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Apolonio Díscolo: Sintaxis PDF

204 Pages·1987·10.55 MB·Spanish; Greek
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BIBLIOTECA CLASICA GREDOS, 100 APOLONIO DÍSCOLO S I N T A X I S INT,RODUCCIÓNT RADUCCI~NY NOTAS B~CARES, VICE~W BOTAS EDITORIAL GREDOS Asesor para la sección griega: CARLOSG ARC~GAU AL. Según las normas de la B. C. G., la traducción de este volumen ha sido revisada por ROSAP EDREROS ANCHOy CARLOSG ARC~GAU AL. PREFACIO O EDITORIAL GREDOS, S. A. Como número 100 de la ((Biblioteca Clásica Gredas» Sánchez Pacheco, 81, Madrid. España, 1987. hemos elegido esta traducción de la Sintaxis de Apolonio Díscolo. Es ésta la primera versión española de una obra gramatical tan renombrada como difícil, que raramente ha sido traducida a otras lenguas (sólo una vez al alemán y\ otra, más reciente, al inglés). Este autor alejandrino, que mereció el apodo de d~scolos( difícil) por lo conciso y arduo de su prosa, fue el más destacado estudioso de la sintaxis helénica. Una larga tradición de tratadistas de la TéchnP Grammatiké halla su culminación crítica en la ex- tensa obra (sólo en parte conservada) de este autor del s. 11 d. C. Sólo la Téchne GrammatikL' de Dioniso Tracio (siglo I a. C.) puede rivalizar en renombre con la Sintaxis de Apo- lonio, entie los escritos de los gramáticos griegos. Pero el texto de Dionisio Tracio es el de una clara gramática escolar, manual breve y compendio básico para uso de aprendices de la lengua griega. En contraste, el tratado sin- Depósito Legal: M. 625-1987. táctico de Apolonio es un estudio amplio, crítico y bastan- ISBN 84-249-1081-8. te original, sobre temas como las partes de la oración, las Impreso en España. Frinted in Spain. funciones del pronombre, los sentidos de las formas verba- Gráficas Cóndor, S. A., Sánchez Pacheco, 81, Madrid, 1987. - 6040. les, etc., con muchos ejemplos, en gran parte homéricos, ya que este análisis lingüístico va unido a la labor filológi- ca habitual en los círculos alejandrinos. Apolonio es un experto en las teorías lingüísticas de su tiempo. Más atento al sistema que a la evolución dia- crónica, recoge y critica estudios anteriores, se muestra par- tidario de la analogía para explicar los usos, y resulta siem- pre minucioso y preciso. En sus análisis hay atisbos que sorprenden por su modernidad, evocando en el lector al- gún comentario sobre sintaxis griega de J. Wackernagel o algún apunte sobre funciones sintáticas de K. Bühler o Noam Chornsky. El acercamiento a la génesis de la gramática exige plan- Su obra, como señala J. S. Lasso de la Vega, ((contras- teamientos teóricos previos que orienten las interrogacio- ta con la labor meramente epigonal de la mayoría de los nes sobre los fundamentos y condiciones de su origen, gramáticos subsiguientes, cuando la gramatica se hace sim- desarrollo y situación entre las demás ciencias. Tales cues- ple técnica escolar rudimentaria, labor de epitomator y de tiones deben asentarse, en mi opinión, sobre los siguientes breviator, manual escolar de preguntas y respuestas.. . La principios l. gramática romana, si se exceptúan los méritos de alguna 1) La gramatica antigua se constituyó en sistema autó- figura como Varrón o Prisciano, se mueve toda ella, casi nomo como resultado de un proceso histórico, esto es, desde el principio, en esta labor de traducción y dialéctico, mediante el cual se conectan datos, teorías y abreviación)). hechos histórico-sociales. Contra la norma habitual de la BCG no hemos transli- 2) Las condiciones de posibilidad de toda reflexión teó- terado aquí -con excepción de la Introducción- los ejem- rica son básicamente de naturaleza lingüística -conceptos plos griegos, ya que para la comprensión cabal de este y términos. El lenguaje, pero no el lenguaje en general, texto es indispensable un cierto conocimiento de la lengua sino un lenguaje histórico previamente modelado que el griega. Esta nota preliminar pretende tan sólo destacar es- nuevo sistema reestructura, se constituye, así, como presu- te carácter especializado del libro, que se ofrece en una puesto epistemológico de la nueva ciencia. primera versión castellana de extrema precisión y fidelidad. 3) La génesis de la gramática debe ser entendida co- mo el proceso de construcción -metodológicamente controlado- de su lenguaje particular a partir de modelos preexistentes. ' Lo he tratado con más detalle en «Los orígenes de la gramática (griega)», en G. MOROCH(Oc oord.), Estudios de prosa griega, León, 1985, págs. 179-195. 4) Así pues, el aparato conceptual y terminológico de Alejandria era la segunda ciudad griega de Egipto, des- la gramática es teóricamente dependiente de patrones epis- pués de la antiquísima Náucratis, que, en un reino rígida- temológicos ya organizados y está condicionado por ellos. mente centralizado y de absolutismo burocrático como el Esto no contradice el hecho de que los nuevos has, al de los Tolemeos, podía gozar de autonomía local; después operar según nuevas coordenadas, determinen nuevas sig- las siguieron Tolemaida en el valle del Nilo, la oscura Pa- nificaciones estructuralmente adecuadas al nuevo sistema. retonio en Libia, y Antinoópolis, un capricho del empera- 5) Suele reconocerse que las llamadas ciencias del es- dor Adriano. Eran estas ciudades griegas autónomas, esto píritu han estado siempre dominadas por el modelo de las es, con su pritaneo, magistrados e instituciones propias que ciencias naturales. Pero, lejos de obedecer a una servil de- intentaban mantener las marcas distintivas de lo helénico. pendencia, creo que su relación se explica mejor por la Con la batalla de Accio y la anexión romana del Último sujeción de unas y otras a principios gnoseológicos idénti- reino diádoco el 30 a. C., estas ciudades siguieron conser- cos: la consideración, típicamente griega, de un dominio vando en apariencia su status invariable; pero, pasado el de actividad como un objeto dado e independiente del su- tiempo, la administración fue cayendo en manos romanas, jeto creador tenía que condicionarlas metodológicamente quedando para aquéllas la parte cultural y religiosa, es de- a unas y otras. Así, si la gramática antigua estudia la len- cir, gimnasio y templos, enseñanza, festivales y juegos 3. gua como objeto: texto, Corpus, literatura, nada impide Es la época helenística un período de la historia griega que se le apliquen los mismos principios que a un objeto bien diferenciado de los demás en el que las nuevas condi- físico. Con esto pasamos a la vexata quaestio de los oríge- ciones políticas, sociales y económicas van a conformar nes de la gramática. su personalidad cultural distinta. Algunos de sus rasgos definitorios son los siguientes: la expansión e implantación del griego como lingua franca, al tiempo que recurso polí- ALEJANDRÍA Y LOS ORÍGENES DE LA GRAMÁTICA tico de unificación cultural, y su consiguiente degenera- ción; el aticismo como reacción conservadora, a la vez que En el año 330 a. C. y siete antes de su muerte, Alejan- fenómeno estético-literario; causa y consecuencia de todo dro Magnb fundó en el delta del Nilo una ciudad, como ello, el nacimiento de la filología como ciencia y el paso tantas veces hizo a lo largo y ancho de sus empresas. Pero definitivo de una cultura básicamente oral a otra escrita, ésta no iba a ser una de tantas Alejandrías, porque ella letrada, de libros; por último, los principios metodológicos estaba destinada, también, por su carácter y logros impe- que informan la ciencia helenística, que son, dentro del recederos a dar su nombre y marcar con su impronta inte- eclecticismo generalizado en todas las manifestaciones es- lectual y cultural a una época '. pirituales, aristotélicos o, para matizar más, peripatéticos Para introducirse en ella sirven M. ROSTOVTZEFHFi,s toria social y económica del mundo helenístico, Madrid, 1967, y P. M. FRASERP, to- Cf. A. H. M. JONES,T he Cities of the Eastern Roman Provinces, lemaic Akxandreia, Oxford, 1972. Amsterdam, 1983~.(P ara Egipto, págs. 295-348.) nal, que es lo que define en esencia a la filología y a la de corte teofrasteo: separación de las ciencias particulares actividad del gramático. de la filosofía y especialización por ramas; frente al dog- Filología y gramática s.e instituyeron en Alejandría en matismo apriorístico y metafísico de Aristóteles, observa- un proceso de mutua interacción. Por un lado, la crítica ción del objeto y consideración únicamente de los datos textual tenía que comparar, ordenar y clasificar formas lin- proporcionados por la observación; por ello, un hecho o güística~:u na edición crítica se basa en la confrontación proceso están estudiados cuando lo están todas sus conco- de variantes tradicionales, y, en consecuencia, llegar al es- mitancia~ Si pensamos en el dominio de la gramática, 4. tablecimiento de paralelismos, a la distinción de clases de estas características de especialización, empirismo y exhaus- palabras y de regularidades en la flexión, y de ahí a la tividad saltan particularmente a la vista. determinación de que el lenguaje se halla gobernado por Todavía en los comienzos del siglo 111 a. C., los prime- la ley general de la analogía. Por otro, la defensa y acepta- ros representantes de la dinastía tolemaica crearon en Ale- ción de una forma dada sólo podía mantenerse sobre el jandría y pusieron bajo su patronazgo dos obras trascen- conocimiento fijo de las reglas gramaticales y de los usos dentales para lo que iba a venir: el Museo y la Biblioteca. a que respondía. La obra de Apolonio sirve muy bien para Era el Museo una institución científico-religiosa en que los ilustrar este proceso de doble dirección: los textos litera- hombres de ciencia presididos por un sacerdote de las Mu- rios plantean interrogantes filológicos y críticos; tales inte- sas, de ahí su nombre, vivían en comunidad y ejercían su rrogantes se resolverían si dispusiésemos de una ley grama- labor. Aneja al Museo estaba la gran Biblioteca. Ni una tical a la que se sometiesen; es preciso inferir una ley de ni otro eran novedades absolutas en el mundo griego, pues aplicación general; dicha ley revertirá, a su vez, en la críti- respondían, aunque sin comparación en las dimensiones, ca y corrección de los textos (cf. 1 60; 11 49, etc.). Por a modelos peripatéticos. Sabemos, en efecto, que los pri- último, este proceso exigía la creación del aparato concep- meros Tolemeos se asesoraron, para la fundación de estas tual y terminológico en que expresarse *. instituciones, de Demetrio Falereo, discípulo de Aristóteles Ahora bien, los orígenes y constitución de la gramáti- y político ateniense que tuvo que huir a Egipto. El objeti- ca están básicamente mal planteados por establecer dicoto- vo de la Biblioteca era recoger y conservar la totalidad del mías absolutas e irreales y pretender reducirlas a sistema, patrimonio cultural de Grecia, labor ardua si pensamos de lo que no resulta, a la postre, sino un cúmulo de con- en el estado de corrupción, variantes, interpolaciones y de- tradicciones. Se suele partir de la existencia, en la antigüe- más en que debían encontrarse los textos, debido sobre dad, de una doble corriente de interés lingüístico, una filo- todo al carácter fundamentalmente oral de su transmisión. sófica o teórica y otra práctica o filológica, que acabarían La tarea, por tanto, consistía en la recuperación del origi- constituyendo dos sistemas gramaticales opuestos: el estoi- En Apolonio, el estudio de todas las posibilidades en que una par- te de la oración puede combinarse con otra. Para apreciar el paralelismo Ahora recogido en mi Diccionario de terminología gramatical grie- de método y vocabulario, cf. R. STROMBERGT, heophrastea. Studien zur ga, Salamanca, 1984. botanischen Begriffsbildung, Gotemburgo, 1937. co y el alejandrino. Uno y otro sistema se asentarían en y de medios con respecto a los demás, aunque en cuanto dos principios antitéticos, consistentes en la consideración sistema se halle integrado en unas dimensiones históricas del lenguaje como sometido o bien a la ley de la anomalía, que constituyen la condición-marco para que aquél se en que el uso se instituye como norma, o bien a la ley desarrolle. de la analogía o regularidad de los hechos de lengua. La Existe una corriente de opinión de algunos filólogos, primera dificultad grave surge al preguntarse cómo puede los menos, y sobre todo filósofos e historiadores de la filo- constituirse una gramática sobre el principio reconocido de sofía, que, ya sea por hacer depender la gramática de la la anomalía, es decir, establecer la norma de la antinorma, lógica o por querer conceder un papel preponderante a la la regularidad de lo que no se somete a ley, en una pala- gramática romana, pretenden hacerla una consecuencia de bra, cómo podía ser esa ((gramática estoica». Por otro la- la dialéctica estoica. Para ello necesitan superar el último do, cabe también la posibilidad de hacer una crítica de obstáculo sin el cual no es posible que se mantenga dicho la validez del principio analógico para la gramática, crítica punto de vista, y lo superan negándolo: para ellos la Gra- que hizo Sexto Empírico (SS.1 1-111). De todo ello se dedujo mática de Dionisio Tracio es una falsificación tardía. Na- la existencia de dos gramáticas, una empírica y otra técni- turalmente no podía ser auténtica una gramática de media- ca, la primera defendida por los anomalistas y la segunda dos del siglo 11 a. C., que representa el instrumento con- por los analogistas 6. Si a continuación se identifican la ceptual y terminológico de la filología alejandrina desde postura de Sexto con la del estoico Crates de Pérgamo, Zenódoto hasta Aristarco, si los supuestos padres de la el que habría mantenido el criterio anomalista frente al gramática, Crisipo o Crates, son posteriores o contempo- '. analogista del alejandrino Aristarco ', el círculo queda apa- ráneos de los grandes alejandrinos No se puede hablar rentemente cerrado; pero, en realidad, es insostenible, pues de lógica o dialéctica estoicas y mezclarlas con gramática, para ello se necesitaría reducir antítesis irreductibles y cali- como si una y otra no pertenecieran a dos esferas distintas ficar a los estoicos de empiristas y, a la vez, de teóricos dogmáticos, de defender el lógos y la synétheia, la razón Defienden, entre otros, el origen estoico: M. POHLENZD, ie Stoa, Gotinga, 1964; K. BARWICKR, emmius Palaemon und die romische ars y el uso. Pero lo más grave de la cuestión consiste en supo- grammaticar Leipzig, 1922 (1967), y M. FREDE,« The origins of traditio- ner que el sistema gramatical alejandrino se formó a partir nal grammarn, en R. E. BUTTS-J.H INTIKK(Aed s.), Historical and philo- de la dialéctica estoica. Es éste un prejuicio secular que, sophical dimensions of logic, methodology and philosophy of science, según mi punto de vista, debe ser superado para acercarse Dordrecht, 1977, vol. IV, págs. 51-79. Contra ellos y a favor de la filolo- a .los orígenes de la gramática, dado que ésta ha de ser gía alejandrina, opinión más generalizada, cf. R. H. ROBINS«, Dionysios Thrax and the western grammatical tradition)), TPhS (1957), 67-106; R. considerada como un sistema propio y autónomo de fines PFEIFFERH, ktoria de la filología clásica, Madrid, 1981, y H. ERBSE«, Zur normativen Grammatik der Alexandriner)), Glotta 58 (1980), 236-258. En L. LERSCHD, ie Sprachphilosophie der Alten, Bonn, 1838-41 (1971). general, en uno u otro punto de vista faltan los planteamientos teóricos ' Como hizo H. J. METTEP, arateresis. Untersuchungen zur Sprach- sobre los orígenes de la ciencia, que, en mi opinión, constituyen el ele- theorie des Krates von Pergamon, Halle, 1952. mento básico para decidir la cuestión. de actividad, con unos presupuestos gnoseológicos distin- de manera que dichos elementos forman un sistema tal que tos: lengua como Iógos, lektón («lo decible)), esto es, pro- pueden ser definidos por sus relaciones de semejanza mu- ceso creador) para los estoicos, frente a lengua como texto tua. La analogía es un método de deducción (y de reduc- to legórnenon («lo dicho)), o sea, algo dado para siempre) ción) lógica que podemos denominar «regla de sustitución)). según los alejandrinos. Sin que ello quiera decir que no Euclides emplea la expresión hornoíos deíksornen, esto es: hubiera interferencias recíprocas 9. Pero no hay gramática ((análoga o proporcionalmente demostraremos)), querien- estoica, sino filosofía y lógica del lenguaje por un lado do significar que, en el proceso demostrativo llevado a ca- y gramática por otro, pues lo que define a una ciencia no bo con unas ciertas magnitudes, pueden ser éstas sustitui- son sus préstamos, que a todas afectan, sino la combina- das por otras sin que el proceso deductivo cambie. Esto ción de todos los elementos en un nuevo sistema. mismo puede ser trasplantado a la gramática: una forma En conformidad con lo que dijimos antes, la filología dada puede ser explicada por o reducida a otra forma co- alejandrina puede entenderse como el tratamiento sistemá- nocida o base, en virtud de sus relaciones de semejanza; tico de los textos literarios, es decir, el «manipular» una o sea: las sustituciones en el proceso demostrativo o expli- serie de objetos (los textos) de acuerdo con una teoría: una cativo han de ser de cosas «iguales» entre sí. Por eso, los teoría se define como un mecanismo de conceptos - términos gramáticos alejandrinos, desde Aristófanes de Bizancio y organizados en un sistema de relaciones para operar sobre Aristarco, tuvieron que definir esos criterios de compara- el campo - objeto. Frente al filósofo estoico, al filólogo bilidad, es decir, la condiciones bajo las cuales se produ- alejandrino se le ofreció un campo de conocimiento nuevo cen las relaciones de igualdad entre los elementos lingüísti- y autónomo con respecto a los demás, su esfera filológica cos para que pueda establecerse la proporción 'O. Por tan- de reconstrucción e interpretación textuales, ayudado para to, el principio analógico constituye el requisito previo a ello del mecanismo gramatical. El hecho constitutivo de cualquier intento de sistematización y clasificación de una la gramática alejandrina se basa en la consideración de la lengua, sobre todo con vistas al establecimiento de los mo- lengua como un proceso analógico, es decir que entre los delos o cánones de la flexión y conjugación. La consecuen- elementos lingüísticos existen correspondencias matemáti- cia necesaria es que existen formas que no se dejan redu- cas del tipo A = B; A : B = B : C; A : B = C : D, etc., cir, esto es, que no se someten a la norma de la regulari- dad general: son formas anómalas. Para los estoicos, lo constitutivo del lenguaje es la anomalía, y de ahí la famosa Nadie ha pensado, sin embargo, que Diógenes Laercio o Sexto Empírico por ejemplo, posteriores a Apolonio Díscolo y a la sistematiza- querella con los alejandrinos, defensores de la analogía. ción de la gramática en general, estaban condicionados por ésta. Otra dificultad no superada consiste en hablar del estoicismo como unidad 'O Eran éstos, segun CARISIOIn, st. Gram., pág. 93: «Huic (analo- ante la imposibilidad de distinguir las opiniones de los diversos autores, giae) Aristophanes quinque rationes dedit, aut ut alii putant, sex: primo siempre basándose en fuentes doxográficas tardías, desde Cicerón a los ut eiusdem sint generis de quibus quaeritur, dein casus, tum exitus, quar- neoplatónicos o San Agustín. Y el movimiento estoico se extendió a lo to numeri, quinto syllabarum, item soni sexto. Aristarchus discipulus eius largo de cinco siglos. illud addidit, ne unquam simplicia compositis aptemus.» Cf. Sintuxis 11 15. - 100. 2 Una vez más vemos que el principio estoico de la anomalía Y la comparación de K. Lehrs 12: significa la negación de la gramática en su concepción más El esfuerzo que, tras el despertar del interés por nues- antigua, esencialmente clasificación de formas y descubri- tros monumentos literarios altoalemanes, les dedicaron miento de los mecanismos de la flexión. Luego defender Lachman y Grimm en crítica textual, en exégesis y explica- los orígenes estoicos de la gramática es contradictorio en ción de la estructura lingüística, ese mismo esfuerzo se le sí mismo. De todo lo dicho podemos concluir que, de la dedicó también entonces al griego, y estudios acumulados misma manera que la gramática es condición de la filolo- a lo largo del tiempo fueron llevando poco a poco, a unos gía, sin el imperativo filológico tampoco se hubiera creado materiales casi inabordables, integridad y comprensión, or- den y regla. la gramática en Alejandría y en la forma en que se hizo. Es ésta una idea que se ha reconocido desde antiguo. Es obvio que la filología alejandrina tampoco partía Consideremos dos citas significativas al respecto. M. Mü- de cero; contaba con el bagaje de siglos de estudios lin- ller l1 se expresa así: güístico~,d e observaciones gramaticales, de modelos aje- Los primeros que dieron a las formas lingüísticas reales nos ya organizados pero extrapolables, de una serie de una ordenación segura fueron los eruditos alejadrinos. Su conceptos todavía sin sistematizar. Lo decisivo fue que en tarea principal era establecer textos correctos de los clási- Alejandría se llevó a cabo ese proceso de sistematización cos griegos, principalmente de Homero. Se vieron, por tan- gramatical. Así pues, jcuáles fueron los elementos y los to, obligados a observar del modo más escrupuloso las for- logros del quehacer filológico alejandrino? mas de la gramática griega. Los manuscritos enviados a 1) Ediciones críticas de textos. El proceso se llama Alejandría y Pérgamo desde las diversas partes de Grecia diórthosis, o sea, emendatio, y ékdosis, editio. Por «edi- mostraban notables variantes, y sólo mediante la cuidado- ción» en Alejandría no debe entenderse nada parecido a sa observación podía verificarse qué formas podían, o no, lo que sucede desde la invención de la imprenta, sino, sen- ser admitidas en Homero. Sus ediciones no eran simples ekdóseis, editiones, eran al mismo tiempo diorthóseis, es cillamente, la fijación del texto con una serie de signos decir, ediciones críticas. Había, además, escuelas distintas críticos en los márgenes que reenviaban, a su vez, a los enfrentadas entre sí en sus respectivos puntos de vista so- comentarios, independientes del propio texto por regla bre la lengua de Homero. Cada conjetura que Zenódoto general. o Aristarco admitían tenía que ser justificada, y esa justifi- 2) Comentarios completos o hypomnémata. Mediante cación sólo podía ser sostenida, si se disponía de reglas el signo crítico correspondiente del texto, permitían estos generales sobre la gramática de los poemas homéricos. comentarios el paso alternado de uno a otro. Consistían en exégesis textual e interpretaciones del carácter más hete- rogéneo, pues no sólo se comentaba a Homero y demás " Vorlesungen über die Wissenschaft der Sprache, Leipzig, 1875~, 12 En el prefacio a Herodiano, en GG 111, 11, 2, pág. VI. vol. 1, pág. 111 . poetas, como a los bucólicos, sobre todo a Teócrito (Teón), rro a los intelectuales alejandrinos, entre ellos a Aristarco también se comentaba a Platón y a Aristóteles, a Arato y su discípulo Dionisio Tracio; ello hizo que la ciencia de (Hipa~co),y a Nicandro, etc. Para dichas ediciones y co- la ciudad del Delta se extendiese por el Mediterráneo: Dio- mentarios, el crítico por antonomasia es Aristarco, que de- nisio enseñó en Rodas, otros en Roma, y hasta provincias sarrolló su labor en la primera mitad del siglo 11 a. C. más occidentales llegó la influencia, por ejemplo a Espa- 3) Monografías parciales: syngrdrnmata. Se referían a ña, donde enseñó Asclepiades de Mirlea, autor de diversas temas concretos y de una entidad suficiente como para ser obras gramaticales y geográficas, entre otras una Descrip- incluidos en los comentarios generales; por ejemplo, «So- ción geográfica de los pueblos de la Turdetania que utilizó bre el catálogo de las naves)) (Apolodoro) o ((Sobre la Estrabón. Discípulos de Dionisio Tracio son Tirannión el copa de Néstom (Asclepiades de Mirlea). Viejo, el romano Elio Estilón (maestro, a su vez, de Va- 4) Léxicos, glosarios, diccionarios de todo tipo: de rrón) y, quizá, el ya mencionado Asclepiades. Del siglo palabras raras, de un autor, de un género literario, dialec- I a. C. son Filóxeno de Alejandría y Dídimo, que recoge tales (del ktico, sobre todo), de vocabulario técnico (medi- en sus comentarios y léxicos toda la labor filológica ante- cina); los llamados Onomásticos, que ordenaban el voca- rior, y es de los autores más prolíficos de la historia de bulario por dominios o campos, etimológicos, léxicos, la humanidad, pues se le atribuyen más de tres mil qui- retóricos (aticistas), etc. nientas obras y debió de morir ya en los primeros años 5) Toda suerte de monografías técnicas y manuales es- del Imperio. Discípulos de Dídimo son Heraclides Póntico, colares, tanto puramente gramaticales: el Arte de Dionisio Teón y Apión, de la época de Augusto y Tiberio. De esta Tracio, la Sintaxis de Apolonio Díscolo, las Prosodias de época es, asimismo, Trifón de Alejandría, que escribió so- Herodiano, como de historia literaria, así el tratado de bre cada una de las partes de la oración por separado y Dídimo Sobre los líricos. sobre sintaxis, entre otras muchas obras, algunas conserva- Tarea ingente, como se ve, la llevada a cabo por los das; pasa por maestro (indirecto) de nuestro Apolonio, que alejandrinos en volumen y calidad técnica. Son cientos los lo cita, como veremos, más de cincuenta veces. Discípulo nombres que han quedado de gramáticos de estos siglos de Trifón es Habrón, citado ocho veces por Apolonio. Con helenísticos y primeros imperiales, y miles las obras que, éste nos encontramos ya en el siglo I de nuestra era. Otros en su mayoría, han desaparecido sin dejar rastro, pero lo gramáticos del momento son Aristónico, Tolomeo Quen- conservado sirve de indicio para imaginar el alto nivel de no, Claudio Dídimo, Epafrodito de Queronea, Heraclides técnica y método alcanzado. El momento de mayor esplen- de. Mileto, Lesbonacte, Elio Dionisio, etc. 13. Con ellos dor de la filología alejandrina es ese siglo y medio de sus comienzos y está protagonizado por sus grandes bibliote- l3 No es posible hacer aquí un estudio pormenorizado. Quien desee carios y filólogos Zenódoto (285-270), Aristófanes de Bi- aumentar el elenco puede recurrir a historias de la filologia como las zancio (-185) y Aristarco (-145). Problemas políticos surgi- de Grafenhan, Sandys, Pfeiffer, etc., o a manuales de literatura, como dos a la subida al trono de Tolomeo VI1 llevaron al destie- los de Christ-Schmidt, Susemihl, o Lesky. nística y después. Aristarco y Dionisio Tracio así lo creían llegamos a los finales de siglo; años que verán nacer a y lo mismo Apolonio Díscolo, como veremos. Por otro Apolonio Díscolo. lado, y en relación con lo anterior, la retórica había segui- do un proceso metodológico paralelo. Tal vez no sea una Llegados a este punto, hemos de retroceder y conside- casualidad que el sistema retó~icod e un Dionisio de Hali- rar una cuestión teórica importante. Hemos hablado de carnaso 14, por estos mismos años de comienzos del Impe- la primera gramática como el proceso del descubrimiento rio, esté planteado en los términos equiparables de selección- empírico de los tipos de formas y mecanismos de la flexión combinación de elementos (eklog&-sjnthesis),e ntendiendo con su clasificación sistemática, siempre de la mano de la por lo segundo -la composición- la ordenación y ensam- filología. Es la fase que podemos denominar morfológica. blaje de las palabras, claro está que desde el punto de vista Pues bien, el cierre cronológico de la gran exégesis alejan- rítmico-musical conforme a los fines literarios a que se des- drina hay que situarlo virtualmente en la persona y obra tinaba. Cambiado dicho punto de vista por el morfose- de Dídimo a fines del siglo I a. C. Aquí se abre para la mántico, tendremos constituida la sintaxis. Además de la gramática y la filología una nueva fase con presupuestos metodológicos distintos: se trata de saber cuáles fueron las proximidad conceptual entre synthesis y syntaxis, proximi- condiciones que provocaron el salto metodológico a la fase dad que llega a hacerlos intercambiables y, por tanto, si- nónimos, llama la atención el hecho de que los términos sintáctica. En realidad, no es necesario recurrir a factores externos, ya que el propio mecanismo lógico del sistema katálltVos y katallelótes («coherente» y «coherencia») 15, cla- ves para el concepto sintáctico de Apolonio, también lo determina la evolución del proceso del análisis a la síntesis y vicerversa. Por eso, no choca que Dionisio Tracio abra eran para la crítica literaria del momento y, en concreto, el estudio de las partes de la oración (fase analítica) con para Dionisio de Halicarnaso. Incluso Cicerón, contempo- ráneo de éste, habla de wongruenter loqui)) y ((congruen- la definición de oración, es decir, su síntesis. Y Apolonio tes litteraw en el De oratore. Por tanto, podemos conjetu- concibe su obra como una exigencia filológica: hay proble- mas filológicos que trascienden la morfología y hacen ne- rar que, en el siglo I d. C. 16, la cuestión sintáctica «estaba cesario el estudio de la sintaxis (cf. 1 6). Es posible, sin en el ambiente)). En un primer momento, fueron los estudios sobre las embargo, referirse a dos factores externos, que son la edu- figuras, que no son de origen retórico, sino gramatical; cación y el fenómeno aticista. A ello contribuyó el amplio conocimiento de la literatura clásica del siglo ateniense pro- 14 Traducido por mi en Dionisio de Halicarnaso, La composición piciada por la labor alejandrina y canonizada por ellos. literaria, Salamanca, 1983. La educación, como necesidad histórico-social, obliga- l5 Sobre un origen aristotelico hablaremos después. ba a todos a aprender a escribir en ático, no sólo con su Previamente, VARRÓNh abría tratado de sintaxis en los libros XIII- vocabulario sino en su «construcción», el uso ático en de- XXIV perdidos de su obra De lingua Latina. cuyo contenido y métodos finitiva, para el que valía, además, la autoridad de Home- siguen siendo tema controvertido: atertio quemadmodum coniungerentur vocabula». ro, considerado ateniense de nacimiento en la época hele-

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