doi: 10.5216/rpt.v44i4.39228 ARTÍCULO ORIGINAL CONOCIMIENTO, PERCEPCIÓN Y ACTITUD SOBRE LA ENFERMEDAD DE CHAGAS EN UN CENTRO DE REFERENCIA URBANO Stella Maris López1 y Oscar Daniel Salomón2, 3 RESUMEN La tendencia para las próximas décadas de la enfermedad de Chagas (ECh) es la dispersión hacia los centros urbanos. El objetivo de este trabajo fue explorar, a partir de una encuesta semiestrucuturada, conocimientos, actitudes y percepción de la ECh en 153 adultos que asistieron al Instituto Nacional de Parasitología entre marzo a octubre de 2004 para confirmación de su diagnóstico. Se identificó en el 66% de la población un conocimiento básico relacionado al vector y las afecciones cardíacas. El 62% consideró a la ECh grave y una vez conocido el diagnóstico el 80% buscó asesoramiento. El 84% no se consideró incapacitado, pero al tratar de ingresar a trabajos formales encontraron dificultades para su inserción. Cuando se les propuso sugerir propuestas de mejoramiento el 56% destacó la importancia sobre nuevos tratamientos, información y la visibilidad de la ECh. Este trabajo revela un conocimiento limitado, una percepción de gravedad de la ECh y por lo tanto una buena disposición para desarrollar acciones de apoyo, educativas, y de prevención en esta población. PALABRAS CLAVE: Enfermedad de Chagas; conocimiento; actitud; población urbana. ABSTRACT Knowledge, attitude and perception of Chagas disease in an urban center of reference. The trend for the coming decades of Chagas disease is the dispersion to urban centers. The aim of this study was to explore, through a survey, the knowledge, attitudes and perception of Chagas disease of 153 adults who attended the Instituto Nacional de Parasitología, Buenos Aires, Argentina, from March to October 2004 for confirmation of diagnosis. We identified a basic knowledge related to vector and heart disease (66%). Of the 153 adults, 62% were considered serious cases and once diagnosis was known, 80% looked for advice. Eighty four percent did not consider themselves disabled, but when they were trying to apply for formal jobs, difficulties in taking up employment were observed. When they were asked to make 1. Departamento de Clínica, Patología y Tratamiento, Instituto Nacional de Parasitología (INP) “Dr. Mario Fatala Chaben”, ANLIS “Dr. Carlos G. Malbran”, Ministerio de Salud de la Nación, Argentina 2. Instituto Nacional de Medicina Tropical (INMeT), Ministerio de Salud de la Nación, Argentina. 3. Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), Argentina. Dirección para correspondencia: Lic. Stella M. López, Instituto Nacional de Parasitología, Paseo Colon 568, 2° piso, CABA (CP 1063), Argentina. E-mail: [email protected] Recibido para publicación en: 2/6/2015. Revisado en: 9/11/2015. Aceptado en: 11/11/2015. 409 Rev Patol Trop Vol. 44 (4): 409-422. out.-dez. 2015 suggestions for improvement, 56% of their proposals highlighted the importance of new treatments, information and more visibility for Chagas disease. This work reveals a limited knowledge and perception of severity of Chagas disease along with willingness to develop activities for support, education and prevention in this population. KEY WORDS: Chagas disease; knowledge; attitude; urban population. INTRODUCCIÓN La tripanosomiasis americana o enfermedad de Chagas (ECh), producida por el protozoo Trypanosoma cruzi y transmitida en la Argentina principalmente por el insecto Triatoma infestans es considerada, en términos sociales y económicos, una de las enfermedades parasitarias más importantes y la principal enfermedad de transmisión vectorial de América Latina. Las estimaciones de infectados por T. cruzi en 21 países de América Latina fueron 5.742.167, de los cuales 62,4% pertenecían a la Iniciativa del Cono Sur (WHO, 2015). Es una entidad compleja asociada a múltiples factores sociales y ambientales entre los que destacan: habitar en viviendas de calidad precaria, principalmente en zonas rurales y periurbanas endémicas, residir en áreas de pobreza, con inestabilidad social o altas tasas de migración. Actualmente la tendencia es la dispersión de las personas infectadas hacia centros urbanos y países no endémicos (Briceño-León, 2009; Pinto Dias, 2012). En Argentina se estima que un millón y medio de personas está infectada con T. cruzi de los cuales 211.102 son mujeres entre 15 y 44 años; se espera el nacimiento anual de 1.457 niños con transmisión congénita; una prevalencia en bancos de sangre de 3.13% y una estimación de 376.309 cardiopatías por ECh (WHO, 2015). De esta manera, la ECh se constituye en uno de los principales problemas de Salud Pública para el cual se vienen implementando diferentes programas de control y vigilancia en la región (Spillmann et al., 2013) y en el mundo por medio de iniciativas de OPS y OMS que han contribuido al conocimiento de la ECh, capacitación e institucionalización de programas de control (Carbajal de la Fuente & Yadón, 2013). El Instituto Nacional de Parasitología (INP), ubicado en la ciudad de Buenos Aires (CABA), fuera de la zona de transmisión vectorial de la ECh, es referente regional del diagnóstico de infección por T. cruzi. El diagnóstico en fase crónica se realiza con tres técnicas serológicas: Hemoaglutinación Indirecta Cuantitativa (HAI), Inmunofluorescencia (IFI) y Ensayo inmunoenzimático (EIE o ELISA). Para considerar reactivo un paciente son necesarias por lo menos 2 de las 3 técnicas positivas (Min. Salud, Argentina. 2012). En el período 2000-2005 el departamento de Diagnóstico atendió un promedio anual de 13.917 personas, por derivación de diferentes centros asistenciales para confirmación diagnóstica, siendo la prevalencia en ese universo 410 Rev Patol Trop Vol. 44 (4): 409-422. out.-dez. 2015 del 40,2% (INP, 2005). El impacto que el diagnóstico tiene en el sujeto y su entorno, requiere de una exploración multidisciplinaria (Ventura-Garcia et al., 2013) que involucra las ciencias médicas, biológicas y sociales alrededor de un eje esencial que son las experiencias de los afectados. La enfermedad puede ser entendida de diferentes formas según la disciplina que la aborda (Herlich & Pierret, 1988). En el año 2004 y en el marco de un proyecto de intervención “Inclusión de aspectos psicosociales en la atención de personas con infección por T. cruzi” se realizaron estudios exploratorios en la población general y embarazadas sobre conocimiento y percepción de la enfermedad. Los resultados de dichos estudios se exponen con el propósito de evidenciar los aspectos psicosociales que rodean la ECh. El objetivo de este trabajo fue explorar en la población que asiste al INP para confirmación diagnóstica, conocimientos, actitudes y percepción sobre la ECh. Esta población resulta de interés no sólo por residir en una área sin presencia del vector, excepto colonizaciones puntuales esporádicas por transporte pasivo (Gajate et al., 2001), sino que los resultados resultan a su vez en una línea de base –año 2004- para explorar el impacto de las nuevas tecnologías y redes sociales en las actitudes y percepción, ya que la búsqueda de información en Internet ante la sospecha o confirmación de un evento de salud se ha constituido en una conducta usual especialmente en zonas urbanas (Li et al 2015, Puspitusari et al 2015). MATERIALES Y MÉTODOS Para el presente estudio exploratorio se analizaron 103 encuestas individuales y 50 entrevistas a embarazadas. Las mismas fueron realizadas cuando los asistentes al INP iban a retirar el resultado serológico al Departamento de Diagnóstico entre los meses de marzo a octubre de 2004. Los entrevistados fueron derivados por dicho Departamento para la encuesta, siendo voluntaria la concurrencia. Se establecieron como criterios de inclusión: adultos de ambos sexos con diagnóstico de infección por T. cruzi. Los criterios de exclusión fueron los adultos sin diagnóstico previo y niños. Se instrumentó una encuesta semi-estructurada que constó de 30 ítems, combinando preguntas de respuestas cerradas y abiertas. Entre las preguntas de respuestas cerradas se incluyeron aquellas de variables socios-demográficas tales como: lugar de nacimiento, edad, sexo, lugar de residencia, tiempo de residencia, escolaridad y ocupación. Las preguntas de respuestas abiertas contenían aspectos sobre conocimiento de la enfermedad y el vector, búsqueda de información, percepción de gravedad de la enfermedad, percepción de incapacidad, actitud ante el diagnóstico, y apoyo social que refería tanto a los recursos que se proporcionan desde centros institucionales como servicios, 411 Rev Patol Trop Vol. 44 (4): 409-422. out.-dez. 2015 instalaciones comunitarias y otras, y aquellos que surgen de las relaciones sociales (Rodriguez-Marin et al., 1993; Fuertes & Lazo, 2006). En el caso de las entrevistas a las embarazadas se tuvieron en cuenta las variables socio- demográficas, conocimiento de la enfermedad y del vector y la búsqueda de información y apoyo. Las personas luego de retirar el análisis eran derivadas por personal administrativo. Se les informaba sobre el propósito del estudio, la confidencialidad y anonimato de cada testimonio y su carácter voluntario. El encuestador se presentaba como profesional de salud y una vez obtenido el consentimiento se procedía con la encuesta en un horario en que la sala y su entorno presentan mayor tranquilidad. Considerando la diversidad cultural se apeló a una comunicación empática, entendiendo a cada interacción como una oportunidad de prevención/promoción de salud, instrumentada durante la encuesta. Las encuestas se agruparon según motivo de consulta a saber: 20 de bancos de sangre (BS), 22 por trámite de radicación (TR), 21 control pre-natal (CPN), 19 por trámite laboral (TL), 21 provenientes de consulta médica (CM) y 50 embarazadas (EM). Para la evaluación de las encuestas se elaboró una codificación de las respuestas cerradas para sistematizar los datos socios-demográficos. En las preguntas abiertas se re-categorizaron las respuestas obtenidas de acuerdo a una reconstrucción del investigador, con base a los testimonios de los encuestados, considerando tanto el contenido primario de las mismas como también las ideas individuales y colectivas (Ulin et al., 2006). Para el análisis se elaboró una base de datos utilizando como soporte informático el programa SPSS 15.0 y se analizaron mediante estadística descriptiva, expresada como frecuencia y porcentaje. RESULTADOS Del estudio participaron 108 mujeres y 45 hombres. El 86% de los encuestados tenía < 50 años. El 76% de las mujeres se encontraba al momento de la encuesta en el intervalo de 19 a 39 años, con consultas de EM y TR. En el mismo intervalo se encontró al 51% de hombres con consultas por TL y BS. El 83% de los encuestados provenía de zonas con transmisión vectorial por Triatoma infestans: el 42% de países limítrofes siendo 28% de Bolivia, y de Argentina el 24% provenían de la región conocida como NOA- noroeste argentino (provincias de Santiago del Estero, Jujuy, Tucumán, Salta y Catamarca), y el 13% de la región del NEA-noreste argentino (Formosa, Chaco y Misiones). La discriminación de grupo etario y lugar de nacimiento por motivo de atención se muestra en el Cuadro 1. 412 Rev Patol Trop Vol. 44 (4): 409-422. out.-dez. 2015 Cuadro 1. Características socio-demográficas de la población en estudio, Ciudad de Buenos Aires, 2004 (n=153). Total CM TR CPN TL BS EM 153 21 22 21 19 20 50 n(%) n(%) n(%) n(%) n(%) n(%) n(%) Edad años <30 años 67 (43,8) 3 (4,5) 13 (19,4) 9 (13,4) 6 (9,0) 4 (6,0) 32 (47,7) 30-49años 65 (42,4) 7 (10,7) 8 (12,3) 12 (18,4) 9 (13,8) 11 (16,9) 18 (27,7) >50 años 21 (20,3) 11 (52,3) 1 (4,7) 4 (19,0) 5 (23,8) Sexo F 108 (70,5) 11 (10,0) 14 (13,0) 21 (19,4) 3 (2,7) 9 (8,3) 50 (46,3) Sexo M 45 (29,0) 10 (22,2) 8 (17,8) 16 (35,6) 11 (24,4) Lugar de Nacimiento NOA 38 (24,8) 12 (31,5) 7 (18,4) 5 (13,0) 8 (21,0) 6 (15,8) NEA n(%) 20 (13,0) 4 (20,0) 3 (15,0) 1 (5,0) 5 (25,0) 7 (35,0) Centro- 5 (3,3) 2 (40,0) 1 (20,0) 2 (40,0) Cuyo PL n (%) 65 (42,4) 2 (3,0) 22 (33,8) 8 (12,3) 7 (10,7) 1 (1,5) 25 (38,4) C A B A / 25 (16,3) 1 (4,0) 2 (8,0) 4 (16,0) 6 (24,0) 12 (48,0) GBA CM, control médico; TR, trámite de radicación; CPN, control pre-natal; TL, trámite laboral; BS, bancos de sangre; EM, embarazadas; PL, países limítrofes; CABA, Ciudad Autónoma de Buenos Aires; NOA, noroeste argentino; NEA, noreste argentino. El 64% (98/153) definió como rural la zona donde nació y creció; algunos (61/153) comentaron haber habitado en viviendas de mayor riesgo para albergar vectores, por ejemplo las construidas con adobe. Al momento de la encuesta el 31% de los encuestados residían hacía más de 20 años en Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) y Gran Buenos Aires (GBA), producto de la migración interna principalmente desde el NOA. Otro 35% pertenecian a una migración reciente, últimos 5 años, provenientes principalmente de países limítrofes ingresados por EM, CPN y TR. El resto se dispersaba entre los 6 a 15 años de residencia. El 74% (113/153) del total de los encuestados completó el nivel primario. El 48% (74/153) poseía una ocupación remunerada, siendo para el 62% transitoria, y el 38% permanente. El tipo de ocupación más frecuente fue la relacionada con el comercio y la administración (28%), aunque al discriminar 413 Rev Patol Trop Vol. 44 (4): 409-422. out.-dez. 2015 por sexo el 40% de mujeres que informó ocupación remunerada, trabajaba en casas de familia y del 66% de los hombres que trabajaba, un 40% lo realizaba en el sector de la construcción. Se destaca que el empleo en la construcción y en casas de familias son empleos transitorios e informales. En el Cuadro 2 se presentan las respuestas sobre los conocimientos relacionados a forma de transmisión y características de la ECh. Las respuestas se agruparon por prioridad de conceptos, el 37% relacionó a la vinchuca como causante de la infección, en la figura de un bicho maligno, venenoso nombrado como: bicho, chinche, vinchuca, vinchuca colorada, que en algún momento “les picó”. El 12% hizo referencia al proceso de transmisión y sus consecuencias; el 30% resaltó la implicancia de la enfermedad y las afecciones cardíacas. No hay un conocimiento del parásito como agente, hacen referencia “a los huevos o veneno o ponzoña que dejo la vinchuca al picar”. Con respecto a la posibilidad o no de tratamiento y curación, fue un concepto poco claro para los encuestados, en general la ECh es considerada también una enfermedad “alargada” refiriéndose a su cronicidad. Los factores epidemiológicos como vivienda o lugar de nacimiento fueron reconocidos por el 5% cuando relataron donde fue visto el vector. Por otra parte un 16% dice no saber sobre Chagas. En referencia a los conocimientos previos, de las respuestas obtenidas en el Cuadro 3 es posible inferir un conocimiento previo vivenciado o transmitido por relatos de personas cercanas, lo que admitiría deducir que era un tema hablado en el entorno familiar. El 56% recordó haber escuchado hablar de Chagas en referencia a acciones de control; familiares infectados, enfermos y fallecidos, peligro del vector: “cuidarse de la vinchuca colorada, de la ponzoña de la picadura, cuidarse en la noche mientras dormían” refiriéndose al hábito de hematofagia nocturna del Triatoma infestans. Estos relatos se relacionaron a su entorno cercano, de quienes han habitado áreas rurales de zonas endémicas de nuestro país. El 44% de la población “no escuchó hablar de Chagas”, pertenecían principalmente a ingresos por CPN y TR. No obstante tenían conocimiento del vector pero no lo relacionaban con la ECh, o le restaban importancia. En oportunidad de mostrar una vinchuca a un paciente ingresó por TR originario de Bolivia la reconoció como “chinche” y recordó que en su casa había muchas, pero desconocía que estuvieran asociadas a alguna enfermedad. Los migrantes del Paraguay, 12% de la población, nombraron al vector como “chinche guazú”. El 65% identificó la fuente probable de infección por contacto con el vector, vinchuca, algunos contextualizaron la situación de contagio haciendo referencia al campo, cuando eran niños, y en sus viviendas. Un 4,5% lo relacionó a transfusiones de sangre, 10% consideró que “la heredaron de su familia”, algunos especificaron “a través de la madre”; en muchos casos no esta claro el modo de transmisión congénita. Lo dicen como “Hereditario, como mi mamá vivía en Santiago del Estero...” (BS). Un 18% dijo desconocer el posible origen de su infección. 414 Rev Patol Trop Vol. 44 (4): 409-422. out.-dez. 2015 Cuadro 2: Conocimiento de la población en estudio sobre la enfermedad de Chagas, Instituto Nacional de Parasitología, Ciudad de Buenos Aires, 2004 (n=153). Respuestas N % Se contagia por la vinchuca-bicho,-chinche 30 19,6 trasmite la vinchuca es la que pica y chupa la sangre 26 16,9 El Chagas es trasmitido por la vinchuca y ataca corazón 19 12,4 El Chagas trae problemas cardíacos, afecta el corazón 18 11,7 El Chagas es una infección en la sangre y afecta el corazón 8 5,2 El Chagas es una enfermedad “alargada”, crónica 8 5,2 El Chagas es una enfermedad que no se cura 6 3,9 El Chagas es una enfermedad que se cura 6 3,9 El Chagas es algo que habíta donde yo vivía 8 5,2 No se que es el Chagas 24 15,6 Cuadro 3. Conocimientos previos de la población en estudio sobre la enfermedad de Chagas, Instituto Nacional de Parasitología, Ciudad de Buenos Aires, 2004 (n=153). Respuestas N % Hablaban de Chagas refiriendo: Acciones: fumigación, control, precaución vector 15 9,8 Familiares: infectados-enfermos-fallecidos 30 19,6 Vector y las consecuencias al corazón 14 9,2 Vector y modos de transmisión 14 9,2 Algo por conocidos 12 7,8 No se hablaba de Chagas 68 44,4 415 Rev Patol Trop Vol. 44 (4): 409-422. out.-dez. 2015 Consultados sobre la primera actitud ante el diagnóstico de infección por T. cruzi, coincidieron mayoritariamente en la preocupación ante esta noticia, el Cuadro 4 refleja las respuestas. El 76% manifestó algún tipo de preocupación psicológica al conocer su diagnóstico, siendo las emociones más frecuentes: miedo, angustia, temor, incertidumbre respecto a la propia salud, la del futuro hijo, ansiedad y preocupación por el futuro laboral, experimentando una sensación de vulnerabilidad ante la posibilidad de una afección cardíaca y muerte súbita. En el caso de las embarazadas, temor al momento del parto, el 56% se enteró de su diagnóstico en el curso del embarazo. Al momento del estudio un 35% había modificado su actitud, este cambio se relacionó con el asesoramiento y control médico que habían obtenido. Sin embargo, un 60% continuó preocupado por la incertidumbre de su futuro estado de salud, la falta de tratamiento en adultos, la inserción laboral; en la transmisión congénita (16%) “me asuste… ¿qué debo hacer ahora?... ¿cómo voy a proteger a mi bebé? (CPN). Cuadro 4. Actitud de la población en estudio ante el diagnóstico de infección por T. cruzi, Instituto Nacional de Parasitología, Ciudad de Buenos Aires, 2004 (n=153). Respuestas N % Primera actitud ante el informe de diagnóstico de infección Me asusté, me deprimí, miedo de morir 31 20,2 Me sentí muy mal porque no sabía de que se trataba 19 12,4 Me sentí muy mal pensé que era muy grave 19 12,4 Me preocupé por hijos 28 18,3 Me preocupé por mi salud, tratamiento, trabajo 20 13,0 Conocía del Chagas, lo tome naturalmente, no me preocupé 32 20,9 No creo que lo tenga 2 1,3 No responde 2 1,3 Actitud actual ante el diagnóstico de infección por T. cruzi Continuó preocupado 26 16,9 Preocupado por hijos 25 16,3 Preocupado por el trabajo, salud 22 14,3 No sabe qué sucederá 19 12,4 Aceptando la enfermedad 8 5,2 Estoy mejor, bien, sano 27 17,6 Estoy controlado, asesorado 26 16,9 416 Rev Patol Trop Vol. 44 (4): 409-422. out.-dez. 2015 Cuando se preguntó sobre las fuentes de información consultadas, considerando tanto el asesoramiento formal dado por los médicos como así también el informal (familiares, vecino, etc.), se exponen en el Cuadro 5 los resultados de esta búsqueda. El 80% inició la búsqueda de información por motivación propia. Esta necesidad de apoyo y contención incluyó a personas que padecen o que han padecido la ECh. El 65% tenía conocimiento de otras personas con infección por T. cruzi; de éstos, un 40% mantenía un contacto fluido y cercano, generalmente unidos por un lazo familiar. En el caso de las embarazadas migrantes, las cuñadas residentes fueron el primer contacto, fuente de información y apoyo. Al momento de conocer el diagnóstico la mayoría informó primero a su círculo más cercano, la familia. Se indagó entonces sobre la percepción de gravedad de la ECh y cuáles serían los aspectos más afectados en el vivir cotidiano, en estos ítems no se consultó a las embarazadas. El Cuadro 6 presenta las respuestas dadas sobre percepción. El 62% de las respuestas consideraron como grave a la ECh vinculándola principalmente a las posibles afecciones cardíacas, la falta de tratamiento y la posibilidad de una muerte súbita. El 38% no la consideró grave pues consideraron que pueden controlarla, o acceder a un tratamiento. Por otra parte, el 84% refiere que el diagnóstico de infección por T. cruzi no afectó su aptitud ni bienestar físicos, “no se sienten enfermos”, algunos pocos hicieron referencia al cansancio, agitación, a la dificultad de realizar trabajos pesados, sin embargo la relevancia del diagnóstico está en las consecuencias de la inserción laboral. Otros señalaron el temor de quedar fuera del circuito laboral, no poder ingresar a las empresas, principalmente los que consultaron por TL ya que había antecedentes de afectados que no efectivizaron o perdieron el puesto debido al conocimiento de su diagnóstico por parte del empleador, y al desconocimiento de la normativas vigentes. “¡Lo único que faltaba! ¡Ahora esto! Si me rajan del laburo. Me fui llorando, me sentí mal, si pierdo el trabajo; no sé…” (TL: masc). Otros afectados optaron por no decirlo ni siquiera lo hablan en el trabajo. Una de las preguntas abiertas fue sobre propuestas de prevención y/o promoción de la ECh. El 34% consideró importante y necesaria la aplicación de vacunas u otro tipo de tratamiento efectivo contra la enfermedad; por una parte el acento estaba puesto en el avance de la ciencia, como así también en el derecho a la medicación, a una ley para evitar la discriminación, especialmente en las instancias laborales. Cabe destacar que actualmente la ley Nº 26281(2007) en su artículo 5 prohíbe realizar las determinaciones serológicas a los aspirantes a cualquier empleo, en Argentina. Un 20% de la población señaló la importancia de educación e información, la mayoría son mujeres, en ellas es acentuada la propuesta de información y la necesidad de tomar conciencia, “que se hable más seguido, hace falta divulgación, hacerlo conocer” sugiriendo la necesidad de campañas de difusión y visibilidad de la ECh. El 14% se refirieron a la desinsectación como: 417 Rev Patol Trop Vol. 44 (4): 409-422. out.-dez. 2015 “es importante la fumigación, hacerlo siempre, así como a la necesidad de nuevas viviendas de vivir en un lugar limpio y digno”; el 8,5% no respondió, en tanto el 16,5% mayoritariamente hombres desconocía qué se podía hacer. Cuadro 5. Búsqueda de Apoyo formal e informal de la población en estudio ante el diagnóstico de infección por T. cruzi Instituto Nacional de Parasitología, Ciudad de Buenos Aires, 2004 (n=153). Respuestas N % Busquedad e Información Información en familiares, amigos, compañeros 18 11,7 Asesoramiento médico y en centros de salud 53 34,6 Informó por: libros, diarios, revistas,internet, Tv, radio 8 5,2 Consultó a familiares y centros de salud 43 28,1 No consultó Solicitud de apoyo Búsqueda de apoyo informal 31 20,2 Conoce y habla con familiares con infección por T. cruzi 49 32 Conoce y habla con amigos, compañeros con infección T. cruzi 13 8,4 Conoce pero no habla con otros afectados 38 20,9 No conoce 53 34,6 Cuadro 6. Percepción de la población en estudio sobre la gravedad de la ECh y su implicancia en la vida diaria Instituto Nacional de Parasitología, Ciudad de Buenos Aires, 2004 (n=103). Respuestas N % Considera que la ECh es grave Si: ataca al corazón -afecta con el tiempo 37 35,9 Si: sin tratamiento - posibilidad muerte súbita 15 14,5 Si: Infecta la sangre afecta el corazón y otros órganos 12 11,6 No es tan grave 24 23,3 No sabe 15 14,5 Considera que el diagnóstico alteró su vida cotidiana No: Me siento bien 87 84,4 Si: Temor de perder el trabajo 10 9,7 Si: Imposibilidad de donar sangre 2 1,9 Si: Tareas físicas: fatiga - cansancio, no puede realizar esfuerzo 4 3,8 418 Rev Patol Trop Vol. 44 (4): 409-422. out.-dez. 2015
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