¿Qué es política? Hannah Arendt Traducido por Rosa Sala Carbó Ediciones Paidós, Barcelona, 1997 Título original: Was ist Politik? Aus dem Nachlaß R. Piper GMBH & Co KG, Munich, 1995 La paginación se corresponde con la edición impresa. Se han eliminado las páginas en blanco I NTRODUCCIÓN ¿POR QUÉ DEBE HABER ALGUIEN Y NO NADIE? Las huellas no son sólo lo que queda cuando algo ha desaparecido, sino que también pueden ser las marcas de un proyecto, de algo que va a revelarse. JOHN BERGER 1. Tras las huellas de los conceptos políticos Entre 1956 y 1959, Hannah Arendt trabajaba en el proyecto de una obra con el título de Introducción a la política1 y que debía publi- . carse en la editorial Piper.2 Como es sabido, Arendt jamás escribió este libro, sin embargo, recientemente Piper lograba concretar por fin su antiguo proyecto editorial al alentar a la socióloga alemana Ur- sula Ludz a que compilase los materiales que Hannah Arendt había escrito en relación con el libro a lo largo de tres años. Ludz realizó un minucioso trabajo de reconstrucción, ordenación y presentación de los diversos fragmentos (conservados sin fecha alguna) que vieron la luz en 1993 con el título de Was ist Politik? La publicación de este texto abre un espacio privilegiado para co- nocer el pensamiento de esta teórica de la política. Y ello, entre otras razones, porque, en primer lugar, nos obliga a tratar de contestar a la pregunta, que de inmediato nos asalta, ¿por qué Arendt abandonó 1. Al parecer el éxito de la Introducción a la filosofía de K. Jaspers, publicada en 1950, llevó a Klaus Piper a proponer a Arendt, en 1955, una Introducción a la política. E. Young–Bruehl sugiere en su biografía —Hannah Arendt. For Love of the World, Yale University Press, New Haven & Londres, 1982 (trad. cast, en Edicions Alfons El Magnànim–IVEI, Valencia 1993)— que, en la medida en que Arendt se refirió a este li- bro a veces como Einleitung in die Politik y a veces como Einführung in die Politik, po- día haberlo pensado como una réplica a Heidegger, Einführung in die Metapkysik. 2. En 1956 firmó el contrato con Piper Verlag y con Harcourt, Brace & Co., para la edición americana. 9 este proyecto? y, en segundo lugar, porque el mismo carácter frag- mentario e inacabado del texto que tenemos entre las manos parece ofrecernos la posibilidad de adentrarnos en lo que cabe considerar como el taller en el que se fraguaban los materiales, las redes concep- tuales, de los que se nutría su pensar. Ludz3 atribuye el abandono del proyecto a los muchos compromi- sos que Arendt tenía en este período. Efectivamente, en 1957 estaba preparando la publicación de las «Walgreen Lectures»4 y de un volu- men de ensayos en alemán,5 además simultáneamente escribía tam- bién el texto sobre la revolución húngara.6 Al parecer en 1958 creyó dis- poner del tiempo necesario para retomar el libro, pero nuevos compromisos lo impidieron: dos viajes a Europa, el segundo por haber sido elegida para pronunciar el discurso conmemorativo de la entrega a Jaspers del premio de la paz. De regreso a América, estuvo ocupada en las lecciones que impartió en diciembre sobre «El papel de la violencia en la política» en la Universidad de Notre Dame y en las que «Sobre la revolución» pronunció en Princeton, ya en la primavera de 1959. El tra- bajo en torno a estos temas supuso un giro en el proyecto de Introduc- ción a la política (véase fr. 3a–3d infra). En diciembre de 1959, Arendt, . que ya ha informado a la editorial Piper del cambio de programa de la obra, ha tenido que preparar el discurso de agradecimiento del premio Lessing, que le había concedido en septiembre la ciudad de Hamburgo7 y está elaborando una compilación de ensayos americanos. Está con- vencida de que necesita un largo período para trabajar en el texto y pide 3. La edición alemana incluye un comentario de U. Ludz donde justifica el orden en que han sido publicados los diversos fragmentos. 4. Seis lecciones con el título de «The Labour of Man’s Body and the Work of His Hands» (abril 1956, Universidad de Chicago) que constituyeron la base de su The Human Condition, The University of Chicago Press, 1958 (trad. cast. Paidós, Barcelona 1993). 5. Fragwürdige Traditionsbestände im politichen Denken der Gegenwart, Europäis- che Verlanganstalt, Frankfurt 1957 (traducido posteriormente en Between Past and Fu- ture; véase infra nota 11). . 6. Totalitarian Imperialism: «Reflections on the Hungarian Revolution», en Journal of Politics, XX, 1, 1958. Actualmente en el epílogo de la 2a edición ampliada de The Origins of Totalitarianism, Harcourt Brace Jovenovich, Inc., Nueva York, 1958. Véase infra nota 26. 7. «Sobre la humanidad en tiempos de oscuridad. Reflexiones sobre Lessing» en Men in Dark Times, Harcourt Brace Jovanovich, Inc., Nueva York 1968 [trad. cast, en Gedisa, Barcelona 1990]. 10 una subvención a la Fundación Rockefeller para disponer de dos años sin docencia (véase infra doc 3 del apéndice). La subvención le es dene- gada y Arendt renuncia finalmente a escribir el libro.8 Si bien es comprensible que Arendt renunciara al proyecto con- creto que Klaus Piper le había propuesto, dada su trepidante activi- dad en ese período, también se puede afirmar que acaso buena parte de su obra pueda entenderse como expresión de las sucesivas tentati- vas de dar respuesta a la vieja pregunta «¿Qué es la política?», con la que finalmente han sido publicados los materiales para este volumen. A ella le gustaba decir9 que su obra de la década de los cincuenta bro- tó de su mano convirtiéndose en tres libros —La condición humana, Sobre la revolución y Entre pasado y futuro— pero el fruto final nece- sitaría veinte años de maduración. * * * Como afirma Arendt, preguntas tan elementales y directas como «¿Qué es la política?» pueden surgir sólo si ya no hay ni son válidas las respuestas formuladas por la tradición. Y hay que formularlas de nuevo en un momento, tras las experiencias políticas del segundo cuarto del siglo XX, en que han estallado nuestras viejas categorías de comprensión y estándares de juicio moral y en que el único paso que la reflexión ha dado ha consistido en el simple proponer viejas res- puestas10 a la nueva situación, convirtiendo la dificultad en inofensiva. Efectivamente, los «ejercicios de pensamiento político»11 de 8. El último episodio de este proyecto es la anulación de mutuo acuerdo en octu- bre de 1960 del contrato con la editorial americana. 9. Young–Bruehl, E., ob. cit., 415. 10. Con estas palabras se refiere Arendt a los neotomistas en su conferencia pro- nunciada en la American Political Science Association en 1954 («Concern with Poli- tics in Recent European Philosophical Thought», ARENDT, H., Essays in Understanding 1930–1954, KOHM, J. (comp.), Harcourt, Brace & Co, Nueva York 1994, pág. 436). 11. Así denomina Arendt los trabajos contenidos en su Between Past and Future, Viking Penguin, Nueva York 1961 [trad. cast. Península, Barcelona 1996]. «...éstos son ejercicios de pensamiento político [...] estos ejercicios se mueven entre el pasado y el futuro, contienen tanto crítica como experimento, pero los experimentos no tratan de diseñar alguna suene de futuro utópico, y la crítica del pasado, de los conceptos tra- dicionales, no pretende “demoler” [...] Su unidad no es la unidad de un todo sino la de una secuencia de movimientos que, como en una suite musical, están escritas en la misma 11 Arendt, se caracterizan por volver a las preguntas, a los conceptos, por un despliegue de definiciones. Así, por ejemplo, Mary McCarthy co- mentaba en 1972: «En su obra Hannah Arendt crea un espacio en el que uno puede caminar con la magnífica sensación de acceder, a tra- vés de un pórtico, a una área libre pero, en buena parte, ocupada por definiciones... Este hábito de establecer distinciones no es popular en el mundo moderno, en el que la mayoría de discursos están rodeados por una suerte de contorno verbal borroso».12 El empleo correcto de las palabras no será sólo una cuestión de gramática lógica, sino de perspectiva histórica, puesto que una «cierta sordera a los significados lingüísticos ha tenido como consecuencia un tipo de ceguera ante las realidades a las que corresponden».13 Para Arendt, en el lenguaje hay «pensamiento congelado» que el pensar debe descongelar cuando quiere averiguar el sentido original.14 Así, trabaja aislando conceptos, siguiéndoles la pista, enmarcándolos, de manera que, en sus manos, el acto de teorizar tiene algo que ver con reencontrar, recuperar y desti- lar un sentido que se ha evaporado: se traduce, pues, en recuerdo. Se trata de rastrear las huellas de los conceptos políticos, hasta llegar a las experiencias concretas y en general también políticas que les dieron vida. En este sentido y con razón, se ha hablado de esta teórica de la política como si se tratara de una suerte de fenomenóloga.15«Ella ad- tonalidad o en tonalidades afines», afirma en el prólogo, «La brecha entre el pasado y el futuro» (este texto está también traducido en la compilación, Arendt, H., De la his- toria a la acción, Paidós, Barcelona 1995, pág. 87). 12. «On Hannah Arendt» en Hill, M. A. (comp.), Hannah Arendt: The Recovery of the Public World, St. Martin’s Press, Nueva York 1979. Se trata de la transcripción de algunas de las respuestas e intervenciones de Arendt en un congreso que tuvo lugar en noviembre de 1972 sobre «La obra de Hannah Arendt». Existe trad. cast, de las respuestas en Arendt, H. De la historia a la acción, págs. 139 y ss. Véase también Bet- ween Friends. Hannah Arendt and Mary McCarthy 1949–1975 (Brightman, Carol comp.) Seeker & Warburg, Londres 1995. 13. Véase On Violence, Harcoart, Brace and World, Nueva York 1969; actual- mente en Arendt, Hannah, Crisis de la república, Taurus, Madrid 1973, págs. 145–146. 14. Arendt, Hannah, The Life of the Mind, Harcourt, Brace Jovanovich, Nueva York 1977 [trad. cast, en Centro de Estudios Constitucionales, Madrid 1984, pág. 202]. 15. «Arendt es el primer gran pensador político en el mundo anglosajón en aplicar el método fenomenológico a la comprensión de la política», Parekh, Bhikhu, Hannah Arendt and the Search for a New Political Philosophy, The Macmillan Press, Londres 1981, págs. X, véase también 68 y sig.; «Soy una especie de fenomenóloga, pero ¡cuidado!, no al modo de Hegel o de Husserl», Young–Bruehl, Elisabeth, ob. cit., págs. 514 y 406 y sig. 12 mite que las estructuras de la experiencia humana no son fácilmen- te identificables y que requieren investigaciones pacientes y sensi- bles, pero “contra Kant” está convencida de que las estructuras se hallan incrustadas en la experiencia y no son impuestas por el filó- sofo.»16 Se diría, pues, que en la medida en que formamos parte del mun- do, la experiencia nos concede un acceso directo al mismo. De modo que, cuando Hannah Arendt afirma en las primeras páginas de la La condición humana17 que lo que se propone es «nada más que pensar . en lo que hacemos», está sugiriendo que no se trata de investigar la naturaleza humana sino las actividades humanas en términos de la experiencia de éstas, en términos de nuestros más recientes temores y experiencias. En relación con este punto, Parekh18 ha hablado de rea- lismo para enfatizar una cierta actitud respetuosa para con la realidad que supone —como se puede constatar en su voluntad de alejamien- to de la tradición filosófica o en su crítica a la perspectiva de las cien- cias sociales— el rechazo de la violencia que se puede ejercer sobre aquélla por medio de la teoría,19 puesto que, para Arendt, la realidad no es un objeto del pensamiento, sino precisamente aquello que lo activa. Basta recordar sus palabras en el prefacio a Entre pasado y fu- turo, «el pensamiento mismo nace de los acontecimientos de la expe- riencia viva y debe mantenerse vinculado, a ellos como los únicos in- dicadores para poder orientarse».20 Si bien, como se ha indicado, Arendt rastrea las huellas de los conceptos para destilar un sentido que se ha evaporado, hay que de- cir que su pensar no va en busca de un acontecimiento originario, que fuera el primero en el orden cronológico y al tiempo diera la clave de toda la historia, sino que en todo caso se trata de una suerte de inicio 16. Parekh, Bhikhu, Hannah Arendt and the Search for a New Political Philosophy, Macmillan Press, Londres 1981, pág. 69. 17. Arendt, Hannah, La condición humana, Paidós, Barcelona 1993, pág. 18. 18. Parekh, Bhikhu ob. cit., 68. 19. Véase también Galli, Carlo, «Hannah Arendt e le categorie polinche della mo- dernitá» en Esposito, Roberto (comp.), La pluralttà irrappresentabile. Il pensiero politi- co di Hannah Arendt, QuattroVenti, Nápoles 1987, pág. 25. 20. Arendt, H., Between Past and Future, Penguin Books, 1968, pág. 14 (trad, cast. Península, Barcelona 1996, pág. 20. Existe también una traducción de este prefa- cio, «La brecha entre el pasado y el futuro», en Arendt, H. De la historia a la acción, Paidós, Barcelona 1995, pág. 87). 13 an–archico.21 No hay ningún arché, puesto que lo que es originario, como se verá, es la pluralidad.22 Esto queda claro en su decidida acti- tud en contra de cualquier afirmación relativa a alguna suerte de ma- nifestación de esencias intemporales en la historia. Hacia aquí apun- ta el hecho de que Arendt no entienda el totalitarismo en términos de resultado necesario de una dialéctica de la ilustración, de simple ma- nifestación de lo que, desde Odiseo, ya estaba implícito en la racio- nalidad instrumental de la cultura occidental. Así como tampoco considera apropiada la vía señalada por Popper que, desde Platón pasando por Hegel y Marx, conduciría a una clausura total de la so- ciedad.23 Arendt afirma la terrible novedad del totalitarismo y ataca cualquier intento de reducir a través de la teoría lo nuevo a lo viejo, lo cual no constituye obstáculo alguno para que se formule preguntas —posiblemente no ajenas a su insistencia en que no es filósofa—24 como la que expresa en una carta a Jaspers (4.III.51): «sospecho que la filosofía no es totalmente inocente en este lío. Naturalmente no en el sentido de que Hitler tenga alguna cosa que ver con Platón. Más bien diría en el sentido de que la filosofía occidental no ha tenido nunca un concepto claro de la realidad política, y no podía tener uno, ya que, por necesidad, ha hablado del hombre y sólo tangencialmen- te se ha ocupado de la pluralidad. Pero no debería haber escrito todo esto, se trata de ideas todavía sin madurar».25 21. Véanse para esta cuestión Esposito, Roberto, L’origine della política. Hannah Arendt o Simone Weil?, Donzelli, Roma 1996, págs. 35 y sig. y la importante y bien do- cumentada monografía de Forti, Simona, Vita della mente e tempo de la polis. Hannah Arendt tra filosofia e politica. FrancoAngeli, Milán 1996, especialmente págs. 83 y sig. 22. En éste y en otros puntos puede establecerse un interesante paralelismo entre el pensamiento de Arendt y el de Jacques Derrida (véanse, entre otros, a este respecto: Fistetti, F., «Metafísica e politica» en el número que la revista Dédalo publicó con el tí- tulo de Idoli del Politico, Dédalo, Barí 1990; Honig, B. «Declarations of Indipendence: Arendt and Derrida on the Problem of Founding a Republic» en American Political Science Review, vol. 85, n. 1, marzo 1990; FORTI, S., ob. cit. 23. Véase Forti, Simona, ob. cit., pág. 96. 24. Entrevista en televisión realizada por Gündier Gaus (28.X.1964) en Gaus, G., Zur Person. Porträts in Frage und Antwort, Feder Verlag, Munich 1964. Posteriormen- te en Reif, A. (comp.), Gespräche mit Hannah Arendt, Piper, Munich 1976 y en Arendt, H. Essays in Understanding 1930–1954. 25. Hannah Arendt–Karl Jaspers: Correspondence, 1926–1969 (Kohler, L. & Saner, H. eds.), Harcourt Brace Jovanovich, Nueva York 1992, pág. 166 (publicada original- mente en Piper, Munich 1985). 14 2. La política como espacio de relación Parece como si se hubiera hallado un medio de po- ner al mismo desierto en marcha, para desencadenar una tormenta de arena que cubra todas las partes del mundo habitado.26 Dos acontecimientos en los años veinte marcaron profunda- mente el pensamiento político de Hannah Arendt. Al primero de ellos, según Jerome Kohn,27 lo denominó el «shock filosófico»—la filosofía de la existencia de Jaspers28 y de Heidegger29— y, al se- gundo, el «shock de la realidad» —la consolidación del movimien- to nacionalsocialista en Alemania, el surgimiento del totalitaris- mo—. Ambas experiencias ponen en movimiento su necesidad de comprender, de evitar que la realidad, devenga opaca al pensamien- to, de ocuparse de la peculiar densidad que envuelve todo lo que es real. Una necesidad de comprender que, en sus escritos, se traduce en un intento incesante por traducir en el lenguaje de la experiencia el peligroso y a menudo brutal choque del hombre moderno con los hechos.30 En este sentido, la acción queda situada en el centro de su refle- xión, en la medida en que atender a ella permite que afloren los pro- 26. Arendt, H., The Origins of Totalitarism, Harcourt, Brace Jovanovich, Nueva York 1951 [trad. cast. Alianza Ed. Madrid, vol. III, pág. 706], 27. «Introduction» a Arendt, H. Essays in Understanding..., pág. XL 28. Arendt, H., «What is Existenzphilosophy?» Partisan Review, XIII, 1946 (In- cluido en Arendt, H. Essays in Understanding). Véase «Zueignung au Kartyaspers» en . Seeks Essays, Heidelberg 1948 (incluido en Arendt, H. Essays in Understanding) así . como también la correspondencia citada en la nota. 29. Taminiaux, Jacques, «Arendt, disciple de Heidegger» en Études Phénoméno- logiques, n. 2, monográfico Hannah Arendt, 1985. Véase también de este mismo autor, Le fille de Thrace et le penseur professionnel, Payot, París 1992; Benhabib, Seyla, El re- luctante modernismo de Hannah Arendt. El diálogo con Martin Heidegger, Episteme— Eutopías, Valencia 1996; Ettinger, Elzbieta, Hannah Arendt–Martin Heidegger. Eine Geschichte, Piper, Munich/Zurich, 1995 [trad, cast.: Tusquets, Barcelona, 1996]; Arendt, H. «Heidegger the Fox» en Essays in Understanding, 1930–1954; «Martin Heidegger . ist achtzig Jahre Alt», Merkur, 10, 1969 [trad. cast, en Revista de Occidente, n.° 84 y Ar- chipiélago, n. 9, 1992]. 30. Boella, Laura, Hannah Arendt. Agire politicamente. Pensare politicamente, Fel- trinelli, Milán 1995, págs. 111 y sig. 15 blemas no resueltos de la edad y del mundo31 modernos, sus amena- zas y sus peligros. Para dar cuenta de la acción, Arendt establece un contraste entre ésta y las otras dimensiones de la condición humana, la labor y el tra- bajo. En relación con estas últimas remite al hecho de que «todas las lenguas europeas, antiguas o modernas, contienen dos palabras no relacionadas etimológicamente para lo que hemos llegado a pensar como la misma actividad: de esta forma, el griego distingue entre po- nein y ergazesthai, el latín entre laborare y facere o fabricari, el francés entre travailler y ouvrer, el alemán entre arbeiten y werken».32 A par- tir de ello, distingue la acción de estas otras dimensiones de la condi- ción humana. Veamos cómo las caracteriza, para retornar posteriormente a la acción. Arendt entiende la labor como la dimensión ligada a la ne- cesidad, al ciclo de repetición de la naturaleza, esto es, la labor pro- duce todo lo necesario para mantener vivo al organismo humano y a la especie. Se caracteriza por no dejar nada tras de sí: sus produc- tos están destinados a ser consumidos y desaparecen casi tan rápida- mente como han aparecido. De este modo, laborar y consumir no son más que dos etapas del siempre repetitivo ciclo de la «vida» biológica —zoê—. A ello se refería Marx al hablar del metabolismo entre el hombre y la naturaleza. Dado el carácter devorador de la vida biológica no cabe suponer que una mayor abundancia de pro- ductos de la labor implique su mayor durabilidad o que el recurso a útiles o a instrumentos más sofisticados, sirva para cambiar o hacer desaparecer la necesidad, en todo caso y como ocurre en nuestro mundo moderno, simplemente la ocultan. Pertenece asimismo a la labor su no visibilidad y su carácter re- petitivo y fuertemente apolítico. Dicho con mayor claridad, a dife- rencia de lo que sucede en el ámbito del trabajo y de la acción, el ani- mal laborans puede laborar en grupo pero ello nunca se traduce en el establecimiento de una reconocible e identificable realidad para cada 31. En el prólogo a la La condición humana afirma «...la Edad Moderna no es lo mismo que el Mundo Moderno. Científicamente, la Edad Moderna que comenzó en el siglo XVII terminó al comienzo del XX; políticamente, el Mundo Moderno, en el que hoy día vivimos, nació con las primeras explosiones atómicas» (pág. 18). 32. Véase su conferencia «Labor, trabajo y acción» en Arendt, H., De la historia a la acción, Paidós, Barcelona 1995, pág. 93. 16
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