia (1) El Caso Ettore Majorana. 37 7) De la Ética en la Ciencia (2) El Caso Shiro Ishii. 42 8) La Génesis del Frankenstein 47 9) Convergencias en el Caribe. 56 10) ¿Vecino Distante o Tonto Útil? 63 11) Efectos Ambientales del Militarismo. 95 12) El Obscuro Objeto del Desarme. 101 13) Donde hay Enfermo o Plaga, hay un Arma Biotóxica. 118 14) Didáctica del Terror: Edificios que Enferman y Caen. 128 15) Con Pasteur el INH de México fue Heróico, pero… 138 Epílogo Bilingüe: ¿Cancer to your Child/Amor y Paz/Choices? 148 Bibliografía, fuentes de información, lista de figuras y créditos 153 Anexo: Un (H)arpa que desafina... 164 Indice Temático 169 2 BIOTERRORISMO, ARMAS DE DESTRUCCIÓN MASIVA Y ETICA. PROLOGO. Los efectos de los microorganismos patógenos en tanto seres vivos y unicelulares, se suelen manifestar en el individuo y en las sociedades humanas con efectos a veces devastadores. ¿La causa? Producen las toxinas más poderosas del planeta. Para ver a los microorganismos es necesario un aparato especial llamado microscopio, pero percibimos cotidianamente sus efectos... ¿Quién no ha sufrido una gripe por virus? ¿Quién no recuerda un malestar intestinal por microbios o sus toxinas? Si se le rasca un poquito a la historia se notará que a flor de piel aparece, frecuentemente, una causalidad o consecuencia microbiana o epidémica, asociada a muchas de las grandes transformaciones sociales. El gran incremento demográfico en el mundo, particularmente en los países mas pobres, iniciado el siglo pasado, no se ha debido a que la gente leyera más los libros del arte de amar como el “Kama Sutra” o que hiciera con más frecuencia el acto amoroso, sino a la difusión de más y mejores hábitos de higiene, al desarrollo de los antibióticos aniquiladores de microbios productores de enfermedades y a la invención y empleo de las vacunas preventivas correspondientes, no es que hayan nacido más niños, lo que pasa es que mueren menos. También es pertinente recordar que el llamado “El Siglo de la Ciencia” que recién terminó -siglo XX- ha sido también el escenario del colapso más grande de la ética militar en la historia. Fue un siglo en el que surgieron los grandes mercaderes de la muerte y se rompieron las normas, las reglas y los valores tradicionales de la guerra; una de ellas, quizá la principal, fue aquella en que invariablemente se respetaba a la población civil, a las mujeres y a los niños. En otros tiempos prohibíanse también las llamadas “armas sucias”, hoy parte del armamentarium común y corriente de todo ejército que aspire a ser considerado moderno. La capacidad de inducir terror a la sociedad civil, via nuevas armas, “sucias”o no, es ya parte del mundo actual que nos ha tocado vivir. Antes de referirnos con detalle a ese colapso de la ética militar clásica y las consecuencias de diferente orden que ha tenido –como el bioterrorismo- objetivo principal de esta obra, es pertinente que iniciemos con una revisión de algunos casos de importancia histórica general, relativos a la asociación entre guerras de conquista y microorganismos patógenos, cuyo estudio se dejaba anteriormente sólo a los militares 3 y los especialistas; hoy –nuevo siglo y milenio- es un tema obligado de información y estudio para cualquier interesado, toda vez que hablar de microbios, armas biotóxicas y bioterrorismo, se han vuelto términos y temores cotidianos para cualquier persona. SOBRE LAS FIGURAS UTILIZADAS EN ESTE TEXTO: La mayoría proviene de fuentes en inglés por lo que varias están presentadas o adaptadas de las originales en ese idioma; no perdemos la esperanza de que este libro caiga en manos de algún curioso anglohablante. Adicionalmente: algunos de los originales son documentos o recortes de diario añejos, también de la internet y no se ven bien. Esto no preocupa al autor pues, lo dijo Buda “No hay nada perfecto hecho por el hombre” AGRADECIMIENTO: El autor agradece la colaboración técnica del Mtro. Manuel Servín-González, sin la que este libro on-line no hubiera podido ser desplegado. 4 1 ) GUERRAS DE CONQUISTA Y MICROBIOS. De la gran epidemia de peste a mediados del siglo XIV en Europa, sabemos hoy mucho más de lo que se conoció cuando tuvo lugar. Sabemos que su origen no fue “natural” estrictamente hablando y que tuvo que ver con la guerra, es decir fue inducida por mano humana. Sabemos hoy que la epidemia avanzó diacrónicamente principalmente difundiéndose en los centro urbanos y las poblaciones de la época caracterizados por un gran hacinamiento humano y convivencia con animales. Era cotidiana la promiscuidad, justo como se vive hoy en ciertos barrios de las megaurbes. El modelo epidemiológico de lo sucedido entonces en el Viejo Mundo, con la peste, presenta en efecto características dignas de un estudio detallado de lo que podría repetirse en nuestra época tanto por el fenómeno que se ha llamado la “medievalización” (1) de las ciudades modernas per se, como por las amenazas latentes de agresiones bioterroristas. En otras palabras, lo que podría pasar... ya pasó y está detallado en muchas crónicas, basta leer El Decameron de Bocaccio (2). En efecto, el hacinamiento, la falta de servicios sanitarios y la convivencia insalubre en la que animales diversos, ratas, pulgas y piojos se mueven libremente en el ámbito cotidiano del hombre, fue lo que permitió que en 1347 la epidemia avanzara rápidamente de una lugar a otro. Después de un trio de años la población del continente europeo se redujo en 25 millones de habitantes, así lo relata la impresionante descripción que nos dejó el autor antes señalado, en la Introducción a su obra, una de las cumbres de la literatura universal: “En el año de 1348 la peste invadió la ciudad de Florencia, bella sobre todas las ciudades de Italia. Producida por la influencia del aire o por nuestras iniquidades, lo cierto es que esta calamidad fue enviada a los mortales por... La peste no se manifestó como en oriente, como una hemorragia por la nariz, que era el signo cierto de una muerte inevitable; aquí al principio se declararon tumores, bien en las ingles, bien en las axilas; tumores gordos como una patata o un huevo que se extendían por todo el cuerpo.. Era mortal. Podían manifestarse también manchas obscuras en los brazos, caderas u otras partes, señal segura de la muerte... Quienes estaban libres de contagio evitaban a los enfermos y cuanto los rodeaba; otros, creyendo que la sobriedad era el mejor preventivo, vivían aparte en pequeños grupos, rehuían excesos, no hablaban; unos más, por el contrario, estaban convencidos de que el mejor remedio contra el mal era el beber mucho, cantar y divertirse sin cesar... pasaban el día y la noche yendo de taberna en taberna ocupados en gozar sin regla ni medida. Algunos, pensando sólo en sí mismos, abandonaban casa, familia, bienes, ciudad y marchaban al campo... el hermano abandonaba al hermano, el tío al sobrino, la mujer al marido, los padres a los hijos. No había mujer, por joven o bella que fuera, que 5 cuando cayera enferma pusiera reparos en tomar a su servicio a hombre, joven o viejo, ni en desnudarse ante él cuando la enfermedad lo exigía; de lo resuelto que las que curaron tuvieron en lo sucesivo menos pudor y vergüenza... nacieron hábitos totalmente distintos a las antiguas costumbres de los florentinos... Caían malos por millares y se encontraban sus cuerpos por la mañana a las puertas de la casa donde habían muerto por la noche. También los pobres y desdichados labradores morían con sus familias, en sus granjas, en los caminos y hasta en los campo que cultivaban. También cambiaron sus costumbres... no volvieron a ocuparse de sus asuntos... la crueldad de aquella peste fue tal que durante cuatro o cinco meses murieron más de cien mil personas.” La gente huía del campo aunque sin saber claramente las razones, digamos científicas, de lo sucedido. Era el sentido común el que apuntaba la presencia del contagio en los lugares donde había enfermos y moribundos, buscando huir de la pestilencia y la influencia de los cadáveres que permanecían insepultos en calles y casas. Hoy, casi siete siglos después, sabemos que el culpable era un microbio del tipo bacteriano llamado Yersinia pestis y que, en razón a su alta peligrosidad epidemiológica, es un arma bacteriológica de destrucción masiva que se tiene almacenada en grandes cantidades en los depósitos militares de los países industrialmente más avanzados. Pero, antes de seguir adelante, preguntémonos ¿Como llegó a Europa la enfermedad en el siglo XIV?¿De donde provenía?, figura 1 Figura 1.- CRONOLOGÍA APROXIMADA del avance de la peste durante el siglo XIV en Europa. La epidemia empezó en el puerto de Caffa -Mar Negro y se extendió inadvertidamente por los barcos que transitaban entre puertos del Mediterraneo. Después de 1347, sólo algunos lugares, como Milán, escaparon al impacto del microbio que, finalmente, mató a 25 millones de habitantes de los 100 que tenía Europa. 6 Desde el área geográfica donde abundaba, en la zona de los Himalayas, la bacteria de la peste fue llevada inadvertidamente a las amplias praderas del norte de Eurasia cuando jinetes mongoles penetraron en las regiones de Yunnan y Birmania a finales del siglo XIII, iniciando la forma crónica de infección que los investigadores en salud han descubierto en la Manchuria de nuestro dias. Desde ahí la infección se extendió hasta el oeste a través de la estepas del Asia central, transfiriéndose a nuevas comunidades de roedores gracias a los desplazamientos de hombres en carretas, con sus animales y correspondientes pulgas. Elemento sustantivo para el avance de la enfermedad fue la gran proliferación de ratas en el norte de Europa, asociada a la intensificación de los contactos marítimos entre el Mar Mediterráneo, los puertos del norte, los nuevos diseños de barcos que les permitían permanecer más tiempo a flote –facilitando la mayor permanencia, multiplicación y alcance de los roedores. Elementos complementarios pero muy importantes, fueron la concentración humana en poblaciones y ciudades del noreste europeo y el agotamiento de los bosques. Como si esto fuera poca cosa, el clima durante el siglo XIV empeoró, haciendo cada vez más frecuentes las malas cosechas en el norte de Europa. Todos los factores adversos coincidieron hacia 1346 cuando los ejércitos de un príncipe mongol asediaban la ciudad de Caffa, en Crimea, cerca de Sebastopol. La enfermedad y el cansancio obligaron a las fuerzas del príncipe a retirarse, no sin antes aplicar a los sitiados un ingenioso recurso de guerra que consistía en arrojar cadáveres putrefactos de muertos por la peste, hacia el interior de la ciudad. Se estima que de ahí la enfermedad pasó por barco a los puertos del Mediterráneo y, posteriormente, a Europa occidental y septentrional. El impacto de la epidemia fue muy espectacular llegándose al grado de que muchas poblaciones quedaron prácticamente extinguidas, produciéndose lo que hoy en día llamaríamos “pueblos fantasma”, La condición de falta de higiene personal acostumbrada en la población urbana de esa época y la ropa no lavable, fueron definitivas para el carácter extensivo que adquirió la peste, ya que no sólo la picadura de la pulga transmitía al microbio –y la enfermedad- también lo hacían el contacto interpersonal, los estornudos y las toses de los enfermos así como todo tipo de objetos de uso personal y utensilios domésticos. Las notables repercusiones sociales, económicas y filosóficas, entre otras de carácter cultural como las del comportamiento individual y social, que introdujo dicha pandemia han sido analizadas de manera interesante y perspicaz por McNeill en su obra clásica ( 3 ) que nos recuerda, dicho sea de paso, las posibles consecuencias del TERROR inducible en la sociedad actual por efectos del bioterrorismo sea proveniente 7 de grupos contestatarios clandestinos o por los mismos estados nacionales enemigos. Hoy como ayer prevalece el mismo miedo latente a la enfermedad, que, en última instancia, nos es otro que el miedo a una muerte subrepticia, lenta y dolorosa: “Cuando un brote de peste sembraba el miedo a la muerte inminente en una comunidad”, nos dice McNeill, “las rutinas y restricciones habituales se derrumbaban surgiendo rituales que descargaban la ansiedad en formas socialmente aceptables, aunque extravagantes, bien tratando de encontrar culpables, bien de catarsis lúdica, bien de intentos de aplacar la “ira celestial”... Surgieron así lo grupos de flagelantes, se acusó también a los judíos y a los mendigos de ser los responsables de propagar la pestilencia mientras se despreciaba a las autoridades establecidas, fueran civiles o religiosas. Resurgieron las corrientes filosóficas paganas y heterodoxas como una reacción a la inutilidad de los rituales eclesiásticos que hacían frente a la peste. Derivados de lo anterior hubo otros efectos perturbadores y duraderos; por ejemplo, en el siglo XIV y siguientes murieron muchos monjes y sacerdotes con la resultante de que a menudo sus sucesores no estaban bien preparados y debían enfrentarse a feligreses más escépticos cuando no abiertamente hostiles. La “Justicia de Dios” parecía difícil de ver cuando la plaga mataba a unos y perdonaba a otros, con los sacramentos insuficientes ante la fría arbitrariedad de la infección. La gran consecuencia fue que el anticlericalismo se incrementara significativamente después de 1348, preparándose el camino para Lutero. Es evidente que la substitución de los valores culturales medievales por los renacentistas, no dependió sólo de la peste, pero esta pandemia y la relativa flexibilidad con que los gobiernos civiles se enfrentaron al problema –en contraste con la rigidez de la iglesia- contribuyeron seguramente a la transformación general de la sensibilidad europea frente a la enfermedad y el conocimiento de la misma”. Podríamos agregar que otras leyendas europeas importantes, provenientes de la época de la ”Peste Negra” en el siglo XIV, como las muy conocidas de “El Flautista de Hammelin” o mitos como el de Drácula que tan acertadamente ha presentado Herzog en su película “Nosferatu”; no sólo se enfocan al tema del vampiro en sí -“rata alada”- sino a su asociación con la enfermedad transmitida por ellas, la promiscuidad entre las personas y los animales y la quiebra consecuente del orden social Un ejemplo son las danzas callejeras “a la deriva” por parte de aquellos que decidían ”destramparse” antes de morir y que, por cierto, todavía se llevan a cabo ocasionalmente en Inglaterra con el nombre de “Morris Dances”. En ese siglo XIV, evidentemente antes del descubrimiento de los antibióticos, el impacto final en el número de habitantes de la europa pre renacentista fue sencillamente espectacular, figura 2, 8 Figura 2.- Se observa el impacto que tuvieron en Europa las epidemias recurrentes de peste a lo largo de 300 años, post 1347, cuando su recurrencia contuvo la tendencia de crecimiento poblacional haciéndola caer significativamente en los siglos XV y XVII. Otro caso de gran significación histórica y social que involucró a los microorganismos productores de enfermedad, fue la irrupción y diseminación de infecciones nuevas para, y en, la población del Nuevo Mundo -es decir el continente americano, nuestras tierras- después de la invasión europea de 1492. Una de las más grandes deformaciones de la historia en lo general y de la región en particular, es la que señala que bastó un puñado de españoles para conquistar imperios en el Nuevo Mundo. Bajo la perspectiva que nos ocupa, es correcto inferir de las crónicas de la época que con los invasores avanzaban también decenas de animales desconocidos por los amerindios hasta ese momento. En efecto, desde el Viejo Mundo llegaron las conocidas ratas no siendo exagerado suponer que también insectos extraños, bacterias exóticas, virus y hongos nuevos para nuestros ecosistemas que empezaron a extenderse de inmediato. Ciertamente, a la llegada del invasor sucio, inculto y con los peores hábitos de higiene medieval a cuestas, de inmediato surgieron brotes de enfermedades desconocidas de este lado del Atlántico que arrasaron comunidades y poblaciones enteras La mal llamada por nosotros “conquista” de América, no fue otra cosa que un encontronazo de hábitos y cosmovisiones que afectaba con mucho los altos niveles de higiene y hábitos de salud de las sociedades amerindias. Las epidemias que azotaron 9 y diezmaron a los antiguos mexicanos, por ejemplo, pasaron luego a sus crónicas con nombres descriptivos que ellos mismos tuvieron que crear, pues anteriormente no las conocían. De esta manera algunas de la enfermedades que azotaron a la población mesoamericana en particular, han quedado registradas para la historia con nombres tales como cocoliztli, matlazahuatl, tepitonzahuatl y otros semejantes. No obstante el asombro indígena ante el hecho de que los españoles invasores no enfermaban ni morían y sólo hablaban genéricamente de “dolencias” (reforzando, dicho sea de paso, la figura mágica de aquellos hombres que a caballo y sin enfermar, contarían seguramente con el favor de dioses más poderosos”). En efecto, la población de lo que es hoy el México central, disminuyó de 25 millones que tenía en 1521 a solamente 1 en menos de medio siglo, figura 4. A éste, que pudiéramos considerar un verdadero genocidio, se unió el problema de la esclavitud de los que sobrevivían, sumada a la tristeza y abatimiento de contemplar como “su mundo” se venía abajo. ¿Cuántos casos como éste en México se habrán presentado en el resto de nuestra América india a la llegada del invasor europeo? ¿En qué lugares? ¿Con qué consecuencias demográficas? No se necesita mucho esfuerzo para responder a la primera de estas interrogantes: en todo lo que es hoy América Latina. Los ancianos indígenas informantes de los españoles asentados ya en la “Nueva España”, negaban que hubiera habido en el pasado alguna epidemia de proporciones significativas; no recordaban alguna en sus días de juventud o menciones al respecto en los recuerdos de sus padres o abuelos. Por lo que no es extraño que el primer encuentro entre amerindios e invasores españoles de consecuencias epidémicas, que haya merecido la atención de los cronistas españoles, se produjo en 1518, cuando la viruela hizo su aparición en la isla La Española atacando de manera tan virulenta a la población local que, según Bartolomé de las Casas sólo sobrevivieron unos 1 000 indígenas de los muchos miles que la habitaban antes de la llegada de los extranjeros. Desde ahí la viruela se desplazó al México prehispánico con una “escala” en Cuba –donde contribuyó a diezmar, igual que Puerto Rico, a la población de Taínos locales- Llegó a Veracruz con la expedición de auxilio a Hernán Cortés en 1520. El resultado fue que, en plena crisis de “ la conquista “, cuando Moctezuma ya había fallecido y los aztecas se preparaban para expulsar a los españoles, el azote de la viruela estalló en Tenochtitlan-México donde, como ya se dijo, era desconocida. Sabemos que después del impulso inicial de los aztecas –obligando a los españoles a retirarse precipitadamente de la ciudad- era de esperarse que continuaran el acoso al invasor y sin embargo esto no fue así ¿Que fue lo que sucedió?¿Por qué permanecieron en agobiada inactividad? 10

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BIOTERRORISM, WEAPONS OF. MASS DESTRUCTION AND Al bajar del tranvía, reflexivo y preocupado, lo primero que hacía era buscar a
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