ROGER BARTRA " ANTROPOLOGIA DEL CEREBRO La conciencia y los sistemas simbólicos m FONDO _ DECU~TURA PRE-TEXTOS ~ ECONOMICA Primera edición (Pre-Textos), 2006 ÍNDICE Primera edición (FCE,Pre-Textos), 2007 Bartra, Roger, Antropología del cerebro. Laconciencia ylos sistemas simbó- licos /Roger Bartra. - México: FCE, 2007 236 p.; 21 x 14cm- (Colee. Filosofía) ISBN 978- 968-16-8435-8 PREFACIO····························· 9 1.Conciencia 2.Antropología filosófica 3.Filosofía 1. Ser.Il,t l. LAHIPOTESIS ........•....................... 17 LC BD450 Dewey 128Bl33a 2. LAEVOLUCION DELCEREBRO•.....•............. 27 3. PLASTICIDAD CEREBRAL..............•....•.... 39 Distribución enelcontinente americano enlengua española 4. ¿HAY UNLENGUAJEINTERIOR? ....•.............. 53 Comentarios ysugerencias: 5. AMPUTACIONES ySUPUTACIONES 65 [email protected] www.fondodeculturaeconomica.com 6. EL EXOCEREBROATROFIADO............•........ 79 Te!.(55) 5227-4672 Fax (55) 5227-4694 ~ Empresa certificada ISO 9001:2000 7. EL SISTEMASIMBOLICO DESUSTITUCION 93 D. R.©2006, EDITORIALPRE-TEXTOS 8. ESPEJOS NEURONALES 107 Luis Santángel 10,L I-C 46005 Valencia, España. 9. LACONCIENCIA ALALCANCEDELAMANO 123 D.R.©2006, Roger Bartra 10. AFUERA YADENTRO: ELINMENSO AZUL 143 D.R.©2007, FONDODECULTURAECONÓMICA 11. LASESFERASMUSICALESDELACONCIENCIA 161 Carretera Picacho-Ajusco, 227; 14738 México, D.F. 12. LAMEMORIA ARTIFICIAL. 183 Seprohíbe lareproducción total oparcial deesta obra -incluido eldiseño tipográfico ydeportada-, 13. ELALMAPERDIDA ' 203 sea cual fuere elmedio, electrónico omecánico, sinelconsentimiento por escrito del editor. BIBLIOGRAFÍA 213 ISBN 978-968-16-8435-8 ÍNDICE ANAlíTICO 229 Impreso enMéxico> Printed inMexico En este libro trato de explicar elmisterio de la conciencia. Expli- car no quiere decir resolver elenigma. Quiero poner enjuego, expo- ner desde elpunto de vista de un antropólogo, los extraordinarios avances de lasciencias dedicadas aexplorar elcerebro. Losneurólo- gosylos psiquiatras están convencidos de que los procesos menta- lesresiden en elcerebro. Yopretendo hacer un viaje antropológico al interior delcráneo en busca delaconciencia o,almenos, delashue- llasque deja impresas enlasredes neuronales. ¿Qué puede encontrar un antropólogo en elcerebro? Uno de los temas favoritos de la an- tropología, yen cuyo estudio tiene experiencia, es elde la identi- dad, una condición que sueleservistacomo un enjambre desímbolos yprocesos culturales que giran entorno deladefinición deun yo,un egoque seexpresa primordialmente como un hecho individual, pero que adquiere dimensiones colectivas muy variadas: identidades ét- nicas, sociales, religiosas, nacionales, sexuales yotras muchas. ¿Qué identidad hay dentro del cerebro? Suprincipal expresión esla con- CIenCIa. Con elobjeto de que ellector deduzca de entrada mis intenciones quiero aclarar qué eslo que entiendo por conciencia, para lo cual -más que una definición estricta- deseo hacer una referencia ala perspectiva de un filósofo que, ami parecer, es el iniciador de las reflexiones modernas sobre este problema. No me refiero aDescar- tes,alque suelen recurrir loscientíficos más para criticar sudualismo que para apoyarse en él:altomarlo como referencia muchas veces 11 quedan atrapados enlascoordenadas que estableció sobre larelación Aldiscutir el tema de la conciencia me parece mucho más esti- entre elcuerpo yelalma. Enrealidad Descartes usó poquísimas veces mulante partir deLockeque deDescartes. Podemos entender lacon- el término latino conscientia. Yoquiero traer en mi ayuda a Iohn ciencia como una serie deactos humanos individuales en elcontexto Locke,quien con gran audacia usó elconcepto para plantear una idea de un foro social yque implican una relación de reconocimiento y que provocó intensas discusiones durante varios decenios. Creo que apropiación de hechos eideas de las cuales elyo esresponsable. La su idea sigue siendo útil para señalar ycircunscribir elproblema de manera en que Locke ve ala conciencia se acerca más alas raíces laconciencia. etimológicas delapalabra: conciencia quiere decir conocer conotros. Alagregar un nuevo capítulo sobre laconciencia enlasegunda edi- Setrata de un conocimiento compartido socialmente.' ción de 1694desuEnsayo sobre elentendimiento humano, Lockeper- En su afán por colocar elproblema aun nivel que pueda ser ex- turbó profundamente las tradiciones morales y religiosas de su plorado científicamente, muchos neurólogos han reducido la con- época. 1Locke rechazó lavisión ortodoxa religiosa según la cual la ciencia aun sinónimo delhecho depercatarse, darse cuenta opercibir identidad personal esuna sustancia permanente. Para Lockeelyono elentorno. Eslo que hace Christof Koch en su muy útil compendio está definido por una identidad de sustancias, sean divinas, mate- panorámico del avance de lasneurociencias en elestudio de lacon- riales oinfinitas: elyosedefine por laconciencia. Laidentidad per- ciencia. Para élawareness esigual que consciousness.' Con ello blo- sonal reside en elhecho de tener conciencia, algo inseparable del quea automáticamente toda investigación que entienda laconciencia pensamiento: "esimposible que alguien perciba sinpercibir que per- alamanera lockeana, esdecir, que incluya lavinculación delyocon cibe".2Locke no concibe laconciencia como una sustancia pensante elcontorno que leconcierne. Laventaja que encuentran los neuro- inmaterial yconcluye que elalma no define alaidentidad.' Amenos biólogos en ampliar laconciencia atodo estado de alerta que leper- de medio siglo de lapublicación de Laspasiones del alma (1649) de mita aun organismo percibir su contorno, radica en que posibilita Descartes, Locke afirma que laconciencia eslaapropiación de cosas estudiar elfenómeno en especies no humanas de animales, con las yactos que incumben alyo y que son imputables aese self4 Elyo cuales sepueden hacer experimentos inadmisibles en personas. Sin radica enlaidentidad de un tener conciencia, deuna actuación." Para embargo, al hacer aun lado las redes culturales que envuelven ala Lockelapersona esun término "forense': esdecir,que implica alforo: autoconciencia, senublan fenómenos que, aun siendo estrictamente elyo esresponsable, reconoce actos yselos imputa así mismo. El neuronales, no se entienden más que en un contexto más amplio. alma, en cambio, esindiferente alcontorno material eindependiente Quiero enfatizar que alo largo de laspáginas que siguen entenderé de toda materia," que laconciencia eselproceso deserconsciente deserconsciente. Ya IEllibro que hayque leersobre estas repercusiones eseldeChristopher Fox,Locke and theScriblerians. Identity and consciousness inearlyeighteen-century Britain. ILasraíces del término latino conscius son scive(conocer) ycon(con). ElOxford 2Essayconcerning human understanding, capítulo 27, §9,p.318. Laspáginas re- English Dictionary dice: "knowing something with others" miten alatraducción deEdmundo O'Gorman. 2 The questfor consciousness. A neurobiological approach, p.3.Con más precisión, 3Ibid., 27,§12Y15. elneurobiólogo Francisco JavierÁlvarez Leefrnans hadefinido asíalaconciencia: "un 4Ibid., 27,§16,pp. 324-325. proceso mental, esdecir, neuronal, mediante elcual nos percatarnos denuestro «yo» 5Ibid., 27,§23,p.328. ydesuentorno, asícorno desus interacciones recíprocas, eneldominio deltiempo 6Ibid., 27,§27,p.332. ydelespacio": "Laconciencia desde una perspectiva biológica", p. 17. 12 13 lodefinía un antiguo diccionario castellano delsigloXVII: "Conciencia cia.' Pero debo confesar que no me hubiese atrevido arealizar este esciencia de símesmo, ociencia certísima ycasicertinidad de aque- viajesi,durante un paseo solitario por elbarrio gótico de Barcelona llo que está en nuestro ánimo, bueno omalo': Me gusta la ingenua en 1999,no hubiese tenido una ocurrencia que seclavó en mi cere- 1 seguridad con que seacepta, enestadefinición anticuada, que lacien- bro sin que nada pudiese borrarla. Desde esedía de otoño me dedi- cia puede conocer con certeza los secretos del yo, sean benignos o qué abuscar obsesivamente en las investigaciones neurológicas los malignos. conocimientos que me permitiesen desechar la ocurrencia. No me ¿De dónde se alimentan mis reflexiones sobre elproblema de la disgustó -aunque síme sorprendió- comprobar que estas lecturas conciencia? Puedo hacer referencia aalmenos cuatro fuentes prin- contribuyeron aafianzar la idea original eimpulsaron su transfor- cipales. En primer lugar, los muchos años como sociólogo sumer- mación en una hipótesis manejable. No he podido resistir latenta- gido en elestudio dediversas expresiones delaconciencia socialyde ción de exponerla a los lectores con la esperanza de que, acaso, su relación con las estructuras que la animan. Agrego aestas expe- contribuya aresolver elenigma de laconciencia. riencias mis estudios antropológicos sobre lahistoria ylasfunciones de los mitos, incluyendo en forma destacada aquellos que giran en torno alasenfermedades mentales odelaidentidad. Entercer lugar, recojo ycultivo los hábitos de la introspección, en algunas ocasio- nessistemática ylamayor parte delasvecessiguiendo alazar losvai- venes de mis gustos literarios ymusicales o mis ensoñaciones.' Por último, yde gran importancia, algunos años de lectura yestudio de losresultados que arroja lainvestigación delosneurocientíficos. Me ha parecido que he reunido loselementos suficientes para presentar un ensayo tentativo yexploratorio, sin duda riesgoso eimprudente, sobre uno de los más grandes enigmas alos que seenfrenta lacien- 1Sebastián deCovarrubias, Tesoro de lalengua castellana oespañola [1611]. 2 JavierÁlvarez Leefmans explica laimportancia delaintrospección ensutexto "La conciencia desde una perspectiva biológica". Una idea similar esdesarrollada por JoséLuisDiazensuarticulo "Subjetividad ymétodo: lacondición científica delacon- ciencia ydelosinformes enprimera persona". Díaz afirma con razón: "silaconcien- ciano esun factor mental interno, recóndito yoculto, sino que estádealguna manera 1Divulgué en2003 mihipótesis sobre elexocerebro enuna conferencia el6deno- impresa enlosinformes verbales, deellosedesprende que un análisis empírico ytéc- viembre deeseaño enelCentro Cultural Conde Duque deMadrid. Publiqué micon- nicamente verosímil delosreportes verbales introspectivos sería, enrealidad, un aná- ferencia enfebrero de2004como "Laconciencia yelexocerebro" Otro adelanto demis lisisdelascaracterísticas delaconciencia" (p. 164). ideas apareció como "Elexocerebro: una hipótesis sobre laconciencia" en2005. 14 15 '- 1. LA HIPÓTESIS "- Aprincipios deltercer milenio elcerebro humano sigue siendo un órgano oculto que seresiste arendir sus secretos. Loscientíficos to- davía no han logrado entender losmecanismos neuronales que sus- tentan el pensamiento y la conciencia. Una gran parte de estas funciones ocurre en lacorteza cerebral, un tejido que parece lacás- cara de un enorme fruto, una papaya por ejemplo, que hubiese sido estrujada yarrugada alintroducirla en nuestro cráneo. Me gustaría extraer estacorteza para, aldesplegar sussurcos, extenderla como un pañuelo en elescritorio frente amí, con elpropósito de escudriñar su textura. Sipudiese hacerlo tendría ahora bajo mis ojos un her- moso paño gris de unos dos otres palmos de ancho. Mi mirada po- dría recorrer la delgada superficie para buscar señales que me permitirían descifrar elmisterio escondido en la red que conecta a miles de millones de neuronas. Algo similar eslo que han logrado hacer los neurobiólogos. Gra- cias al refinamiento de nuevas técnicas de observación del sistema nervioso (como lastomo grafías de emisión positrónica ylasimáge- nesderesonancia magnética funcional) loscientíficos avanzaron con rapidez en elestudio de lasfunciones cerebrales. En su euforia bau- tizaron losúltimos diez años delsigloXX como ladécada delcerebro, ymuchos creyeron que estaban muy cerca de lasolución de uno de losmás grandes misterios con losque seenfrenta laciencia. Sinem- bargo, aunque desplegaron ante nuestros ojoscoloridas imágenes del 19 maravilloso paisaje interior delcerebro, no lograron explicar losme- convirtió en una ceguera ante losprocesos culturales ysociales, que canismos neuronales del pensamiento yde laconciencia. son ciertamente extracorpóreos. Encierta manera loscientíficos abordaron elproblema de lacon- Con esta inquietud en lamente, alfinalizar la década del cerebro ciencia humana como lohicieron losnaturalistas del sigloXVIlI, que leíelinteligente balance hecho por Stevan Harnad delosintentos por buscaban alhombre en estado de naturaleza con elobjeto de com- develar elmisterio delaconciencia ydelasfunciones mentales com- prender la esencia desnuda de lo humano, despojado de toda la ar- plejas.' Deestetrabajo sedesprende que ladécada delcerebro avanzó tificialidad que lo oculta. ¿Eslacultura responsable de laviolencia y en laexplicación dealgunos aspectos del funcionamiento neuronal, lacorrupción que dominan aloshombres? ¿Ohayun mal congénito pero dejó en laoscuridad elproblema delaconciencia. Estebalance impreso enlanaturaleza misma delhombre? Para desentrañar elmis- me estimuló poderosamente, yme hizo pensar que la neurobiolo- terio de la conciencia humana, la neurología también ha intentado gíahabía hecho aun lado aspectos fundamentales sin loscuales pa- buscar los resortes biológicos naturales de lamente en elfunciona- recía difícilavanzar. Yome había pasado buena parte deladécada del miento del sistema nervioso central. Seha querido desembarazar al cerebro estudiando como antropólogo lasciencias médicas que du- cerebro de lasvestiduras artificiales y subjetivas que lo envuelven, rante el Renacimiento ylos albores de la modernidad intentaban para intentar responder ala pregunta: ¿laconciencia, ellenguaje y comprender elfuncionamiento cerebral humano.' Meabsorbió tanto lainteligencia son un fruto delacultura oestán estampados genéti- eltema que por momentos sentía como sifuera un médico graduado camente en los circuitos neuronales? en Salamanca o París en elsigloXVII. Los médicos de aquella época Sabemos desde hace mucho tiempo que elhombre en estado de creían firmemente en las teorías humorales hipocráticas ygaléni- naturaleza no existió más que enlaimaginación delosfilósofos yna- cas, ypor ello transitaban con facilidad del micromundo corporal turalistas ilustrados. Ypodemos sospechar que elhombre neuronal almacrocosmos astronómico, atravesando ágilmente losmundos de desnudo tampoco existe: un cerebro humano en estado de natura- lageografía, lascostumbres, lasestaciones, laalimentación ylaseda- lezaesuna ficción. Escomprensible ymuy positivo que desde elprin- des. Con este bagaje me aproximé ala neurobiología actual: ¿qué cipio la década del cerebro quedase marcada por un fuerte rechazo podría entender un antropólogo que regresaba de un largo viaje al del dualismo cartesiano. Gerald Edelman, uno de los más inteligen- Siglo de Oro? tesneurocientíficos actuales, abre sulibro sobre eltema de lamente Miprimera impresión fuelasiguiente: losneurobiólogos están bus- con una crítica alaidea de una sustancia pensante (rescogitans) se- cando desesperadamente en laestructura funcional del cerebro hu- parada del cuerpo, formulada por Descartes.' Pero elasunto seen- mano algo, la conciencia, que podría encontrarse en otra parte.' turbió cuando elrechazo alas sustancias pensantes metafísicas se 1Stevan Harnad, "No easywayout". 2Roger Bartra, Culturaymelancolía. Lasenfermedades delalma enlaEspañadelSiglo Gerald M.Edelman, Bright air,brilliantjire. On thematter ofthemind, 1992.Dos deOro. 1 años después Antonio Damasio popularizó lacrítica ensulibro Descartes' error.Emo- 3Nomeadhiero, deninguna manera, alviejo reclamo quesolíahacer Skinner, quien tion, reason,and thehuman brain, 1994.Un ejemplo deesta interpretación dualista, sostenía que estudiar elcerebro era una forma debuscar equivocadamente lascausas aunque untanto contradictoria, puede leerseenellibro deArturo Rosenblueth, Mente delaconducta dentro delorganismo, envezdehacerlo enelmundo externo (Burrhus y cerebro. F.Skinner, About behaviorism). 20 21 Quiero recordar que uso eltérmino conciencia para referirme ala Regresemos a nuestro experimento mental. Tendremos que tra- autoconciencia o conciencia de ser consciente. Ante esta búsqueda tar deexplicar por qué un serhumano (oprotohumano) enfrentado supuse que un médico renacentista pensaría que elsentimiento de aun importante reto -como puede ser un cambio de hábitat-, yal constituir una partícula individual única podría ser parte de la an- sentir por ello un agudo sufrimiento, adiferencia de lo que leocu- gustia producida por una función defectuosa de los impulsos neu- rriría aun motor (o auna mosca), genera una poderosa conciencia individual enlugar dequedar paralizado omuerto. Ensuorigen esta máticos en los ventrículos cerebrales que impediría comprender e! conciencia esuna prótesis cultural (de manera principal e!habla y lugar de!hombre en la Creación. Laconciencia no solamente radi- e!uso de símbolos) que, asociada al empleo de herramientas, per- caría en e!funcionamiento de!cerebro, sino además (yacaso prin- mite lasobrevivencia en un mundo que seha vuelto excesivamente cipalmente) en e!sufrimiento de una disfunción. hostil ydifícil. Loscircuitos de lasemociones angustiosas generadas Sedice que un motor o una máquina neumática (como e!cere- por la dificultad de sobrevivir pasan por los espacios extrasomáti- bro en e!que pensaba lamedicina galénica, animado por e!pneuma) cos de lasprótesis culturales, pero loscircuitos neuronales alos que "sufre" cuando seaplica auna tarea superior asus fuerzas. Elresul- seconectan sepercatan de la "exterioridad" o "extrañeza" de estos tado esque separa. Como experimento mental, supongamos que ese canales simbólicos ylingüísticos. Hay que subrayar que, vista desde motor neumático esun "cerebro enestado denaturaleza" enfrentado esta perspectiva, laconciencia no radica en e!percatarse de que hay aresolver un problema que está más alládesucapacidad. Estemotor un mundo exterior (un hábitat), sino enque una porción deesecon- neumático está sometido aun "sufrimiento". torno externo "funciona" como sifuese parte de los circuitos neu- Ahora supongamos que este cerebro neumático abandona su es- ronales. Para decirlo de otra manera: la incapacidad y disfuncio- tado de naturaleza, yno seapaga ni separa como le ocurriría aun nalidad de! circuito somático cerebral son compensadas por motor limitado ausar únicamente susrecursos "naturales". Enlugar funcionalidades ycapacidades deíndole cultural. Elmisterio sehalla dedetenerse yquedarse estacionado en sucondición natural, estehi- en que e!circuito neuronal essensible alhecho deque esincompleto potético motor neuronal genera una prótesis mental para sobrevi- ydeque necesita deun suplemento externo. Estasensibilidad esparte vir apesar de!intenso sufrimiento. Estaprótesis no tiene un carácter de laconciencia. somático, pero sustituye lasfunciones somáticas debilitadas. Hay que Uno delosmejores investigadores reseñados por Harnad, Antonio señalar de inmediato que esnecesario reprimir los impulsos carte- Damasio, insiste en ladivisión entre elmedio interior, precursor de! sianos de un médico de! sigloXVII: estas prótesis extrasomáticas no yo individual, ysu contorno exterior.' Esposible que esta creencia, son sustancias pensantes apartadas del cuerpo, ni energías sobrena- profundamente arraigada entre losneurobiólogos, seaun obstáculo turales ymetafísicas, ni programas informáticos que pueden sepa- para avanzar en la comprensión de las bases fisiológicas de la con- rarse de!cuerpo como lasonrisa de!gato de Cheshire. Laprótesis es ciencia humana. Consideremos una idea diferente: laconciencia sur- en realidad una red cultural ysocial de mecanismos extrasomáticos giría de la capacidad cerebral de reconocer la continuación de un estrechamente vinculada alcerebro. Porsupuesto, estabúsqueda debe tratar de encontrar algunos mecanismos cerebrales que puedan co- 1Antonio Damasio, Thefeeling ofwhat happens. Bodyand emotion inthemaking of nectarse con loselementos extracorporales. consciousness, pp. 13555. 23 22 proceso interno en circuitos externos ubicados en el contorno. Es lo pueden contemplar eidentificar, entonces nos acercamos anues- como siuna parte del metabolismo digestivo ysanguíneo ocurriese tra realidad: elexocerebro cultural delque estamos dotados realmente artificialmente fuera de nosotros. Podríamos contemplar, plastifi- sepone rojo cuando dibujamos nuestras experiencias con tintas y cadas, nuestras tripas ynuestras venas enganchadas aun sistema por- pinturas deesecolor. Hayque decir que laidea deun cerebro externo tátil de prótesis impulsadas por sistemas cibernéticos programados. fue esbozada originalmente por Santiago Ramón yCajal, quien al Esto ocurre en los cyborgs de la ciencia-ficción y en los experi- comprobar laextraordinaria yprecisa selectividad de lasredes neu- mentos realizados enprimates, loscuales, gracias aun electrodo im- ronales en la retina, consideró aéstas como un cerebro simple, co- plantado, han logrado controlar mentalmente una conexión locado fuera del cráneo.' cerebro-máquina para mover adistancia un brazo robot.' En cam- Yoquiero recuperar laimagen delexocerebro para aludir aloscir- bio,estamos acostumbrados aestar rodeados deprótesis que nos ayu- cuitos extrasomáticos decarácter simbólico. Seha hablado delosdi- dan amemorizar, acalcular eincluso acodificar nuestras emociones. ferentes sistemas cerebrales: elsistema reptílico, elsistema límbico Alrespecto, otro de los libros con que se cierra la década del cere- yel neocórtex.- Creo que podemos agregar un cuarto nivel: elexo- bro, del filósofo Colin McGinn, usa una imagen que me parece muy cerebro. Para explicar ycomplementar laidea, megustaría hacer aquí importante, aunque ladesaprovecha lamentablemente. En su argu- un paralelismo inspirado en la ingeniería biomédica que construye mentación para demostrar que elcerebro humano esincapaz de en- sistemas de sustitución sensorial para ciegos, sordos yotros disca- contrar una solución alproblema de laconciencia, McGinn imagina pacitados.' Laplasticidad neuronal permite que elcerebro seadapte un organismo cuyo cerebro, en lugar de estar oculto dentro del crá- yconstruya en diferentes áreas los circuitos que funcionan con de- neo, está distribuido fuera de su cuerpo como una piel. Setrata del ficiencias. Sitrasladamos al exocerebro este enfoque, podemos su- exocerebro, similar alexoesqueleto de los insectos olos crustáceos.' poner que importantes deficiencias o carencias del sistema de Elhecho deque estéexpuesto alexterior no hace que estepellejo pen- codificación yclasificación, surgidas araíz de un cambio ambiental sante seamás fácildeentender cuando, por ejemplo, este organismo o de mutaciones que afectan seriamente algunos sentidos (olfato, tiene la experiencia del rojo. Elcarácter "privado" de la conciencia, oído), auspiciaron en ciertos homínidos su substitución por laacti- dice McGinn, no tiene nada que ver con elhecho de que nuestro ce- rebro seencuentra oculto: laexperiencia del color rojo en todos los casos se encuentra enterrada en una interioridad completamente ICitado en Hugo Aréchiga, Eluniverso interior, p. 136.Aréchiga no señala elori- gen deesta cita, yno helogrado ubicarla en lostextos de Ramón yCajal. Ensutra- inaccesible. Elerror de McGinn consiste en creer que la conciencia bajo"Larétine desvertébrés" considera alaretina "como unverdadero centro nervioso, está sepultada en la interioridad. Sisuponemos que laextraña cria- una especie desegmento cerebral periférico" (p. 121). Hoy sehabla también de un tura dotada de una epidermis neuronal escapaz decolorear suvien- "segundo cerebro" enreferencia alsistema nervioso entérico, una reddecircuitos casi tre cuando piensa en rojo, yotros organismos de la misma especie autónomos que regula todas las facetas de ladigestión, decomienzo afin entre el esófago yelcolon, incluyendo alestómago ytodos los intestinos (Michael D.Gers- hon, Thesecondbrain). IJoséM. Carmena etal.,"Learning to control abrain-machine interface for rea- 2 Merefiero alasideasdePaulD.MacLean, Atriune conceptofbrain andbehaviour. Serefiere atres tipos decerebro: reptílico, paleomamífero yneomamífero. ching and grasping byprimates". 2Colin McGinn, Themysterious flameo Conscious minds inamaterial world, p. 11. 3 Paul Bach-y-Rita, Brain mechanisms insensory substitution. 24 25
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