Vladimir Antonov Anatomía de Dios (colección de artículos) 2010 ISBN New Atlanteans 657 Chemaushgon Road RR#2 Bancroft, Ontario K0L 1C0, Canada Este libro es una colección de los artículos escritos por el científico‐biólogo, Vladimir Antonov, quien de‐ dicó su vida al estudio de las formas no materiales de vida y de las relaciones de las personas encarnadas con ellas. Entre las formas no materiales de vida, la principal son los Representantes de la Conciencia Primordial (o del Creador, de Dios el Padre) llamados los Espíritus Santos. El aprendizaje con Ellos permitió formular —en un lenguaje sencillo y comprensible para todas las perso‐ nas sensatas— las respuestas a las preguntas funda‐ mentales que surgen ante cada uno: qué es Dios, el hombre, en qué consiste el significado de nuestras vi‐ das en la Tierra, cómo realizarlo de la mejor manera y cómo deben ser las relaciones del hombre con Dios. Este libro será interesante y útil para cada uno, in‐ cluso, para los pedagogos y jóvenes. © Antonov V.V., 2010. 2 Índice ANATOMÍA DE DIOS.............................................................................4 CAMINO RECTO HACIA LA PERFECCIÓN ESPIRITUAL..........17 TRES ETAPAS DE LA CENTRACIÓN EN EL CAMINO DE AUTORREALIZACIÓN ESPIRITUAL...............................................25 JIVA Y BUDDHI.....................................................................................36 AUTORREGULACIÓN PSÍQUICA.....................................................42 ¡BIENAVENTURADOS LOS DE LIMPIO CORAZÓN!...................50 ¿QUÉ ES LA VERDAD?........................................................................60 EVOLUCIÓN DE LA CONCIENCIA..................................................68 EL «TERCER OJO» Y EL «SOL DE DIOS».......................................81 DHARMA, DHARMAKAYA, NIRODHI, NIRVANA........................87 ¡PERO SEAN CAUTELOSOS!..............................................................99 LITERATURA RECOMENDADA.....................................................101 3 Anatomía de Dios En nuestro planeta se han formado muchas concep‐ ciones de la naturaleza de Dios, del significado de nuestras vidas y de las posibilidades para su realiza‐ ción. En base de éstas aparecieron agrupaciones reli‐ giosas. Con la particularidad de que con tiempo la gente inevitablemente tergiversaba las verdades eternas co‐ municadas por Dios, a menudo sustituyéndolas con fantasías y conceptos adaptados a sus deseos egoístas. ¿Por qué pasó esto? Hemos analizado este tema en el libro [13]. Ahora explico brevemente que la razón consiste ¡en las grandes diferencias en los niveles inte‐ lectuales y éticos entre las personas! Las tergiversaciones religiosas más fuertes aparecí‐ an cuando el poder fue tomado por los primitivos agre‐ sivos. En estos casos surgían las inquisiciones, «cruza‐ das» y varios tipos de fundamentalismo, cuando los seguidores fueron enseñados a buscar su «salvación» en el paraíso mediante el asesinato de los «hetero‐ doxos», por ejemplo. Sin embargo, observando estos numerosos hechos de la historia, no debemos concluir que la religión siempre traía sólo el mal a la humanidad. En diferentes tiempos y en diferentes países encarnaban los Repre‐ sentantes del Primordial, vertiendo la Verdad, en su pureza originaria, en la comunidad de los humanos [8]. Pero la gente primitiva Los mataba y torturaba a me‐ 4 nudo, siendo motivada a veces por el deseo sincero de «proteger la pureza de su fe», la fe de los primitivos. * * * Otra razón importante para el «apagamiento» con tiempo de los focos del conocimiento religioso más al‐ to consiste en que en el pasado no existieron los me‐ dios suficientemente desarrollados de la transmisión y conservación de la información intelectual. En la anti‐ güedad las personas trataban de escribir sus pensa‐ mientos en tablas de piedra, en hojas de papiro, etc. Por eso, las notas hechas por Thoth el Atlante (Hermes Trismegisto), por Pitágoras y por otros Grandes no se hicieron el patrimonio de la humanidad a lo largo de los siglos de su existencia en nuestro planeta. Y ni si‐ quiera la impresión en el papel resolvió este problema en tal grado que las personas de países diferentes, que usan idiomas diferentes, pudieran intercambiarse rá‐ pidamente con la información correspondiente. En actualidad esta complicación fue resuelta con el Internet y otras tecnologías, que se perfeccionan cons‐ tantemente. Esto, en combinación con el conocimiento sobre Dios, adquirido exactamente por los científicos que dedicaron sus vidas a los estudios de este tema, permitió obtener las premisas para la creación de una base informativa universal que concentra en sí todos los materiales fundamentales sobre la naturaleza de Dios, del hombre y sobre cómo debemos vivir en la Tierra, realizando Su intención respecto a nosotros. 5 * * * Ahora no vamos a enumerar y analizar las ideas folklóricas (es decir, ingenuas, fantásticas y paganas) sobre Dios, que existían y existen entre todos los pue‐ blos de países diferentes. Pero expondremos el cono‐ cimiento esencial. Debemos empezar este tema introduciendo la in‐ formación sobre la multidimencionalidad del espacio. ¡Esta no es una especulación matemática, sino una rea‐ lidad física! Para entenderla mejor, imaginemos un pastel co‐ mún de varias hojas. Pero a distinción de éste, los es‐ tratos de la multidimensionalidad se difieren entre sí no por la altura de su posición, sino por su lugar en la escala de sutileza‐grosería energética. Esta es la escala de la multidimensionalidad. El estrato más sutil de es‐ te «pastel» es la Conciencia Primordial, llamada en di‐ ferentes idiomas humanos: el Creador, Dios el Padre, Jehová, Alá, Ishvara, Tao, etc. En el lado opuesto de es‐ ta escala se encuentra el infierno: el «basurero» del Proceso Evolutivo. Entre la Conciencia Primordial y el infierno están otros estratos. Entre éstos, aquellos que son los «depósitos» cósmicos de «materiales de cons‐ trucción» para la formación de la materia y de las al‐ mas1. Es deseable conocer estos estratos en el Camino hacia el conocimiento del Creador. Uno puede encon‐ trarlos si aprende a cruzar el «Espejo», lo que es posi‐ 1 El «depósito» con el «material de construcción» para la formación de la materia también se lo conoce como el pro‐ toprakriti y para la formación de las almas, como el proto‐ purusha. 6 ble hacer solamente desde un chakra anahata suficien‐ temente limpio y desarrollado dentro de los límites del tórax. Podemos dar otros ejemplos que proporcionan una mejor comprensión de la naturaleza de la multidimen‐ sionalidad. Imaginemos un acuario de cristal. El agua en éste es el contenido visible principal, pero allí también están: la luz, que casi no interactúa con el agua; las energías de los campos electromagnéticos, que aseguran la transmisión de la información, incluso para los radio‐ rreceptores y televisores; las energías de los campos de gravitación de la Tierra, del Sol y de la Luna; los flujos energéticos de neutrinos y de otros componentes, invi‐ sibles por la vista normal, etc. Y lo mismo está por todas partes, y no sólo dentro del acuario. Para explicar este fenómeno a un niño, se puede, por ejemplo, darle una radio, sintonizada a cierta fre‐ cuencia, y pedirle pasear con ésta por la casa. Esto le dará la oportunidad de cerciorarse de que el campo electromagnético, con las propiedades que proveen el sonido de alta calidad, no está sólo en el lugar donde se encuentra la radio, sino que por todas partes visibles para él e incluso fuera de la casa. Es más, se puede mostrar al niño que los campos energéticos similares, que dan sonido en otras frecuen‐ cias, también están por todas partes y que además normalmente no interfieren entre sí, existiendo como en un su propio estrato del espacio, aunque nosotros no los vemos. 7 La noción sobre estos «estratos» de las ondas dará una buena analogía para la comprensión de la esencia de los estratos de la multidimensionalidad. De la misma manera en el espacio multidimensio‐ nal real los estratos de la multidimensionalidad (lla‐ mados en griego eones y en sánscrito lokas) con sus habitantes (los espíritus de diferentes niveles del desa‐ rrollo y Dios) están por todas partes. Nosotros, acos‐ tumbrados a ver solamente el plano material de nues‐ tra existencia, no los notamos. Pero los habitantes de esos eones pueden contemplarnos fácilmente y, por lo tanto, influenciar. (El Apóstol Felipe describió esta si‐ tuación en Su Evangelio [8]). Lo que sucede en otras —respecto al mundo mate‐ rial— dimensiones espaciales no es posible ver y estu‐ diar directamente mediante los órganos del sentido o mediante cualquier dispositivo material. ¡Pues, no hay como trasladar nuestros cuerpos materiales y otros apa‐ ratos a esos eones! Sin embargo, se puede estudiarlos con una conciencia debidamente desarrollada. En este caso no se trata en absoluto de usar unos u otros psicodélicos ¡que destruyen los cuerpos y las al‐ mas! (En el ambiente de los seguidores de la narcoma‐ nía existe la opinión de que estas sustancias producen «la entrada en el astral» y así favorecen al conocimien‐ to de los eones no materiales. Pero en tal caso «se cono‐ ce» solamente un eon, normalmente infernal o cercano a éste, y el traslado entre los eones —hasta la Morada de la Conciencia Primordial— no es posible. Tampoco es posible el perfeccionamiento, sino sólo la degrada‐ ción). 8 La investigación correcta debe ser realizada con la auto‐percepción completamente clara a través de los escalones, descritos por nosotros, de la purificación éti‐ ca y energética y luego a través de los métodos del de‐ sarrollo de la conciencia, dirigidos a su refinamiento y crecimiento. Hemos descrito esto en detalle en el libro [9] y también en otros libros nuestros y películas‐ conferencias (pueden encontrar la referencia a estos al final). Ahora sólo destaco que el éxito no puede ser lo‐ grado sin que uno ponga énfasis en el auto‐desarrollo como un corazón espiritual. No existen otras posibili‐ dades. * * * ¡Sólo en las creencias primitivas religiosas Dios es representado en forma de un humano o de algún ani‐ mal! Pero en realidad Él —como Absoluto o como la Conciencia Primordial— es infinito y eterno. ¡Su mag‐ nitud es la magnitud del universo entero! La Parte Principal de Dios es la Conciencia Primor‐ dial, a La Que Él Mismo La denomina «Corazón del Absoluto» y Que es similar a un océano ilimitado. Esto es el Océano Viviente de la Conciencia Sutilísima, Que mora en el estrato más profundo, llamado Su Morada. Su estado allí es la Tranquilidad. Él no es una persona, sino la Totalidad de Todos Que lograron la Perfección y afluyeron a Él. En este sentido Él es el Unido Nosotros, lo que Él Mismo afir‐ ma [8]. El Amor es la única emoción que puede producir la unión de las almas. 9 Habiendo aprendido a amar a otras personas y todo lo viviente en la Creación, así como la Creación entera, habiéndonos desarrollado de esta manera, podemos dirigir nuestro amor al Creador. ¡Para entonces ya lle‐ gamos a ser unos corazones espirituales grandes y suti‐ les y luego afluimos a Él, uniéndonos con Él en el Amor! Lo que fue dicho no es una fantasía bella o una alegoría, sino la Realidad para Todos Los Que lo han logrado. En particular, el Discípulo personal de Jesús el Cristo, el Apóstol Felipe, lo describió en Su Evangelio. Él —a la par con Jesús y algunos otros Apóstoles Su‐ yos— es la Parte Integrante del Unido Nosotros. Sobre lo mismo podemos leer en el Corán: Dios hablaba, dirigiéndose a Mahoma, usando dos pronom‐ bres: Yo y Nosotros. Sí, Él es, como Él Mismo dice, el Yo Superior y el Unido Yo y el Unido Nosotros. Todo esto es verdadero. Aunque sobre el Creador hablan normalmente en el genero masculino, es importante destacar que el Unido Nosotros es compuesto de los Representantes de amos sexos según Sus ultimas Encarnaciones. A un hombre, acostumbrado a percibirse a él mis‐ mo y a los demás como los cuerpos materiales, le es di‐ fícil imaginar: ¿cómo puede existir el Unido Nosotros? ¡Pero, en verdad, el hombre no es un cuerpo! ¡Es la energía, llamada conciencia o alma, capaz de percibirse a sí misma! Y el cuerpo es solamente su envoltura tem‐ poral, dada a él para su perfeccionamiento durante la encarnación. El cuerpo es como un aparato que permite al alma actuar, aprendiendo y creciendo en el mundo 10
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